HOLOCAUSTO
He de volver al sitio donde juntos lloramos,
donde lloramos juntos de amor, amada mía.
De nuevo estarán verdes los florecidos ramos
de los almendros próximos, al igual que en aquel día
¿Recuerdas?... De los cielos cenicientos caía
un velo de tristeza que nunca desgarramos...
¡Ah! ¡las cosas del mundo y mi melancolía!
Una alfombra de césped... Y tú dijiste: vamos
Y fuimos. Nunca supe con mi ternura loca
hastiarme de las mieles que me ofreció tu boca.
Aquella vez el río casi no murmuraba
Su cuerpo entre mis brazos se desmayó. Los ramos
de los almendros próximos vieron cuando lloramos.
La tarde, como un blanco jazmín se deshojaba
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