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Disclamers: Los personajes de Xena, Gabrielle y Argos son propiedad de MCA/Universal y Renaissance Pictures, no intento infringir ningún derecho de autor ni nada de lo parecido todos los demás personajes son inventados por mi.

Contenido Sexual / violento: No hay contenido sexual explícito o implícito ni nada de lo parecido. Mi historia se basa en la gran amistad de estas dos mujeres y de violencia si tiene y mucha así que si no te gusta no lo veas y vete a contar estrellas...

Se la dedico especialmente a ustedes por leerla porque después de todo para ustedes fue que la hice...

Comentarios, amenazas de muerte, criticas constructivas o no constructivas a esta dirección: bardo03@hotmail.com


REVENGE AFFAIRS

(Asuntos de Venganza)

Autora: ISTAR

Xena y Gabrielle se encaminaban rumbo a Hiperbóreos. Era un atardecer en el que los rayos del sol se extendían por las nubes tornándolas en tres diferentes colores radiantes naranja, rojo y amarillo.

“A donde vamos?”, dijo Gabrielle mirando el bello atardecer con Xena a su lado.

“A Arcadia. Uno de sus habitantes me envió esta carta pidiendo ayuda. Unos seres han acabado con la mitad de la población” respondió mostrándole el pergamino.

“Qué crees que sean?”

“La verdad es que no tengo la menor idea, pero descuida..., ya lo averiguaremos”

Mientras ellas armaban el campamento, en Micenas (pueblo vecino de Arcadia) sucedían cosas terribles.

No eran humanos, eran bestias parecidas a ellos y que se alimentaban de ellos. Median como dos metros de alto, eran fuertes (muy fuertes), podían matar a un hombre en menos de un segundo sin hacerlos sangrar.

Era de noche y el pueblo ardía en llamas, todos gritaban y era casi imposible hacerle frente a uno sin que te lanzaran por los aires. Cualquier ser viviente que se les interpusieran los llevaban con ellos o los mataban en el acto.

Destruyeron todo a su paso dejando el pueblo en ruinas y cenizas, llevándose consigo a la mitad de la población y dejando a los demás, muertos en el pueblo.

Al amanecer Xena y Gabrielle llegaron al poblado en ruinas.

“Qué demonios pasó aquí?” dijo Xena pasando con cuidado de no pisar los cadáveres.

“Xena... ?” llamó Gabby horrorizada al ver cuerpos crucificados de mujeres y algunos hombres colgados.

Xena se dirigió a uno que colgaba cerca y vio.

“Esto no lo pudo haber hecho un ser humano”

"Cómo puedes saberlo?", pudo ser Discordia y sus hombres o...

“Mira las heridas...”

Gabrielle fue donde estaba Xena y sin acercarse demasiado dijo.

“Parecen ser mordiscos y garras, pero de quién?”

“La cuestión no es un quién, Gabrielle, sino un qué?

Cuando se iban ha encaminar de nuevo, Xena escucho partirse una rama.

“Gabrielle, no te muevas” dijo dándose vuelta para observar.

“Qué pasa?, por qué nos detenemos?”

“Alguien nos observa”

“Xena, has estado muy paranoica todos estos días” dijo Gabrielle haciendo andar a su caballo

“Gabrielle, no!!!...” Gritó Xena, pero fue muy tarde. Uno de los monstruos calló desde un árbol tirando a Gabrielle de su caballo.

De pronto de la nada se descubrieron unos 10 de ellos, librando una batalla muy violenta. Xena sacó su Chakram y lo lanzó en dirección a Gabrielle, cortando así la hoja del cuchillo que penetraría el corazón del bardo.

Gabrielle se dispuso a sacar sus sais de las tobilleras, enterrándoselas en el pecho de la bestia que tenia encima. Se paró y vio a otras 2 de ellas enfrente, una intento golpearla pero ella bloqueó el golpe con sus sais mientras introducía la otra en el pecho de este. Se dio vuelta y recibió un gran golpe que le hizo voltear la cara, de nuevo otro al otro lado. Gabby adolorida se recostó en un árbol, y justo cuando la bestia se disponía ha hacer su golpe final ella lo esquivó quitándose del árbol. La bestia golpeó al árbol. Este era el momento, Gabrielle se dio vuelta y clavó sus sais en el lomo de este.

Mientras Xena tenia a 2 enfrente, golpeó al de la derecha dos veces a la derecha y a la izquierda, la tercera fue directo a su cara dejándolo en suelo. Xena saco su espada y para terminarlo de matar, enterró su espada en su abdomen, fue allí cuando el otro se dispuso a atacar. Mientras ella no veía, trato de matarla pero ella puso su espada en la espalda bloqueando el golpe. Los dos se miraban fijamente, y en un momento empezaron los chillidos de las espadas. Los dos con gran rapidez y agilidad, hasta que el otro trató de clavarle la espada en el costado de ella siendo un esfuerzo inútil porque con facilidad se dio vuelta y le cortó a nivel de la cadera.

Después de esto Xena vio a tres bestias arqueros al final de la loma, una de ellas lanzó una flecha, pero Xena la atrapó antes de que quedara incrustada entre sus cejas. Sacó su Chakram y lo lanzó hacia ellos cortando sus arcos, al ver esto se dirigieron a Gabrielle y a ella sacando sus espadas y escudos.

Las dos se prepararon para el nuevo ataque, Gabrielle con una ceja rota y Xena con una herida en el brazo.

Uno se fue contra Gabby, ella lo recibió con dos golpes en cara con el puño de sus sais, luego una patada en el abdomen, la bestia se echaba para atrás por la fuerza de los puños, y para terminar se dio vuelta y dio una patada en la cara de la bestia dejándola noqueada en el piso.

