DPTO: FRANCISCO MORAZÅN

ALCALDIA DE TEGUCIGALPA

ALGUNAS DESCENDENCIAS CAPITALINAS I

Por: Nahum Valladares y Valladares

Cuando hablamos de ilustres personajes de la historia y cuyos orígenes son de la capital, muchas veces desconocemos quién o quiénes descienden de ellos porque nos hemos concretado únicamente a conocerlos por sus nombres y sus ejecutorias al servicio de la Patria. Ello se debe a que en el presente, nos hemos olvidado de nuestros antepasados y lo que representaron en la historia del país.

De don Francisco Morazán, los historiadores e investigadores han logrado establecer que en línea directa no existe descendencia en Honduras. De sus hijos, Francisco Morazán Moncada al radicarse en Chinandega, Nicaragua formó una familia que la única relación sanguínea con nuestro país se logró en un alejado vínculo con la familia Callejas.

Su otro hijo, el General José Antonio Ruiz quien en la pubertad le fue entregado por su madre al General Morazán, tuvo un único hijo que murió cuando tenía ocho años, pero el apellido Morazán desapareció porque legalmente nunca lo utilizó el militar que sí sabía que el Paladín era su padre, lo acompañó en varias batallas, estuvo con él en el exilio en David y en Perú, pero hasta ahí llegó la consanguinidad con el héroe.

Al morir, su esposa, la tegucigalpense Josefa Lastiri, esta decidió quedarse con su única hija Adela Morazán en San Salvador porque en ese país abundaban los amigos del General y además sus cenizas fueron sepultadas en la nación que testamentariamente él designó para descansar en la eternidad.

Adela se casó con un abogado hondureño que vivía en la capital salvadoreña, don Cruz Ulloa y en esa ciudad nacieron sus hijos Francisco, Esteban, Josefina y Mercedes, que formaron una descendencia radicada en el vecino país; un nieto de Adela, Ernesto Ulloa hijo de Esteban, con quien entablamos amistad gracias a su pariente lejano el Lic. Moisés Ulloa Duarte, frecuentemente visitaba Honduras en asuntos de negocios privados pero su domicilio siempre fue la tierra que su bisabuelo amó entrañablemente.

De otros hijos insignes de Tegucigalpa como don José Trinidad Cabañas y don Juan Lindo, no pudimos encontrar información de descendencia directa, pero sí podemos relatarles las de otros ilustres ciudadanos capitalinos.

Comenzamos esta serie de entregas para que nuestros lectores conozcan algo de la vida del ilustre ciudadano Dr. Rómulo Ernesto Durón Gamero, quien nació en 1865 en la casa de sus progenitores don Francisco Durón y doña Casimira Gamero originaria de Danlí, en la primera avenida de Comayagüela. Muy joven contrajo nupcias con doña Fidelina Durón y de su matrimonio nacieron María, Guillermo, Julia, Jorge Fidel, Francisco José y Jacinto Octavio.

El historiador, poeta, abogado y político, fundó una honorable familia cuya descendencia se dilata con orgullo cuando sus hijos forman la segunda generación en la siguiente forma: María Durón Durón se casa con el diplomático mexicano Armando Amador y la descendencia se queda en la nación azteca con la rama Amador-Durón; el Dr. Guillermo Durón eminente farmacéutico que fungió como Decano de la Facultad de Química y Farmacia de nuestra Universidad Nacional, contrajo nupcias con doña María Cristina Ugarte con quien procreó a Lastenia que formó el hogar Medina-Durón, Guillermina que integró en Comayagua la familia Hernández-Durón; María Cristina se casó con el abogado Carlos Cárcamo de donde se forma la familia Cárcamo-Durón; Fidelina forma el hogar Reyes-Durón y los varones que son los únicos supervivientes de la rama Durón-Ugarte con el abogado Francisco Guillermo Durón que formó la familia Durón-López y César Durón que integró la familia Durón-Gradiz.

La otra hija de don Rómulo, Julia se fue muy joven a la ciudad de Nueva Orleans, pero al regresar a Honduras se casó con don Fernando Laínez hijo del ilustre jurisconsulto don Silverio Laínez y de ese matrimonio nacieron Fernando Laínez Durón, ya fallecido, experto dibujante publicitario que laboró por muchos años en la Agencia de Publicidad de doña Eva Zelaya Galindo y Julia María Durón de Bendaña residente en la ciudad de Comayagua.

En 1902 nació el eminente abogado y escritor Jorge Fidel Durón, quien en vida se desempeñó como Ministro de Relaciones Exteriores, de Educación Pública, rector de la Universidad Nacional, Presidente y Gobernador de los rotarios, se casó con Antonieta Bustillo y en ese hogar nacieron Mario Guillermo (QDDG), Jorge Luciano y Mauricio, quienes formaron en la descendencia a los Durón-Pérez, los Durón-López y los Durón-Matamoros.

El también abogado don Francisco José Durón, desposó a doña Blanca Meza bella dama de la sociedad sampedrana y de ese matrimonio nacieron Margarita Durón Meza hoy de Gálvez Barnes que en su descendencia encontramos a los Fitcher-Durón y a Sergia recientemente fallecida que formó el hogar Urso-Durón.

Nos vamos ahora de nuevo a la primera avenida de Comayagüela la arteria vial que corre paralela al río Grande y en ese viejo sector de la ciudad gemela, como centinela de la heredad de don Rómulo, hasta hace unos seis años todavía disfrutaba de la vida el abogado Jacinto Octavio Durón, hombre afable y estudioso de la genealogía de los capitalinos, contrajo nupcias con doña Marina Leiva, hogar de cuyo seno nacieron Gloria Durón casada con el Dr. Raúl Agüero Neda, la artista del pincel María del Carmen, a quienes sus amistades conocen como "La Chiqui Durón", Elena de Larios casada con el ex alcalde sampedrano Roberto Larios Silva y la menor del matrimonio Durón-Leiva, Lucy que reside desde hace muchos años en España.

Una nueva generación ha nacido en los últimos años, muchachas y muchachos por cuyas venas corre la sangre del ilustre hondureño, ellos y ellas siguen sembrando en esta tierra y en otras latitudes la fértil semilla de los Durones y en procura de mantener el brillo de la estela luminosa de don Rómulo.

Esta primera entrega de "ALGUNAS DESCENDENCIAS DE LA CAPITAL", la dedicamos a los que sobreviven de la segunda generación, a los de la tercera, cuarta y quinta del tronco que en la antañona Comayagüela formaron el Dr. Rómulo Ernesto Durón y doña Fidelina Durón de Durón y a la memoria de uno de los más sólidos historiadores, distinguido profesional de las Ciencias Jurídicas que fue Magistrado de la Corte Suprema de Justicia, Presidente del Congreso Nacional, Canciller de la República, diputado, rector de la Universidad Nacional, escritor, orador e inspirado poeta que escribió la letra del himno "La Granadera".

El otro martes, escribiremos sobre las descendencias de don Carlos Hartling compositor alemán que llevó al pentagrama las notas de nuestro Himno Nacional y del orgullo de la poesía hondureña Juan Ramón Molina.

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