HISTORIA DE HONDURAS

Mundo Maya

Esta es la relación de cómo todo estaba en suspenso, todo en calma, en silencio; todo inmóvil, callado y vacía la extensión del cielo.

Esta es la primera relación, el primer discurso. No había todavía un hombre, ni un animal, pájaros, peces, cangrejos, árboles, piedras, cuevas, barrancas, hierbas ni bosques, sólo el cielo existía.

No se manifestaba la faz de la tierra. Sólo estaban el mar en calma y el cielo en toda su extensión. No había nada junto, que hiciera ruido, ni cosa alguna que se moviera, ni se agitara, ni hiciera ruido en el cielo. No había nada que estuviera en pie; sólo el agua en reposo, el mar apacible, solo y tranquilo.

No había nada dotado de existencia.

Esto lo escribiremos ya dentro de la ley de Dios, en el Cristianismo, lo sacaremos a luz porque ya no se ve el Popol Vuh, así llamado, donde se veía claramente la venida del otro lado del mar, la narración de nuestra oscuridad, y se veía
claramente la vida...

EL POPOL VUH: Las Antiguas Historias del Quiché, Maravillosa Rosalila

  Quizás el ejemplo más extraordinario de esto es el Templo "Rosalila", que fue enterrado con su arquitectura y escultura intactas bajo el Templo 16, al centro de la Acrópolis copaneca. Esta estructura tiene tres cuerpos superpuestos con una altura total de casi 13 metros, lo que equivale en términos modernos a un edificio de cuatro pisos. La fachada principal del templo mira hacia el poniente y es dominada, en su eje central, por un enorme mascarón modelado en estuco. El tema central de esa decoración es el rostro del Dios del Sol, Ah Kin ó K'inich Ahau. Sus representaciones en el edificio son numerosas, repetidas tanto en el primer nivel de Rosalila como en su basamento. El retrato principal del dios solar tiene alas a sus costados, conformadas por cabezas de serpientes invertidas, con plumas saliendo de sus fauces. De las plumas brota un pequeño medallón con un rostro en perfil de la misma deidad, reafirmando la identidad cósmica de esta ave solar.

Bajo esa moldura y a los lados de la puerta hay dos representaciones más. Aquí se distingue el rostro de K'inich Ahau visto de frente, con dos orejeras cuadradas a sus lados.
Sobre su testa, como penacho, está la cabeza de un quetzal (k'uk en Maya) con ojos de guacamaya (mo'), haciendo esta combinación una referencia a K'inich Yax K'uk Mo', fundador de la dinastía real copaneca . Tanto en el "Altar Q" como en muchos otros textos de Copan el nombre de este primer rey esta compuesto, jeroglíficamente, por la cabeza del quetzal con el ojo de la guacamaya, igual que en "Rosalila". En el interior de Rosalila había muchas ofrendas que incluín "Excéntricos" (cetros de formas extrañas) de pedernal, incensarios de barro (con restos de carbón), esculturas talladas de felinos y objetos de concha y jade.

En las gradas del basamento de Rosalila se descubrió un texto jeroglífico tallado que indica que el templo fue obra del décimo gobernante de Copán, Luna Jaguar, y conmemora el año 571 d. C. De allí que sea evidente que Rosalila fue un santuario dedicado al Dios Solar, deidad patrona de la realeza copaneca y coesencia espiritual del fundador de la dinastía, K'inich Yax K'uk Mo', cuyo nombre puede ser traducido literalmente como "ojo del
sol-resplandeciente-quetzal-guacamayo".

El colapso demográfico

Los resultados de las investigaciones arqueológicas indican que en sus últimas décadas la ciudad y el valle de Copán sufrieron un crecimiento demográfico sin precedentes, lo que llevó a la intensificación de los sistemas agrícolas, que a la vez aceleraron el ritmo de degradación del medio ambiente, pues la población se lanzó a ocupar espacios poco aptos para la agricultura y la vivienda, como las faldas de las montañas alrededor del valle, provocando mayor tala del bosque, ya deteriorado, por la demanda de madera para la construcción y leña para la preparación de alimentos, iluminación de los hogares, y procesamiento de la cal para los repellos y pisos de estuco en las construcciones. Las muestras obtenidas por los Paleoecólogos presentan dramática evidencia de la desaparición del bosque.
A su vez, las exploraciones en el valle han encontrado indicios de erosión masiva de los suelos de las laderas, con lo que ocurrieron cambios drásticos en el clima: sequías intensivas, con ríos y quebradas de caudal cada vez más reducidos, e inundaciones en el invierno, causadas por falta de vegetación en las montañas para aliviar el descargo de las lluvias.
El impacto en la población fue igualmente severo ya que los especialistas en el estudio de los esqueletos (Antropoacute;logos Físicos), quienes tienen en Copán la muestra más grande de la región maya, ven en estos muchos indicios de desnutrición, enfermedades y crecimiento traumático, deduciendo que la expectativa de vida se redujo y, al final, empezaron a morir muchos niños en edades de cinco a quince años, los que por lo general son el sector poblacional más resistente.

Es posible que hayan transcurrido hasta dos siglos antes de que el valle quedara completamente despoblado y que el bosque comenzara el lento proceso de recuperar el terreno que el hombre le hab&ía quitado. Colofón
Hoy Copán florece de nuevo como principal centro turístico de Honduras e importante polo de crecimiento para toda la región occidental del país.

Tras dos décadas de inversión por parte del gobierno en cuanto a investigación, conservación y rescate de este monumento declarado por Unesco "Patrimonio Mundial de la Humanidad" (1980), Copán sirve como modelo en la región maya para el desarrollo sostenible de un sitio arqueológico.

Lógicamente, es además fuente inagotable de orgullo cívico para el pueblo de Honduras.

© La Prensa Honduras, C.A.
1999 Derechos Reservados



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