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Los personajes de Xena, Gabrielle, Argo, Hercules and Iolaus pertenecen a MCA/Universal. La historia es toda mía. Hay un poquito de violencia en ella. Espero les guste.

ULTIMAS PALABRAS

Por: Storygal

shellyd@ricochet.net

El corazón de Xena latía fuertemente mientras ella ponía su boca sobre la de Gabrielle, forzando la entrada de aire a sus pulmones. Xena cerró sus ojos, peleando desesperadamente por mantener su mente lejos del miedo que la acompañaba. "Es demasiado tarde", escuchó que alguien le dijo. Gabrielle estaba paralizada, su piel estaba demasiado blanca. Xena levantó a Gabrielle y la puso suavemente en sus brazos.

"Por favor, no me dejes" susurró. De repente, Xena tomó a Gabrielle por los hombros y violentamente la empezó a sacudir. "¡Por favor no me dejes!"

Xena se despertó muy alterada, se sentó en su manta y las lágrimas empezaron a rodar por sus mejillas. Volteó a mirar a Gabrielle durmiendo pacíficamente a su lado. La respiración de Xena era pesada y todo su cuerpo estaba empapado en sudor. Poniendo su manta a un lado, empezó a mirar la fogata en frente de ella, la imagen de Gabrielle ahí tendida sin vida quemaba sus ojos. Las imágenes de Thessalia la han invadido ésta noche con una intensidad salvaje, transportándola una vez más a uno de los momentos mas terroríficos de su vida. Sus sueños estaban frecuentemente embrujados por los fantásmas de su pasado, pero el revivir la muerte de su mejor amiga la maltrataba con una agonía más allá de las palabras.

Cada noche durante el último mes, los recuerdos desagradables han asaltado la mente de Xena con una fuerza muy intensa. ¿Eran sus sueños una premonición terrible acerca de algo que le podría pasar a Gabrielle? Ella ya no podía pensar en algún Dios contra el que ella no pudiera proteger a Gabrielle. Xena no podía atreverse a pensar en perder a Gabrielle otra vez.

Gabrielle se empezó a mover suavemente y empezó a roncar suavemente. Xena la miró y sintió envidia que su amiga pudiera dormir tan tranquila. Ni siquiera la pérdida de Pérdicas a manos de Callisto ha podido destruir la naturaleza pura y amorosa de Gabrielle, algo por lo cual Xena estaba muy agradecida. Durante el año pasado, Xena había experimentado una alegría y un gozo que había perdido antes. Antes de Gabrielle, ella pensó que no era posible sentir tanto afecto por nadie. Evidentemente el bardo ocupaba un lugar en su corazón que no era compartido por nadie.

A pesar de lo mucho que significaba Gabrielle para Xena, Xena siempre la mantenía a un brazo de distancia. A pesar de todo lo que habían vivido juntas, Xena aún sentía que debía mantener una parte de ella escondida por ahí. Por más que odiaba la distancia que había puesto entre ella y Gabrielle, Xena encontraba imposible decirle a su amiga cuanto la necesitaba y cuanto la quería. Ella, la Princesa Guerrera, quién había hecho temblar muchos corazones, estaba aterrada de dejar su corazón desnudo ante quién significaba para ella todo.

Mirando hacia el cielo, Xena sabía que el amanecer llegaría pronto. No había caso en tratar de dormirse de nuevo. Xena se acercó y gentilmente acarició el pelo de Gabrielle. "Que haría sin ti", susurró.

Los primeros rayos del día se dejaron ver en las cimas de los árboles más altos, mostrando visos de amarillo y naranja a través del horizonte. Xena se levantó con cuidado para no molestar a Gabrielle. Se puso su armadura y se fue a mirar a Argo. Pensó que manteniéndose ocupada sacaría la angustioa de su mente, así que sacó dis bolsas de la silla de Argo.

