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Disclaimers: Los personajes de "Xena , Gabrielle, Argo y Hércules pertenecen a Reinaisse Pictures MCA/Universal, "(aunque en realidad este último pertenece 100 % a la mitología griega)" . Ares y Artemisa pertenecen a la Mitología Griega, los personajes de Loghánus, Frawitz, Kadeuz y Gímor pertenecen a mi loca imaginación, osease a mí, je,je.

Aviso: Este es mi segundo fan. Se aceptan, comentarios, criticas (aunque sean muy duras) y sugerencias, a la siguiente dirección antaresmx@yahoo.com.mx

Advertencia : En este fanfic se narran escenas de amor entre dos personas adultas pertenecientes al mismo sexo, si eres menor de edad, o te sientes herido (a), asustado (a), molesto (a), etc, etc, etc, por este tipo de relaciones y sientes que es antinatural o algo por el estilo, te recomiendo que busques otra cosa. Pero recuerden " Desde los tiempos mitológicos el amor no se ha basado solamente entre un hombre y una mujer, todos somos libres de amar a quien se adueñe de nuestro corazón, que importa que sexo posea"

Dedicatoria: Este fan se lo dedico en especial a una amiga Karla Hernández, gracias por tus comentarios, y a todos los mortales que han escrito fanfic. Sigan así por que la imaginación es lo ultimo que debemos abandonar en esta vida. ¿Qué por que repito esta frase?, Pues por que así debe ser, je,je, Espero que este fan les guste.



POR TI VOLVERIA EL TIEMPO ATRÁS

Por: Sheila

Prologo.

El desayuno del rey Loghánus fue interrumpido abruptamente por el guardián de los calabozos.

¡Rey Loghánus, rey Loghánus!, ¡La rueda!, ¡La rueda del tiempo!

¡¿Que sucede con la rueda del tiempo Kadeuz?! – Loghánus lo tomo por los hombros

La… La han… la han robado mi rey

¡¿Qué?!, No… no puede ser… - Loghánus se dejo caer en su silla pensativo – rápido, tráiganme al escriba real.

Inmediatamente fue llamado el escriba y se puso a disposición de su majestad.

¡Escribe Pronto!

El escriba hizo como su rey le dijo, al terminar…

Necesito al más veloz de mis mensajeros…

Este fue llamado con prontitud.

Toma este mensaje y daselo a Xena… y escúchame bien, no me importa que la tengas que buscar hasta por debajo de las piedras solo encuéntrala entrégale esto y pídele que se apresure, o si no te aseguro que colgaras cabeza a bajo de las murallas de este castillo. ¿Entendiste?.

Sssí su majestad… - tanto el joven mensajero como todos los de la corte se quedaron sorprendidos por la actitud de su rey jamás habían oído semejantes amenazas de parte de él.


Ahora el destino del mundo entero esta en manos de Xena… - el rey se dirigió a uno de los ventanales y miro el cielo. – ¡Por Zeus Xena llega pronto!


Capitulo I

Un Mensaje Urgente

Era ya medio día, Xena y Gabrielle viajaban por un camino directo a la aldea Ziryta, era invierno y el viento helado golpeaba el rostro de Xena, Gabrielle iba sujeta fuertemente a la cintura de Xena, cubierta por una manta y su rostro estaba recargado en la espalda de Xena, a pesar de que esa situación le agradaba a Gabrielle ambas esperaban llegar lo antes posible a una tibia y cálida posada en donde tomar una buena comida y un buen baño caliente… Gabrielle pensaba además como decirle a su mejor amiga que estaba completamente enamorada de ella…

"Muy bien creo que ya lo tengo… - pensó la bardo – le diré < Xena somos amigas, ¿verdad?>, y ella me contestará < ¡por supuesto Gabrielle!>, y yo le diré < y las mejores amigas se tienen un gran afecto ¿cierto?> Y ella me dirá <cierto>, y yo le diré < entonces no es extraño que se amen ¿verdad?>, y ella me dirá <Mmmh, no creo que no> y yo le preguntaré <¿sabes que te amo?> y ella me sonreirá y me dirá < yo también te amo Gabrielle> y yo le preguntaré < ¿en verdad?> y ella me responderá <claro que sí… eres como una hermana para mí>" ¡Fantástico!… ¡no puedo creer que…!…upss… - calló al ver que exteriorizaba en voz alta sus pensamientos… -"¡Dioses!, me pregunto si todo lo que he pensado lo ha escuchado Xena. ¿Lo habré dicho en voz alta?"– pensó la bardo. Pero la respuesta le llega enseguida.

Vamos Gabrielle no desesperes ya casi llegamos, además nos hemos enfrentado a inviernos más duros que este.

He, sí sí, tienes razón, - "uff" – dijo para sí Gabrielle en su pensamiento – hey mira Xena – dijo Gabrielle mientras se asomaba por encima del hombro de la guerrera – ahí esta la aldea de Zyrita.

Muy bien apresurare el paso de Argo… sujétate bien.

"Puedes estar segura de que lo haré" – pensó Gabrielle al mismo tiempo que esbozaba una pequeña sonrisa.

Xena espoleo a Argo y esta inmediatamente respondió a las ordenes de su dueña… minutos más tarde llegaron frente a la única posada que tenia ese lugar… afortunadamente para Xena y Gabrielle poca gente visitaba ese lugar en invierno. Desmontaron y Argo quedo al cuidado de un jovencito, nieto del dueño de la posada. Xena y Gabrielle entraron en la hostería, la cual estaba tibia y el olor de la comida impregnaba el lugar, cosa que a la bardo fascino, respiro hondo y se volvió hacia Xena quien esbozo una sonrisa…De acuerdo, de acuerdo, ya sé… - le dijo a su bardo.

Un anciano salió detrás de la puerta de la cocina y fue directamente a saludar a sus dos amigas, una gran sonrisa se dibujo en su surcado rostro.

Xena hija… que gusto verte y a ti también pequeña ¿ sigues siendo tan buen bardo como siempre? – le dirigió a Gabrielle una dulce sonrisa

Sí, eso creo … la joven bardo se ruborizo un poco y volvió a aspirar el aroma que despedía la sopa proveniente de la cocina. Ante lo cual el viejo soltó una pequeña risita.

Hola Frawitz – le dijo Xena al tiempo que le daba un fuerte apretón de manos.

Uh, vaya sigues tan fuerte como siempre Xena… pero ten consideración de este pobre viejo cuando le saludes que ya sus tiempos de fuerza le han abandonado.

Lo siento Frawitz – le dijo Xena sonriendo levemente.

Sí, no te preocupes hija pero vengan, siéntense y relájense, enseguida les traeré comida y un poco de vino.

Gabrielle miró hacia la gran chimenea del lugar y se concentro en sus llamas, de repente dejo escapar un gran suspiro.

¡Vaya hermoso suspiro Gabrielle!, se puede saber ¿a quién lo dedicas? – le dijo Xena sonriente, al tiempo que posaba sus antebrazos en la mesa.

¿He?, - la bardo se volvió lentamente hacia Xena, mientras le respondía – no es nada solamente me siento a gusto de estar aquí, me encantará darme un buen baño con agua caliente, y dormir entre un montón de frazadas.

Sí, tienes razón este tiempo es para pasarlo en la cama… - Xena miró hacia la fogata un momento.

Contigo… – dijo la bardo inconscientemente… se dio cuenta de lo que dijo al ver que Xena le miraba extrañada. – "¿qué dije, qué dije?,¡ha sí!"- pensó, y rápidamente busco alguna respuesta a su comentario - bueno lo que quiero decir es que contigo diciendo eso se me hace extraño que te hayan…

Bien amigas mías – dijo Frawitz, mientras se acercaba a dejar el vino y la comida.

La bardo suspiro dentro de si por la oportuna aparición del anciano.

Muy bien coman esto les caerá de maravilla, es sopa de hongos, dentro se cocinan una perdices que les encantaran, y este vino es del mejor que tengo, es un vino muy dulce así que bébanlo con moderación ya que se les puede subir pronto a la cabeza. – el viejo sonrió al ver como sus amigas miraban gustosas la sopa, sobre todo Gabrielle, que empezó a devorarlo todo.

Tranquila Gabrielle, créeme que la comida no saldrá corriendo – Xena rió lo mismo que el viejo Friwitz

Pero la bardo que estaba más preocupada por llenar su estómago paso por alto el comentario, y siguió devorando el contenido del tazón, el viejo Friwitz, miró a Xena divertido, y le dijo.

Créeme que jamás he visto comer a alguien de esta manera, en cierta forma es muy halagador.

Ni que lo digas tan solo verla comer ya me ha satisfecho.

Los dos se miraron y soltaron una gran risotada, mientras Gabrielle seguía satisfaciendo su insaciable apetito. Cuando Gabrielle termino con la sopa levanto la vista para mirar a Friwitz, le sonrió y le dijo.¿Sería posible que pudiera tomar más sopa?

Claro mi niña, por supuesto.

