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Xena: Warrior Princess y todos sus personajes son propiedad de MCA/Universal Pictures y de Renaissance Pictures.  Mi E-mail es: sliders_dc@yahoo.com 


JUGUETES DE LOS DIOSES

By Darien

CAPITULO 1

Xena y Gabrielle caminaban juntas hacia una aldea llamada Laquis.
Gabrielle se encontraba muy contenta puesto que había terminado de escribir una nueva historia.

-¡Xena, he terminado un nuevo cuento! ¿Quieres que te lo lea?-Comentó alegremente Gabrielle.
-Lo harías de todas manera, así que léelo-contestó Xena con voz burlona y sonriéndole a Gabrielle.

Cuando Gabrielle se disponía a leer su prosa un ruido estremecedor dominó el momento, ambas amigas elevan las cabezas hacia los cielos y he aquí que el estruendo eran rayos, los cuales parecían cortar el cielo en pedazos.

-Algo anda mal Gabrielle, no hay ninguna nube y los relámpagos se ven muy diferentes a los de costumbre- replicó Xena muy preocupada sea lo que sea esta situación escapa totalmente a sus posibilidades.
-¡¡¡Mira Xena algo sucede!!!.- balbuceó Gabrielle. 

En ese instante el cielo se quiebra, la Tierra parece detenerse en una fracción de segundo, una luz brillante colma el planeta, la tela de la realidad es rasgada y todo lo que una vez fue deja de existir, luego la brillante luz comienza a desaparecer dejando paso a un nuevo mundo...

Lo primero que se logra contemplar es un bosque cerca de un pueblo al ver más de cerca se escucha el crujir del acero contra el acero, estamos presenciando una batalla, la misma parece ser desigual, son una docena de soldados contra una sola guerrera. Pelea con gran habilidad y destreza, sus movimientos son precisos y mortales, en poco tiempo el número de soldados se reduce a la mitad.
Parece que la guerrera disfrutara el matar, hay en su rostro satisfacción y placer al derramar sangre.
La pelea termina y como se dijo anteriormente, una docena de soldados contra una guerrera es una lucha desigual si la guerrera se llama, Xena Princesa Guerrera.

-¡Malditos cobardes! No se puede conseguir guerreros leales en estos días, ahora tendré que hacer el trabajo yo sola, por lo menos será divertido- piensa Xena en voz alta. Monta su caballo Argo y se dirige rumbo a Soral un pueblo de granjeros y artesanos.

Al caer la noche Xena se detiene en un paraje y levanta un campamento, prende el fuego para preparar su comida. Ya satisfecha se dispone a dormir cuando se escuchan ruidos de una multitud que se aproxima a ella.

Xena se apronta a pelear y desenvaina su espada, de pronto de los arbustos sale alguien la guerrera se sorprende no es lo que esperaba, era una joven mujer con cabellos rubios y muy delicada, en su rostro se dibujaba una expresión de terror, se aproxima a ella y le dice...

-¡¡Por favor ayúdame esos hombres quieren violarme no los dejes por favor... por favor!!- replicó la joven.

En ese instante llegaron los hombres ya no era tiempo de hablar sino de pelear.
Xena blande su espada con mucha pericia y eficiencia ya que al terminar la lucha ninguno de ellos está con vida.

-Basura, sólo eran basura, ni siquiera pudieron mantenerse con vida diez minutos.
Reprochó la guerrera a medida que volteaba hacia la joven, la cual la abrazó con fuerza y le agradeció haberla salvado de una muerte segura, pero al segundo Xena suelta a la blonda y la empuja cayendo ésta al suelo, la joven queda desconcertada.
Xena acerca su espada a la muchacha y de dispone a decapitarla, cuando la mujer grita...

-No, por favor no me mates...
-¿Por qué no he de hacerlo? Tú no me sirves para nada.
-Déjame ir no me volverás a ver, te lo prometo.
-Eso no es divertido, además si se enteraran que Xena le perdonó la vida a alguien sería muy mala fama para mí.
-¿Xena? ¿Tú eres Xena La Princesa Guerrera?
-Sí, veo que me conoces.

El rostro de la muchacha empalideció y el terror volvió a colmarla.

-No por favor...puedo serte útil...si puedo...seré tu esclava...sé cocinar, coser...y y y... además puedo ser el mejor señuelo...tú sabes, me veo inocente...nadie sospecharía de mí por favor, por favor.

El rostro de Xena queda pensativo por unos segundos.

-No había pensado en ello, tal vez...puedas serme útil.
Envaina su espada, toma a la joven mujer le ata las manos y los pies.
-Si seré tu esclava...tu fiel y sumisa esclava, ¿ves? Tú me atas y yo no digo nada ya verás, te seré muy útil.
-Ya cállate, me molesta escuchar tu voz.
-Si ya no hablaré sabes es un placer seguir tus órdenes...
Xena la mira fijamente a los ojos, parecía que salían dagas de ellos, ante tan terrible mirada la blonda muchacha dejó de balbucear y ambas mujeres se fueron a dormir.

CAPITULO 2

Ya de mañana...