Gabrielle lentamente abrió sus ojos, mientras que los rayos de sol se acercaban a ella. Miró a su alrededor y se preguntó en donde estaría Xena, Xena aparecipo por el otro lado del campamento. Gabrielle inmediatamente notó la fatiga y el dolor en los ojos de su amiga y pensó si decir algo o en dejar las cosas así. Gabrielle concluyó que Xena había tenido otra pesadilla, los ojos se le humedecieron. Gabrielle al tanto del dolor que invadía los sueños de la guerrera. "Si tan solo pudiera quitarte tu dolor", pensó mientras rápidamente quitó las lágrimas de sus ojos.

 "Xena, buscaré mas leños y prepararé el desayuno" Dijo Gabrielle esperando que su voz no delatara la ansiedad que tenía dentro.

Bien, Replicpo Xena evadiendo los ojos de Gabrielle. Viendo que Xena no estába de ánimo para hablar, Gabrielle se fue a buscar las ramas. "A lo mejor si ve de nuevo a Hércules se animará un poco", dijo mientras se metía en lo profundo del bosque. Hércules y Iolaus estaban en Mysia, una pequeña villa a un día de distancia. Acababan de derrotar a un terrible monstruo que estaba aterrorizando la villa de Troas y habían decidido descansar. Nadie necesitaba la ayuda de Xena por el momento, así que hizo planes de encontrarse con sus dos amigos allá. Gabrielle por su parte, estaba muy feliz de poder acostarse en una cama suave y de poder estar con Iolaus. Gabrielle había estado necesitando la compañía de Iolaus, quería acabar de sanar de la herida que le había dejado la muerte de Pérdicas. La paz y quietud de Mysia era lo que Xena necesitaba.

Xena y Gabrielle pasaron la mañana en silencio. Ocasionalmente Gabrielle trataba de decirle algo a su amiga, pero la cara de Xena no parecía cambiar. "Necesitamos empezar a andar si queremos llegar a Mysia antes que caiga la noche, dijo Xena finalmente.

"Será maravilloso el ver a Iolaus y a Hércules otra vez! dijo Gabrielle entusiasmada, esperando que el haber mencionado a sus amigos pudiera borrar la tensión de Xena.

"Si, así será" Dijo Xena lentamente, una leve sonrisa brotó de su cara.

Xena no dijo nada más mientras preparó a Argo para la jornada del día. Solo volteó a mirar a Gabrielle después que montó a Argo, extendió su mano hacia ella. Gabrielle subió a la yegua. Xena continuó en silencio durante la cabalgata a Mysia lo cual enevró a Gabrielle, quién decidió ocuparse mirando todo el paisaje y escuchando todos los sonidos del campo que iban recorriendo.

"oh Xena, me encanta éste lugar" dijo Gabrielle en voz baja, "El bosque me recuerda a ls Campos Elíseos" me refiero a mi sueño, a veces realmente extraño ese lugar.

Xena de repente haló las riendas de Argo deteniendola, el cuerpo de Gabrielle se fue contra el de Xena. "Xena, ¿que pasa?" La expresión de Gabrielle rápidamente cambió del deleite al miedo.

"Nada... es solo que... no estoy de humor para escuchar algo acerca de los Campos Elíseos ahora". Gabrielle percibió el cuerpo de su amiga muy tenso.

"Xena, lo que sea que te esté pasando, yo te quiero ayudar" dijo Gabrielle.

"No, Gabrielle. No me puedes ayudar" dijo Xena firmemente. 

"¿Por qué? ¿Por que no me dejas? dijo Gabrielle.

"¡Ya Basta Gabrielle!" El tono en la voz de Xena le dijo a Gabrielle que insistir sería inutil. Gracias a los Dioses, estaremos en Mydia pronto, pensó Gabs.

 El sol pintó visos dorados a través del cielo mientras se ocultó entre las montañas, dándole paso al atardecer. Xena y Gabrielle se acercaban a las puertas de Mysia.

"¿Las puedo ayudar señoritas? dijo una voz profunda de un hombre.

La cara de Gabrielle de repente se tornó en una brillante sonrisa. "¡Hércules!

"El mismo que calza y baila". Hércules saltó de detrás de las puertas. "Que bueno verlas de nuevo a las dos" añadió, mientras apretaba la mano de Xena firmemente. Xena parecía estar mas relajada con la presencia de

Hércules, eso fue lo que notó Gabrielle.