El anciano tomo el tazón de Gabrielle y se dirigió a la cocina. Xena tomo la botella de vino la destapo y sirvió para ella y para Gabrielle. Ambas bebieron y comieron hasta saciarse, el vino se le había subido un poquito a Gabrielle, y Xena estaba tan normal como siempre que bebía tal parecía que el vino no le hacía ningún efecto.

¡Ha sido una comida excelente y deliciosa! –expreso gustosa Gabrielle.

Es cierto Frawitz, te felicito, tu sazón es todo un placer para el paladar.

Ho, cielos, van a hacer que me sonroje… me alegra haber podido satisfacer su apetito, por lo pronto ya les he preparado el baño mientras comían y su habitación ya esta lista.

Gracias Frawitz, ¿vamos Gabrielle?.

Sí.- Gabrielle estaba levemente sonrojada y Xena pensó que se debía al efecto del vino.

Ambas se levantaron y se dirigieron a la parte posterior de la posada, entraron a una habitación, que tenia unas bañeras amplias con agua caliente que jamás se enfriaba ya que era alimentada con agua proveniente de un géiser y la temperatura era bastante agradable, Xena se despojo de su armadura y su vestido de cuero dejando ver su cuerpo desnudo y Gabrielle se quedo maravillada contemplándole, en realidad disfrutaba ver a Xena así al natural. Xena se volvió para mirar a Gabrielle.

¿Es que acaso piensas quedarte todo el día ahí de pie? – le dijo Xena a Gabrielle mientras se sumergía dentro del agua caliente.

No, no, enseguida voy – Gabrielle se enfado consigo misma ya que en cualquier momento sus sentimientos la traicionarían y Xena descubriría el secreto más valioso que poseía dentro de su corazón.

Lo que Gabrielle no sabía era que Xena se debatía fuertemente entre la idea de verla como amiga o como algo más. Xena contemplaba a Gabrielle quien estaba concentrada en sus pensamientos. Ver a Gabrielle así, tranquila y con ese suave rubor en sus mejillas le hacían fantasear con un sueño casi imposible de alcanzar, si tan solo tuviera el corazón de esa pequeña bardo que había cambiado su existencia, pero no, no era tiempo de fantasear, así que se sumergió totalmente dentro de la bañera y trato de olvidar el asunto al tiempo que emergía con el cabello totalmente mojado. Gabrielle una vez desnuda se introdujo dentro de la bañera junto a Xena realmente el agua estaba exquisita, miró a Xena con una gran sonrisa.

¡Esta excelente! ¿no crees? – le dijo la bardo mientras tomaba la pastilla de jabón que se encontraba a un lado de la bañera y se acercaba a Xena.

Sí esta deliciosa… - Xena tomo el jabón de la mano de su amiga y lo paso suavemente por el cuello de Gabrielle quien ante este contacto cerro los ojos, para después abrirlos lentamente.

Eso se sintió bastante bien – le dijo su pequeña amiga

¡Venga!, date la vuelta para que te pueda bañar – le sonrió Xena. – mientras le daba a Gabrielle una de sus enigmáticas miradas.

Gabrielle hizo como Xena le indico.

"Xena, - piensa para sí la bardo – su mirada… otra vez esa mirada, en la que no he podido descifrar la ambigüedad que se esconde tras ellos, pero estoy segura de que me quiere, ¡por todos los dioses tiene que quererme!…si tan solo…mmm…no, no me importe que pase…yo… yo…" – Gabrielle pensó que era el momento perfecto para expresar sus sentimientos. – Xena…

Dime Gabrielle. – le dijo Xena mientras le tallaba la espalda con el jabón.

Mmm, somos amigas ¿verdad?

Ajá – le respondió ahora pasando el jabón por los brazos de su pequeña, esa sensación motivo en Xena el deseo de tomar a Gabrielle, besarla y decirle todo lo que sentía por ella, pero prefirió reprimirlo de nuevo a base de una gran fuerza de voluntad.

Y… - las caricias provocadas por Xena mientras le lavaba le hicieron olvidar su pregunta, eso era suficiente o la alejaba de ella o le decía sus sentimientos porque el agua caliente no la ayudaba a mitigar la excitación que estaba surgiendo en su interior… al regresar el jabón por los brazos de Gabrielle, Xena rozo ligeramente uno de los senos de la bardo y ese fue el detonante de Gabrielle. –Xena, yo… yo… ¡Te amo! – Gabrielle cerro los puños con fuerza.

Xena pensó que Gabrielle se refería a un "Te amo como mi mejor amiga o como a una hermana" lo cual le molestaba, pues ella preferiría otra clase de Te amo… pero, en fin no le quedaba más que aceptar ese cariño aunque no le llenara del todo.

Yo a ti también Gabrielle – le dijo sin mucho ánimo.

Gabrielle estaba dispuesta a enfrentar su verdad, pero…

¡Es que no entiende tengo que ver a Xena es un asunto de vida o muerte!

Pero ya le dije que…

Las voces del anciano y de la otra persona se oían muy exaltadas, Xena salió rápidamente de la bañera y tomo su espada, Gabrielle salió tras ella, en ese momento la puerta se abrió bruscamente y un joven se precipita al interior, pero detuvo su paso al encontrarse con el acero de la espada de Xena colocado en su garganta, el chico mira la espada incapaz de decir una palabra, el movimiento de Gabrielle le distrajo, le miro, y comprendió que ambas mujeres estaban completamente desnudas.

¿Qué es lo que quieres?, y ¡¿por qué armas tanto alboroto?! – Xena no dejaba de mirarlo de arriba abajo inspeccionándolo por si tenia algún arma consigo.

Yyo…yyo… lo… lo lamento no quería interrumpir de esta forma – sin desearlo miro de nuevo hacia Gabrielle y esta se coloca tras la espalda de Xena, pegando su cuerpo al de ella, una sensación que no olvidarían ninguna de las dos sin duda.

Cuando me hables mírame a los ojos, ¡¿entendiste?! – Xena levanto aun más la espada haciendo que el chico tuviera que alzar más el cuello. – muy bien ahora ¿qué es lo que quieres?.

Traigo un mensaje, un mensaje muy importante del rey Loghánus.

Del rey Loghánus ¿eh?. – el chico le extendió el mensaje.

Gabrielle toma el mensaje y tu ¡fuera de aquí antes de que me arrepienta y te atraviese!- Ambos hicieron como Xena les ordeno, el chico salió apresuradamente no sin antes cerrar tras de sí la puerta.

¿Tuviste que ser tan ruda con el pobre chico?- Gabrielle esbozo una pequeña sonrisa.

Bueno si no te hubiera mirado tal vez no lo habría tratado tan mal, abre el sobre.

Gabrielle no quiso hacerse vanas esperanzas tras las palabras de Xena así que se limito a abrir el sobre y darle el mensaje a Xena, quien empezó a leerlo y a cada párrafo que leía su rostro denotaba una preocupación que nunca antes había notado en ella. Incapaz de quedarse callada, le interrogo.

¿Qué es lo que ocurre Xena?

Demonios – masculló entre dientes

¿Qué es lo que sucede? – insistió la bardo.

¡Esto no puede ser posible! – Xena miraba el mensaje de Loghánus con irritación.

¡¿Qué es lo que no puede ser posible?!, ¡Demonios Xena! – la bardo se enfado y Xena se volvió a verla.

No hay tiempo para explicaciones Gabrielle, lo único que te puedo decir es que en esta ocasión nos enfrentamos a algo grande, y no quiero que estés involucrada en esto así que me vas a esperar en este lugar, debo partir para el reino de Kúzter inmediatamente. – Xena se alejo de Gabrielle, en busca de su ropa.

La bardo no había terminado de digerir las palabras de Xena, pero lo que si había entendido muy bien era eso de "tu te quedas y yo me voy", cosa que ella no iba a permitirle.

¡ No escúchame bien Xena!- decía mientras se acercaba a ella y comenzaba a vestirse rápidamente – no voy a permitir que te vayas y me dejes como siempre abandonada y muerta de la preocupación y del miedo, ¿entendiste?, ¡ya no más! voy a ir contigo, te guste o no y esa es mi última palabra. – se plantó de frente a Xena sin dejar de mirarla a los ojos.

Xena quien termina de colocarse la armadura, le mira con irritación.

Escúchame bien Gabrielle…

¡No, escúchame tu a mí Xena!…- le dice la bardo molesta.


Xena se enfurece y la sujeta fuertemente de los hombros, acercándola a ella.

¡Ya es suficiente Gabrielle deja de actuar como una niña!, ¡¿crees a caso que no me importas, eh?!, si en ocasiones te dejo en algún lugar es porque me preocupas demasiado y ¡No, quiero exponer tu vida en peligro!, ¡¿entiendes?!.

¡Me estas lastimando, Xena! – la bardo trata de soltarse pero es imposible.

¡Escúchame bien Gabrielle!, lo hago por tu bien, ¿entiendes?, ¡si llegara a suceder algo malo preferiría que me sucediera a mí y no a ti ¿entiendes?!