-Despierta basura, ya es hora de movernos. Grita Xena mientras patea a la joven y la corta las ataduras de los pies.
-¿He?...¿Qué? Oh si ya me levanto...ya estoy lista Xena.
-Debemos llegar a Soral antes del anochecer.
Ambas mujeres caminan por horas en completo silencio hasta que...
-¿Qué haremos en Soral?
-Te dije que no hablaras.
-¿Qué hay de malo en hablar? Se hará mas corto el viaje, tal vez puedas contarme alguna historia de tus batallas, ¿sabes? siempre quise ser escritora, tú sabes ser famosa escribir obras de teatro, oye incluso podría ser tu cronista...guau... escribir las "CRONICAS DE XENA LA PRINCESA GUERRERA" seria fantástico...
-Si no quieres que té mate, cállate basura.
-...Es Gabrielle...mi nombre es Gabrielle.
-Escúchame bien "Gabrielle" no soy una persona con mucha paciencia, no me gusta hablar y...
-Cuidado Xena...

En ese momento Gabrielle se tira encima de Xena y la hace caer al suelo y una lanza se clava en el lugar que segundos antes ocupaba la guerrera.
Xena se levanta, ata a Gabrielle en un árbol y se dispone a pelear. Eran sólo un par de ladrones, no fueron rivales para la princesa guerrera. Al volver desata a Gabrielle y siguen su camino.
Xena sabe que le debe la vida a Gabrielle pero su orgullo le prohibe darle las gracias.
Mientras ambas caminan, la joven mira a la guerrera ésta, advirtiendo la mirada de su acompañante, se detiene...

-¿Qué miras?
-¿Yo?...nada..es...sólo que te lastimaste la frente...
-No es nada es sólo un rasguño.
-Se puede infectar, déjame curarte.
-¿Por qué te preocupa a ti mi bienestar?
-Prometí serte leal si perdonabas mi vida. De donde yo vengo es importante cumplir lo que uno promete.

Xena con una expresión muy agresiva saca un cuchillo de su bota y se aproxima a Gabrielle, ésta temerosa, pensando lo peor se cubre con sus manos atadas, el cuchillo se extiende hacia ella y corta las sogas que la sujetaban.

-Me soltaste, yo creí que...
-Que te mataría, si lo pensé, eres molesta, débil y no paras de hablar pero pudiste dejarme morir para escapar sin embargo no lo hiciste, la lealtad es algo que no se ve con mucha frecuencia en estos días.

Gabrielle sonrió y se acercó a la guerrera.

-Ven te curaré la herida. La joven tomó un pedazo de su vestido, lo mojó en el lago y lo pasó cuidadosamente sobre la frente de Xena, limpiando la herida. En ese momento Gabrielle siente algo que jamás había sentido, es tan contradictorio, esa mujer es una asesina de la peor clase, pero había algo en ella, algo que la atraía.
-Debemos seguir caminando.- Dijo Xena.
Reanudan el viaje, al cabo de dos horas ya estaban en la entrada del pueblo, la bella guerrera saca su espada y mata a los primeros dos aldeanos que ve, al contemplar esto Gabrielle grita...
-Noo, Xena, detente!!!
Con mucha ira y fuera de sí, Xena gira y su espada se detiene en la garganta de Gabrielle.
-¿Qué dijiste? Crees que el serme leal te da derecho a decirme lo que tengo que hacer.
-Xena, esta gente es pacifica no puede defenderse ¿Por qué los matas?
-Esta gente sobornó a uno de mis hombres para que me matara y no pagar mas por protección, por culpa de esta gente mis guerreros se rebelaron contra mí cuando les ordené que los mataran a todos, esta gente debe morir.
-Pero Xena si...si los matas nunca aprenderán, ...quema sus casas...destruye sus posesiones, déjalos sin nada...de esa manera aprenderán a no rebelarse contra ti.
-No es divertido de esa manera, tiene que haber sangre, tal...vez...no esté tan mal tu plan, solo que mataré a algunos para que me teman.

Y así lo hizo la guerrera destruyó y quemó todo, mató a muchos aldeanos, finalmente consiguió lo que quería, el pueblo de Soral prometió no volver a rebelarse.
Al salir de allí Gabrielle estaba molesta consigo misma al sentir afecto por alguien peor que el mismísimo diablo.
-Debo admitir que tienes buenas ideas, realmente me serás muy útil.

CAPITULO 3

Xena y Gabrielle caminaron largos meses juntas de un pueblo a otro. La muchacha trataba de limitar a lo menos posible las matanzas de Xena, la cual para entonces tomaba muy en cuenta sus consejos.