Mientras, Xena tenia otros 2 para ella sola. Esquivó la espada de uno y bloqueó con la suya la del otro. Agarró al de la derecha por cuello dándole un cabezazo, sacó el cuchillo que tiene en la cintura y se lo clavó en el corazón. El otro con su espada intentó cortar la pierna de Xena, pero ella levantó el escudo del otro con el pie y se la cubrió. Recibió 2 golpes en la cara y uno en el estomago, el del estomago la dejo sin aire y completamente indefensa. Estaba recostada en un árbol con la mirada perdida tratando de recuperar el aire. Esta era la oportunidad que estaba esperando la bestia, así que alzó su espada por encima de su cabeza. Pero algo le salió mal, de repente arqueó la espalda sacando el pecho, se le cayó la espada, y un minuto después, cayó él mostrando detrás la cara angustiada de Gabby. Sacó el sais de la espalda de la bestia y se dirigió hasta Xena.

Xena respiró y miró a Gabrielle quien todavía sangraba y le dirigió una sonrisa, ella le respondió igual.

“Qué demonios fue eso???” preguntó Gabrielle revisando a Xena para ver si tenia otras heridas.

“No lo sé, no tengo ni la menor idea” dijo mientras se paraba.

“Gabrielle abajo!” le gritó Xena. No necesito escucharlo 2 veces y se agachó.

“Te corté el fluido de sangre a tu cerebro y si no me dices qué son y qué los envía, morirás en... 20 segundos” le dijo Xena con una sonrisa fría a la bestia que Gabrielle tenía a sus espaldas.

“Xena, son bestias las probabilidades de que hablen son muy pocas, son como los hombres, gruñen y beben” dijo Gabrielle mientras que la bestia se retorcía y gruñía.

“Tienes razón, no nos servirá” dijo Xena sacando su espada y matando a la bestia. Gabrielle volteó la cara con una expresión de “pobrecito”.

“Qué?”

“Sabes que no me gusta cuando matas”

“Ah!, y tú si puedes matar no?” dijo la morena incrédula.

“ es diferente yo...” no termino cuando Xena tapó su boca la mano.

“Silencio” dijo ella mirando a su alrededor dándose cuenta que una de las bestias escapaba en su caballo.

“Ves por que hay que matarlos a todos...!?”

“ pero...” nuevamente Xena volvió a callarla.

“Shhhhhh!”

“Y ahora qué?!!!”

“Silencio, hay alguien... busca por allá yo iré por aquí.”

Las dos se separaron para ver que encontraban. Cuando Gabrielle fue a dar vuelta se detuvo en seco al escuchar una rama partirse. Miró a su alrededor, siempre preparada con los sais en manos.

“Seguro debe haber sido un animal o algo parecido. Definitivamente Xena, necesitas relajarte” Se terminó de dar vuelta y para su asombro se encontró con el de una mujer joven, morena, ojos negros, negros como el azabache, con cuerpo bien ejercitado y ropas parecidas a las que utilizan las amazonas. Le sonreía fríamente.

“O tal vez no” dijo la joven golpeando a Gabrielle en la cara haciéndola retroceder.

“Quién eres?”

“Eso... no te importa” respondió la mujer y alzándose en el aire trató de patearla, pero Gabrielle bloqueó los golpes con sus sais.

“Eres una de ellos, no?. Tú eres la que ha estado matando a toda mi gente no? Dijo la joven sin dejar de pelear, mientras que Gabby bloqueaba todos sus golpes

“De... qué... hablas...?, yo no pude haber hecho todo... eso!” dijo mientras no pudo bloquear uno de sus golpes que iba directo a su cara.

“Tú, en compañía de esas... cosas” le dijo derribándola al suelo.

“Pero es que acaso no vistes como los matamos”

“No te creo” dijo después de que se le tiró encima sacando 2 cuchillas y colocándoselas en el cuello de Gabby en forma de tijeras.

Gabrielle recogió las piernas y se la quitó de encima dándole en el pecho. Se volvió a parar y volvieron las dos a la pelea. Después de unos minutos Gabrielle había roto la nariz a la joven.

“Esto te costará!” dijo comprobando que salía sangre de su nariz y volviéndose a incorporar.

Después de un rato ya todo se encontraba muy confuso, las dos estaban muy cansadas.

“Cansada?!” preguntó la joven al bardo que jadeaba y ella sin dejar de mostrar su sonrisa fría y sudando.

“Por lo menos... no lo demuestro.” Dijo Gabrielle dándose vuelta para terminar con la joven, pero algo salió mal.

“Ahhhhgggg!!!”, gritó de dolor al sentir que una de las cuchillas de la joven extraña penetraba en la pierna de ella.

“Gabrielle!!!” gritó Xena a lo lejos viendo como el bardo se retorcía en el suelo con sus manos en la herida.

La joven estaba aterrada, se colocó de rodillas al lado del cuerpo de Gabby, y al ver a Xena que se acercaba agarró a la rubia por el cuello colocando en cuchillo que le quedaba en el cuello de ella, mientras que el otro seguía en la pierna del bardo.

“Qué quieres?... déjala en paz!” dijo Xena deteniéndose en seco.

“Pero si es Xena, destructora de naciones y... ya va, no me digas... Ah sí!. Esta debe ser el bardo que ten acompaña en tus asesinatos. Pero que sorpresa en lo que la has convertido, de un simple poeta a una asesina en serie.” Dijo la joven con miedo, pero con voz firme.

“Quién eres?, y cómo sabes de mí?”

“Y quién no va a saber de la asesina y su acompañante bardo eh?” dijo la mujer sarcásticamente.

“Suéltala, no ganaras nada con ella”

“Si tal vez tengas razón, no me serviría muerta, ni viva. Y además podría acabar con el dolor de los demás. Saber que la destructora de nacio...”

