DPTO. DE CHOLUTECA

MUNICIPIO DE SAN MARCOS DE COLON

Funado en 1824: Actualmente hay una población aproximada de 23,000 habitantes y el área o superficie del municipio es de 44,900 hectáreas, con 16 aldeas y 57 caseríos.

Ubicación:

San Marcos de Colon esta localizado en el sur del país en el departamento de Choluteca a 10 kilómetros de la frontera con Nicaragua y a 56 Km. de la ciudad de Choluteca, o sea en el km. 193 de la carretera Panamericana que conduce a la Frontera La Fraternidad. Estamos a una altitud de 960 msnm, (3,500 pies) es por eso que disfrutamos de un clima fresco.

Datos Históricos del Municipio de San Marcos de Colón
Primeros Pobladores:

Estos llegaron de la aldea de Duyusupo, que en aquella época había alcanzado la Categoría de Pueblo. Esta comunidad fue disuelta por haber sido sus componentes despedidos por Los Gentiles, como ellos llamaban a los dueños de aquellos terrenos, habiéndose dirigido unos a Lymay, República de Nicaragua y otros se establecieron en la extremidad Occidental del Llano, al que le llamaron PANAMA, porque a su llegada había un gran árbol de Panamá, su caserío se convirtió más tarde en Barrio el cual conserva su nombre hasta la actualidad.

Segundos Pobladores

Los terrenos que quedan al oeste de la población y que hoy llevan los nombres de Sitios de: Comalí, Jamalí y Germania pertenecieron en tiempos primitivos a unos Frailes, quienes hicieron venir personas de color, para que les ayudaran en sus labores agrícolas, estas personas resultaron adictas a las bebidas alcohólicas, llegando hasta el extremo de faltarles al respeto a sus patrones, quienes los despidieron y estos se vinieron a establecer al margen derecho de la quebrada El Pueblo, habiéndole dado más tarde a ese sector el nombre de Barrio El Tile.

De Donde Surge Su Nombre:

Antiguamente el nombre de la población era Mandaime, pero cuando los dueños de la Hacienda de Colón les donaron un Santo a quien venerar llamado “San Marcos”, le construyeron una capilla, los integrantes de esta población decidieron cambiar el nombre de Mandaime, por el de “San Marcos de Colón”.

En el año 1824 el Caserío adquirió el título de Aldea. En el año de 1826, San Marcos de Colón adquirió el rango de Pueblo, siendo su primer alcalde el señor Ramón Larios. El 4 de febrero de 1927, San Marcos de Colón, adquirió el título de ciudad, siendo alcalde de ese entonces don Gilberto Larios Córdova.

San Marcos de Colón es zona productora de ganado, productos lácteos, café, ornamentales (follaje o verdes) y otros productos agrícolas.

Su feria patronal se celebra el 26 de Julio en honor a Santa Ana y es famosa por su carnaval, su desfile hípico, monta y jaripeo.

Cascadas de las Pilas o Las Pilas del Vareadero

Este atractivo es un conjunto de pequeñas caídas de agua, situada a unos 50 min. De San Marcos. Se accede por un camino de regular calidad hasta donde se ubica la Prefectura (30 min. De viaje) y a partir de allí se asciende durante 25 min. Hasta llegar a un pequeño valle, donde corre un río, que se va deslizando en diferentes hoyas o pozas hasta desembocar en otro brazo del río, que se encuentra a 20 metros por debajo del plano de las pilas (Ver foto). Tal vez tiene menos calidad o jerarquía que el Salto de la mina, pero la suma de ambos contribuye a diversificar el producto.

La santaneada

Por: Roberto C. Ordóñez

Según el santoral católico, el 26 de julio se conmemora el día de San Joaquín y Santa Ana, padres de la Virgen María. Como hay tantos santos que ya no ajustan los días del año, en la misma fecha se celebra a san Olimpo y santa Bartolomea.

Por una razón desconocida para mí, en la misma fecha se festeja la feria de mi inolvidable San Marcos de Colón, (dice una lectora gordita que ya la c... con este estribillo) cuyo patrón es San Marcos, que nada tiene que ver con los otros santos, que tampoco estorban para que la feria de mi pueblo sea y haya sido una de las más alegres pachangas patronales hondureñas.

Hasta hace algunos años no me perdía ninguna función. Dejé de ir cuando me di cuenta de que casi no conocía a nadie. Mis contemporáneos se sienten viejitos o ya no les gusta bailar y beber en la fiesta de gala de la coronación de la reina; otros han emigrado, se han vuelto abstemios o las mujeres ya no los dejan ir, porque las sanmarqueñas, así como son de bonitas y buenas amazonas, son de armas tomar y no le amagan para poner en juicio a maridos de cola alegre.

Pero el hecho de que yo no vaya no hace la fiesta triste. Al contrario, cada vez es más alegre y más concurrida. Lo triste para los nostálgicos como yo es recordar un pasado tan alegre y feliz, sobre todo cuando reviven en la memoria los años irresponsables y traviesos de los cipotes.

La emoción de la chigüinada empezaba cuando los hombres iniciaban la construcción de la barrera, con madera de roble recién cortada de los bosques que rodeaban el pueblito y los comerciantes de baratijas y comida se apuraban construyendo los "chinamos".