-Acamparemos aquí Gabrielle, prepara el fuego, yo iré a cazar un par de liebres
-Está bien princesita...
-Te dije mil veces que no me digas así.- Le dijo con un gesto muy feo.
-Bien, no te diré así, sabes, deberías trabajar mas tu sentido del humor...
-A veces te odio, realmente te odio...
-¿Solo a veces? Eso en bueno, significa que por momentos me quieres.
-Abusas de tu buena suerte, si me sigues molestando no cenaras.
-Bueno no te molestaré mas pero por favor no me dejes sin comer, ...ya se te está volviendo una costumbre...
-Parece funcionar.- Xena sonríe de manera maliciosa y sale de caza, Gabrielle prepara el fuego, luego de haber cenado ambas están satisfechas y se disponen a dormir.
-Hará mucho frío esta noche, creo que helará.- Comenta Xena.
-Xena, solo tenemos una manta, la otra se quemó hace dos días, lo recuerdas.
-Lo que recuerdo es que se te quemó a ti que es distinto.
-Fue un accidente no sabia que las brasa del fuego iban a saltar, ¿Qué haremos?
-Yo en tu lugar buscaría ramas con que taparme, buenas noches.
Ya entrada la madrugada comienza a escucharse un rechinar de dientes.
-Gabrielle deja de hacer ruido, intento dormir.
-Nnnooo pupupuedo tetengo mmumuchoo friiioo.
Xena ve el rostro azul de su compañera y dice.
-Toma, quédate con la manta.
-Pppero XXeena tee heelaraas tuu, es bastante grande, ven la compartiremos...
-¿Quieres que duerma contigo? ¿Qué será lo próximo, qué recite poemas? ni lo pienses
-¿Por qué tienes que ser así princesita, siempre dura, fuerte, demostrar que todo lo puedes? ¿Por qué no actúas de manera normal conmigo? ¡¡Por Dios!! Hace ya ocho meses que viajamos juntas.
-Ya no hables Gabrielle, lo que yo haga o deje de hacer no te incumbe y por si no lo recuerdas, eres mi esclava no mi amiga, así que deja de hablar así.
-¿A qué le temes Xena? ¿Por qué parece por momentos que te agrado y luego que me odias?
-...Yo no le temo a nada...no le temo a nada...
-Entonces comparte la manta conmigo, si dormimos juntas mantendremos el calor corporal, míralo como supervivencia.

Xena la mira con cara de enojo, pero sabiendo en su interior que Gabrielle tiene razón, no dice ni una sola palabra y se acuesta. Gabrielle acerca su cuerpo al de la guerrera y ambas mujeres se duermen.

Al llegar el alba la primera en despertarse es Xena, cuando intenta levantarse ve el brazo de Gabrielle rodeando su cintura, gira, ve el rostro tan inocente y hermoso de su compañera, una sonrisa se dibuja en el duro rostro de la guerrera, extiende una mano y acaricia su rostro tiernamente, en su interior hay sentimientos que no comprende es la primera vez que alguien le preocupa, pero el sentimiento dura poco al instante es reprimido como si algo en su interior la dominara, el odio se apodera de ella, no puede sentir esto por alguien, el afecto es una debilidad, una guerrera como ella no puede amar.

Toma la decisión de irse, dejar atrás a Gabrielle, debe aceptar el hecho que realmente le teme a algo, le teme al amor, comienza a caminar y a cierta distancia monta su corcel y emprende el viaje.
Mas tarde Gabrielle se despierta...

-Xena, Xena ¿Habrá ido a pescar? Un momento, Argo ¿Dónde está Argo?
Al levantarse ve una nota a su lado.
"Gabrielle, me has servida bien en estos meses, he decidido recompensarte con la libertad, vete, vuelve a tu aldea y reza a los dioses que no volvamos a vernos. XENA"
-Maldita princesita, crees que puedes deshacer de mí como si fuera un sucio perro, te encontrare y te diré unas palabras ya veras.- Dice Gabrielle reprimiendo sus verdaderos sentimientos hacia la princesa guerrera.

CAPITULO 4

La blonda joven emprende la búsqueda de Xena, pasan semanas y meses, dos para ser exactos, en estos momentos Gabrielle se encuentra en una aldea llamada Crateb, según varias personas se la vio allí hace un par de días.
Mientras tanto no lejos de allí, Xena pelea con los hombres de Korok, el guerrero mas temido de la zona, el cual tenia hace tiempo deseos de matarla y a la vez pensaba cobrar la recompensa que ofrecían en varios reinos por la guerrera.
La dura mujer peleaba como un león, era superada varias veces en número pero aun así la pelea parecía estar igualada, hasta que desde un par de metros atrás de donde se llevaba a cabo la batalla, se escucha...

-Suéltenme, soy amiga de Xena, ella los matará sin piedad si se entera de esto, suéltenme.- Gritó Gabrielle.
Rápidamente Xena vuelve su cabeza, su rostro denota preocupación.
-¿Gabrielle? No puede ser ¿Qué demonios hace aquí?
-Mi señor Korok, le traigo a esta mujer, dice ser amiga de la guerrera.- Replica el captor de la joven.
-Escúchame, Princesa guerrera, tengo a tu amiga, ríndete o la mataré.- Exclamó Korok con fuerte voz.

Xena por primera vez en años duda, por primera vez no sabe que hacer en medio de una batalla, ¿Quién era esta mujer para que ella se preocupara por su vida? ¿Por qué sentía esta sensación confusa por Gabrielle? Su mente se llenaba de preguntas sin respuestas, lo único que sabia era que no iba a dejar que muriera, decidió rendirse por el momento y poder hacer tiempo para escapar.
-Está bien, me rindo pero no la dañen.
-Veo que te preocupas por tu amiga eso es muy noble de tu parte, te haré sentir lo que yo sentí cuando mataste a mi mejor amigo, lo conocía desde que éramos niños, era como un hermano para mí, juré en su tumba que té haría sufrir, y el destino te puso en mis manos Xena, maten a la joven.- Ordenó Korok
-NOOO!!!!!.- Gritó desesperada Xena.