¡No!, ¡no lo entiendo! – haciendo un gran esfuerzo logra soltarse de las manos de Xena, ¡¿es que acaso no te importa lo que yo siento cada vez que te vas?! – las lagrimas resbalan por el enfurecido rostro de la bardo, ante lo cual Xena se desespera aún más - ¡No!, claro que no, ¡No te importa!, ¿por qué habría de importarte solo somos amigas total si algo malo llegara a ocurrirte, sé lo que pensarías "Gabrielle tiene a su familia, ya olvidará, encontrara con quien ser feliz" y todas esas ¡estúpidas mierdas! que de seguro has pensado sin importarte conocer mis verdaderos sentimientos.

¡De qué demonios me estas hablando Gabrielle no entiendo nada!

¿¡Entender!?, ¿Tu?…¿Entender? – dijo sarcásticamente la bardo- ¡por supuesto que no entiendes nada porque no sabes nada de nada, nunca te ha importado saber nada!

Gabrielle cae de rodillas, llevándose las manos a la cara, mientras llora profusamente. Xena le mira molesta, pero esa furia es contra sí misma, porque no sabe que hacer solo se arrodilla ante Gabrielle, y le pregunta.

- ¿Qué sucede Gabrielle?

¡Carajo!, ¡carajo!, ¡carajo!. – Gabrielle se golpea los muslos con los puños.

¿ Qué es lo que te pasa Gabrielle? – pregunta Xena un poco exasperada, tomándola de nuevo por los hombros pero ya sin la fuerza de hace un momento.


Gabrielle le mira a los ojos

"Esos ojos, mostrando preocupación por mi!, ¡otra vez esa mirada que no me deja en paz!, ¡otra vez esa mirada, en la que no he podido descifrar la ambigüedad que se esconde tras ellos!". – piensa la bardo.

Xena la abraza y las lágrimas le resbalan por las mejillas de Gabrielle.

¡Por Zeus, Gabrielle ¿Qué te pasa?

¡¿Qué me pasa?!, ¡¿Qué me pasa?! – se aleja de su abrazó, y le golpea a la altura de sus hombros. ¡ Me pasa que Te Amo!, ¡Me pasa que ya no puedo más!, ¡me pasa que cada día, cada noche, siempre estoy pensando en como carajos decirte que Te amo!, ¡ Sueño contigo!, ¡Me despierto contigo!, y cada día que pasa es una angustia terrible para mí! Porque No sé si tu me amas o no! ¿Entiendes?, ¿Entiendes?… ¡Dioses Xena!, ¡Dioses!, Te Odio porque siempre Tratas de Alejarme de Ti, Te Odio Por dejarme Sola tantas veces, pero sobre todo ¡Te Odio, Te Odio por Quererte Tanto!. – Gabrielle se derrumba sobre los brazos de Xena llorando profusamente, - "<Lo dije, lo dije, ¿y ahora que va a pasar?, ¿Qué va a pasar?>" – piensa la bardo.

Gabrielle, Gabrielle… ¿por qué no me lo dijiste antes? … ¿Qué no te das cuenta de que yo he sufrido lo mismo por ti?, Gabrielle, mi Gabrielle, Te Amo Tanto, Te Amo Tanto que no sé si existan palabras para describir cuanto es mi amor por ti, cuanto te he anhelado, ¡por los dioses perdóname por ser tan cobarde! y por no decirte todo lo que tu significas para mí, por favor perdóname… - abraza con más fuerza a Gabrielle quien levanta la vista para verla, y ahí están esos ojos azules como un par de hermosos zafiros una vez más mirándola, pero esta vez expresando todo el amor que se ocultaba tras esa mirada tan enigmática. Esos ojos despidiendo lágrimas como gotas de mar…

Gabrielle aproxima su boca a la de ella y la besa con todas las fuerzas de su corazón… un segundo y no obtiene una respuesta… un segundo más y es Xena quien la devora con unas ansias jamás conocidas por la bardo, que se olvida de que es invierno, de donde están, se olvida de todo, hasta de su nombre, se olvida de todo lo que le rodea… menos de ella… pero ese momento no dura mucho, el chico toca una vez más la puerta y ellas saben que deben acudir a una misión. Xena se separa lentamente de la boca de su bardo, abrazandola con fuerza, y le susurra al oído.

Pídele a Frawitz, comida y vino para el viaje, solicítale además mantas y una capa, no quiero que sufras hambre o frío durante el viaje a Kúzter, pero antes limpia esas lagrimas te prometo que jamás volveré a alejarte de mi lado ni hoy ni nunca.

Xena se separa del abrazo y levanta la barbilla de la bardo con suavidad, Gabrielle le mira con sonrojo y solo es capaz de asentir con la cabeza.

Te espero a fuera con Argo, no tardes – deposita un suave beso en la boca de Gabrielle y se apresura a salir al encuentro de ese chico.

Gabrielle se levanta y rápidamente trata de componerse antes de salir, minutos más tarde sale solo para comprobar que los años no pasan en balde en una persona. Frawitz le esperaba con todo lo que Xena le había dicho le pidiera a él. El asombro de Gabrielle no pasa desapercibido para el viejo, que se acerca a ella con las cosas perfectamente envueltas para el viaje.

Comida, vino, - dice Frawitz – mantas y toma ponte de una vez esta capa te sentara bien y te protegerá del viento que impera por estos lugares, esta otra es para Xena, espero que les vaya bien en su viaje, las estaré esperando. Hey, sonríe pequeña al fin ambas abrieron sus corazones.

Frawitz… ¿cómo lo sabes? - es lo único que atina a decir Gabrielle al mismo tiempo que se coloca la capa.

Tus ojos me lo han dicho todo…Anda ya pequeña, es hora de partir ya sabes como es Xena – el viejo Frawitz, le regala una sonrisa a la bardo y ella le corresponde de la misma manera.

Cuando Gabrielle sale de la cabaña, Xena ya le esta esperando montada sobre Argo, la bardo guarda rápidamente los víveres en las alforjas de Argo y Xena le extiende la mano pero en esta ocasión Xena la acomoda delante de ella y no atrás, Gabrielle le da a Xena la capa y esta se la pone rápidamente, el pequeño cuerpo de la bardo se ve envuelto por los brazos de Xena, ahora no le importa nada solo el hecho de estar al lado de la mujer que ama.

¿Y ese chico Xena?

Le pregunta Gabrielle mientras ve al nieto de Frawitz, conduciendo al establo a un caballo que denotaba un cansancio extremo.Lo he mandado de regreso a Kúzter, ha tomado otro caballo, ese estuvo a punto de reventar del cansancio – Xena puso en marcha a Argo.



Capitulo II

El Viaje

El cielo comenzaba a obscurecerse no era muy tarde pero la visibilidad del camino se había vuelto un poco difusa, así que Xena y Gabrielle decidieron buscar un lugar donde alojarse, para fortuna de ellas encontraron una cueva no era muy grande pero al menos podrían pasar la noche bajo un techo, Xena bajo primero para ayudar a Gabrielle a desmontar, una vez a bajo las dos empezaron a preparar todo para la cena. Xena fue en busca de leña, mientras Gabby, preparaba las mantas, Xena llego poco después con una gran cantidad de leña.

Bien con esto será suficiente para pasar la noche – arreglo los leños de manera circular y comenzó a golpear dos piedras para encender la fogata.


Gabrielle se acerco a las alforjas y saco la comida un poco de pan, queso una botella de vino, carne seca y demás cosas que Frawitz les había preparado.

Frawitz nos dio provisiones como para un mes, es increíble que no haya sentido el peso de todo esto. – Gabrielle se volvió para ver a Xena quien después de varios intentos logra encender la fogata.

Bueno déjame decirte que tus fuerzas ya no son las de antes, créeme cuando te digo que aun siento adoloridos mis hombros.


Gabrielle bajo la mirada y se ruborizo ante el comentario, recordaba la escena del baño y eso la apeno bastante.

Anda no te apenes, de no haber sido por ti no habríamos abierto nuestros corazones ¿no crees?.

Sssí, sí tienes razón Xena… - la joven bardo camino hacia su preciosa guerrera. Se paro firmemente frente a ella y le rodeo con sus brazos el cuello acercando su boca a la de ella.

Gabrielle… - Xena dejo que Gabrielle explorara el interior de su boca, el sabor de sus bocas lo sintió tan exquisito que comenzó a acariciar el cuerpo de su bardo de arriba abajo y así hubiera podido continuar durante horas si no es porque el estómago de Gabrielle, le recordó que era hora de cenar con un ruidoso sonido.

Vaya, creo que es mejor alimentarnos, antes de que tu estómago cobre vida y nos coma a las dos, ja,ja,ja,ja… - Xena no dejaba de reír, lo cual por supuesto apeno y enfado a la bardo.

Vamos apuesto a que tu también tienes hambre… - le dijo la enfadada bardo.