“Escúchame muchachita, yo he cambiado” dijo Xena acercándose lentamente a ella.

“Ja!!!, dime Xena, qué poder sobrenatural te haría cambiar a ti?, a una asesina de inocentes, una mujer que solo conserva odio y resentimiento en su corazón.” Dijo ella sonriendo fríamente.

“Ese bardo que ahora se esta desangrando!” gritó ella inmediatamente.

La joven miró a Xena borrando su sonrisa odiosa y dejó a Gabrielle en el suelo retirando el cuchillo del muslo de ella, haciéndola gritar y quejarse a causa del dolor. La joven se dio vuelta sin antes darle una mirada de compasión a Gabrielle y se fue.

“Espera!, quién eres?, y qué querías?, por qué no la mataste cuando pudiste?” preguntó Xena tomando el cuerpo de Gabrielle.

“Te dije que no me servia ni viva, ni muerta” respondió y con esto se fue.

“Oh! Gabrielle qué te han hecho?” dijo mirando su herida.

“Xena..., Xena por favor... ayúdame” dijo ella con un hilo de voz.

“Sí Gabrielle te ayudaré, pero tú también tienes que ayudarme de acuerdo?. Vamos levántate.” Dijo Xena ayudando a Gabrielle a pararse mientras que de su herida salía gran cantidad de sangre.

Se dieron vuelta y se volvieron a encontrar a la joven guerrera. Xena sacó su espada y apunto a la joven mientras que tenia a Gabrielle en el otro brazo.

“Dame una razón para no matarte ahora mismo.”

“Te ayudare con ella” le dijo la joven a Xena.

“No gracias, yo puedo hacerlo sola, ya tu fuiste de mucha ayuda al intentar matarla” dijo Xena con su característico tono sarcástico, sin dejar de apuntar a la joven.

“Las dos sabemos que no podrás tú solo con ella, y también sabemos que no perderías el tiempo intentando matarme, ella también podría morir sabes?” dijo la mujer con mirada seria.

Ante estas palabras Xena quedo helada, era verdad no podía perder el tiempo con aquella joven o su amiga moriría desangrada. “Dioses Gabrielle!, eres mi fuerza y mi debilidad, que carga tan grande para una alma tan pura como la tuya” pensó ella.

“Cómo sé que no intentaras matarla?” pregunto con una mirada amenazadora.

“No voy a dejar que muera una amazona, no soy como tú Xena..., no soy una asesina.”

Xena no tuvo elección, bajo su espada y dejó que la joven se acercara.

“Déjala en el suelo”, Xena dudó y no accedió.

“Mira, si no quieres que tu amada amiguita muera, tendrás que seguir mis instrucciones” dijo la joven al ver que Xena no accedía.

Xena bajó a Gabrielle lentamente que parecía semi-inconsciente y con la mirada perdida.

La joven sacó de su bolso un pedazo de tela, unió los dos extremos de esta, iba a pasarlo por debajo del muslo de Gabby. Pero ella sorpresivamente, quitó con un golpe las manos de la extraña.

“De acuerdo, dejaré pasar esa.” Dijo respirando profundo para relajarse.

“Déjame...., tu me has herido..., y ahora intentas matarme!...”

“Intento ayudarte...” trató de decir la joven con voz firme.

“Y por qué?... vamos puedes... matarme ahora mismo...” dijo Gabby retorciéndose del dolor.

“No dejaré que una de las mías muera, entiendes!!!?” gritó la joven ya harta del comportamiento de Gabrielle.

Xena y Gabrielle quedaron asombradas después de estas palabras y Gabrielle dejó que siguiera con su trabajo.

“Eres... una amazona?” preguntó Xena extrañada.

La joven se limitó a mirarla y siguió haciendo el torniquete que detendría el sangrado y vendó la herida.

“Gracias” dijo Xena sin mirarla.

“Las llevaré al pueblo más cercano” dijo la joven ayudando a Gabrielle a levantarse.

Siguieron el camino hacia el pueblo. Este estaba escondido entre los árboles. Se detuvieron a observar el pueblo.

“De qué se esconden?, a qué le temen?” preguntó Xena al ver el pueblo.

“Es que no es obvio?, esas bestias han matado ya a miles de hombres, lo que nos queda es escondernos.”

“Pero por qué no pelean?, por qué no se defienden?” pregunto la guerrera incrédula.

“Xena, por favor la mayoría de esta gente son granjeros, no tienen oportunidad contra esas cosas, serian como ovejas al matadero”. “Ven dame a Gabrielle, la llevaré a curar”

“No!” gritó Gabrielle

“Escucha Gabrielle, tienes que confiar en ella, sé que es difícil, para mí también lo es, pero es lo único que nos queda.” Dijo Xena a Gabby entregándosela a la joven.

La joven llevó a Gabrielle a una pequeña tienda, donde había muchas especias. La recostó en una cama que estaba en el medio de esta y se dispuso a hacer una poción.

“ Quién eres?, cómo te llamas?” pregunto a la joven mientras que ella volteaba.

“Me llamo Mara y si, soy una amazona” dijo ella preparando todavía la poción.

“Entonces, por qué me atacaste?”

“Escucha lo siento, yo no sabia quién eras y estaba dispuesta a matar a quien se atravesara” dijo Mara sentándose a un lado de Gabrielle con la poción en manos.

“Mara, no puedes andar así por el mundo, no es correcto, puedes salir tan herida como yo, o peor”. “Qué fue lo que te hicieron?, qué fue tan grave como para dejarte así?”

Mara no contestó a la pregunta y untó la herida con la poción.