A la orden de su señor el soldado sacó su espada y se dispuso a matar a Gabrielle, Xena en un movimiento increíblemente rápido lanzó el chakram con fuerza hacia el soldado pero solo logro desviar la espada muy poco, la cual entra a través de la vestimenta de la joven, brotando una mancha de sangre. En ese momento los ojos de la blonda se encuentran con los de Xena y por vez primera ve dolor en la mirada de la dura guerrera para luego caer al suelo inconsciente.

- NOOO!!!!!. MALDITOS, LOS MATARE, LOS MATARE A TODOS!!!!!.- Gritó enfurecida la Princesa Guerrera, lucha con tenacidad y ahínco para vengar a su amiga, a la mujer que ama, hombres tras hombres fueron cayendo hasta que la lucha quedó entre Xena y Korok, la pelea fue dura los dos expertos espadachines sé blandían en duelo a muerte para vengar a un amigo asesinado, pero Korok no contó con que el sentimiento de Xena hacia su amiga era mas profundo que una simple amistad, Korok hizo un mal movimiento y lo pagó con su vida. Xena había vencido, su cuerpo mostraba las marcas de una sangrienta batalla pero para ella era como si no estuviesen, se acercó al cuerpo de Gabrielle con lagrimas en sus ojos, se postró en tierra y tomó el cuerpo, levantó la camisa para contemplar la herida, sorprendida vio que era superficial, entró por el costado sin dañar ningún órgano vital, ¡¡¡Estaba viva!!! Al momento Gabrielle vuelve en si.

-Xena...Xena...
-Está bien, ya todo paso, Gabrielle.- Dice Xena no pudiendo contener una enorme sonrisa al tiempo que abraza a la joven.
Súbitamente Gabrielle besa suavemente a su compañera en los labios, esta la aparte rápidamente.
-¿Qué haces?- Pregunto temerosa
-Princesita te amo, no puedo negarlo y se que tu me amas.
-Que locuras dices, yo no puedo amar... nunca he amado...
-Te mientes a ti misma, la Xena que yo conocí no se habría rendido para salvar mi vida, vi el dolor en tus ojos antes de desmayarme...
-Ya cállate, Gabrielle, no quiero hablar de esto, soy un soldado no tengo lugar en mi vida para el amor.
-Xena te amo, ¿por qué le temes al amor?.
-CÁLLATE!!! No quiero oírte y ahora vete, aléjate de mi...
-No, no lo haré princesita, tendrás que matarme para que me aleje de ti.
Xena comenzó a caminar y Gabrielle la seguía con cierta dificultad.
-Te dije que no me dijeras así.
-Ya no te temo princesita, ese es tu problema, crees que si eres capaz de amar ya nadie te temerá.
-No digas una palabra mas o te mato aquí mismo.
-Eso es lo que quieres, pues hazlo, hazlo si te atreves...

La atormentada guerrera desenvainó velozmente su espada, giró sobre si misma y dirigió el afilado acero hacia la indefensa joven, en esa fracción de segundo la cual a Xena le pareció una eternidad, vio el tiempo compartido por ambas, la vez que le salvó la vida, cuando descubrió los sentimientos que albergaba por ella y al mirar su delicado rostro no pudo hacerlo ¿Cómo matar a la persona que amas? La espada siguió su fatídico viaje y pasó por el lado izquierdo de Gabrielle y se clavó en la tierra, en ese instante la poderosa mujer cae en tierra, postrada de rodillas ante la bella joven de cabellos rubios y la anteriormente dura guerrera rompe en llanto, llanto de dolor.

Gabrielle la toma en sus brazos y ambas lloran como si a través de las lágrimas lavaran sus corazones, Xena libera dolorosos gemidos, su corazón comienza a ablandarse, en él había un muro el cual apresaba sus sentimientos mas nobles, como el amor, la misericordia, piedad y paz, muro el cual fue levantado años atrás cuando un maligno guerrero llamado Cortese atacó su pueblo, mató a su hermano y enveneno su alma para siempre. A medida que las lágrimas brotaban de sus ojos, mas difícil era que el muro se mantuviese en pie, no mucho después se quebró dejando salir todo lo que largamente había reprimido, sentimientos de paz, amor y completa felicidad albergaron su corazón.
Después de un largo tiempo la dulce joven y la guerrera se tomaron las manos y en medio del llanto, Xena dijo:

-Te amo Gabrielle, te amo con todo mi corazón...
-Lo se princesita...te quiero tanto...ven Xena, levántate.
-No puedo Gabrielle, el dolor en mi pecho es tan grande, todo lo malo que he hecho, todo el horror y muerte que causé...a eso le temía, Gabrielle, que si le daba lugar al amor entraría en mi el remordimiento y la culpa; Gabrielle, el dolor es tan fuerte.
Ayúdame, por favor, quédate conmigo...- sollozante, replicó Xena.
-Estoy contigo, Xena, nunca te dejaré, ni los dioses me separarían de ti.

CAPITULO 5

Tras irse de allí y acampar cerca de un arroyo a varios kilómetros del lugar donde ambas se confesaron amor.
Pasaron allí una semana, descansando, recuperándose de las heridas y explorando una nueva y fascinante emoción, la cual parece haberlas ligado para siempre como si fueran almas gemelas destinadas al encuentro.
Xena estaba confundida y a la vez emocionada; nunca había sentido tanto amor. En sus años de guerrera experimentó la fuerza y el poder que dan la guerra pero eso era insignificante ante el poder y la fuerza del amor.