"Que bueno es verte a tí también", ha sido un largo día" le dijo Xena a Hércules mientras se desmontaba de Argo.

"Oigan, yo también quiero ayudar" Iolaus dijo indignado apareciendo a un lado de Hércules. Inmediatamente fue a donde estaba Argo y ayudó a bajar a Gabrielle de la yegua poniéndola suavemente en el suelo.

"¡Sabes que puedo hacer ésto sola!" dijo Gabrielle riéndose sintiendo una mezcla de placer y vergüenza.

"Si, lo sé" Dijo Iolaus poniendo su mano en el hombro de Gabrielle. "¡Pero quién sabe cuanto tiempo pase antes que te pueda mostrar cuan caballero soy!

"Parece que ustedes dos tiene mucho que recuperar del tiempo perdido", Dijo Xena.

"Xena", dijo Iolaus tratando de sonar casual, "Gabrielle y yo podemos llevar a Argo al establo mientras tu y Hercules van a la taberna, tienen una comida deliciosa, los encontraremos en un momento".

"¿Están seguros que no quieren ir a la taverna primero?" dijo Xena dándole a Gabrielle una mirada incrédula.

"Xena, ya soy una persona grande" dijo Gabrielle impaciente. "Vayan ustedes, !puedo vivir sin comida durante unos minutos!"

"Está bien, está bien" dijo Xena rápidamente. "Les guardaremos algo de comida". Ella y Hércules se alejaron de la jóven pareja.

"Entonces, ¿Cómo has estado?" Iolaus le preguntó a Gabrielle, tomando las riendas de Argo.

"Estoy bien ahora que estoy contigo" Gabrielle le sonrió cálidamente.

Gabrielle y Iolaus caminaron por ahí por algunos minutos. Iolaus nerviosamente miraba a Gabrielle sin estar seguro de que decirle. Tomando un hondo suspiro, lentamente puso su brazo alrededor de Gabrielle.

"Siento mucho lo de Pérdicas" dijo suavemente.

Gabrielle paró abrúptamente. "Después que Pérdicas murió, pensé que nunca más ería feliz" La voz de Gabrielle era casi un susurro. Sintió que Iolaus la acercó más a él.

"Está bien Iolaus", Gabrielle le dijo, mirándolo a sus ojos que se notaban preocupados. "Me ayuda hablar de ello, No sé que me hubiera pasado a mi si Xena no hubiera estado ahí. Siempre estuvo conmigo, a pesar que yo estaba decidida a matar a Callisto". dijo Gabrielle mordiéndose su labio. "Solo me gustaría poderla ayudar ahora"

"¿Qué le pasa Gabrielle?" Tal vez Hercules la pueda ayudar, dijo Iolaus interesado.

"No creo que deje que nadie la ayude" dijo Gabrielle. "Xena ha estado teniendo algunas pesadillas por algún tiempo"Actualmente, no ha tenido ningún sueño agradable, parece que los sueños sacan más de ella que antes, ella no me va a decir nada sobre ellos" dijo Gabrielle entristecida. "A pesar de todo el tiempo que llevamos juntas, todavía me trata como a una extraña".

"Debes seguir tratando" le dijo Iolaus. "Realmente te necesita ahora".

"No lo sé Iolaus" Gabrielle bajó su cabeza" Es como si Xena tuviera su lugar secreto y no quisiera que yo lo viera. Creo que me empuja cada vez que siente que me estoy acercando".

"No he visto dos personas que se preocupen tanto la una por la otra como lo hacen ustedes dos" declaró Iolaus. "Si quieres saberlo, Me dan un poco de celos".

"¡¿Celoso?! Miró Gabrielle a Iolaus. No podía creer lo que estaba escuchando.

"Así es" admitií Iolaus, mirando al suelo. "Desearóa ocupar el lugar que tiene Xena en tu corazón".

Gabrielle puso sus manos tibias en las mejillas de Iolaus. "Iolaus, tu siempre tendrás un lugar muy especial en mi corazón. no encuentro plabras para decirte lo mucho que significas para mí, el verte hoy ha hecho maravillas en mí".

