DEPARTAMENTO EL PARAISO

MUNICIPIO DE EL PARAISO

Por: Luis Alonso Gómez O.
Fundado en xxxx, con una poblacion actual de 34.667 habitantes.

La cultura no tiene precio y quien la promueve en estos tiempos de aculturización, no sólo se enfrenta a la indiferencia de muchos sectores sino a la ignorancia de quienes no saben valorar el esfuerzo del voluntariado, que sin devengar un centavo, dedica tiempo y dinero para promover estos valores.

En este plano, los hondureños hemos ido perdiendo identidad al relegar nuestras costumbres y echar mano de cualquier cosa que nos llega de afuera a través de los medios de comunicación electrónica.

En las escuelas y colegios es increíble cómo los maestros, padres de familia y las mismas autoridades educativas dan cabida a "chabacanadas" como el baile de tal "pirulino" de la telenovela colombiana conocida como "Pedro el Escamoso", realizando concursos que la misma televisión nacional promueve.

Qué lástima, porque con programas de esa índole y con la complicidad de las mismas autoridades, nuestros niños que pudieran ser cultivados de otra forma los echan a perder con ridiculeces. Porque hasta en la más remota aldea, en los actos que deberían promover lo nuestro, se aparecen con bailes modernos con temas como "el gorila", "playeros" y tantos otros que son el reflejo de culturas que no dejan nada positivo.

No criticamos los intercambios culturales, pero léase bien: intercambios que vengan a enriquecer lo propio tal como el ofrecido por la Casa de la Cultura, "Manuel de Adalid y Gamero" con la presencia de la Compañía Artística de Puebla o la participación de los cooperantes japoneses, que sí dejan lecciones positivas para mejorar lo poco que tenemos los hondureños en esta materia.

CANTO DE LA TIERRA

Promover los valores culturales en una sociedad alienada como la nuestra es difícil, pero hay que aplicarla como esas medicinas amargas que los niños y los adultos pocas veces tragan, pero que al final saben bien y cumplen su cometido.

Es lo que ha venido haciendo, Carlos Roberto Romero, director de la Casa de la Cultura de esta ciudad cafetalera desde hace cuatro años, aplicando el remedio en pequeños sorbos y logrando involucrar a un sector de la población en actividades diferentes a las ya entronizadas en el interior.

Es la segunda vez que Romero organiza el Festival Cultural en una ciudad que tradicionalmente ha sido indiferente a esta clase de actividades y es muy poca la gente que colabora, porque económicamente no hay beneficios.

Sólo gastos, ya que desgraciadamente en Honduras hacer cultura es demasiado caro o simplemente, no tiene precio porque no hay cómo pagar el costo de devolverle a un pueblo su propia identidad.

Junto con la Secretaría de Cultura, Artes y Deportes, a través del Departamento de Arte Popular, este año se montó por segunda ocasión el Festival Cultural, logrando además la participación de la Alcaldía Municipal que se ha convertido en un valioso apoyo.

Y con ello, creando un ambiente diferente para el resto de la sociedad paraiseña, que ya ve con buenos ojos estos eventos y participa de lleno en las diferentes actividades programadas.

Los paraiseños en esta ocasión quisieron recordar el 44 aniversario de haber recibido la categoría de ciudad, haciendo la diferencia y dejando el pasado alienante de las rancheras trágicas y las bebidas embriagantes.

Para embriagarse de lo bueno, de lo que tenemos y somos los hondureños y poder decir a los cooperantes que aquí también se hacen las cosas bien, que podemos conservar nuestra identidad y al mismo tiempo, enriquecernos con todo lo bueno que viene de afuera.

Con las palabras de bienvenida ofrecidas por el director de la Casa de la Cultura, Carlos Roberto Romero y del alcalde, Justo Emilio Sánchez, los paraiseños comenzaron a soñar y vivir la mejor de las semanas, y qué bueno; porque de alguna forma los hace olvidar el trago amargo que hoy viven con la recesión económica ya que su único patrimonio, como es la caficultura pasa por el peor de los momentos de la historia.

Lo agradable de la actividad comenzó desde la inauguración, cuando los listones de madera de la marimba, Alma de Honduras, de la Secretaría de Cultura, Artes y Deportes dejó escuchar el sonido de este milenario instrumento que se traduce en el canto de la tierra y el lamento del indio, que a través de los años fue parte de su expresión e identidad cultural.

SABOR Y ALEGRIA

Y no podía faltar el intercambio cultural de un país amigo como Japón, en la mejor de las veladas artísticas de la noche con la participación de los cooperantes, encabezados por el embajador Masami Takemoto, quien demostró sus dotes de músico en un ensamble de flautas y piano.

Takhesi Takano, director de JICA en Honduras también se lució con el arpa ejecutando varias melodías latinoamericanas, de igual forma en el piano su esposa, Chizuko Takano, con la maestría que la caracteriza hizo vibrar los corazones de los amantes de la buena música. Y no podía faltar la presencia de Yukiko Yamazaki y Naoko Wada, que en todos los conciertos ponen el sabor y la alegría en cada una de sus interpretaciones.

Para los paraiseños está fue una semana inolvidable porque no sólo conocieron la riqueza cultural de otros países como Japón y Estados Unidos, sino la nuestra que está llena de matices propios de nuestros antepasados, como los caramberos de Nueva Celilac de Santa Bárbara, la música misquita y el Cuadro Nacional de Danzas Folclóricas.

En reconocimiento al pueblo y gobierno de Japón, por la colaboración brindada a través de los cooperantes en materia cultural y educativa, las autoridades municipales de este término entregaron un reconocimiento especial al embajador Masami Takemoto.

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