Contemplaba a Gabrielle que estaba en el río bañándose, desde el arbusto en que se encontraba veía el torso y la espalda de la joven; Xena por primera vez en mucho tiempo se siente extasiada, el ver su tersa piel y sus dorados cabellos, se excita pero lo que mas le atrae no es lo físico sino lo interior, sus antiguas relaciones siempre fueron físicas, no había emoción en ellas. Todo esto era diferente para una guerrera que había comenzado a sanar su corazón herido.

En ese momento en el cual está absorta en sus pensamientos, pisó una rama y esta crujió fuertemente alertando a Gabrielle de la presencia del inadvertido público que tenía. Gabrielle giro y vio a Xena entre la maleza, sonrió tiernamente y le dijo.

-Xena... ven al agua conmigo esta deliciosa.
-No gracias, Gabrielle, estaré aquí...juntaré leña...cazaré algo...-titubeó la guerrera dejando entreverse un extremo nerviosismo
-Vamos ven, nos abrazaremos un rato y nos besaremos...mira que no te morderé...-dijo Gabrielle con un gesto muy sensual, al cual Xena le fue muy difícil resistir.
-Está...bien iré contigo...

Xena comenzó a sacarse su traje de cuero, primero la armadura, luego los brazaletes y por último la vestimenta y la ropa interior, su cuerpo se encontraba desnudo a la orilla del arroyo. Gabrielle contempla la desnudez de su amada, sus piernas eran perfectas al igual que sus caderas y cintura, su abdomen era fuerte y muy trabajado, sus pechos grandes y tersos; Xena entró al agua y se acercó a la joven, en la semana que llevaban allí nunca habían estado así de cerca físicamente de consumar su amor.

La guerrera besó suavemente los labios de la blonda y siguió con su cuello, el lóbulo de la oreja y volvió los labios ya con mas fuerza y pasión, ambas se besaron por varios minutos los cuales parecieron segundos, tras recuperar el aliento salieron del arroyo y se arrojaron al césped y continuaron la exploración mutua de sus cuerpos. Gabrielle muy excitada dirigió sus manos a los hombros de Xena los beso apasionadamente siguiendo el recorrido por su espalda hasta detenerse al final de ella; Xena libre ya de todo temor extendió sus manos hasta los senos de la joven rubia, podía advertir como reaccionaban a sus suaves caricias, las cuales se transformaron en apasionados besos; Xena delimitó con su lengua los excitados senos de Gabrielle que al mismo tiempo exhaló un suspiro de gozo, Gabrielle envuelta en un placer agónico, fuerza la mano de la guerrera hasta su pelvis, Xena explora con sus dedos el sexo de su amada, en ese momento Gabrielle embargada por la lujuria toma los senos de la guerrera en su boca, Xena exhala un gemido estremecedor, ambas se hunden en sus cuerpos, se funden en una sola carne y alma, el aroma a mujer colma el lugar, tanto una como la otra llegan al punto culminante de la relación, ambas quedan exhaustas y son vencidas por el sueño...
Gabrielle se despierta primero, contempla a la guerrera dormir, sonríe y mira su cuerpo desnudo como si estudiara su anatomía, al rato Xena se despierta y sus ojos increiblementes azules advierten la belleza del rostro de su compañera.
Xena no podía creer lo que había vivido en los brazos de Gabrielle.

-¿Te encuentras bien?- Dijo Xena intentando indagar en el interior del alma de su amiga.
-Muy bien, princesita.- Sonrió Gabrielle.
- Nunca estuve tan feliz en mi vida, nunca imaginé que el sexo fuera así de...de...de...Guau.
-¿Gabrielle, fue tu primera vez?
-¿Primera vez? No...que dices, yo soy una mujer con mucha experiencia...bueno, no tanta...tengo la experiencia para no ser una tonta y no una cualquiera...
-Fue tu primera vez.- Dijo Xena con certeza en su rostro.
-¡¡¡Si!!! ¿Tan obvia fui?, que patética...
-¡Gabrielle,cierra la boca!
-Xena, no me grites, ya no soy tu esclava por si no lo recuerdas...
- Gaaabrieeeelle!!!
-Si, me callo ¿Qué quieres?
-No fuiste obvia, a decir verdad no lo noté, además no deberías avergonzarte, desearía que mi primera vez hubiese sido por amor.
-Míralo de esta manera, fue tu primera vez por amor...¿De verdad no lo notaste?
-¡¡No!!- Grita Xena fingiendo enojo.
-Fue increíble, Gabrielle, jamas me sentí tan bien en brazos de alguien.
-Bueno...técnicamente jamas me sentiré tan bien en otros brazos.-Ríe Gabrielle y acerca sus labios a los de Xena y se besan muy tiernamente.
Mas tarde se visten y emprenden el viaje, Xena y Gabrielle están emocionadas y felices de comenzar una vida signada por el amor.

