LA INDEPENDENCIA

COMO TODO EMPESO

Los primeros movimientos del proceso Independentista reclamaban a España la autonomía local, pero al no ser otorgada tal petición los dirigentes se definieron en favor de la emancipación completa; el proceso fue minoritario, principalmente se intensifica en los centros urbanos y los papeles destacados fueron desempeñados por las élites sociales y los intelectuales. Se ha caracterizado a la Independencia como un movimiento de los criollos, ya que fueron los verdaderos dirigentes y artífices de la misma.

Para los representantes de la oligarquía capitalina la Independencia suponía, fundamentalmente, mantener y afirmar su poder económico, obtener un mayor dominio del sistema para percibir más ganancias, y que éstas no fueran a parar a España sino a sus bolsillos. Además buscaban el control del poder político; específicamente querían apoderarse del gobierno para orientarlo en beneficio propio y de acuerdo con sus propios esquemas, dirigidos a favorecer por supuesto, su poder económico. El tomar el poder político significaba el dominio de la aduana, del estanco, de las rentas fiscales, de los altos puestos públicos, del ejército y del aparato estatal, del cual dependían las leyes sobre impuestos de exportación e importación.

Asimismo las provincias deseaban la autonomía tanto de España como de la capital, ya que tanto en lo administrativo como en lo económico predominaba la oligarquía guatemalteca. Muestra de esta inconformidad son las insurrecciones de 1811 de San Salvador y Nicaragua.

Además de estos intereses particulares, influyeron causas externas que determinaron el deseo de independencia para Centro América, entre ellas podemos mencionar:

1) La independencia de Estados Unidos, el 4 de julio de 1776. Este acontecimiento constituyó un notable ejemplo para las colonias.

2) La Revolución Francesa, el 14 de julio de 1789, en la cual se dió a conocer al mundo los ideales de libertad, Igualdad y Fraternidad. Como resultado de esta revolución se proclamaron los derechos del hombre, se apoyó la idea de que el hombre es por naturaleza libre y que los gobernanetes deben sere electos por la voluntad del pueblo.

3) El hecho de que Carlos V, desde que subió al trono en 1778 implantó su voluntad y controló más el comercio y la industria.

PRIMEROS MOVIMIENTOS PRECURSORES DE LA INDEPENDENCIA.

En San Salvador el 5 de noviembre 1811, se desató un movimiento en contra de las autoridades coloniales encabezado por los fray Matías Delgado, el Gral. Manuel José Arce, el presbítero Nicolás Aguilar y sus hermanos Vicente y Manuel. La rebelión no prosperó, ya que el capitán general de ese entonces, José de Bustamante y Guerra, al enterarse envió una comisión para apaciguar a los sublevados, lo cual logró. Fue así como fracasó el primer intento de independencia.

El 13 de diciembre de 1811, se realizó otro movimiento, esta vez en León, Provincia de Nicaragua, para deponer al brigadier José Salvado, quien había gobernado la provincia por espacio de 18 años. Esta rebelión estaba encabazada por el fraile guatemalteco Felipe Michelena. Para evitar derramamiento de sangre, el brigadier Salvado renunció y entregó el cargo al obispo Nicolás García Jerez.

En Nicaragua se produjeron varios movimientos indepentistas, solicitando la destitución de los funcionarios españoles, pero no tuvieron buenos resultados. Los dirigentes de estas sublevaciones fueron hechos prisiones y enviados a Guatemala, a muchos les condenó con la pena de muerte, pero se asegura que dicha condena no se cumplió; se afirma que esa pena fue conmutada por la de cadena perpetua.

Conjuración de Belén de 1813

En la provincia de Guatemala también hubo hombres que pensaban en la independencia y celebraban juntas en el Convento de Belén, actualmente Instituto de Señoritas Belén, zona 1. Este movimiento que fue llamado Conspiración de Belén, estaba presidido por fray Juan de la Concepción y asistían a ellas Tomás Ruiz, Manuel Julián Ibarra, José Francisco Barrundia, Manuel Tot, fray Victor Castillo y varios oficiales. En estas juntas se había dispuesto que al disparo de un cohete a las doce de Nochebuena, se apoderarían de Bustamante, a quien enviarían a España junto con los que no se sumaron al complot. Además daría libertad a los prisioneros de Nicaragua, se apoderarían del armamento y el dinero de las cajas reales y declararían la independencia. Pero desafortunadamente la conspiración no pasó de los planes, ya que el 21 de diciembre de 1813 uno de los conspiradores traicionó dando cuenta de ella a las autoridades. Bustamante persiguió a los patriotas y encarceló a muchos de ellos.

LA SESION DEL 15 DE SEPTIEMBRE DE 1821

Dos días antes del 15 de septiembre, llegó a Guatemala un correo de Tuxtla, Comitán, Ciudad Real y Chiapas, en el que se enviaban copias de las actas por las cuales estos pueblos se uniá al Plan de Iguala. El Plan de Iguala o de las Tres Garantías fue el Plan que selló la independencia de México que había empezado en 1810. En esos pliegos se incitaba a las demás provincias del Reino a que se independizaran como ellos ya lo habían hecho. El Brigadier Gabino Gaínza convocó esa misma tarde a las autoridades civiles, militares y eclesiásticas para que asistieran a una sesión que se realizaría el 15 de septiembre; en ella se tratarían asuntos de sumo interés para la colonia.

Gabino Gaínza

La junta se inició sin mayor retraso. El ambiente era tenso ante la importancia de lo que se habría de tratar y resolver. La reunión fue a puerta abierta, en el Real Palacio. Estaban alrededor de 50 personas en salón, pero en la antesala y en el corredor se reunieron cada vez más personas, lo mismo que en el patio, portales exteriores y en la plaza misma. Durante la lluviosa noche anterior se acudió a los barrios a fin de invitar al vecindario. Al principio la concurrencia no era muy nutrida, por lo cual Basilio Porras y Dolores Bedoya de Molina trataron de reunir más gente, pusieron música en la plaza y quemaron cohetes para atraer la atención del pueblo.

Primero se dió lectura a los documentos llegados de Chiapas y a continuación se escuchó la opinión de los asistentes. Se observó que habían diferentes puntos de vista, pues algunos querían que se proclamara la independencia y otros querían retardarla. La gente que escuchaba tales opiniones aplaudía emocionada y a gritos pedía que de inmediato se hiciese la declaración de independencia.

Finalmente como a las once de la mañana, se acordó redactar el Acta de Independencia por medio la cual Centro América se separaba de España. El Redactor de la misma fue el Lic. José Cecilio del Valle.
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