JOAQUIN SOTO

HOLOCAUSTO

He de volver al sitio donde juntos lloramos, donde lloramos juntos de amor, amada mía. De nuevo estarán verdes los florecidos ramos de los almendros próximos, al igual que en aquel día ¿Recuerdas?... De los cielos cenicientos caía un velo de tristeza que nunca desgarramos... ¡Ah! ¡las cosas del mundo y mi melancolía! Una alfombra de césped... Y tú dijiste: vamos Y fuimos. Nunca supe con mi ternura loca hastiarme de las mieles que me ofreció tu boca. Aquella vez el río casi no murmuraba Su cuerpo entre mis brazos se desmayó. Los ramos de los almendros próximos vieron cuando lloramos. La tarde, como un blanco jazmín se deshojaba