¿Por qué vino?
No lo se...
Una tarde en el camino
la encontré...
Daba un perfume divino
que ya nunca olvidaré.
¿Por qué la trajo el destino?
¡Nunca he sabido por qué!
Tras la verdosa barranca
la fuente dijo su amor...
¡Y ella tímida y blanca
como el marfil de una flor!
Ni un suspiro... Ni un alarde...
Miré sus ojos arcanos;
y entre el morir de la tarde
nos estrechamos las manos.
Y en la senda sin abrojos
donde iba la fuente loca,
le interrogué con los ojos
para besarla en la boca...
Fue un amor quizá ligero
pero profundo talvez...
¿Qué pasó?...Si. Pasajero
todo en este mundo lo es...
¿Porqué vino?
¡No lo sé!
Una tarde en el camino
la encontré...
¿Por qué la trajo el destino?
¡Nunca he sabido por qué!