CULTURA HONDUREÑA
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SUS PROMOTORES

Honduras ha tenido muy pocos promotores del quehacer intelectual. Pero en el siglo veinte es ineludible destacar el trabajo de Froylán Turcios, organizador del Ateneo en Tegucigalpa, compilador desinteresado de la obra dispersa de su amigo Juan Ramón Molina en el libro "Tierras, mares y cielos", y divulgador de la producción literaria de las nuevas generaciones de su tiempo, en las páginas de las revistas "Esfinge", "Hispanoamérica" y "Ariel".

Parejo continuador de la labor de Turcios, es Rafael Heliodoro Valle, quien, con su intensa actividad desde México, se encargó de dar a conocer todo lo hondureño y lo centroamericano.

Seguidamente figurarían don Medardo Mejía con la tercera etapa de la revista "Ariel", y el poeta Oscar Acosta con sus páginas literarias en el periódico "El Día". Igualmente Ramón Oquelí auxiliando a la mayoría de los intelectuales hondureños.

En las últimas dos décadas del siglo veinte, es indiscutible el trabajo promocional de Manuel Salinas Paguada (QEPD) en "La Tribuna Cultural".

El de Helen Umaña en la página "Cronopios". De igual modo Segisfredo Infante y Juan Ramón Martínez les han abierto las puertas a todos los intelectuales hondureños, jóvenes y consagrados, en el boletín literario "18 CONEJO". José Luis Quesada, Fausto Maradiaga y Félix Cesario, han organizado diversos talleres literarios.

Y en los últimos tres años Rubén Izaguirre y Víctor Saborío han estructurado la editorial de poesía joven "Pez Dulce".

ROBERTO QUEZADA.-

Escritor Moderno

A quien el prestigioso escritor norteamericano Kurt Vonnegut ha llamado:" Claro, vivaz y muy talentoso escritor", nació en Honduras, en 1962. En 1986 fundó y dirigió la revista literaria SobreVuelo. Es autor de El desertor (cuentos, 1985), Los barcos (1988), que ha tenido gran éxito en Los Estados Unidos, y El humano y la diosa (1996), que obtuvo el premio del Instituto Latinoamericano de Escritores en los Estados Unidos. Big Banana, su tercera novela, también ha tenido una magnífica acogida en los Estados Unidos en 1999, y de igual forma su edición en español (Seix Barral, 2000). Su obra ha recibido favorables comentarios de importantes publicaciones literarias, entre otras The New York Times Book Review y Babelia (El País, España). Desde 1989 reside en Nueva York. Ha dado conferencias en varias universidades norteamericanas y en la actualidad es el Primer Secretario de la Embajada de Honduras ante las Naciones Unidas. Sus cuentos figuran en diversas antologías publicadas en alemán, ruso, inglés y español; entre las más reciente se encuentra Se habla español. Voces Latinas en USA (Alfaguara 2000).
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Marta Susana Prieto

Marta Susana Prieto nació en Puerto Cortés, Honduras, donde cursó sus primeras letras, más estudió la secundaria en el Instituto María Auxiliadora de Tegucigalpa. Hizo estudios de Administración de Empresas y gerenciales que complementó en arte, filosofía e historia.
Viajera y lectora incansable, comenzó a escribir en su edad madura, incursionando en la narrativa.
Ha publicado Melodía de Silencios (1999) y el libro de cuentos Animalario(2002) y Memoria de las Sombras, novela histórica (2005) que la hizo acreedora de una distinción de Casa de las Américas de Cuba.




RAMON OQUELI
El Intelectual mas completo

Si Heliodoro Valle es el "polígrafo" de Honduras y de América durante los primeros sesenta años del presente siglo veinte, y por consiguiente "el hondureño del siglo", algunos autores han propuesto que por lo menos en los años setentas y ochentas de la presente centuria Ramón Oquelí ha sido el intelectual más completo con que ha contado Honduras.

La propuesta es difícil por cuanto existe también el trabajo historiográfico, ensayístico y divulgativo de Mario Argueta, Mario Felipe Martínez Castillo, Marcos Carías Zapata, Litza Quintana, Roberto Castillo y Leticia de Oyuela. Sin embargo, como los intereses intelectuales de Oquelí son muchos y de largo tiempo, Juan Ramón Martínez y Segisfredo Infante continúan sosteniendo la tesis que el trabajo intelectual del aludido arranca desde mediados de los años sesentas con un vigor multifacético pocas veces visto en la historia nacional.

Desde luego que han aparecido nuevos e importantes ensayistas a finales de los años ochentas y comienzos de los noventas del siglo en vísperas de clausurar. Pero Oquelí continúa con mucha erudición alentando el trabajo de los demás.

