CUENTOS Y LEYENDAS

El verdugo

Don Juan comenzó a sospechar que algo le sucedía a su hijo, lo miraba pensativo, se levantaba tarde como si se hubiese desvelado y comía poco. El viejo no le dijo nada, simplemente dejó correr su imaginación

San Pedro Sula, Honduras 21.08.2009
Jorge Montenegro
redaccion@laprensa.hn

Atardecía. Mauro llegó a su casa cansado, sabía que su papá lo esperaba para preguntarle cuántas personas le habían pagado, ya que el viejo era prestamista. Después de rendir cuentas se acostó pensando que se había convertido en un esclavo del papá, por cualquier cosa lo insultaba y a veces lo golpeaba con un alambre. Todos en el pueblo sabían que don Juan, que así se llamaba el viejo, era un verdugo con su propio hijo. Una mañana lo llamó.

-Vas a ir donde doña Concha a cobrarle lo que me debe, decile que si no me paga va a amanecer con un puñal en la espalda.
-Puedo ir a cobrarle, papá, pero no puedo decirle eso, es una señora de respeto.
-Vos le vas a decir lo que te mando y punto.

Don Juan obligaba a su hijo a amenazar a las personas que le debían dinero, si no lo hacía lo golpeaba. En el pueblo había una joven que sentía lástima por lo que le sucedía a Mauro y lo comentaba con su madre.

-Viera mamá cómo me duele lo que le pasa a Mauro, siempre anda golpes en el rostro y se le ven los moretes en los brazos. Ese señor es un verdugo con el hijo, pero de repente se le va a ir, por lo menos es lo que escuché comentar a los muchachos.
-Es difícil Margarita, es difícil, ese señor lo mantiene bajo el imperio del terror, la mamá no pudo soportar los sufrimientos que le causaba Juan y murió del corazón.

-Ojalá y Dios le ayude a salir de ese tormento mamá.
-Así sea, hija mía.

Margarita era bonita, amable con todo el mundo, dulce de carácter y excelente hija. Un día jueves, Mauro y Margarita se encontraron en la calle, él la recordaba de niña y no la había visto desde hacía varios años, quedó sorprendido al verla convertida en una linda joven.
Platicaron y aquello fue amor a primera vista; pasaron dos días y aquel amor lo mantenían supuestamente en secreto, sin embargo, la gente ve y escucha. Mauro se rió cuando un amigo comentó:

-Papo Mauro, vos si que sos suertudo, te conseguiste a la cipota más bonita del pueblo sin hacer mucha bulla.
- ¿Y a vos quién te dijo eso?
- Es que los hemos visto juntos, con decirte que hay muchos que se mueren de envidia.
- Pues que se mueran porque Margarita es mi novia y a lo mejor terminamos casándonos que sabemos, jajajaja.

Don Juan comenzó a sospechar que algo le sucedía a su hijo, lo miraba pensativo, se levantaba tarde como si se hubiese desvelado y comía poco. El viejo no le dijo nada, simplemente dejó correr su imaginación.
“Se me hace que está enamorado -pensó- hoy lo voy a seguir para ver dónde se mete”.

Llamó a su hijo para decirle qué casas tenía que visitar para cobrar lo que le debían, sigilosamente lo siguió y lo vio entrar en una casa, luego el muchacho salió acompañado de su novia sin sospechar que su papá lo estaba mirando.
“Conque esas tenemos, ¿verdad? Pero ya a ver esa payula quién es el que manda, nadie me va a quitar a mi hijo”.
Cuando el muchacho regresó a su casa no le dijo nada, recibió el dinero de los cobros y le dijo: “Quiero saber si tenés novia Mauro, me vas a decir la verdad”.

El joven negó lo que su padre le preguntaba y hasta ahí llegaron las cosas.
Una mañana don Juan iba para unos potreros a ver unas vacas de su propiedad. En el camino encontró a Margarita, la saludó y le preguntó para dónde iba, ella muy gentil contestó:

-Voy a comprar unos huevos, mamá va a hacer pan.
El viejo de inmediato le recomendó: -Yo podría llevarte donde un amigo, él vende los huevos a mejor precio, es por este camino.

Margarita confió en don Juan y lo siguió por una vereda, pero al llegar a un lugar solitario el viejo levantó su machete y la decapitó, posteriormente cortó el cuerpo en pedazos y lo enterró.

Ante la tardanza de Margarita sus familiares comenzaron a buscarla, luego sus amigos y finalmente Mauro, su novio. Buscaron durante todo el día y al día siguiente también y no se supo más de ella. Don Juan vio a su hijo muy triste y al final le preguntó qué, Mauro fue franco al decirlo:

-Es que ha desaparecido Margarita, ella es mi novia.
De inmediato el viejo le dijo que lamentaba lo que le pasaba y se ofreció para ir a buscar de nuevo a la muchacha. Anduvo con sus peones fingiendo que buscaba por todos los rincones, pasaron tres días y los peones dieron cuenta de la búsqueda manifestando que todo había sido inútil.

Una noche el viejo se sentó en una silla mecedora mientras Mauro, encerrado en su cuarto, lloraba la ausencia de su novia. El viejo estaba tranquilo cuando de pronto sintió que alguien lo mecía, trató de levantarse y no pudo, una fuerza extraña lo sostenía, quiso llamar a Mauro para pedirle ayuda y no pudo. De entre las sombras surgió la figura de Margarita con un machete en la mano, se acercó al hombre y de un certero golpe lo decapitó.
Mauro escuchó ruidos y se levantó inmediatamente, -Margarita, amor mío, has regresado.

El fantasma de la joven lo agarró de una mano y le dijo:
-He vuelto por ti.
Cuenta la leyenda que en las noches de luna se ve a los novios agarrados de la mano caminando hacia las montañas, mientras que en la casa de don Juan se escuchan unos gritos espantosos.

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  • (**Fuente: Diario La Prensa.)