“Ahggg!..., vamos Mara, dime, así como yo confié en ti después de lo que me hiciste, confía ahora tú en mí” le dijo Gabby reincorporándose y quejándose del contacto de la mano de Mara y la herida, pero ella la agarró y la devolvió a la cama.

“Tienes que descansar”

“Me vas ha decir lo que te hicieron?” preguntó Gabrielle antes de que Mara saliera.

Mara se volvió a sentar al lado de ella, quedaron en silencio unos instantes y fue Mara quien rompió el silencio.

“Esas bestias mataron a mi familia, no hace mucho, y yo juré venganza, no descansaré hasta tener la sangre de su líder en mi espada”

“Aunque signifique perder tu vida en el intento?” pregunto Gabrielle algo preocupada por la respuesta que ya la sabia.

“Aunque signifique perder mi vida”

La rubia abrazó a Mara quien desahogo en su hombro.

“Te ayudaremos, Xena y yo, y te prometo que obtendrás tu venganza” le dijo separándose de ella y tomándola de los brazos.

“Pero te digo, la venganza no sienta bien, te sentirás bien cuando lo hayas hecho, pero luego sentirás remordimientos, y tienes que tener en claro que eso no traerá a la vida a tu familia” dijo Gabrielle después de un momento.

“Lo sé, pero tengo que vengarlos y te aseguro que cuando lo haga no sentiré remordimientos, porque ya yo no tengo conciencia... esa murió el día que ellos decidieron matarlos.” Dijo ella secándose las lagrimas con el dorso de su mano. Gabrielle la abrazó de nuevo y le dijo.

“Entonces si estas tan segura, nosotras te ayudaremos, y obtendrás tu venganza.”

“Pero, todavía tengo una duda. Cómo fue que una amazona llegó hasta aquí?” preguntó el bardo por curiosidad

“Casi de la misma manera que tú” respondió ella sonriendo.

“Ahora descansa, necesitas recuperarte para mañana”

Mara se disponía a salir de la tienda, pero Gabrielle la llamó antes.

“Mara?”

“Sí?” respondió ella volteando

“Gracias”

Mara le dirigió una sonrisa asintiendo, y luego se marcho para dejar a Gabrielle descansar. Salió y se encontró con el rostro, nada amigable, de Xena.

“Qué le has hecho” dijo ella con una mirada profunda de amenaza.

“Ahora duerme. Sería bueno que se queden aquí hasta mañana, cuando amanezca te aseguro que ella estará mejor” dijo ella con una mirada amigable.

“Muy bien, pero entonces dime... quién eres?, qué demonios son esas cosas?”

“Mi nombre es Mara, una amazona, y esas “cosas” son seres humanos”. Dijo Mara un poco harta e incomoda por la mirada de Xena.

“Humanos!!!??, ya los vistes son bestias, con sed de sangre, no les importa matar!”

“Son humanos!!!, convertidos en bestias caníbales” le gritó, mientras que Xena se asombraba ante la valentía de la joven. La única a la que Xena aguantaba gritos era a Gabrielle, pero algo la detuvo para no ahorcarla.

“Yo los vi!, el líder los manda a capturar a la gente de los pueblos, una parte se las comen y con la otra hacen un tipo de ritual, como para transformarlos, yo lo sé, yo lo vi to...” pero no terminó de decir cuando Xena la apunto nuevamente con su espada. Xena intercambió con ella una mirada de duda y amenaza, ya esa era la gota que derramo el vaso, como podía ser que supiera tanto?

“Y como es qué sabes tanto” pregunto Xena apuntando, pero en ese instante salieron de la nada 5 guerreros con sus arcos cargados, rodeando y apuntando a Xena, pero Mara enseguida hizo un movimiento con su mano haciendo entender a los guerreros que todo estaba bien. Ante esto todos incluyendo a Xena bajaron sus armas.

“Solo granjeros?” pregunto Xena sarcásticamente.

“Bueno, tengo solo como a ocho, nueve guerreros, y vamos a estas claras que con eso no se lograría nada. Por favor escúchame, tu me ayudas y yo te ayudo, colocaré guerreros en la puerta del bardo y les daré servicio aquí.” Dijo mirando a Xena. Después de un momento Xena lo pensó mejor.

“ De acuerdo, y yo qué tengo que hacer?”

Las dos se encaminaron para ver lo que ella había descubierto, pues Xena no quería creerle todavía

“Cómo fue que descubriste todo esto?” pregunto Xena viendo asombrada como las bestias se comían a lo que pareció haber sido un humano.

“Cuando mis padres murieron, decidí buscarlos, y me topé con Gabrielle, pensé que era una de ellos así que la ataqué”

“Fue muy peligroso que hallas ido tu solo en busca de ellos. Menos mal que estábamos aquí” dijo Xena sin dejar de mirar a las bestias.

Se quedaron mirando las dos calladas por un minuto.

“Cómo cuantos son exactamente?” pregunto Xena al ver la cantidad de tiendas levantadas por ellos.

“Calculo que como unos 40 o 50”

“eso es demasiado, no podremos hacerlo con unos 8 guerreros y nosotras 3” dijo Xena preocupada.

“Nosotras 3?, es decir..., qué... me ayudaras?” preguntó ella con algo de esperanza en su mirada.

Xena pensó un rato y dijo.

“Lo haré..., por tu gente”

“ De acuerdo” dijo Mara con alegría, pero disimulándola, aunque visible como a 100 Km

Cuando se disponían a volver se encontraron con 5 de las bestias rodeándolas detrás de ellas.

Una de ellas agarró a Mara por el cuello alzándola sin dejar que tocará el suelo, ella pateó al ser por la barbilla haciendo que este la dejara y cayera de espalda. Xena la ayudó a parar y sacó su espada, mientras que Mara sacaba sus cuchillas. Iban a pelear espalda a espalda para cubrirse las dos.