EL ENSAYISTA DEL SIGLO:

Rafael Heliodoro Valle

El abogado, escritor y diplomático don Eliseo Pérez Cadalso, escribió en varias oportunidades que si José Cecilio del Valle era el más importante intelectual hondureño del siglo diecinueve, Rafael Heliodoro Valle lo era en el siglo veinte.

Para graficar su afirmación don Eliseo proponía la imagen de un "Hecatónquiro", héroe mitológico de cien manos y cien ojos con los cuales podía mirar y trabajar simultáneamente.

Aunque el historiador Ramón Oquelí propone al olanchano Alfonso Guillén Zelaya como el más importante pensador hondureño durante el siglo veinte, acepta que Heliodoro Valle es el paisano que cuantitativamente realizó más trabajo periodístico y ensayístico en la presente centuria.

Rafael Heliodoro Valle nació en Tegucigalpa en el año 1891, y falleció en la ciudad de México en 1959, donde residió la mayor parte de su vida. Publicó la más extensa obra histórica y bibliográfica que jamás un hondureño hubiera publicado. Fue amigo y maestro personal de varias generaciones de intelectuales hispanoamericanos.

Fundó el Ateneo de América en Washington. Y el gran ensayista y poeta mexicano Alfonso Reyes, ponderó a Heliodoro Valle como "el espejo de la cultura de su época". Sea como fuere podemos afirmar que Rafael Heliodoro Valle es el escritor y periodista hondureño de mayor trascendencia continental en la historia de la literatura hispanoamericana del siglo veinte, y que amó entrañablemente a su pequeña Honduras.

FROYLAN TURCIOS:

"EL PRINCIPE DEL CUENTO"

Al margen de las opiniones de algunos críticos de vanguardia, en Honduras Froylán Turcios inicia y desarrolla como nadie, en las primeras tres décadas del siglo veinte, el género del cuento.

Turcios es un hombre que además de cultivar la poesía preciosista, trabajó con disciplina de joyero el cuento y el relato provincial y al mismo tiempo cosmopolita. Sus textos exhiben (bajo el influjo del italiano Gabriel D'Annunzio) maestría en la trama, perfecto dominio del lenguaje, y aquellos finales inesperados que tanto gustarían posteriormente a escritores como Jorge Luis Borges.

Froylán Turcios nació en Juticalpa, Olancho, se presume que en el año 1875, muriendo en Costa Rica en 1943. Su obra más importante se recoge en los "Cuentos del amor y de la muerte" (París, 1929), y en sus extraordinarias "Memorias" publicadas originalmente por entregas en San José de Costa Rica, reeditadas en forma de libro por la Universidad Autónoma de Honduras.

Turcios y Heliodoro Valle son algunos de los más importantes promotores de la juventud intelectual de nuestro país. Actualmente el joven poeta hondureño, José Antonio Funes, prepara en la Universidad de Salamanca su tesis de doctorado sobre toda la obra literaria del cuentista Turcios.

RAMON AMAYA AMADOR:

"NOVELISTA POR EXCELENCIA"

Aunque Honduras cuenta en su haber con un listado singular de novelistas importantes como Lucila Gamero de Medina, Froylán Turcios, Carlos Izaguirre, Paca Navas de Miralda, Marcos Carías Zapata, Julio Escoto y Roberto Castillo, sin lugar a dudas Ramón Amaya Amador es reconocido por la mayoría de los lectores hondureños como el gran novelista social del siglo veinte hondureño.

Ramón Amaya Amador nació en el municipio de Olanchito, Yoro, el 29 de abril de 1916, falleciendo trágicamente en Checoslovaquia en 1966, dejando a su paso una estela de obras publicadas e inéditas.

Juan Ramón Martínez, su biógrafo principal, afirma que cuando el escritor olanchitense comenzó a redactar por entregas su novela principal "Prisión Verde", Amaya Amador era un marxista intuitivo, inocente y elemental, que se había iniciado en el conocimiento de las propuestas teóricas en favor del proletariado mundial, y especialmente de los obreros agrícolas de la zona norte de Honduras.

Las novelas de Amaya Amador son probablemente (después de la Biblia cristiana) los libros más leídos por el lector común hondureño.

ALFONSO GUILLEN ZELAYA:

"POETA Y PENSADOR

Alfonso Guillén Zelaya nació en Juticalpa, Olancho, en 1888 y falleció en la ciudad de México en 197. Fue poeta, periodista insobornable y pensador.

Para Medardo Mejía era "un poeta enorme". Don Eliseo Pérez Cadalso, pese a su pasión por la poesía del comayagüelense Juan Ramón Molina, postula al olanchano como el mejor poeta nacional de todos los tiempos.