¿Yo?, por supuesto que tengo hambre pero durante mis días de entrenamiento jamás aunque estuviera muriéndome, de hambre mi estómago profirió semejantes sonidos, ja,ja,ja,ja. – Xena volvió a reír pero de inmediato ceso cuando su estómago desmintió lo que decía.

Ejem, decías mi fuerte y nunca rendible al hambre, guerrera. – Gabrielle ríe ahora.

Esta bien, esta bien, lo admito muero de hambre, ¿qué es lo que cenaremos? – le pregunto Xena a Gabby con una enigmática sonrisa.

Bien pues tenemos de todo bastante así que empecemos por tomar un poco de vino pan y queso ¿ te apetece?.

Bueno si te pusieses en medio de dos rebanadas de pan, con eso me bastaría.

Xena…

Upss, es que dije algo indebido

No, claro que no, de hecho… tu serás mi postre. – Gabrielle sonrió ante el sonrojo de su amada.

Xena le sonríe dulcemente mientras se disponen a cenar, mientras lo hacen Xena no deja de mirar a ese pequeño ser llamado Gabrielle, aún no puede creer que esa pequeña rubia la haya podido hacer cambiar de manera tan radical, esos ojos verdes, tan llenos de paz, de bondad, ese rostro tan bello y lleno de inocencia, su pequeño cuerpecillo, ahora más fuerte que antes, su figura atlética, era en verdad realmente hermosa, para Gabrielle la mirada de Xena no le era desapercibida, sentía una enorme inquietud, por un lado estaba muy emocionada por el amor que Xena le había confesado, pero por otro lado estaba un poco temerosa, no por Xena sino por ella misma, que sucedería si hacían el amor, ella sabía que era una neófita en esas artes, y si Xena se sentía desilusionada de ella, y si no la satisfacía, y sí…

¿Qué es lo que te inquieta Gabrielle? – le pregunta Xena sacándola de sus pensamientos.

No, no es nada, en verdad.

Eso no es lo que me dicen tus ojos linda – Xena se acerca a ella pasando uno de sus brazos por los hombros de su pequeña bardo.

Bueno la verdad, es que… - Gabrielle voltea a un lado – bueno, lo que sucede es que tu sabes que yo… que yo… no…

Ssshh, no digas nada Gabrielle, yo no he de pedirte que hagamos algo de lo que tu no te sientas segura, sabes que te respeto ¿verdad?

Sí, y si quiero que … bueno tu sabes… - le mira a los ojos.

Pero… - le dice Xena con el fin de que su pequeña bardo continúe.

Pero la verdad soy una novel haciendo el amor, lo sabes ¿cierto?

Y ¿cuál es tu temor? – le dice Xena con tranquilidad

Bueno yo… yo no sé si pudiera llegar a agradarte – baja la mirada un poco apenada.

No digas tonterías, Gabrielle claro que me agradas y el hecho de que no sepas hacer el amor, no importa, lo que importa es que me amas y eso es más que suficiente.

¿Lo dices en serio?.

Por supuesto amor mío

Xena…

Ambas mujeres se besan de manera suave y tranquila, saben que la noche empieza y aún falta mucho para el amanecer, así que no hay prisa, hay tiempo suficiente para enseñar y aprender las artes del amor… poco después de cenar Gabrielle prepara las mantas como de costumbre, aunque se haya en una duda, ¿ debe de ponerlas juntas, o separadas?, la respuesta le llega cuando Xena la sujeta por la cintura y deposita un beso en su cuello, haciéndola sentir una oleada de pasión incontenible. Ahora sabía que Xena le enseñaría las artes del amor y ella estaba dispuesta a aprender todo lo que le fuera posible, Xena soltó a Gabrielle regalándole una sonrisa, Gabby le devolvió el gesto, mientras Xena alimentaba el fuego, Gabrielle junto las mantas formando solamente una, pese al frió que imperaba a fuera el tamaño de la fogata y las antorchas que Xena había puesto a lo largo de la pequeña cueva, hacían que esta estuviera cálida y agradable, Xena decide salir a buscar más leños, esto lo aprovecha Gabrielle para desnudarse e introducirse entre las mantas, a pesar de todo siente un poco de nervios, sabe que tiene que dar lo mejor de sí para complacer a la mujer de su vida, poco tiempo después Xena regresa cargada de una gran cantidad de leños suficientes incluso para una noche más, deja todo preparado y comienza a desvestirse, Gabrielle la contempla atentamente, su cabello negro como la noche, sus brazos fuertes, sus manos ágiles, sus senos firmes, su cintura la cual adora abrazar cuando cabalgan juntas, sus piernas fuertes y ágiles, es toda una maravilla contemplar el cuerpo de esa mujer que la vuelve loca con la más mínima de sus caricias y sobre todo saber que la ama, que es a ella a quien esa poderosa mujer AMA, Xena se introduce entre las manas junto a su bardo, al sentir el contacto de sus pieles un estremecimiento embarga a amabas mujeres, es un sentimiento lejos de cualquier otro que hayan experimentado. Se abrazan.

¿Sabes que nunca sentí sensación como esta con nadie? – le dice Gabrielle a Xena.

¿Es cierto eso?

Claro, que es cierto.

Ni siquiera… lo sentiste… con Pérdicas. – pregunta Xena con cierto dolor en sus palabras.

No, ni siquiera con él, además nunca lo ame ¿sabes?.

Pero entonces ¿por qué te casaste con él?

Porque te amaba demasiado como para seguir a tu lado, pero al verte partir se me deshizo el alma, y comprendí el error tan grande que había cometido al casarme con él – Gabrielle paso su dedo índice por el rostro de su amada guerrera – pero ¿sabes? Me alegre mucho de que los dioses nos volvieran a unir, aunque me siento responsable de la muerte de Pérdicas, si tan solo le hubiera dicho que no a tiempo. Talvés él estaría vivo y sería feliz con alguien que si le amara.

No te sientas mal, en todo caso fue mi culpa que Callisto acabara con su vida si tan solo hubiera reaccionado a tiempo, él estaría aún con vida … pero tu y yo estamos vivas y te prometo hacerte muy feliz, te lo juro por mi vida.

Lo sé y yo te juro amor eterno, en esta y en todas las vidas que nos toquen vivir juntas.

Sellaron sus juramentos con un largo beso, Xena acaricio el cuerpo de su bardo, recorriéndolo de arriba a bajo, trazo una línea húmeda con su lengua a través del cuello de Gabrielle hasta llegar a sus senos, acariciándolos con las yemas de sus dedos y succionándolos de manera tierna, ante tales caricias Gabrielle dejo emitir de su garganta suaves y profundos gemidos, que incitaban a la guerrea a comerse viva a su amada Gabrielle, Xena se deleito en los duros pezones de su bardo un buen rato hasta dejarlos totalmente empapados con su saliva, le besó los hombros excitándola poco a poco, bajo su mano recorriéndola desde su estómago pasando por su vientre hasta tocar lo que Xena consideraba una zona totalmente virgen y pura, con toda la delicadeza del mundo, inició la exploración a ese mundo el cual jamás imagino llegar a tener acceso, sintió la humedad de su pequeña bardo envolver por entero sus dedos, ante esas caricias Gabrielle se éxito aún más, se asió con fuerza al cuerpo de su guerrera hundiendo su rostro en el cuello de Xena, inicio el movimiento de sus caderas acompasadamente, según el ritmo de su guerrera.

Xe…na, ¡oh, Dioses!, nunca… nunca había sentido… nada parecido a esto. – musito, la pequeña bardo.

Aún no he empezado amor mío. – fue lo único que dijo Xena, después cubrió su boca con la de su joven bardo.

Xena se deshizo del abrazo de su amada, y se dispuso nuevamente a recorrer con suaves besos el cuerpo de la mujer que era el todo de su vida, paso sus labios por sus senos, por su estomago, bajo a su vientre, deposito sus labios en esa zona de la cual deseaba beber el sabor más exquisito de la mujer que amaba.

¿Qué, qué haces Xena? – le pregunto Gabrielle con el rostro totalmente sonrojado y empapado de sudor.

Degustarte, solo eso – dijo al tiempo que envolvía en su lengua el menudo músculo en el cual se encierra el mayor de los placeres.

Xena la tomo firmemente de la cintura y empezó a succionar de manera suave y rítmica, haciendo con esto que la bardo se sumergiera en un profundo estado de éxtasis, debido al goce que sentía sus caderas se movieron primero lentamente y después más rápido, era algo inconcebible para Gabrielle, jamás había sentido tanto placer en su vida, trato de aguantar lo más que pudo, emanado los más profundos y deseosos suspiros y gemidos, se sujeto fuertemente a las mantas, susurrando en un principio el nombre de su guerrera, para después llegar al punto máximo de su orgasmo, en un profundo gemido combinado con el nombre su amada. Su respiración acelerada se fue controlando poco a poco, Xena subió hasta su rostro y comenzó a besarle la frente, sus mejillas, su barbilla, toda ella la acaricio y beso con pasión y entrega. Fue un momento sublime porque Xena a pesar de la excitación tan grande que sentía, su mayor placer consistió en satisfacerse a su bardo por completo.