Al atardecer del primer día de la feria se realizaba el paseo con los toros que serían toreados y jinetados durante la siguiente semana, sueltos en la calle principal. Una especie de feria de San Fermín, en la ibérica Pamplona, en la cual los cipotes y grandes nos capeábamos ágilmente las cornadas de los toros miuras y búfalos cara blanca, que eran los más bravos.

En las carreras de cintas los jinetes y amazonas hacían alarde de sus destrezas, finteando a lomo de briosos caballos y yeguas matreras.

Llegaban comerciantes de las vecinas fronteras con El Salvador y Nicaragua a vender toda clase de géneros y comida. En los chinamos abundaba el pan de rosa; los pirulines, huevos chimbos, nances, mamones y zapotes, sin faltar por supuesto los refrescos de chibola.

En otros chinamos y carpas se instalaban las mesas de juegos de azar, donde los mayores jugaban chivo; ruleta, chingolingo y naipes. A los cipotes nos estaba prohibido acercarnos a las mesas. El policía escolar se encargaba de mantenernos alejados, aunque yo muchas veces burlé la vigilancia y echaba mi tirito en el chingolingo con el pisto de algún mandado.

Una vez perdí la exorbitante suma de cuatro lempiras de un mandado de mi MAMA, que terminaron en manos del dueño de una ruleta de mable donde el coime me hizo trampa. Aunque el mable cayera en hoyo negro, sacudía la mesa para que pasara al hoyo rojo y le echaba pesca a mi moneda.

Mi MAMA me premió con un par de nalgaditas y un coscorroncito y nada más. Seguí gozando las delicias de la rueda de Chicago; del palo ensebado y otros juegos.

Además del ruedo donde se toreaba, también se construiría un palco pagado y donde se ubicaba la banda de Goascorán que anualmente llegaba a amenizar la fiesta brava. Los que mirábamos los toros desde la barrera no los dejábamos descansar, apurándolos con gritos de ?MUSICA, BARZONES!

Hubo toros y toreros famosos. El comebrasas era un toro bravísimo, apodado así porque en su furia se comía las brasas de los cohetes de vara que caían dentro del ruedo. CASAYA, además de torero era mago que hacía toda clase de trucos que nos dejaban con la boca abierta, como desaparecer cosas y hacerlas aparecer en el bolsillo de cualquiera de los más lejanos espectadores.

Los toros no eran "asesinados", como en las fiestas moriscas. Sólo eran toreados y jineteados, con uno que otro puyón en las costillas hecho por los rejoneadores y banderilleros de a caballo.

El mico de hoyo era un personaje infaltable en el ruedo; una especie de payaso que a prudente distancia le hacía muecas al toro, y cuando éste lo embestía corría a refugiarse dentro de un hoyo escarbado en el suelo, cubierto con rajas y ramas de roble.

Otro personaje típico de mi santaneada era el toro-fuego, consistente en un aparato semejante a un toro hecho de caña brava, al que se amarraban infinidad de petardos de toda clase como morteros, rascaniguas y cachinflines. Todavía no me explico por qué no se le reventaban los oídos al pobre Marcos Tunco, corriendo con el armatoste a cuestas.

De repente este año me animo y vuelvo a las andadas de saltar las trancas y salir huyendo, al estilo del mico de hoyo, con tal de que no me pase lo que a un amigo, atacado por la retaguardia en la feria de San Fermín, por un furioso toro negro, como todos los miura...

San Marcos de Colon es la ciudad con el clima mas fresco y agradable de la Zona Sur, además ostenta el titulo de la ciudad mas limpia de Honduras, ubicada a 960 metros sobre el nivel del mar y tiene un aspecto pintoresco con gente amable y hospitalaria.

Dentro de su casco urbano posee importantes edificaciones de tipo colonial como ser:

La Municipalidad, Casona La Francia y La Iglesia Católica.

En la periferia de la ciudad se encuentran algunos atractivos y destinos turísticos como ser:

EL FUERTE PEREZ: Se encuentra ubicada a 500 metros de La Ciudad, existen parques de recreación con cabañas de descanso, cancha de fútbol y 1,200 metros lineales de construcción de muralla de piedra, desde donde se observa toda la ciudad.

LA PEÑA DEL BANQUITO: Es el mirador natural mas alto, donde se observa todo el Golfo de Fonseca, Los Volcanes de Nicaragua y La Republica de el Salvador. ORVASA: Es una finca cultivadora y exportadora de helechos donde se puede observar el proceso de producción y empaque.

ADUANA LA FRATERNIDAD: Ubicada en la comunidad de El Espino frontera con Nicaragua, donde se puede comprar productos a bajos precios y libre de impuestos.

RESTAURANTE EL POTRILLO: Ubicado en la aldea de Comalí, ofrece servicios de alimentación, paseo en caballos, carruajes y lanchas y corrida de toros.

HOTEL MONTE LORENZA: Un hotel de montaña ubicado en la aldea de El Banquito, ofrece alimentación, hospedaje en cabañas y un ambiente relajante.

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