Una de las bestias fue a atacar Xena pero ella lo apartó golpeándolo con su espada.

“Cuál es el plan???” pregunto Mara preocupada al ver en el gran problema que se encontraban.

“Tú cuidaras mi espalda y yo la tuya sí?, por nada del mundo... te separes” le dijo Xena mientras noqueaba con el mango de su espada a otro.

“De acuerdo” respondió ella atacando al que tenía enfrente golpeándolo en la cara (o por lo menos eso parecía) y clavándole las dos cuchillas en el pecho.

Quedando ya dos, Xena tomó a Mara por los brazos mientras seguían de espaldas.

“A las tres de acuerdo?” dijo Xena a Mara para que se preparara para girar y patear tomadas de brazos.

“Tres!!!” gritó de inmediato Xena girando a Mara, haciendo caer inconscientes a las bestias faltantes. Luego salieron de allí sin un rasguño.

A la mañana siguiente Mara entró a la tienda de Gabrielle con un hombre para ver como se encontraba, pero en cambio encontró a Xena.

“Xena, este es Varha, él es quien dirige a los pocos guerreros que tenemos” dijo. Varha era un muchacho joven como de la edad de Gabrielle, fuerte, alto, moreno de ojos grises y cabello negro corto. Extendió la mano a Xena para estrecharla, y Xena lo hizo.

“Cuantos guerreros hay exactamente?” pregunto Xena mientras estrechaba la mano de Varha sin dejarlo de mirar a los ojos, su mirada de niño bueno no la convencía.

“Solo diez, los mejores” dijo él sonriendo.

“Ya veremos” dijo ella con su sonrisa fría, no sabía porque, pero aquellos ojos no les eran de fiar.

“Dónde esta Gabrielle?” preguntó Mara recordando a lo que venía.

“Ah!, ella se esta cambiando, ya vuelve.” Dijo ella sin dejar de ver a Varha que miraba para ver si venia Gabrielle.

Al poco tiempo salió Gabrielle, después de haber tomado su baño.

“Xena, yo...” se detuvo al ver a Varha, quien también le prestaba mucha atención, pero después de un rato Xena interrumpió.

“Decías....?” preguntó ella interrumpiendo ese momento mágico para Gabrielle.

“Qué?..., Ah!, si, estemmm..., quería preguntar que si íbamos a pelear solo nosotras tres, porque de ser así no lograríamos nada” dijo ella sin apartar la mirada del muchacho.

“No te preocupes, yo pelearé..., y mis hombres claro” dijo el muchacho sonriéndole. A Xena no le gustaba para nada ese comportamiento de Gabrielle, por lo que había visto en la mirada del joven.

Después de esto entraron dos guerreros, con cara de angustia.

“Señora, tiene que ver esto” dijo uno de ellos

“Qué pasa?” Preguntó Mara parándose alarmada.

“Será mejor que lo vea usted misma” dijo el otro.

“Xena ven conmigo, Varha, quédate con Gabrielle” les dijo Mara

“De acuerdo” respondió este sonriendo

Los guerreros, Xena y Mara salieron de la tienda. Xena no se alegraba por la idea de dejar solos a Varha y Gabrielle pero se fue, tratando de ignorarlo.

El muchacho quedó hablando con Gabrielle.

“De donde vienes?” preguntó Gabrielle con curiosidad.

“Soy de Roma, yo dirigía a las tropas, pero al saber lo que Cesar había hecho con ustedes y otras personas que no estaban con él, decidí renunciar al él. Pero dime tú, quién eres?, por qué están aquí?.” Preguntó él con mucho interés. “De Roma???” pensó Gabrielle, tanto ella como Xena sabían la fama de traidores que tenían los romanos, ellos mismos fueron la que hicieron de Eve una asesina llamada Libia, al igual que su madre ella también tenía un pasado lleno de odio. Y además un antiguo capitán de ejércitos, esto la hizo dudar, pero lo olvidó, “tal vez no todos son iguales” pensó ella.

“Gabrielle?”

“Ah, sí!... disculpa” dijo ella saliendo de sus pensamientos “Bueno, soy de Potedia, una amazona, acompañante de Xena y relato historias” concluyó ella perdiéndose en aquellos ojos grises.

“Dioses!, una bardo, de qué tratan tus historias?, qué cuentas?.

“Aventuras, aventuras que he vivido con Xena”

“Ah! Ok!, y... dime..., es verdad que han matado a la mitad de los Dioses del Olimpo?” preguntó él algo preocupado.

“Ah, sí!, pero no te preocupes” dijo ella sonriendo y acercándose a su oreja le susurró “no mordemos” y acercándose al rostro del joven dijo “bueno, solo a los malos”. Fue acercándose más y más al rostro de Varha para poder besarlo, sentir su cuerpo junto al de ella, y oler su aroma.

“Gabrielle!” interrumpió Xena haciendo dar un respingo a Gabby separándose de Varha y quedando con las ganas. “Vamos, apresúrate... ya vienen!” dijo Xena sin mirar, y muy preocupada.

“Qué?, quiénes vienen?” preguntó ella un poco molesta por la interrupción de Xena.

“Las bestias, vamos, no hay tiempo” dijo Xena tomándola del brazo. Pero ella le quitó la mano y se dio vuelta.

“Varha!” llamó ella, pero no había nadie, cómo podía ser posible?, ella estaba con él hace unos segundos y... ya no estaba!

“Quién?” preguntó Xena olvidándose por completo del joven.

“Varha!, donde está?, a dónde se fue?

“No lo sé Gabrielle, vamos salgamos de aquí!” dijo Xena tomándola de nuevo por el brazo.

“No!, tenemos que encontrarlo!”