Xena… como le llamas a eso… - le pregunta Gabrielle al tiempo que le roza su rostro con sus dedos.

Te refieres a hacer el amor…

Sí,

Bien, pues yo le llamo Gabrielle.



Capitulo III

Una Misión Que Cumplir

Tras una larga jornada Xena y Gabrielle llegaron casi al anochecer al reino de Kúzter, estaban realmente cansadas por el largo viaje ya que solo se detuvieron el tiempo suficiente para comer y dejar que Argo descansase un poco. Casi al llegar al castillo del rey Loghánus, este salió a su encuentro, Xena desmonto al igual que Loghánus, pero lejos de recibir un apretón de manos Xena le propino un fuerte golpe que hizo que Loghánus cayera al suelo de un sentón. Inmediatamente los guardias desenfundaron sus espadas, pero Loghánus soltó una carcajada y ordeno guardar las armas.

¡Vaya Xena sigues tan temperamental como siempre ¿verdad?.

Y tu sigues tan estúpido y arrogante, aun te puedo escuchar diciendo "no voy a regresarle la Rueda del tiempo a Zeus en verdad que yo puedo protegerla, mis calabozos son impenetrables incluso para un dios" ¿y ahora que dices Loghánus?

Bueno, lo sé, lo sé, sé que fui un estúpido y que ahora debemos recuperar esa rueda si no será el fin de todo lo que conocemos.

Debería dejarte solo con tu problema – masculla Xena entre dientes.

Pero no puedes ¿verdad?. – Loghánus sonríe satisfecho.

No, no puedo, así que te ayudare pero en cuanto termine esta misión te prometo que…

Sí mi querida Xena será lo que tu quieras pero por favor entremos, y discutamos esto más a fondo, las recriminaciones vendrán después.

De acuerdo – Xena monta de nuevo.

Un rato después Loghánus, Xena, Gabrielle, Kadeuz y el hechicero Gímor se encentran sentados cenando y discutiendo todo ese asunto de la rueda del tiempo.

¿Quién fue el primero en darse cuenta de la desaparición de la rueda?

Fui yo – dice Kadeuz – mi deber es vigilar la piedra una vez por la mañana, una vez por la tarde y en la noche. Hace dos días fui a revisar que todo estuviera bien como siempre, pero cuando entre al cuarto la piedra no se encontraba ahí, y de inmediato le comunique la noticia al rey.

Mmm, y ¿dices que la rueda no se encontraba en ese lugar – Le interroga Xena

No, no se encontraba ahí, lo que más me sorprende es que la rueda solo puede ser removida por un dios.

Sí eso es cierto – dice Xena

Crees que sea… obra de Ares… Xena – pregunta Gabrielle viendo a su preocupada guerrera.

Mmm, no lo sé talvés lo haría, ¿pero con que fin?. – dice al tiempo que bebe un poco de vino.

¿Qué es lo que esa rueda puede hacer? – pregunta Gabrielle

Bueno – dice el hechicero Gímor – se dice que esa rueda esta hecha con la piedra que Rea dio a comer a Cronos en vez de Zeus, de tal manera que en esta rueda quedaron los poderes del pasado, lo que quiero decir es que esta piedra tiene el don de regresar al pasado tantos años como tu quieras que sean, pero solo se podrá hacer una vez ya que la piedra perderá sus poderes para siempre, pero si la piedra es rota se volverá al principio de los tiempos y entonces todo lo que conocemos jamás existirá.

Si Ares esta detrás de todo esto es probable que lo que quiera es regresar el tiempo hasta ubicarme de nuevo en mi pasado como Señor de la Guerra…

Pero si tiene la piedra por que no lo ha hecho aún.

Es porque la piedra solo esta activa una vez cada 100 años cuando hay eclipse de sol. – dice Loghánus – y eso ocurrirá pasado mañana al medio día.

Hay que investigar quien pudo haber entrado, y si hay un traidor entre nosotros.

¡Eso es imposible! – dice enfadado Gímor.

Ah sí, ¿por qué lo dices? – le pregunta Xena levantando una ceja.

Porque solamente el rey Loghánus, Kadeuz y yo conocemos el hechizo que permite entrar en el cuarto de la piedra del tiempo.

Así que pudo haber sido cualquiera de ustedes tres – dice Gabrielle mirándolos con recelo.

Mi querida Gabrielle, ¿crees que si fuéramos nosotros habríamos llamado a Xena? – pregunta Loghánus con un gesto de fastidio.

Talvés – dice Xena – bien mañana investigaremos en que lugares pudieron haber escondido la piedra. Por lo pronto nos olvidaremos de si hay o no un traidor lo que más importa en este momento es descubrir en donde se encuentra la piedra antes de que sea demasiado tarde.

Cierto – dice Loghánus – bien uno de mis sirvientes les indicara su habitación.


Una vez estuvieron solas Gabrielle interrogo a Xena.

Dime Xena, ¿ en verdad crees que no es tan importante descubrir al traidor?.

Por supuesto que es importante Gabrielle, encontrándolo será la única manera de encontrar esa maldita piedra.

Pero entonces ¿por qué?…

Porque de esa manera el traidor actuara libremente pensando que no nos interesa ¿me entiendes?.

Sí, ya comprendo lo que quieres es que el solo se delate ¿cierto?.

Así es y ya tengo la manera de desenmascararlo.

¡Ya!… ¿es… es decir que ya sabes quien fue? – le mira su bardo sorprendida.

Sí, tengo una idea de quien pudo haber sido… pero tendremos que esperar.

Eres increíble Xena – Gabrielle le abraza con fuerza.

No cantemos victoria tan pronto amor, aún faltan por resolver unas cuantas cosas.

Sí tienes razón pero sé que lo haremos bien.

Eso espero, en verdad eso espero.

A propósito mi hermosa guerrera, hay algo pendiente entre tu y yo. – Gabrielle le sonríe.

¿Ah sí?, pues recuérdamelo por que en verdad no me acuerdo de ello. – le dice Xena pensativa.

Bueno será un verdadero placer.

Gabrielle se levanta sobre las puntas de sus pies, con sus manos sujeta el rostro de Xena y la besa como queriéndosela comer, Xena reacciona con sorpresa ante el beso de su bardo lleno de pasión y de entrega, Gabrielle se separa lentamente de Xena, le mira sonriente y le dice.

¿Sabes?, este día voy a poner en práctica todo lo aprendido el día de ayer.

Gabrielle se desviste frente de su preciosa guerrera, de forma lenta y sensual, desea provocar en Xena la excitación más grande que haya sentido jamás, Xena le mira observándola de arriba a bajo deseando grabar en su memoria cada parte de ella, cada curva de su cuerpo, cada sonrisa, cada mirada… al terminar de desvestirse se acerca a Xena quien intenta abrazarla pero Gabrielle menea la cabeza en forma negativa y le sujeta las manos.

Tendrás que esperar mi amada guerrera.

Tras lo dicho le comienza a quitar su armadura y mientras lo hace roza la piel morena de Xena de forma suave y acompasada, Gabrielle observa la desnudez del cuerpo de su amada, se deleita contemplándola una y otra vez, ella sabe que ese cuerpo, esa alma, ese corazón le pertenecen por completo, toma a Xena de las manos y la conduce al lecho donde la recuesta, Gabrielle se sienta a su lado se inclina a besarla, acaricia los brazos de su amante, baja hasta sus pezones y los acaricia de forma gentil, Xena la siente tan suave en sus movimientos, la siente realmente inocente hasta en sus caricias, Gabrielle se recuesta sobre su guerrera, Xena la siente ligera como el suave viento.

Te Amo Xena, te amo como jamás pensé amar a alguien, creo que me gustaste desde el día en que te vi en verdad me sorprendiste al verte pelear con esos rufianes vendedores de esclavos, desde ese momento supe que tendría que estar a tu lado a como diera lugar.

Lo sé, pese a todo lo que te dije, seguiste conmigo, se te seré sincera, creí que no durarías mucho a mi lado. – sonríe guiñándole un ojo.

Pues ya lo ves aquí estoy y es para toda la vida. – le sonríe, hunde su rostro en el cuello de Xena y le hace caricias con su lengua.

