CUENTOS Y LEYENDAS

El regalo de Juanita

Juanita de quince años de edad al abrir su regalo encontró una tabla con números, letras y las palabras si y no

San Pedro Sula, Honduras 21.08.2010
Jorge Montenegro
redaccion@laprensa.hn

La tía Nolvia había regresado de los Estados Unidos, trajo ropa y juguetes para los sobrinos, todos le hicieron rueda y uno a uno fueron abriéndolos, Juanita de quince años de edad al abrir su regalo encontró una tabla con números, letras y las palabras si y no.

¿Tía que es esto..? la tía Nolvia agarró la tabla y dijo. Ésta se llama la tabla guija, el juguete que está causando sensación en los Estados Unidos y México, más tarde les voy a enseñar cómo se juega.

Llegaron a la casa otros familiares a saludar a la tía y mientras conversaba Juanita preguntó: Tía Nolvia ¿cuándo vamos a jugar con la tabla que nos trajo..? ¡ahhhh..!, sí.., contestó... vamos a aprovechar que estamos casi todos los de la familia, para que vean esta maravilla de juego, vamos a la mesa del comedor que es grande y redonda, eso sí los niños pequeños no pueden participar. Todos llevaron sus asientos y se colocaron alrededor de la mesa.

Juanita colocó la tabla en el centro y la tía explicó. Vamos a tomar este pequeño vaso y lo colocamos aquí, sólo se toca con la punta de los dedos, se hacen preguntas y los espíritus se encargan de contestar dirigiendo el vaso hacia el abecedario donde uno va formando las respuestas, el SÍ y el NO que ven aquí, es para contestar más rápido. A ver ¿quién quiere hacer una pregunta..? Yo, dijo Juanita... ¿quiero saber si mi abuelito puede venir desde el más allá..?

El vaso apenas tocado con la punta de los dedos comenzó a moverse pasando por las letras del abecedario hasta formar la palabra "Aquí estoy..". Luego la niña preguntó: Abuelo, nunca pude encontrar el anillo que perdí y que tú me regalaste. El vaso se movió de nuevo y la respuesta fue... ese anillo está debajo del colchón de tu cama. La niña se fue a su cuarto, alzó el colchón y ahí estaba el anillo, se puso nerviosa y ya no quiso regresar al comedor, los demás miembros de su familia siguieron jugando con aquella tenebrosa tabla de lectura espiritista que se vende como un simple juego, pero ha cobrado muchas víctimas alrededor del mundo.

Al caer la noche, aquella familia seguía preguntado a los muertos a través de la diabólica tabla, muy cerca de las doce la tía Nolvia preguntó: ¿Si realmente no te escondes detrás de esta tabla puedes darnos una señal de tu presencia..? La mesa comenzó a temblar, nadie podía separar sus manos de la mesa, estaban petrificados, aterrorizados, vieron varias sombras salir de las paredes, una voz ronca dijo: Estoy con ustedes, pero quiero a la niña que se fue, si no me la entregan morirán.

Todos quisieron gritar, pedir auxilio, solicitar la presencia de alguien que llegara a sacarlos de aquel momento tenebroso más no pudieron. Las sombras regresaron a la pared y la voz repitió: Quiero a la niña que se fue... ella tiene que jugar con la tabla... de nuevo todo tembló en aquella casa, después un silencio absoluto. El primero en reaccionar fue Raúl, el hermano mayor. En qué lío nos has metido Nolvia, jamás le entregaré a mi hija al diablo, vos trajiste la tabla, vos la vas a destruir delante de todos, aquí está este cuchillo para que la despedaces. Nolvia estaba blanca como un lirio, tomó el cuchillo y partió la Guija, luego tomó los pedazos y los arrojó a la basura. Nuevamente Raúl habló: ni una sola palabra de lo que aquí sucedió, ¿entendido..? Todos movieron la cabeza en señal de aprobación.Por la mañana, Juanita llegó al comedor, sus familiares estaban en silencio mientras les servían el desayuno, la niña exclamó: ¿Quién botó la tabla?, acto seguido sacó la Guija del basurero, estaba intacta, inmediatamente Raúl habló. Hija, pon la tabla en esa mesita, tenemos que hablar tú y yo, la pequeña obedeció y acompañó a su familia en el desayuno. Minutos después Raúl tomó la tabla, la colocó en una bolsa de plástico y dijo a su hija... ven... acompáñame. Minutos más tarde platicaba Raúl con el sacerdote de la Iglesia explicándole lo sucedido, Juanita casi se desmaya al escuchar que el demonio la quería a ella.

Los tres oraron agarrados de la mano frente al altar mayor pidiendo la presencia del Espíritu Santo. Lo terrible para Raúl y su hija fue que al regresar la tía Nolvia había sido degollada con el mismo cuchillo con el que rompió la tabla, tres días más tarde se suicidó el único hijo que tuvo la tía Nolvia. A veces ocurren cosas insólitas que no tienen explicación, eso fue lo que pasó con Juanita. La tabla que había quedado en manos del sacerdote en la Iglesia apareció de pronto cuando todos estaban sentados esperando la cena, la niña impulsada por una fuerza superior se paró sobre aquella mesa y tomando la tabla entre sus manos dijo: "soy hija de Dios, ninguna tabla, ningún demonio me puede tocar ni tocar nunca más a mi familia, el Espíritu Santo de Dios está con nosotros".

La casa tembló desde su cimientos, la tabla se desintegró en las manos de Juanita, quien se mantuvo firme sobre la mesa, Raúl extendió las manos a su hija y le ayudó a bajar de aquella mesa, todos la abrazaron llorando de felicidad. El peligro creado por la tabla Guija había desaparecido quedando demostrado que nunca las fuerzas del mal podrán contra el poder de Dios.

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  • (**Fuente: Diario La Prensa.)