“Escucha Gabrielle, debemos salir de aquí, él se sabe cuidar, vamos!” le dijo Xena convenciéndola. Gabrielle no tuvo opción y fue con ella.

Todo era tan confuso, la gente corría por todos lados tratando de salir vivos de aquella cruel guerra. Había fuego..., fuego por todas partes, la gente trataba de cruzársele luchando por mantener en pie sus hogares y otros tratando de defender a sus familias. Vio como Xena impedía que una de las bestias matara a una niña, Mara le gritó para que salieran de allí.

Pero cuando montó su caballo le pareció ver a Varha hablando con una de las bestias, él se dio cuenta de la presencia de Gabrielle y se lanzó rápido contra él.

Gabrielle confundida por lo que vio, hizo andar a su caballo junto al de Xena y Mara y otra gente que escapaba de los seres.

Los que quedaban se refugiaron en las cercanías de un río. Los pocos que habían estaban alrededor de una fogata. Xena observó que Gabrielle estaba muy callada y esto, si que era raro.

“No hablas desde que salimos del pueblo, pasa algo?” pregunto Xena sacando a Gabby de sus pensamientos.

“Ah?... Ah!, no, no solo estoy un poco cansada... si, eso” mintió ella, mientras pensaba en lo que había visto, pero después de todo, no sabía lo que había visto, y por lo tanto no sabía que pensar y con esto le dijo a Xena que se retiraría a descansar, Xena muy extrañada asintió y dejo que el bardo fuera a descansar. “Sí, tal vez eso es lo que le falta, un descanso” pensó ella.

Después de un rato Xena fue a descansar también y para su sorpresa encontró a Gabrielle despierta.

“Vamos Gabrielle, dime qué es lo que te pasa?, qué es lo que no te deja dormir?” preguntó Xena sentándose a un lado de ella.

“Escucha, yo solo estoy preocupada por toda esta gente, Xena que vamos ha hacer con todos ellos eh?” dijo ella volviendo a mentir. No le gustaba mentir, y mucho menos a Xena tan solo con pensar en eso se le retorcía el estomago, pero sabía que si Xena se enteraba de lo que había parecido ver, ella no lo pensaría de otro modo e iría en busca de Varha.

“Ahora escúchame tú a mí” le dijo ella tomándola de los brazos. “Estaremos bien, mañana iremos a averiguar algo. Deben tener algo...” dijo Xena soltándola y pensando en voz alta. “Un punto débil...” dijo ella mientras que Varha escuchaba detrás de un árbol.

“Pero bueno..., que no se hable más del asunto. Tenemos que descansar” dijo ella acostándose, mientras Gabrielle la seguía. Xena sabía que ella le ocultaba algo... algo grave, lo notaba en su mirada, en sus ojos que eran como el mar..., total Gabrielle no era muy buena mintiendo. Pero con todo y esto se durmió.

La luna alumbraba el camino de las tres guerreras, el frío y el silencio reinaban sobre aquella colina, solo los pasos silenciosos y las voces de aquellas guerreras lo cortaban.

“Mara?”

“Qué pasa Gabrielle, viste algo?”

“Mmm..., no, solo te iba preguntar... desde cuando esta Varha contigo?, quiero decir..., cuanto tiempo tiene trabajando para ti?” preguntó Gabby algo preocupada.

“Bueno..., no mucho, renunció a Cesar hace unas semanas. Me dijo que se refugiaba aquí en el bosque con otros veinte guerreros, que murieron a manos de esas cosas, por qué?, te dijo algo?”

“Ehhh..., no, no yo solo... preguntaba” dijo Gabrielle extrañada. El no había hablado de guerreros, y hace unas semanas?.

Las dos siguieron su camino, mientras que Gabrielle no dejaba de pensar en el muchacho. Ya empezaba salir el sol, cuando vieron el campamento. Había unas 10 tiendas y una fogata, pero más nada, todo estaba solo.

“Algo no esta bien...” dijo Xena pensando “volvamos al campamento”, pero al voltear se sorprendieron de lo que vieron.

“Xe... Xena!?!?!?” titubeó Gabby. Todas las bestias del campamento estaban paradas enfrente de ellas enseñando sus feos y afilados dientes. Enfrente de ellos estaba lo que parecía el líder, un poco más parecido a un humano, pero de tez blanca, cabello blanco, y colmillos cortos y afilados y ojos azul metálico.

“Buenos días” dijo “el hombre” sonriendo fríamente.

“Soy Zenon..., creador de las bestias” dijo haciendo un leve movimiento con la mano señalándolas. “Y tengo entendido que eres Xena... la princesa guerrera”

“Cómo es que sabes acerca de ella???” preguntó Gabrielle con voz dudosa.

“Ah!..., tú debes ser el bardo no?” dijo Zenon mirándola, todavía sonriendo. “Gabrielle... no?, es como te llamas?..., bueno Gabrielle digamos que me lo dijo un pajarito” dijo él mientras Gabrielle se sorprendía de lo que acababa de decir el tipo.

Zenon mandó a amarrar a las mujeres pero de pronto, al otro lado aparecieron muchos hombres armados de arcos, espadas y escudos. Xena se percató de lo que veía, eran los hombres del pueblo dispuestos a pelear por ellas. Ellos gritaron y corrieron hasta las bestias liberando así la batalla entre estos dos bandos. Gabrielle mientras, estaba petrificada junto a un árbol.

Después de unos pocos minutos se escucho gritar a Zenon.

“Retirada!!!, vamos retírense..., salgan, salgan!” dijo él percatándose de la cantidad considerable de hombres y no sin dejar de mirar a Xena con odio.

“Esto no se quedará así princesa guerrera, nos volveremos a ver!”