Xena se deja llevar por las caricias de su joven bardo, intenta acariciar a Gabrielle pero esta se lo impide, desea llevar a Xena a un estado de éxtasis no conocido por ella, le besa su rostro, su cuello, sus hombros, sus senos, traza una línea húmeda que corre del pecho de su guerrera hasta el vientre, aún no la toca en el centro, baja a sus piernas besándolas y rozándolas, oprimiéndolas con sus manos, dándoles suaves mordiscos, Gabrielle se entusiasma recorriendo de arriba abajo a su hermosa princesa, Xena se entrega a Gabrielle de forma sumisa, entregándole hasta el alma, pese a los deseos tan fuertes que siente de querer abrazarla y poseerla Xena se detiene y obedece a su bardo en no tocarla, Gabrielle introduce sus dedos en ese lugar tan esperado y deseado por ella, siente la humedad de su guerrera envolviendo sus dedos, arriba y abajo así es el movimiento de su mano una y otra vez va despacio disfrutando el hecho de ver a Xena rendirse ante ella, ¡Sí cuanto lo había anhelado! Y por fin lo había conseguido Xena se rendía ante ella por amor, en verdad esa guerrera la amaba y la amaba con toda su alma, ¿acaso Gabrielle podría ser más feliz?, No ella pensaba que no, lo tenía todo en sus manos y ese todo era Xena su felicidad fue total cuando su guerrera deja escapar un gran gemido y atrapa la boca de Xena besándola con una pasión incontenible. Esa noche las amantes duermen entre un cálido y dulce abrazo sus rostros denotan una gran tranquilidad ¿acaso hay cosa más bella que esta escena?.

Comienza un nuevo día Xena se levanta temprano y observa a su pequeña bardo y se da cuenta de que ya no es más una pequeña, ahora es toda una mujer, es su mujer. Sabe que si la piedra del tiempo cae en manos equivocadas la puede perder para siempre, así que se decide recuperarla cueste lo que cueste, Gabrielle se mueve entre sueños aún dormida, se ve preciosa, su rostro tan dulce e inocente es tan hermosa.

Sí, debo hacer algo para poder recuperar esa piedra – dice mientras acaricia el cabello de Gabrielle – duerme un poco más mi reina amazona yo me encargare de todo, no te preocupes.

En una de las torres un maquiavélico trato se esta cerrando.

Muy bien, muy bien veo que Xena esta aquí, eso es justo lo que necesitaba. – dice un Ares sumamente complacido.

Estas seguro de ello. – dice una misteriosa sombra

¡Calla estúpido! claro que estoy seguro, ella es lo que necesito para mis planes, ahora Xena volverá a mi lado. – Ares ríe con entusiasmo.

Durante el desayuno Xena miraba a los tres individuos, estaba casi segura de saber quien era el culpable pero… debía confirmar sus sospechas.

Muy bien después del desayuno iré a recorrer los alrededores y trataré de localizar el lugar donde esconden la piedra. – dice Xena observando la reacción de los tres hombres.

Creo que es una buena idea Xena, ¿deseas que te de algunos hombres? – le dice le rey mientras bebe un trago de vino.

No, no lo creo necesario solo iré con Gabrielle si no te molesta creo que entre las dos encontraremos alguna pista.

Bien si esa es tu decisión, así se hará pero recuerda solo tienes el día de hoy y el día de mañana para localizar la piedra sino será demasiado tarde. – le dice el rey seriamente.

Lo sé, Loghánus, lo sé. – Xena observa que el hechicero esta algo preocupado. – bien es hora de retirarnos tenemos una misión que cumplir.



Capitulo IV

Sospechas

Dime Xena, crees que sea el guardián de la piedra el culpable. – le pregunta Gabrielle a una pensativa Xena.

No lo sé con exactitud, dime ¿notaste algo extraño en el hechicero Gímor?.

La verdad no me fije en ellos en lo único que podía pensar era en ti, mi hermosa guerrera. – Gabrielle que se encuentra sentada delante de Xena recarga su cabeza sobre el pecho de su amada.

Hey, cariño, debemos tener cuidado hay que estar alertas esta misión es muy importante y no quiero que estés en peligro.

Vamos Xena tu sabes que sé cuidarme, además te amo, ¿lo sabías?.

Claro que si Gabrielle, mi hermosa Gabrielle.- Xena besa a su bardo con dulzura, el cielo gris… el viento frío golpea el rostro de ambas mujeres, Xena sabe que no hay nadie más en los alrededores.

Dime Xena ¿por qué no estamos buscando la piedra?

Porque la piedra no ha salido del castillo.

¿Cómo? – le pregunta Gabrielle sorprendida.

Entonces porque no estamos en el castillo buscándola.

No te preocupes Gabrielle ya la hemos localizado.

¿Cómo? – dice una intrigada Gabrielle.

Ya veras a lo que me refiero en cuanto volvamos al castillo, pero debemos esperar hasta mañana sino es probable que la roben de nuevo, ¿ me entiendes?.

Sí, creo que si, entonces ¿qué haremos?.

Por el momento solo elaborar un plan de ataque ¿estas de acuerdo?

Por supuesto Xena

Mientras tanto en el castillo Ares y la extraña sombra hablaban en lo alto de una de las torres del castillo.

Escúchame bien es importante que Xena no descubra la piedra hasta poco antes del eclipse, ¿entendiste?.

Sí, lo sé Ares, de hecho ellas nunca la encontraran. Te lo aseguro.

¿La escondiste donde te dije?.

Por supuesto no te preocupes no te fallaremos, la piedra ya se encuentra ubicada en el altar.

Muy bien mañana será el gran día, a propósito ese fastidio que siempre anda acompañando a Xena, necesito que la captures, su vida será la clave para que Xena regrese a mi lado.

Eso no será ningún problema Ares… Te lo aseguro. Pero debes prometerme que en verdad cumplirás con tu parte del trato.

Insolente, estas hablando con el Dios de la Guerra, por su puesto que cumpliré con mi trato, pero si falla te juro que te mataré con mis propias manos… no cabe duda que los mortales son débiles ante los sentimiento humanos – dijo con desprecio. Ares desaparece y la extraña figura aparece de entre las sombras es…

Cae la tarde Xena y Gabrielle regresan al castillo, a la entrada el guardián de los calabozos se acerca a ellas mostrando preocupación.

Díganme han encontrado la rueda.

No, no la hemos encontrado.

Por los dioses todo es mi culpa. El joven se arrodilla y llora profusamente.

Vamos no llores – Gabrielle desmonta.

Pero es que no entiendo como es posible que alguien se atreva a penetrar en los calabozos si son tan peligrosos – Kadeuz, levanta la vista.

Eso es cierto – dice Xena – desmontando – lo único razonable sería que el ladrón fuera alguien del propio castillo, dice Xena sin dejar de mirar al chico.

Pero – Kadeuz desvía su mirada de la de Xena - ¿quién?, ¿Quién podría atreverse a hacer algo así?.

No lo sé talvés tú – le dice Xena sin dejar de mirarlo.

Pero que estas diciendo – Kadeuz se muestra un poco inquieto – crees que yo robaría la piedra del tiempo, ¿Por que razón habría de hacer eso? – el chico mira molesto a Xena.

Bueno – dice Xena con una leve sonrisa – por que la rueda puede hacer retroceder en el tiempo.

Y eso a mí en que me beneficiaría – dice pensativo Kadeuz.

Bueno según recuerdo la primera vez que vine al castillo tú eras un jovencito de apenas ocho inviernos y escuche cuando decías que tu familia había muerto a causa de una guerra, por ello bien podrías encajar dentro de los sospechosos ¿no crees?.

Kadeuz, no dice nada se levanta y mira fijamente a Xena.

Yo no robe la rueda por mi… familia a la que tanto quise… yo no robe esa rueda. – se da la vuelta y se aleja.

Bien, creo que él queda descartado – dice Gabrielle encogiéndose de hombros.

No debes ser tan confiada Gabrielle, yo aún sospecho de él. – Xena entrecierra los ojos mirando en dirección del Guardián.

¡Vamos Xena! Lo juro por su familia.

El tiempo te enseñara Gabrielle, solo el tiempo.

Xena y Gabrielle se presentaron ante Loghánus en el comedor.

¿Has encontrado la rueda Xena? – le pregunta el rey con impaciencia.

No aún no pero estoy segura que mañana la encontraré.

Por Zeus, ¿ cómo puedes decir eso? , Si para mañana la usaran todo se perdería. – dice irritado Loghánus.

Lo sé Loghánus pero creo saber en donde se encuentra. – dice Xena mientras come.

¡En serio! – dice Gímor - ¿dónde crees que se encuentre?. – pregunta Gímor un poco alterado.

¿Por que tanto interés? – pregunta Gabrielle con recelo.

El hechicero frunce el entrecejo.

Me preocupa la seguridad de este reino, eso es todo.

Mmm, ya veo – dice Gabrielle.

De acuerdo ya fue suficiente, dime donde crees que esta la piedra alistaré unos hombres e iremos a buscarla.

Mañana Loghánus, mañana lo haremos. – le dice Xena.

¡Demonios Xena tenemos que recuperarla ya! ¡que no entiendes que mañana podía ser demasiado tarde! ¡Te exijo que me digas donde puede estar la rueda!. – le dice el rey bastante fúrico.

Mañana Loghánus – Xena le mira seria y decididamente.

Si para mañana el mundo cambia Xena ¡solo tu serás la responsable!

Loghánus se levanta enojado y se retira, Xena y Gabrielle hacen lo mismo, en el comedor solo quedan el guardián y Gímor.

¿Qué sucederá ahora? – pregunta Kadeuz.

No lo sé – le responde Gímor.