CAPITULO 6

Ya han pasado nueve meses donde ambas amantes han compartido infinidad de aventuras y en las cuales Xena ha ido curando las heridas del pasado y enmendando sus errores y atrocidades; Gabrielle es el ancla que le de fuerza para no moverse de su decisión ya que la misma es difícil, el camino de la redención no es fácil, tiene muchos escollos que debe surcar, tentada en muchas ocasiones a volver a su lado oscuro, pero cuando ve el amor en los ojos de la dulce joven que la acompaña, nuevas fuerzas la llenan; después de todo aunque es difícil el camino, tiene eso si, buenas recompensas.
Después de largo caminar Xena y Gabrielle llegan a Amphipolis, el pueblo de Xena, la cual quiere intentar reconciliarse con su madre y los aldeanos de la matanza que provocó la última vez que estuvo allí.

-Xena, le dirás a tu mamá...ya sabes, que tu y yo...
-Gabrielle, démosle tiempo al tiempo, probablemente quiera matarme cuando me vea.
-¿Tan mal quedó la situación?
-Aun peor, espero que me crea, mi madre y yo éramos muy unidas, el resto de mis hermanos eran varones, yo era su única hija, se que tenía debilidad por mi, por eso me odió tanto cuando me volví guerrera, la defraudé.
-No te preocupes, ella es tu madre, es tu sangre, reconocerá que has cambiado, ya lo verás.

En ese instante Gabrielle se detiene, gira hacia la derecha y abraza a su compañera a la vez se siente como si algo o alguien empujara a la joven, su rostro lejos de tener la acostumbrada sonrisa denota un gesto agónico y comenzó a caer deslizándose de los brazos de Xena, la princesa guerrera se conmociona...
-Gabrielle, Gabrielle que te sucede...
-Xena...Ayúdame...ayúdame...
Xena advierte la sangre en el piso, gira a la joven y he aquí una saeta lanzada traicioneramente y clavada en la espalda de Gabrielle, perforando en zona vital del cuerpo de su amiga. Xena grita desgarradoramente.
-¡¡¡NOOOO. Gabrielle....AHHH.
-Xena...te amo, Xena siempre te amaré...
-No, Gabrielle, no me dejes, que haré sin ti, no puedo vivir sin ti.- Sollozó la guerrera; su mundo se volvía a destruir, como si los dioses jugaran con su vida, rabia, odio, ira, venganza, todo eso empezó a llenar su alma.
-Te amo, Gabrielle.
-Xena, tengo frío, ...ddonde estoy...
-Estás conmigo, Gabrielle, estas a salvo.
-Princesita, cuídate mucho te quier...- Exhaló su último suspiro.

Xena ya sin lo que le daba sentido a su nueva vida se dejó vencer por su lado oscuro.
La guerrera le dio sepultura a su amada y fue en busca de venganza, lejos estaba en su mirada la ternura que momentos atrás tenía, lejos estaba la alegría que se veía en su rostro.
La razón la había abandonado, siguió el rastro del asesino, no era muy hábil, dejó el camino lleno de huellas, se dirigió a las cuevas que están en las colinas, Xena no se detendría hasta encontrarlo, el rastro termina frente a unas cuevas del lado norte de las colinas. Xena exclamó:

-Sal de ahí ahora mismo.- Pero no hubo respuesta.
-Si no sales mataré a todos en Amphipolis.
La sorpresa fue que al salir el asesino no era lo que la guerrera esperaba.
-Aquí estoy, Xena, mátame pero no destruyas la aldea.
-¡¡Madre!! -Gritó sorprendida Xena- ¿Por qué? ¿Por qué la mataste?
-No quería matar a tu compañera, sino a ti, no mereces vivir después de lo que has hecho, de todas las atrocidades.

Si hace unos minutos la brava mujer estaba al borde de la locura después de esta revelación había cruzado la línea, Gabrielle había muerto por su culpa, aunque ella intentó cambiar, redimir su alma, la mala fama de la antigua Xena la perseguía donde fuera y eso fue el causante de muerte de Gabrielle.
Su negro corazón ya sin la otra mitad para balancerlo dominó sus sentimientos y su mente, todo era una ilusión nadie como ella había cambiado y ella no sería la excepción, en ese momento de dolor y falta de razón, abrazó nuevamente la guerra y el asesinato como forma de vida.

Tomó a su madre y la llevó al pueblo, la ató a un poste para que observara lo que había provocado.
Xena tomó su espada, luchó con cada hombre que intentaba toscamente defenderse; Cyrene contemplaba la matanza, gritaba y lloraba pidiéndole piedad a su hija pero no la escuchaba, Xena parecía poseída por un demonio, mató mujeres, ancianos y niños, les cortaba la garganta sin piedad ni misericordia.
Cuando la masacre terminó, un pueblo días atrás prospero hoy era un pueblo fantasma.
Xena se acercó a su madre, estaba devastada por lo que contempló, sus lágrimas no cesaban.

-Recuerda esto, asesina, esto es lo que tu provocaste, esta gente murió por tu culpa.
-¡¡¡Asesina!!! Los mataste a todos ¿Por qué? ¿Por qué?- Gritó desconsolada Cyrene.
-¿Por qué? Por venganza y porque me place...
Xena suelta a su madre y la deja en el suelo, en un arranque de locura, Cyrene toma un cuchillo que está al lado de un cadáver y se abalanza contra Xena, esta gira abruptamente y clava su espada en el corazón de la mujer que la trajo al mundo.
La mujer cae muerta al instante, la guerrera no siente dolor por la muerte de su madre, su rostro tiene una expresión de odio mientras mira el cadáver de quien le dio la vida.
La princesa guerrera sale del pueblo y un solo deseo tiene en su vida, venganza.

