JOSE TRINIDAD CABAÑAS FIALLOS

TEGUCIGALPA, AL NACER CABAÑAS.

Por Lic. Miguel Cálix Suazo
mcalixs@yahoo.com
Presidente del Instituto Morazánico
(Coordinador Comisión Nacional Organizadora del Bicentenario del Nacimiento de Cabañas)

Para comprender y catalogar la grandeza de las ideas y luchas de hombres como José Trinidad Cabañas Fiallos, que sacrificaron sus vidas para legarnos la libertad de que gozamos hoy, es preciso conocer las circunstancias y el medio en que se desenvolvieron, que eran muy distintos a los de la actualidad, no sólo en lo material, sino también en las costumbres y en lo político, cultural, económico, social y religioso. Es preciso conocer también el contexto de los acontecimientos externos que, lenta y tardíamente, llegaban al conocimento general, dado el altísimo grado de analfabetismo (98%) y de crudo fanatismo.

Por tales razones, es conveniente, para empezar, que señalemos que hace 200 años –cuando nació Cabañas- en la llamada Villa de San Miguel de Tegucigalpa y Heredia se vivía una vida apacible, carente de muchos de los servicios modernos que proporciona la energía eléctrica, tales como el alumbrado general y los medios de comunicación para difundir las ideas. Esta pequeña villa, en que se daba gran importancia a las buenas costumbres, estaba formada por solamente 86 familias de españoles y 507 de ladinos, de todos los cuales se conocían 233 solteros. La villa era cabeza de la Subdelegación de Tegucigalpa, que a su vez estaba constuida por 159 familias de españoles, 1,650 de ladinos y 975 solteros. El mayor porcentaje era de indios -principalmente en Comayagüela- y de mulatos, que se empleaban en las minas. Los criollos, que eran los nacidos de españoles e indias, controlaban los medios de producción. La producción de plata que durante tres siglos había convertido a la Villa en el “Tesoro” del Reino de Guatemala, había entrado en decadencia y hacía 17 años aquélla había perdido su categoría de Alcaldía Mayor otorgada desde 1578, con lo cual había dejado de ser autónoma y pasado a ser dependiente de la Intendencia de Comayagua. La Villa llevaba seis años de estar reclamando ante la Corona española –por intermedio de la Capitanía General de Guatemala- su antiguo estatus, lo que sólo pudo recuperar en 1818, cuando faltaban tres años para la declaración de su Independencia, ocurrida el 28 de setiembre de 1821.

En la Plaza Principal –donde hoy se halla la bellísima Plaza Cívica “Francisco Morazán”- se llevaba a cabo la mayor actividad comercial y cultural y en sus alrededores había un conjunto de hermosos edificios, como el de la Catedral, el Cabildo o Ayuntamiento y el de Los Portales, que había pertenecido a la Cofradía del Señor de la Fe; y otros, que eran propiedad de las principales familias, como la don Antonio Tranquilino de la Rosa, don Ponciano Planas y la familia Urmeneta. Cerca de esa Plaza Principal, con rumbo al Oriente, casi al final de la calle, destacaba el Templo de San Francisco y su Convento, frente a una plazoleta en cuyo centro había una pequeña fuente pública. A un lado de esta plazoleta había una construcción de adobe y tejas, con balcones enrejados y arcos de piedra tallada, y fue allí, en donde el 9 de junio de 1805 abrió sus ojos por primera vez el que se convertiría en el más honrado hombre que ha producido Honduras y Centroamérica, José Trinidad Cabañas Fiallos, hijo legítimo de don José María Cabañas y doña Juana Fiallos. Al Oeste de la Plaza y muy cercana a ella, 13 años antes había nacido quien más tarde sería el alma de la Historia de Centroamérica, José Francisco Morazán Quesada, que ya había aprendido a escribir con elegancia y las primeras reglas de la Aritmética, así como Gramática Latina, servida por Fray José Antonio Murga en el Convento San Francisco ya mencionado.

Con anterioridad y hasta el momento del nacimiento de Cabañas, en el mundo habían sucedido muchos acontecimientos externos importantes que buscaban cambiar el regímen colonial, los cuales pronto iban a ser absorbidos por él y por Morazán, al juntarlos el destino en Comayagua, en donde se hallaba el ideólogo de ambos, Dionisio de Herrera, que para 1805 contaba con 24 años de edad, pues había venido al mundo en Choluteca en 1781. Entre esos sucesos deben mencionarse los aportes de los Enciclopedistas; los ocurridos en 1776 cuando Estados Unidos de América se independizó de Gran Bretaña; la Revolución Francesa, que comenzó tres años antes de que naciera Morazán, y que aportó al mundo los Derechos Fundamentales del Hombre, Libertad, Igualdad y Fraterenidad; los aconteci-mientos posteriores, como la invasión de las Tullerías por el pueblo parisino, la ejecución de Luis XIV y María Antinieta y la aparición de la Epoca del Terror en Francia, que acabó con grandes líderes de la misma Revolución Francesa, como Marat, Dantón y Robespiere; la prisón en Nueva Granada de Antonio Nariño por difundir los derechos del hombre y del ciudadano; la prisión en México de Fray Fernando de Mier por publicar “El Sermón Guadalupano”; las campañas de Napoleón en Italia, Austria, y Egipto; el robo, por parte de los ingleses, de territorios pertenecientes a España; la conquista de la India por parte de Gran Bretaña; la Independencia de Haití; la declaración de la guerra del monarca español, Carlos IV, en contra de Gran Bretaña; la promulgación del Código Civil por Napoleón; y finalmente, en 1805, cuando nació Cabañas, el juramento de Simón Bolívar en el Monte Sacro de Roma, de liberar del dominio español a las colonias americanas…

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