¿Crees que sea capaz de localizar la rueda? – le pregunta Kadeuz con preocupación.

Mañana lo veremos – dice Gímor frunciendo el entrecejo.

Esa noche Xena y Gabrielle se aman de una manera total, no saben si mañana todo saldrá bien, un solo error y es probable que jamás se conozcan… en la madrugada Xena es la única que esta despierta, mira a su pequeña bardo una y otra vez, Xena se da cuenta de que debe actuar lo más cautelosamente posible, de otra forma perdería a su pequeña bardo, y eso era algo que en verdad no deseaba en absoluto.


Capitulo V

Por Ti Volvería El Tiempo Atrás

El sol empieza a despuntar a través de las montañas, el frío de la mañana se siente realmente intenso, Xena ya esta de pie, Gabrielle aún duerme, Xena mira a través del ventanal el paisaje. Sí realmente es hermoso al fondo las montañas y los árboles cubiertos de nieve dan un hermoso paisaje, el cielo completamente azul intenso matizado por algunas nubes color oro.

Bien a llegado el momento – Xena suspira profundamente.

No te preocupes – le dice Gabrielle desde el lecho

Pensé que aún dormías – le dice Xena reglándole volviendo a un lado el rostro, regalándole una suave sonrisa.

Todo saldrá bien… ya veraz como es así. Gabrielle se levanta y abraza a su guerrera.

Rato después en la salón del trono Loghánus, Gímor, Kadeuz, Xena y Gabrielle se encuentran reunidos.

Muy bien Loghánus ya sabemos donde se encuentra la rueda – le dice Xena seriamente.

¡En serio!, Gracias a Zeus, pero dime ¿dónde esta?… le pregunta impaciente el rey.

Bueno se encuentra localizada en una de la cuevas que se encuentran en la ladera norte cerca del lago.

Muy bien pues vamos entonces – les dice Loghánus.

Pero eso no es posible… - dice Gímor – ¡ustedes mienten!

¡Por que habríamos de mentir! – exclama Gabrielle

Por que…

Suficiente el hecho es que hemos encontrado la piedra y por tu comentario Gímor no me cabe la menor duda de que tu has sido el culpable.

Pero yo…

Enciérrenlo – Loghánus hace señas a sus guardias y se llevan preso al hechicero.

Nunca debí con fiar en él – dice molesto Loghánus – bien pues vayamos antes de que sea demasiado tarde

De acuerdo le diré donde se encuentra – dice Xena – se encuentra localizada en la segunda cueva al fondo pero hay muchos guardias así que necesitaremos toda la ayuda posible. Mientras tanto Gabrielle y yo iremos a la colina sur ahí encontramos huellas de soldados.

De acuerdo – dice Loghánus – me adelantaré con mis hombres, pero sería posible que nos acompañaras mejor por la rueda, después con mi ejercito vamos a la colina sur y ahí derrotaremos a esos soldados.

Gabrielle te acompañara yo iré a pelear contra ellos mientras tanto tu y Gabrielle una vez hayan recuperado la piedra regresen al castillo ahí les esperare.

Muy bien entonces en marcha. – Loghánus iba reluciente de gusto.

Xena se despidió de Gabrielle con un beso.

Recuerda el plan Gabrielle. – le dice Xena con un poco de preocupación.

Descuida nos veremos al rato.

Momentos antes de que Loghánus salga del castillo, un guardia se acerca a él.

¡Pero que dices… Xena Gímor a escapado!

¡Demonios! Talvés ya haya llegado a la cueva y tomado la rueda del tiempo.

Descuida Xena iremos enseguida por él, mientras tanto tu haz lo tuyo. – el rey sus guardias y Gabrielle salen cabalgando a toda velocidad.

Xena por su parte se dirige a la colina, solo una figura a la que nadie ha hecho caso se ha quedado en el castillo… Kadeuz… una vez que Xena se ha perdido de vista se dirige velozmente a uno de los costados del castillo, baja por una puerta oculta tras uno de los muros, pasa por un tipo de laberinto, y llega a la puerta de una cámara, se apresura a conjurar. La puerta se abre lentamente, en el interior de la cámara al centro hay una figura en forma de rueda no es muy grande se encuentra sobre un altar, en el techo de la cámara se localiza un hoyo del tamaño de una naranja la luz ilumina la rueda, Kadeuz rápidamente se acerca a la rueda.

Pero si aquí esta entonces ¿por qué dijo que estaba en una de las cuevas?.

Por que así me traerías hasta aquí.

¡¿Que?! – Kadeuz retrocedió sorprendido – ¡¿como rayos entraste aquí?!

Te sorprende ¿he? – descuida nunca lo sabras por ahora quiero saber en donde se encuentra el hechicero.

¿ En verdad quieres saber donde esta?

Claro que sí – dice Xena inflexible.

Pues bien te lo mostraré .- Kadeuz se dirigió hacia una de las paredes la toco y al instante dio la vuelta mostrando al hechicero muerto.

Pero ¿cómo?, entonces quien…

¿Quién?… vaya, vaya que pregunta mi querida Xena.

Loghánus ¿tú?. – Xena mira sorprendida hacia la puerta.

Pero ¿por qué? – le interroga

¡Por qué! ¡Por qué quiero a mi familia de vuelta por eso!, tengo la maldita rueda del tiempo, tengo el ánimo de volverlos a la vida, pero necesitaba algo, necesitaba a un Dios solo eso, y el único que me escucho…

Fui …yo… hola Xena tanto tiempo.

Ares… sabía que estarías involucrado en esto. – dice Xena con desprecio.

Ah, siempre tan lista Xena, pero esta ves no negaras que te logre engañar, te diré mi querida Xena te propongo un trato…

"¿Dioses donde estará Gabrielle?"– pensó Xena al ver al Dios tan seguro de sí mismo.

Pues bien Xena si tu regresas conmigo dejaré a tu amiga libre y con vida. Volveremos a las batallas y tu serás de nuevo Xena Destructora De Naciones, creo que soy bastante benevolente – dijo Ares soltando una carcajada.

¿Dónde esta Gabrielle? Ares.

Loghánus – dice Ares.

Aquí esta Xena sana y salva nada le pasará si accedes a los deseos de Ares. – un soldado trae a Gabrielle amordazada y atada de las manos.

Y tu Kadeuz, supongo que quieres a tu familia de vuelta también ¿no?, Pero ¿por qué matar al hechicero?

Una pregunta muy inteligente, Gímor comenzó a sospechar del rey cuando este le dijo a el mensajero lo siguiente "Toma este mensaje y daselo a Xena… y escúchame bien, no me importa que la tengas que buscar hasta por debajo de las piedras solo encuéntrala entrégale esto y pídele que se apresure, o si no te aseguro que colgaras cabeza a bajo de las murallas de este castillo. Gímor sospecho más aún al enterarse de que el día que robaron la piedra Hércules estaba de paso por este lugar, Loghánus lo invito a cenar y nunca le dijo nada sobre la rueda, el pensó "por que tanto interés en Xena cuando Hércules podría resolver esto" el pobre viejo pensó que el solo podría recuperar la rueda… pobre viejo imbécil. Ah se me olvidaba, ninguna guerra mato a mi familia… fui yo. – dijo Kadeuz haciendo gala de sarcasmo.

¿Tú?, no puedo creerlo solo eras un niño de ocho inviernos.

Lo sé mi padre quería que fuera un guerrero así que los mate y volveré a hacerlo, lo único que quiero es tener el poder del hechicero, eso es todo y Loghánus me lo dará, me lo prometió. – Kadeuz mira burlonamente a Xena.

Lo siento Ares pero no haré lo que me pides.

Xena desenfunda rápidamente su espada y la pone en la garganta de Kadeuz.

Muy bien suelten a Gabrielle o él morirá.

Puedes matarlo Xena, no me sirve en absoluto, ya cumplió con su trabajo, mató a Gímor, eso era todo lo que tenía que hacer.

Lo ves nuca ibas a obtener nada de parte de ellos – dice Xena en tono irónico.

No puedes hacerme esto Loghánus tu me lo prometiste.

Ya ves ¿quién puede saber cuanto durara la palabra de un rey? – Loghánus comienza a reír.

Maldito bastardo. – dice Kadeuz molesto.

¡Suficiente! – Loghánus alzó la mano y en un instante la vida de Kadeuz término cuando una flecha se le clavo en el pecho.

Bien Xena parece que he ganado, no te queda más que aceptar – le dice Ares, el momento esta apunto de suceder, es la hora.

Xena no se da por vencida, lanza su Chakram en contra de los soldados, a quienes deja inconscientes en el suelo.

Muy bien Ares es hora de terminar con esto de una vez por todas. – coloca su espada en la garganta de Ares

¡Suelta la espada Xena o te juro por los dioses que tu amiguita morirá!

Muy bien, muy bien, tu ganas Loghánus – Xena deja caer la espada al suelo.

Ares ¡pronto! el eclipse esta en su punto máximo – un hilo de luz muy fino cae como si fuera agua sobre la piedra, Ares comienza el rezo.