“Y yo te estaré esperando maldito...” alcanzo a decir la guerrera

“Gabrielle!, estas bien?” le preguntó Xena yendo hasta el árbol donde ella estaba. Xena la observo por un momento, estaba temblando y algo pálida.

“Qué demonios te pasa!!!?, por qué no peleaste?!” le gritó Xena algo desesperada por la actitud extraña de su acompañante.

“Xena tengo que hablarte..., ahora!” le dijo ella mientras una lagrima se deslizaba por su mejilla, y llevándose a Xena a un lugar un poco más alejado.

“Qué?, qué ocurre?”

“No fui completamente sincera contigo cuando estábamos en el campamento... yo... yo no quería decirte porque no estaba segura yo...”

“Qué?, Gabrielle, habla!” dijo Xena tomándola del hombro con fuerza.

“Varha!!!, fue Varha!, yo le conté cosas y se vio tan interesado, luego lo vi hablando con una de las bestias... Dioses es tan confuso!. Xena él fue..., él le dijo a Zenon todo...” dijo Gabrielle desesperada y llorando, cuando Xena la interrumpió.

“Y por qué demonios no me lo dijiste antes?!?!, nos hubiéramos evitado todo esto!” dijo Xena gritando enfadada, sabia que era un error y que errar es de humanos pero en ese momento estaba demasiado cansada y furiosa.

“Xena, yo..., yo no creía que...”

“Pues claro! Ese era el plan no?... de eso se trataba todo el tiempo!, te enamoró y así conseguía toda la información..., dime Gabrielle, qué te dijo?, se acostó contigo cuando dejamos la tienda eh?, o, no!, te sedujo para obtener toda la informa...” no termino de decir cuando había recibido un golpe que le volteó la cara.

“Tú sabes que no fue así!!!” le grito Gabrielle a Xena mientras se reincorporaba.

Xena temblaba de rabia pero se contuvo y dijo.

“Voy a hacerle una pequeña visita a Varha”

Gabrielle se quedo allí parada recostada del árbol, cuando Xena se alejó ella se dejo resbalar en este, sentándose con sus manos en la cabeza y llorando.

Mara la observó desde lejos y fue corriendo a ver que era lo que le pasaba. Se colocó frente a ella apartándole las manos de la cara.

“Gabrielle!, Gabrielle... estas bien?, que pasa?, por qué lloras?” le pregunto preocupada.

“Yo..., yo fui una idiota, yo le conté..., cuando ustedes salieron de la cabaña y..., y cuando estábamos en el bosque..., él escuchó, y se lo dijo a Zenon...” dijo Gabrielle en medio de un ataque de nervios.

“Qué?..., pero..., de quién me hablas???” preguntó Mara preocupándose aún más y tratando de calmar a Gabrielle.

“Varha!!!...., fue él..., él te traicionó..., mató a tus padres..., fue él!!!” le gritó Gabrielle desesperada.

Mara la miro incrédula, la ayudó a levantarse y pasó su brazo por la espalda de ella, dirigiéndose hasta el campamento. Entraron a la tienda de Varha para hablar con él pero se encontraron con Xena ahorcándolo y haciéndolo hablar a la fuerza.

“Dime todo lo que sabes..., habla!!!” le grito Xena al joven guerrero.

“Ellos..., me obligaron..., me dicen que tengo que hacer..., yo solo obedezco...”

“Oh! de verdad?..., y dime que te dicen eh?”

“La voz...” dijo él, luchando contra la presión que ejercía la mujer sobre el cuello de él. “me persigue..., yo tengo miedo y...”

“Eso..., no me interesa... dime, qué es lo que te dicen que hagas?” le dijo Xena con odio.

“Sacarle información..., luego matarla” dijo él señalando a Gabrielle. Ella se sorprendió, no sabia que ellos se habían percatado de su presencia.

“Quién!!!?..., de quién es la voz?!!!..., dime!!!” le dijo Xena gritándole y ejerciendo más presión en su cuello.

“Ze..., Zenon...” dijo con un hilo de voz.

Xena lo soltó casi instantáneamente, y él calló sobre sus rodillas. Xena lo miró y le dirigió una sonrisa fría, se volteó y vio Gabrielle parada enfrente de ella. La morena la miraba con tristeza y tratando de buscar el perdón sobre las palabras que había dicho sin pensar, pero cuando iba a hablar la vio, de repente, sacar uno de sus sais. Por un momento pensó que el sais iba dirigida hasta ella, pero se dio vuelta y vio el cuerpo de Varha cayendo muy cerca de ella con un puñal en su mano derecha. El hombre cayó de nuevo sobre sus rodillas, respirando con dificultad, y viendo horrorizado su herida.

Mara se acercó a él, mirándolo a los ojos muy decepcionada.

“Por qué?, por qué traicionarnos?, tu fuiste quien mató a mis padres no?, solo dime por qué?, por qué???” le preguntó ella con voz firme mientras una lagrima recorría su mejilla.

“Tú..., tú no entiendes..., tienes que unírtele..., tienes que... Ahhhhhh!!!” gritó al sentir que Mara sacaba el sais dentro de él.

Con gran dificultad trató de arrodillarse pero calló de nuevo solo alcanzó a mirar la inmensidad de aquellos ojos verdes que le quitaban la respiración (bueno, no más que la herida...) y alcanzó a decir.

“De..., de verdad te quise” dijo por último, dirigiéndose a Gabrielle que estaba allí petrificada, quería correr hasta él y tomarlo en brazos, pero retuvo sus lagrimas y sus deseos de verlo morir entre sus brazos.

Xena volteó para ver a Gabrielle, quien trataba de verse firme y de pie, pero ella podía ver a través de esos ojos, sentía miedo, desesperación, y tristeza, pero lo disimulaba.