Y el historiador don Ramón Oquelí Garay, considera que Guillén Zelaya es el más importante pensador hondureño durante el siglo veinte.

Segisfredo Infante, por su parte, sostiene que es difícil evaluar el trabajo ensayístico de Guillén Zelaya, frente al encanto y reciedumbre del ensayo más o menos corto de don Medardo Mejía, otro hondureño singular.

La obra poética de Guillén Zelaya puede ser consultada en el libro "El Quinto Silencio" (UNAH, 1994), y su obra periodística, recopilada en dos tomos por Julio Rodríguez Ayestas, Ramón Oquelí y Tomás Erazo, se encuentra en proceso de diagramación y prensa en los talleres de la Editorial Universitaria.

Las personas amantes de la buena lectura recuerdan su poema "La casita de Pablo", el pensamiento "Lo esencial" y su ensayo "La inconformidad del hombre". Su obra conjuga, por etapas, el modernismo literario, el panteísmo filosófico y el marxismo social.

DOCE POETAS EXTRAORDINARIOS,(Y UNO MAS):

Oscar Acosta

Para la mayoría de los escritores hondureños, y para el público lector en general, Juan Ramón Molina continúa siendo el "príncipe" de la poesía nacional, llegando a ser comparado varias veces con el nicaragüense continental, padre del modernismo hispanoamericano, don Rubén Darío.

Sin embargo Molina fallece en 1908, a la edad de treinta y tres años y medio, quedando incompleta su carrera literaria y dejando un vacío creciente sobre todo en el género de la poesía. Por eso en los albores del tercer milenio es pertinente agregar y considerar la labor literaria de otros poetas extraordinarios. Tanto por la calidad de su obra, por la dedicación a las letras como por el grado relativo de influencia ejercido en las nuevas generaciones de escritores, en el siglo veinte hondureño son insoslayables los siguientes doce poetas:

Alfonso Guillén Zelaya, Rafael Heliodoro Valle, Ramón Ortega, Clementina Suárez, Jorge Federico Travieso, Jaime Fontana, Antonio José Rivas, Oscar Acosta, Roberto Sosa, Nelson Merren, Edilberto Cardona Bulnes y José Luis Quesada.

Excluimos de la lista al formidable José Antonio Domínguez (1869-1903), en tanto que el autor del "Himno a la Materia" produjo su obra sobre todo en la segunda mitad del siglo diecinueve. Cabe señalar que de los doce poetas mencionados, Antonio José Rivas (QEPD), Roberto Sosa, Edilberto Cardona Bulnes (QEPD) y José Luis Quesada, han dedicado la mayor parte de sus vidas al magisterio casi exclusivo de la poesía, ejerciendo una profunda influencia en la literatura hondureña de los últimos treinta años.

Por su parte Clementina Suárez (QEPD), marcó el sello de la poesía femenina nacional, en tanto que Oscar Acosta introdujo el concepto de lo cotidiano en el verso y Nelson Merren la irreverencia del lenguaje.

Aunque existen varios poetas jóvenes de reciedumbre indiscutible y de reciente data que alumbrarán el camino durante las primeras décadas del próximo siglo, la mayor parte de los estudios literarios nacionales y extranjeros han sido dedicados a Juan Ramón Molina, Roberto Sosa, Oscar Acosta, Antonio José Rivas y Edilberto Cardona Bulnes.

Justamente el poeta Leonel Alvarado se encuentra preparando su tesis de doctorado en Hyatesville, USA, sobre la obra "versual" de Cardona Bulnes, postulado por algunos estudiosos como uno de los más formidables poetas centroamericanos.

MIGUEL ANGEL RUIZ MATUTE:

"EL MAGO DE LA PINTURA"

Miguel Angel Ruiz Matute nació en San Pedro Sula el primero de marzo de 1928. Comenzó a dibujar a los cinco años de edad, hizo estudios de artes plásticas en Tegucigalpa y en México. Realizando exposiciones exitosas de pintura en España e Inglaterra, donde ha residido mucho tiempo.

Junto con Zelaya Sierra, Luis H. Padilla, Gregorio Sabillón y Moisés Becerra, Miguel Angel es indiscutiblemente el pintor hondureño que más le ha dedicado tiempo al arte sutilísimo de pintar, experimentando diversas etapas pictóricas en su arte personal. Para Segisfredo Infante su exposición de varios "Lázaros" hace más de diez años en el Banco Atlántida, constituyó uno de los momentos cumbres de este pintor, quien además es amante y conocedor de la buena literatura.

Copyright (C) 1997, LA TRIBUNA.