CAPITULO 7

Xena viajó por todo el mundo llevando terror y muerte por donde va, ya han pasado dos años de la muerte de Gabrielle y su ira no se ha aplacado, si su fama anterior era terrible no habría forma de describir la actual. La guerrera se acercó a la próxima villa, la cual iba a destruir, al bajar de su caballo vió salir a un hombre de una choza, ella se aprontó a matarlo, el hombre ni notó lo que pasó, todo sucedió tan rápido, la herida es mortal, el hombre levantó la vista y al verla gritó...

-Xena...Xena...
Xena giró y le miró, se sorprendió al verle rostro.
-¿Ares, eres tu?
-Si, bueno, lo fui en un tiempo, ahora soy mortal.
-¿Cómo es posible? Se supone que eres un dios, el dios de la guerra.
-¿No te has enterado? Fui derrocado por Raner, mi discípulo y en vez de matarme me hizo humano, es su forma de burlarse de mí.Xena, no me queda mucho tiempo, todo está mal, no se supone que fuera así, debes arreglarlo.
-¿Arreglar qué?
-El mundo, la realidad fue alterada.
-¿De que estas hablando? ¿No te comprendo?
-Hice algo estúpido, verdaderamente estúpido...
-¿Qué, Ares? ¿Qué hiciste?
-Ayy, como duele, el dolor es lo peor de ser mortal.
-Habla, Ares, dime que sucede.
-Yo...fui terriblemente arrogante, hay una orden en las tierras de los caldeos, estos monjes hacen magia y ciencia, los obligué a que cambiaran algo para mí.
-Ares, no comprendo, cambiar que...
-Maté a mi hermano, maté a Hercules cuando era niño.
-Hercules, quien es Hercules, no lo conozco.
-Porque la historia cambió, debes volverla a como era.
-Porque he de hacerlo, no me interesa nada en este maldito mundo.
-Gabrielle...te interesa Gabrielle...
-¿Qué sabes de Gabrielle?
-Lo se todo, Xena, Gabrielle está con vida en la otra realidad, si vuelves todo a como era antes, ella estará viva.
-Mientes, tratas de engañarme como siempre lo haces.
-No, Xena, estoy muriendo, ya no tengo poderes, ¿Para qué engañarte?
-¿Como vuelvo todo a la normalidad?
-¿Lo harás?
-Si, pero dime como.
-Ve a las tierras de los caldeos, encuentra la orden, el Sumo Sacerdote tiene un artefacto con el lo cambió todo Ahh Ahh tienes que...que...
-Ares, Ares.

Ares muere sin terminar de contarle todo pero dijo lo mas importante para ella, Gabrielle estaría de vuelta a su lado, no debía fallar, sea lo que sea ni nada ni nadie la detendría.
Xena tardó varios meses en llegar allí, em las aldeas de la zona temían al escuchar la descripción de la orden, pudo averiguar que se llamaban a si mismos Tecnobrujos, en un pueblo que un extranjero llamado Ian sabía mucho de ellos, Xena lo encontró y torturó hasta obtener el paradero de los brujos.
La guerrera se dirigió allí sin miedo y con gran determinación. En su mente solo había lugar para su amada, recordaba su inocente rostro, su sonrisa, su voz dulce, sus sedosos cabellos brillando al sol, su hermoso cuerpo desnudo junto al de ella, estaba preparada para sacrificar su vida con tal de estar con Gabrielle.
Según Ian dentro de un mes entrarían en el estado Guiron, mes en el que sus poderes son renovados y por consiguiente están más indefensos, se encierran en su castillo y no salen hasta que sus poderes vuelvan.
Xena sabía que era su única posibilidad así que acampó no lejos de allí y esperó pacientemente el momento adecuado, aprovechó para perfeccionar sus habilidades y preparar una estrategia.

CAPITULO 8

El tiempo se acercaba ya era la hora de la verdad, cambiaría las cosas o moriría en el intento. Xena ya tenía un plan, descubrió que la mejor manera de entrar era por el drenaje, no era agradable pero era su mejor opción.
La guerrera llegó a la parte trasera del castillo y con un fuerte golpe rompió las oxidadas rejas que cubrían el acceso a las alcantarillas, a medida que avanzaba escuchaba las voces de los brujos, se asomó a una rejilla que servia de ventilación y vio a cinco de ellos preparando la cena, tuvo allí una gran idea, esperó que la mayoría de los hombres salieran, cuando quedó uno sacó la reja con mucho silencio y se acercó al único que quedó en la habitación, con mucha precisión le rompió el cuello sin hacer el menor ruido y arrojó el cuerpo al drenaje, luego se dirigió a la olla, sacó de su traje un recipiente negro y vertió su contenido en la olla, retirándose rápidamente al desagüe nuevamente.
De esta forma mataría a la mayoría de los brujos de un solo golpe, teniendo así el camino libre para encontrar al Sumo Sacerdote.

