JOAQUIN SOTO

AGUAFUERTE

Aún tienes, pecador, tiempo para pecar. Atisba la serpiente tu paso y te convida para morder la fruta sabrosa de la vida y del placer intenso la miel pura gustar. Tú lo sabes y buscas las orillas del mar y en la ola inconstante de horror estremecida te mecen las diablesas; tu torpe mente olvida, y en tu abismo no puedes ni prsentir ni orar. Luzbel entre las rocas te busca y te promete que al bajar al infierno ensayara un sainete donde él mismo, en tu honor, dice que va a danzar... Tú tiemblas y te miras cuando niño. Hay un nombre que te enseñó tu madre; mas tu labios de hombre ya no pueden decirlo... ¡Pecador, a pecar!