"Wow, eso es algo" dijo Iolaus tratando de mejorar su ánimo.

"Gabrielle empujó a Iolaus suavemente. "Mejor vamos andándo" dijo riéndose, "Xena y Hércules empezarán a preguntarse que nos habrá pasado.

La oscuridad llegó. Xena y Hércules paseaban por la villa. Una suave brisa pasó cerca a ellos, haciéndolos parar por un momento. Hércules tomó el brazo de Xena y la volteó hacia él.

"Xena, creo que nosotros también tenemos que recuperar el tiempo perdido", dijo Hércules.

 "Se siente tan bien el estar contigo ahora" dijo Xena mirándo a Hércules seriamente.

Hércules miró profundamente a los ojos azules de Xena por un largo tiempo. "¿Qué sucede Xena?", preguntó interesado.

Xena tragó saliva. "Mi pasado me persigue inclusive en mis sueños. Pero durante el último mes ha sido peor que nunca. He empezado a tener éstas pesadillas sobre... sobre el día que Gabrielle murió". Xena se dió la vuelta. Los ojos de Hércules se cerraron, se quedó en silencio sin saber que decir. 

"Gabrielle y yo estábamos en la mitad de la guerra entre Mitoa y Thessalia el año pasado, había muchos heridos en los dos ejércitos... y Gabrielle... fue atacada por un soldado Mitoano... ella murió unas horas después, todo el mundo me decía que la dejara ir, pero yo simplemente no podía. Después de todos mis intentos por revivirla, regresó a mí".

Hércules puso suavemente su mano sobre el hombro de Xena. "Yo sé lo doloroso que es perder a alguien tan cercano a tu corazón" dijo suavemente.

Xena volteó a mirar a Hércules otra vez, sus ojos se llenaron de lágrimas. "Quisiera saber que me estaba pasando. Gabrielle siente el dolor que yo he sentido y sé que se preocupa por mí. Pero... Yo no puedo hablar con ella acerca de eso". Dijo Xena.

"Sé que es difícil, pero pienso que ambas se sentirían mejor si hablaran acerca de eso". Dijo Hércules gentilmente.

Xena tragó saliva nuevamente. "Hercules", empezó a decir mientra ssu voz se ponía temblorosa, "Siempre he tenido miedo de perderla, se supone que yo soy la fuerte aquí pero cuando se refiere a Gabrielle...". Las palabras de Xena murieron como gritos de miedo y pánico que se deslizaban el en aire. A la distancia, flamas rojas y brillantes se veían pasar a través del cielo. 

"Hay mucha paz y quietud" dijo Xena  a Hércules mientras tomaban camino rumbo a la villa.

Argo relinchaba con temor mientras Gabrielle y Iolaus se acercaban al establo. Iolaus rápidamente fue a tranquilizar al caballo.

"Tranquila chica", dijo, "Todo está bien".

Gabrielle miró a Iolaus, hizo una expresión de extrañeza.

"Así no es Argo" dijo Gabs, "A menos que aqui haya algo..."

"¡GABRIELLE!" Iolaus la tiró hacia el suelo segundos antes que una flecha se acercara a ellos. 

Argo empezó a relinchar con más fuerza.  Iolaus  y Gabrielle vieron a 4 soldados que salieron de la oscuridad  vestidos con armaduras.  Rápidamente Gabrielle agarró su báculo  y se puso de pié. Iolaus le dipo una pequeña palmada a Argo y la mandó a galopar lejos para después unirse a Gabrielle en el ataque. 

El primer soldado fue directamente por Gabrielle, desenfundando una espada. El soldado no estaba preparado para el golpe que Gabrielle le daría con su báculo directamente en sus costillas. La espada del soldado cayó al suelo. Gabrielle le dió otro golpe el cual lo mandó directamente a la tierra de los sueños. 

