REPUBLICA DE HONDURAS

CRISTOBAL DE PEDRAZA
fundador de Honduras

Por: Segisfredo Infante

Cualquier adjetivo sustantivado para describir la poderosa personalidad histórica del licenciado Cristóbal de Pedraza, puede redundar en algo demasiado pobre. Se trata, sin embargo, del más importante defensor de los indios lencas, conciliador de los españoles en conflicto y fundador del submodelo de civilización hondureña, a quien podemos localizar documentalmente en los inicios del período colonial de esta provincia. Pero Cristóbal de Pedraza, salvo para los especialistas, sigue siendo absolutamente desconocido.

Por causa del pillaje y de los desafueros de la primera oleada de conquistadores que arribaron a la provincia de "Ygueras y Cabo de Honduras", lo mismo que por los salvajes abusos de Pedro de Alvarado y de sus aliados los carniceros indios "achises", cometidos en contra de las comunidades lencas de la zona nor-occidental de estas mismas tierras, la corona española determina enviar, a finales de 1537, al sacerdote don Cristóbal de Pedraza, con tres poderes extraordinarios que de hecho lo colocaban por encima de los gobernadores españoles, a quienes había que restringirles sus desmedidas ambiciones personales. El emisario católico venía, según el historiador y antólogo Edwin Aguiluz Milla, con el título de "Protector de Indios", con la atribución de administrar el capítulo espiritual de una diócesis vacante, y con autoridad suficiente para impartir justicia sobre los litigios de los más importantes conquistadores de aquel entonces.

Hasta aquí la parte administrativa. Al verdadero Cristóbal de Pedraza comenzaremos a conocerlo mediante el contenido profundo del primer informe (raras veces publicado) que él envía apresuradamente al Consejo de Indias y a la corona española, el dieciocho de mayo de 1539. En este documento excepcional, redactado hace cuatrocientos sesenta y cuatro años (464), el autor presenta una radiografía general de las potencialidades económicas pero también del estado calamitoso, o de extrema pobreza, en que se encontraba la provincia de Honduras. Es un informe antropológico, histórico, geográfico, económico, político y militar de primer orden, de una rigurosidad análoga a la de Tucídides el griego, o a la de Ib'Jaldún, el historiador de origen musulmán.

El mencionado informe describe, además, el despoblamiento indígena, el sitio y asalto del peñol de Cerquín, la derrota de Cicumba, los pleitos intestinos y el mal gobierno de conquistadores como Cristóbal de Olid, Diego López de Salcedo, Hernando de Saavedra, Vasco de Herrera, Diego Méndez, Andrés de Cereceda, Diego García de Celis y Pedro de Alvarado, quienes sólo "desdichas" habían traído a la provincia. Reconoce, sin embargo, la labor pacificadora y realmente constructora del Adelantado con Francisco de Montejo y del capitán Alonso de Cáceres.

< Con esta carta de relaciones de mayo de 1539 y otros informes posteriores, el humanista don Cristóbal de Pedraza colocará las primeras piedras de un Estado de derecho colonial que serán el cimiento del submodelo de civilización criollo-mestiza de Honduras, proceso histórico que será refrendado por las "Leyes Nuevas" de 1542, promovidas por el fraile dominico don Bartolomé de las Casas. A partir de aquel momento los indígenas (y los primeros mestizos) dejarán de ser simples esclavos para convertirse poco a poco en súbditos de la corona española, y al mismo tiempo en protegidos de la Iglesia Católica.

Por todos los sacrificios civilizadores y evangelizadores en la defensa física y espiritual de los indios de esta ignota provincia, y a pesar de algunos defectos, don Cristóbal de Pedraza debería ser, post mortem, hondureñizado y proclamado padre de la nación hispano-mestiza de Honduras, y padre de una verdadera historiografía nacional. Tegucigalpa, MDC., 7 de septiembre del año 2003

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