Gabrielle le hace señales a Xena para que lo detenga, pero Xena no quiere arriesgar la vida de Gabrielle. Loghánus que esta entretenido viendo como Ares hace el conjuro baja la guardia y Xena aprovecha para lanzar de nuevo el Chakram, golpeando a Loghánus.

¡Alza las manos Gabrielle! – le grita Xena justo cuando el Chakram golpea una de las paredes y regresa hacia ella, el Chakram rompe las ataduras de Gabrielle esta se libera de la mordaza.

Gabrielle corre hacia Xena, las dos observan a Ares que no se ha dado cuenta de lo que ha pasado ya que una vez que ha comenzado el rezo, entra en una especie de profunda meditación, todo él esta bañado por una luz dorada, que cae como rocío sobre su cabeza.

Xena que crees que signifique eso?

No lo sé pero tenemos que detenerlo – Xena toma de nuevo su Chakram y lo lanza hacia Ares., el Chakram es desviado por la luz que baña a Ares y se incrusta en una gran tabla de madera en forma de escudo.

Gabrielle observa a su guerrera desfallecer ante sus ojos, cae sobre de ella, la bardo esta muy aturdida para saber que pasa, trata de reanimarla.

¡Xena, Xena! ¡¿qué sucede!?, ¡¿Qué te sucede?! – Gabrielle ve a Xena sujetando una flecha de oro que atraviesa su armadura en la parte izquierda de su pecho, la sangre comienza a emanar de su boca. – ¡Xena, Xena por los dioses por los dioses respóndeme! – Gabrielle llora profusamente, levanta la vista y ve a Loghánus con un arco en su mano, su rostro esta blanco como un fantasma, deja caer el arma y sonríe. – no hay nada que puedas hacer, esa flecha es de Ares, como ves es muy rápida y mortal iba dirigida a ti pero ingenuamente Xena pensó en poder detenerla, ja,ja,ja,ja – Loghánus contempla complacido la escena, lo logro, ahora su familia volverá a la vida.

¡Maldito!, ¡Mil veces maldito Loghánus!, ¡¿cómo pudiste hacerle eso, Xena era tu amiga?!

Amistad, ¡eso no existe! – dice Loghánus con desprecio.

Ga…brielle… - susurra Xena, casi a punto de perder la vida.

Por los Dioses Xena tranquila todo va estar bien, todo va a estar bien, solo, solo resiste no te dejare morir, ¡no te dejare morir! - grita la bardo.

Gabri…elle… escúchame…no…no dejes…que alteren… el tiempo… Gabrielle te… te… Amo… - esas son la últimas palabras de Xena, sus ojos se cierran y la sangre no deja de brotar de su pecho.

¡ Xena!, ¡Xena!, ¡por los dioses no me dejes!, ¡no me dejes!, sacude a la guerrera e inmediatamente comprende que Xena se ha ido, con un odio indescriptible voltea a ver a Loghánus – ¡Loghánus tu, tu bastardo miserable! – Gabrielle se levanta toma la espada de Xena y se encamina hacia el rey quien con una sonrisa desafiante saca su espada y se dirige hacia Gabrielle.

¿Qué? – una luz dorada golpea el pecho de Loghánus haciendo a este caer de espalda sorprendido. – ¿que…su…cedio? – fueron las ultimas palabras de Loghánus.

¿Que ha sucedido? – Gabrielle voltea y ve a Ares arrodillado y lleno de furia junto a Xena, con sus dedos toma un poco de la sangre de Xena. – Ares… - dice Gabrielle confundida.

¡Maldito Loghánus, pero esto no se quedara así haré que pagues esto muy caro en el tártaro, te lo juro!. – solo tu decidirás lo que debe de pasar – le dirige a Gabrielle una hostil mirada y se desaparece.

En ese momento una luz brillante plateada cubre todo el recinto.

¿Cuantos inviernos quieres volver atrás y qué Dios esta de acuerdo contigo? – la voz sale de la rueda del tiempo.

Gabrielle se acerca a la rueda.

Eres Cronos – le pregunta un poco asustada.

Así es soy Cronos, ¿cuántos inviernos deseas volver atrás y qué Dios esta de acuerdo contigo? – vuelve a preguntar la voz.

No, no lo sé, yo no sé que hacer – Gabrielle llora al voltear y ver a Xena muerta.

Gabrielle…

¿Quién? – Gabrielle volta y ve a la Diosa Artemisa ante ella.

¡Artemisa! – Gabrielle le ve sorprendida.

Se que amas mucho a Xena por eso te voy a proponer un trato, pero antes quiero que pienses en lo que ella te dijo.

Sobre no dejar que el tiempo volviera atrás. – dice Gabrielle triste ante el recuerdo de las últimas palabras de su guerrera.

Exactamente, si sigues lo que te dijo Xena haré que se te borre ella de la mente para siempre como si jamás hubiera existido, así no sufrirás el dolor del recuerdo y habrás cumplido con su última voluntad, si no lo aceptas entonces retrocederé el tiempo hasta el día del nacimiento de Xena y con ello existirá el riesgo de que algo cambie y tu no nazcas. Además de que me llevaré la rueda del tiempo y la devolveré a Zeus

Gabrielle no lo pensó ni un minuto.

Acepto Artemisa, correré el riesgo, pero hazlo pronto no soporto verla así, ella tiene que vivir, no me importa si yo nazco o no, lo único que me importa es ella. – se acerca y besa a Xena una última vez.

Artemisa y Gabrielle se acercan a la rueda del tiempo.

¿Cuántos inviernos deseas volver atrás y qué Dios esta de acuerdo contigo? – vuelve a preguntar Cronos.

Al día en que Xena nació, Artemisa esta de acuerdo conmigo.

Así es yo Artemisa estoy de acuerdo con esta mortal.

Bien así será.

Al instante un brillo cubrió la cámara y una Xena niña despertó, estaba en una especie de esfera frente a ella estaba Artemisa con un bebé en brazos.

¿Quien eres tu? – le pregunto Xena con una expresión de extrañeza.

Soy la Diosa Artemisa – le sonríe.

¿Es tu bebé? – le pregunta Xena parándose de puntitas para ver a la niña.

Su nombre es Gabrielle y no es mi hija ella es una futura princesa amazona – Artemisa baja un poco al bebé para que Xena la pueda ver bien.

¡Qué bonita es!… princesa, princesa amazona… se… se mi consorte hermosa princesa… - Xena le sonríe y le acaricia su rostro con un dedo, ante ese gesto, Gabrielle sonríe hermosamente. Te encontraré princesa lo juro – le dice Xena mientras besa la frente del bebé.



Capitulo VI

¿Qué Fue?.

En Amphipólis, una mujer interroga a la partera.

¿Dime que fue, qué es? – dice Cyrene emocionada

Es una saludable, hermosa y fuerte niña Cyrene ¿ Cómo la llamaras?.

Xena… su nombre será Xena.

Inviernos más tarde un Poteida.

¿Qué ha sido pregunta un padre ansioso?

Es una niña mi señor.

Una niña que hermosa es – dice alegremente.

Como la llamaras esposo mío.

Gabrielle, se llamara Gabrielle.

Muchos inviernos después una pequeña jovencita rubia ojos verdes con sueños de bardo, es llevada junto con otras para ser vendida como esclava, pero gracias a la intervención oportuna de una misteriosa guerrera de cabello oscuro como la noche con ojos azules como el mar la salva a ella y a las otras chicas…tras lograr ganarse su confianza y seguirla a través de muchas aventuras la pequeña rubia y la poderosa guerrera se hacen las mejores amigas del mundo, pero un día la amistad se convierte en amor y en la villa de las Amazonas se lleva a cabo una boda, la reina amazona Gabrielle se casa con una hermosa guerrera de nombre Xena. Los votos se llevan a cabo.

Gabrielle te tomo como mi esposa para el resto de mi vida, te juro lealtad y amor. – Xena le sonríe con dulzura.

Xena te tomo como mi esposa para toda la vida, te juro lealtad y amor. – Gabrielle le sonríe tan dulcemente que Xena se inclina y la besa y se promete así misma hacerla feliz y cuidarla por el resto de sus días.

Todas las amazonas sonríen y festejan la unión de ambas mujeres. En algún punto del Monte Olimpo una Diosa mira complacida la escena, por fin el amor gano contra muchas adversidades, por cierto Ares también esta presente le sonríe Artemisa y él hace cara de indiferencia.

No crees que es mejor así.

Bueno – dice al final Ares esbozando una pequeña sonrisa – es mejor verla viva aunque sea con ese fastidio de rubia a no tenerla en este mundo. De cualquier manera algún día veré la forma de recuperarla.

Genio y figura… - dice Artemisa mirando burlonamente a su hermano.

Di lo que quieras y ya me voy que tanta miel me esta provocando nausea –Ares desaparece dejando sola a Artemisa.

Hasta la sepultura… - Artemisa termina la frase y sonríe ante la felicidad de Xena y Gabrielle.


FIN


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