Iolaus mientras tanto, no ha perdido tiempo y ha recogido la espada del suelo, para defenderse del segudno atacante. El tercer soldado saltó por detrás de Iolaus "Te tengo" dijo el hombre.  Iolaus le dió una rápida patada y lo derribó, después le dió un golpe en la quijada. Gabrielle estaba luchando contra el cuatro soldad, quién tenía sus dos manos en su báculo y empezó a halarla hacia él.  De repente apareció el chakram de Xena, dándole un golpe en la cabeza que lo dejó  inconsiente. Gabrielle le dipo una gran sonrisa a Xena mientras ella y Hércules  corrían hacia ella y Iolaus.

"Gracias" dijo Gabrielle. "Necesitaba eso"!".

"¿Están ambos bien?". Preguntó Hércules. 

"Estamos bien, pero... ¿De donde salieron esos sujetos? dijo Iolaus.

"No lo sé" dijo Herc. "Alguien atacó la taberna hace un rato. Apuesto que tiene relación con esos soldados".

Hércules caminó hacia uno de los soldados inconsientes y miró su insignia. "No los reconozco". Dijo.

"Bien, no vamos a hacer nada aquí parados". dijo Xena.

"Xena, cuidado!" gritó Gabrielle, corriendo directamente en la dirección de una flecha que iba al corazón de Xena. Antes que Xena pudiera atrapar la flecha, ésta se enterró directamente en el abdómen de Gabrielle. Cayó al suelo. 

"D.. Deb.. Debo ayudar a Xena" fueron sus últimas palabras. mientras que la oscuridad la envolvió.

Gabrielle vió a lo lejos a Xena, Hércules y Iolaus. "¿Qué estoy haciendo aquí?" se preguntó. De repente los eventos de la mañana vinieron a su memoria. ¡Xena! ella tenía que asegurarse que Xena estuviera bien. Gabrielle estaba tan preocupada por Xena, que no se dió cuenta que no estaba sintiendo dolor alguno. Cuando se arrollidó, se dió cuenta que Xena estaba sosteniendo en sus brazos a una jovencita, la sangre en los bordes de su boca se habían empezado a congelar. Debía ser un aldeano que había sido herido por algun soldado, pensó Gabrielle mientras iba hacia Xena. Xena no miraba a Gabrielle acercarse, pero continuaba sosteniendo a la jovencita en su regazo.

"Xena, que puedo..." Se detuvo Gabrielle al mirar horrorizada a la chica. Los ojos de la jovencita estaban blancos y parecía mirar hacia el cielo. La chica estaba herida y su intestino se alcanzaba a ver por una de sus heridas. Gabrielle retrocedió mientras una terrible verdad la golpeaba.

"No, no puede ser... Yo no... ¡No puede ser!.

Los ojos de Gabrielle se enfocaron en Iolaus, quién estaba parado al lado de Xena junto a ella estaba Hércules. Ambos hombres tenían lágrimas en sus ojos y miraban a Xena. Por las mejillas de Xena también caían lágrimas. Una sesnación de agonía se adueñó de Gabrielle mientras veía a Xena sacudir su cuerpo hacía adelante y hacia atrás. 

"Se fue" Gabrielle escuchó que decía Xena susurrando una y otra vez, "Mi Gabrielle se fue.."

"Xena, ¡Aquí estoy!" Gritaba Gabrielle mientras lloraba.

De repente, Gabrielle puso una mano sobre el hombro de Xena. "No puede oírte" dijo una voz. "Hades" dijo Gabrielle.

"Si Gabrielle, ha pasado un largo tiempo" Hades extendió su mano. "Ven, es hora de partir".

"¡No!" protestó Gabrielle, mirando a Xena, "Quiero que sepa que estoy bien!"

"Ella lo sabrá a su debido tiempo, tendrá su tumba como la tendrás tu, ahora ven conmigo" dijo Hades firmemente.

"¿No me dejarás ni siquiera decirle adiós?" Gabrielle pidió. "Hemos pasado demasiadas cosas juntas, por favor!" dijo Gabs mirando los ojos de Hades. 

Hades guardó silencio por un largo rato. Finalmente le dijo a Gabrielle que su deseo sería consedido. "Por ahora, vendrás conmigo".