Al rato Xena sale de allí y camina por un amplio pasillo lleno de cuadros, todos parecen ser antiguos Sumos Sacerdotes, están vestidos con túnicas negras y rojas con varios adornos dorados, un bastón de oro, anillos con piedras preciosas y un colgante en el pecho.
La guerrera sabe ya como viste su objetivo y se dispone a buscarlo.
Entra en una gran cámara la cual parece ser la mas importante del castillo, en ella hay un enorme trono y tras el una puerta. Xena va hacia ella y de repente se ve cercada por seis hombres todos armados con espadas y lanzas, al instante toma su Chakram y lo lanza contra una soga en el techo al romperse deja caer un gran estandarte sobre tres de ellos, Xena se abalanza contra los restantes y comienza la lucha, fácilmente mata a uno al instante los otros tres se unen a la pelea, la guerrera blande su espada con cada uno de ellos y usa su increíble habilidad física para estar siempre un paso adelante de sus atacantes, la ira en los hombres les hacia adversarios terribles la muerte de prácticamente toda la orden por envenenamiento los dejó sedientos de venganza pero Xena no se dejaría vencer, tenía en su mano la posibilidad de volver a estar con Gabrielle, un sueño que la embarga por años, rápidamente se acerca a cada uno de sus oponentes y les aplica puntos de presión a los que puede, estos mueren al instante, el último se abalanza contra ella y como en una grácil danza, sus aceros se enfrentan, en un revés el hombre logra lastimar un brazo de Xena, pero al acercarse para dar el golpe final cortándole la cabeza, esta saca su chakram tirándolo velozmente degollando a su atacante, la guerrera se levanta victoriosa y va hacia la puerta, logra derribarla, como suponía allí esta el Sumo Sacerdote, se encuentra inerte, el terror tomo todo su cuerpo, vio lo que esta terrible mujer hizo a toda la orden; Xena se acerca y le dice:

-¿Dónde está el artefacto?
-¿Qué artefacto?
-Con el que Ares te hizo cambiar el mundo, ¿Dónde está?
-¿No se de qué hablas, nunca he visto a Ares?
-Mientes, me dirás donde esta o te mato.
-¿Por qué habría de hacerlo? Me mataras de todas formas...
-Entonces morirás. Con furia en sus ojos golpea al sacerdote, este cae al suelo, la guerrera toma su espada y se dispone a cumplir su amenaza cuando...
-¡¡¡Alto princesita, detente!!!
-¿Gabrielle? -Dice Xena mientras gira su cabeza hacia la voz y contempla a su amada cubierta de luz, la guerrera queda atónita por la visión que no nota que el sacerdote toma su cuchillo, el que Xena guarda en su bota y lo clava en su pecho al tiempo que exhala un grito de dolor...
-AHHH AHHH maldito seas- grita la guerrera mientras mata al hombre.
-¡¡Xena, no!! -Grita el espíritu de Gabrielle.
La joven se acerca a Xena la cual se encuentra postrada agonizando.
-¿Qué has hecho, Xena? ¿Por qué tantas muertes?
-Por venganza, Gabrielle, para vengar tu muerte.
-Pero eran inocentes, nadie era culpable, mi muerte fue un accidente, por los dioses, Xena, mataste a tu propia madre, eres peor que una bestia salvaje.
-Que dices, Gabrielle, la maldita te mató, quería matarme a mi, eso no fue un accidente, todo lo hice por ti, no debías morir, no era tu tiempo.
-Has enloquecido, Xena, mira lo que has hecho con tu vida, la desperdiciaste y ahora morirás...
-¿Estaré contigo?
-No prinsecita, vengo a escoltarte al tártaro.- Dice Gabrielle con lágrimas en los ojos-
¿Creías que después de lo que has hecho te perdonarían?
-No, supongo que no ¿Me odias, verdad?
-Si, Xena, te odio, odio lo que has hecho, tus actos, en lo que te convertiste, yo amo a la Xena que abrió su corazón para dejarme entrar en él, a la Xena que buscaba redención y ayudaba a la gente buena, a esa Xena amo con todo mi alma.
-Lo siento ,Gabrielle, siento haberte defraudado.- Dice llorando la guerrera.
-Ya no es tiempo para disculpas, Xena, descansa...
-Tiempo, eso es, tiempo... -Xena tiene un recuerdo como un flash en el ve los cuadros de los Sumos Sacerdotes y ve los colgantes, mira el colgante del sacerdote muerto frente a ella y era igual...
-No son iguales, son el mismo...
Los colgantes tienen forma de reloj de arena; Xena se arrastra hasta el cadáver toma el dispositivo y lo estrella contra el suelo.
-Si ,Gabrielle, tendremos tiempo, mucho tiempo...- Y allí muere.
-Xena lo lograste, lo descubriste a tiempo, te has ganado otra oportunidad.- Grita eufórica Gabrielle frente al cadáver de su amada guerrera y al instante una luz blanca y brillante cubre la faz de la tierra.

-¡¡¡Mira Xena algo sucede!!!.- Balbuceó Gabrielle
-Parece como si el cielo se quebrara pero se está cerrando, Xena te sucede algo...
-¿No lo se Gabrielle? Es algo extraño, por un segundo tuve la sensación de vivir una vida sin ti...
-Pero estoy contigo, Xena, no tienes nada que temer.
-Si lo se, Gabrielle, lo se...
Xena y Gabrielle se besan apasionadamente al tiempo que prosiguen su camino.


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