Solloza la lluvia afuera,
suspira el viento sonoro,
y evoco la cabellera
que para mis sueños era
un crepúsculo de oro...
Surge su voz del pasado,
y me parece que existe.
Todo esta triste a mi lado,
y al verlo todo angustiado
yo también me pongo triste.
¿Donde esta la niña santa
que fue como estrella o flor?
Mi tristeza se agiganta
y el alma solloza y canta
un canto lleno de amor...
Cae la lluvia. Resuena
en el viento un vago son,
y en esta noche, mi pena
se abre lánguida y serena
sobre mi propia canción.
Las viejas melancolías
vibran en mi alma otra vez.
¡OH sus ojeras sombrías,
sus manos blancas y friás
y la seda de su tez!
¡Cuanto la quise y me quiso!
¡Era mi amor taciturno,
y hoy mi espíritu sumiso
llora un anhelo impreciso
bajo el silencio nocturno!
¿Donde hallare su mirada?
¿En la luz de alguna estrella?
¡Busco su boca adorada,
su sonrisa sonrosada
y su alma pálida y bella!
Y en vano. No he de hallarla,
pues en el mundo no existe...
¿Podré talvez olvidarla?
No se... ¡Pero al recodarla
mi corazon es mas triste!