Xena suavemente cerró los ojos de Gabrielle y se puso de rodillas, aún cargando en sus brazos el cuerpo de su amiga. Esta vez no es un sueño, le dijo una voz en su mente. Hércules puso su mano en el brazo de Xena. 

"Déjame llevarla " dijo suavemente. "Iolaus puede llevarte a la posada". 

Xenamiró a Hércules y luego miró la cara de Gabrielle. "¿No es hermosa? murmuró Xena mientras acariciaba la frente de Gabrielle.  

Hercules y  Iolaus se veían impotentes. "Xena, por favor necesitas descansar" dijo finalmente Hércules.

Xena abruptamente se alejó de Hércules y de Iolaus llevándose consigo el cuerpo son vida de Gabrielle. Este quería seguirla pero Hércules la detuvo. 

"No, déjala ir" dijo Hércules. "Necesita decirle adiós" Las lágrimas salieron de los ojos de Iolaus mientras miraba a Xena alejarse con Gabrielle. 

Xena caminó por mucho rato, sus piernas se sentía más pesadas a medida que avanzaba. En un campo claro, Xena dejó el cuerpo de Gabrielle. Lentamente, Xena se quitó su armadura, untada con la sangre de Gabrielle. Muy cerca a su amiga, Xena empezó a acariciar su pelo y su cara. Finalmente Xena se quedó profundamente dormida sobre el pecho de Gabrielle. 

Xena abrió sus ojos y comenzó a ver un brillo de luz. Inmediatamente fue a buscar a Gabrielle pero el cuerpo de su amiga ya no estaba donde lo había dejado.  Además se había dado cuenta que ya no estaba en el lugar al cual había llegado antes. Era hermoso, cubierto de flores. Xena se agachó a tomar su armadura pero se dipo cuenta que tampoco estaba. Xena sintió algo que venía hacia ella. Su cuerpo se tensionó y deseó tener su chakram con ella. 

"Está bien Xena", dijo una suave voz. Xena volteó a mirar," No"! se dijo a si misma,"no puede ser ella"...

"¿Gabrielle?" preguntó Xena "Mi mente debe estarme jugando trucos" dijo.  

"Soy yo," Gabrielle sonrió tomando las manos de Xena entre las de ella. Un áura rodeaba la forma de Gabrielle, su rostro se veía radiante.  

"Gabrielle...no estás... ¡no estás muerta!

Gabrielle  se quedó en silencio por un momento. "Si, lo estoy" dijo lentamente. "Al menos eso sería lo que diría la gente" 

"Entonces yo también..."

"No, Xena. Tu estás aquí para que yo pueda decirte"...

"Oh, Gabrielle, lo siento muchisimo, dijo Xena con una voz temblorosa. 

"No fue tu culpa Xena" dijo Gabrielle mientras puso una de sus manos en la cintura de Xena. "No puedes estar en todas partes". 

Xena  atrajó a  Gabrielle hacia su cuerpo. "Gabrielle"...

"Xena, no necesitas explicar nada. Entiendo todo ahora" dijo Gabrielle. 

"Gabrielle, por favor... ésta es mi última oportunidad de decirte lo que ha estado en mi corazón durante tanto tiempo, susurró Xena. 

"Te estoy escuchando." dijo Gabs.

"Sé que te he alejado muchas veces, dejpe que mi temor de perderte se pusiera en medio. Gabrielle, duele tanto, sentir como la gente te mira con odio a donde quiera que vas, pero cuando te miro a ti, me siento segura".

Gabrielle se acercó a secar una lágrima que rodaba por la mejilla de Xena. "Me has dado tanto Xena, a mi y a muchos otros".

"Sé que puedes escuchar mis pensamientos", dijo Xena en voz baja, mientras acariciando la cabeza del bardo, "Pero no te puedo dejar ir si decirte ésto". Xena besó la frente de Gabrielle.  "Te amo Gabrielle", dijo Xena, su voz se notaba emocionada. "Eres lo mejor que me ha pasado, tu creíste en mi cuando nadie más lo hizo, incluyendo a mi familia".

Gabrielle sonrió mientras pasaba sus dedos por el pelo de Xena. 

Ambas mujeres voltearon cuando escucharon unos pasos detrás de ellas, era Hades quien miraba a Gabrielle.

"Gabrielle, es hora,"dijo Hades.  "Puedes enseñarle a Xena los jardines y luego ella debe irse."

Gabrielle se quedó paralizada mientras su sonrisa desaparecía. Tomó a Xena y la puso en la dirección contraria.

Hades se puso a perseguirlas meintras sus suombras desaparecían en la distancia. Algunas veces ser el rey del Mundo de los muertos no era muy divertido. Cuando ya se disponía a irse, vió a Pérdicas que miraba desde un orificio. 

"¿No hay nada que puedas hacer?" dijo Perds.

Hades dejó salir un gran suspiro mientras caminaba hacia Pérdicas. "Sabes que si acepto tu petición, no te puedo prometer que Gabrielle y tu estén juntos en el futuro."

"Xena y Gabrielle se pertenecen la una a la otra" Dijo Pérdicas. "Tu sabes eso tanto como yo". 

Hades se mordipo los labios. "Si  envío a Gabrielle con Xena, ninguna de las dos recordará que estuvo aquí" dijo Hades. "Para ellas, será como si nada de ésto hubiera sucedido. Hmmmmm... si, se puede arreglar". 

"Gracias," dijo Perdicas. Hades se marchó. 

 "Creo que este es el adiós" dijo Gabrielle mientras caminaba al lado de Xena abrazada a ella. "No te olvides de mi". 

Xena suavemente presionó sus labios contra los de Gabrielle. De repente todo lo que estaba viendo, inclusive Gabrielle, empezó a desaparecer. "Te amo Xena, siempre estaré aquí para ti" escuchó Xena en su mente mientras sintió que el suelo bajo ella se movía. 

"Xena, ¡cuidado!" Gabrielle gritó mientras tomaba su báculo. Un segundo después, una flecha que iba directo al corazón de Xena fue detenida por el báculo.

Xena, Gabrielle, Iolaus y Hércules pelearon contra los soldados deteniendo su ataque. 

"Tu y tus amigos tienen mucho que explicar" le dijo Hércules a un soldado. "Creo que él y sus amigos fueron los que estuvieron el la taberna ésta noche" .

"Gabrielle y yo buscaremos a un s aldeanos para que nos ayuden a limpiar todo ésto" dijo Xena. "Supongo que ustedes dos estarán bien" le dijo Xena a Hércules y a Iolaus. 

"No te preocupes por nosotros" dijo Iolaus mientras se reía. "Nadie va a ninguna parte!

Xenaestaba metida en sus pensamientos, junto con Gabrielle caminaban hacia la villa. Gabrielle como siempre, pensaba qué preguntarle a Xena para saber que la mantenía tan callada.  

"Gabrielle," Xena dijo. "Realmente quedé impresionada por la manera como atrapaste esa flecha, fue como si lo tuvieras planeado".

"Es extraño que digas eso. No me preguntes cómo pero supe que la flecha iría directamente hacia tí. Y esto te va a sonar aún más raro, pero cuando atrapé la flecha, tuve la sensación que... que todo esto ya había pasado antes".

"Yo sentí lo mismo" Dijo Xena. "Como sea, que bueno que tenías tus sentidos tan agudos ésta noche". 

"Si, que bueno," Gabrielle dijo mientras se reía.  

Las dos amigas caminaron en silencio por un momento. Xena se detuvo y tomó la cara de Gabrielle mirándo hacia ella. 

"Gabrielle, yo..."  Xena volteó su cara y su voz se puso temblorosa.

"Xena,  ¿pasa algo malo? preguntó Gabrielle preocupada.

Xena sonrió y puso sus manos en los hombros de Gabrielle. "Nada... nada. Vamos, ha sido un largo día para las dos".  Dijo Xena acercándose a Gabrielle. 

Gabrielle dijo "Uh huh" y decidió guardarse sus pensamientos. 

Xena aabrazó tiernamente a Gabrielle. Si solo pudiera decirte cuánto significas para mí, pensó. Una luna llena baño a las dos mujeres en una luz suave mientras sus figuras desaparecían en la oscuridad.


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