Gabrielle cerró sus ojos y frunció el entrecejo tratando de ahogar algunas lagrimas. Mara fue hasta ella la abrazó por un momento consolándola, fue allí cuando las lagrimas se les escaparon. Mara se separó de ella y le entregó el sais lleno de sangre y salió de allí, seguro para aclarar sus ideas.

“Estas bien?” preguntó Xena cuando salió Mara, aunque ya sabia la respuesta.

“Haber..., déjame pensar..., por cual motivo me pregunta Xena que si estoy bien, por el hecho de haber matado a Varha? o por el hecho de que me haya dicho que soy una ramera?!!!” le dijo Gabrielle sarcásticamente.

“Oye, lo siento..., estaba..., estaba furiosa y bueno..., yo no quise decir todo eso, fue el momento, la situación... Gabrielle de verdad perdóname.” Le dijo ella tomándola de los brazos y abrazándola fuerte. Gabrielle suspiró y dijo.

“Te entiendo... y acepto tus disculpas, pero no me retractaré del hecho de haberte golpeado” dijo Gabrielle separándose de ella y señalándola con un dedo con seriedad.

“Ah!..., no te preocupes, ese golpe de verdad me compuso la cabeza” dijo Xena moviendo su mandíbula.

“Cuando quieras otro tú solo...”

“No te acostumbres” dijo interrumpiendo a Gabrielle, alzando una de sus cejas y riendo con ella.

Después de esto Xena vio a Mara sentada a las afueras del campamento con la mirada perdida al horizonte.

“Estas bien?”

“Bueno creo que la gente mató a unas 30 bestias, yo...” dijo ella levantándose y secando sus lagrimas para que la guerrera no las viera.

“Te pregunte que como estabas?”

“Que?..., ah! Sí!, bien creo... Ahora por favor quisiera estar sola”

“Escucha si hay algo que yo pueda hacer tú solo...”

“Cómo saber que puedo confiar en ti?. Después de que uno de a los que yo consideraba mi amigo me traicionó. Cómo quieres que confié en alguien más?” Gritó Mara desesperada mientras se reincorporaba. De pronto de la nada salió Gabrielle detrás de Xena.

“Como yo confié en ti, confía tú en mi!... recuerdas eso Mara?, en la tienda... yo confié e ti después de lo que hiciste. Por favor solo escúchame, nosotras jamás te haríamos daño!”

“Por favor...” Dijo Gabrielle alzando la cara de Mara para encontrarse con sus ojos.

Mara sonrió y abrazó a Gabrielle.

“Lo siento..., yo no quería...” Dijo dirigiéndose a Xena

“No importa..., ahora solo debemos pensar que hacer, no fue mucho matar a 30 bestias pero es algo.”

“Xena, tal vez allá una conexión entre el creador y sus creaciones, siempre las hay” dijo Gabrielle soltando con delicadeza a Mara y pensativa

“Una conexión?” Xena no entendía.

“Más que una conexión... un vinculo, Xena y si matamos a Zenon... Todas sus creaciones serían destruidas”

“O volverían a ser lo que una ves fueron” dijo Xena terminando de entender.

“Astuto... Muy astuto.” Dijo Mara que también acababa de entender.

“De acuerdo, preparemos a los hombres para terminar con esto. Todos ellos estarán preparados y listos para atacar al rededor del campamento de las bestias y cuado yo haga la señal atacaran, pero no a matar, puede que halla una esperanza para esas cosas. Mientras ellos pelean, nosotras iremos en busca de Zenon”

“Y si no es así... Y si no conseguimos nada con matarlo?...” Preguntó Mara algo preocupada.

“Pero por supuesto que lograremos algo!. Dejaran de reclutar a la gente para convertirlos en lo que son!, y obtendrás tu preciada venganza!.” Le dijo Xena casi gritando, pero Gabrielle la tomo del brazo y le dijo a Mara.

“Por lo menos vamos a intentarlo”

“Todo por mi venganza” respondió Mara mirando a Xena.

Ya era de noche y todos tenían que descansar mañana la batalla sería dura. Xena fue a darse un buen baño en el río, Gabrielle y Mara hablaban acerca de mañana, lo que iban hacer y lo que iban a dejar de hacer.

“Por nada del mundo te separes de nosotras” volvió a decir Gabrielle.

“Gabrielle, por favor deja de preocuparte por mí quieres, yo me se cuidar, se como defenderme” le dijo Mara ya un poco harta del comportamiento sobre-protector de Gabrielle.

“Lo sé, eso no me queda duda” le dijo mientras reían.

Xena volvió de su baño y vio a Gabby riendo con Mara.

“Mírala..., es tan feliz ahora”, pensó Xena sonriendo pero luego se borro al recordar las palabras de Mara “Pero que sorpresa en lo que la has convertido..., de un simple bardo a una asesina en serie...”. “No te entiendo Gabrielle, como es que puedes andar conmigo..., como es que tú siendo tan diferente a mi, hayas decidido venir conmigo..., como es que no me tienes miedo..., son tan intimidante frente a los ojos de los demás y frente a los tuyos soy tan solo lo que un día solía ser, un alma inocente..., Ja!, Xena princesa guerrera y antigua destructora de naciones, un alma inocente...” pensó riendo irónicamente.

“solo tu me harás pensar eso..., y creo que jamás te entenderé Gabrielle..., nunca entenderé el por que sigues a mi lado en cada batalla y en cada pelea..., nunca entenderé el porque me elegiste como amiga”... dijo Xena en voz alta sin dejar que el bardo escuchara.

Fue entonces hasta Gabrielle y la ayudo a levantarse.

“Bueno creo que ya es hora de dormir, mañana será un largo día” dijo

“Ya lo creo” dijo Mara levantándose, se despidió de las mujeres y todos fueron a dormir.

Xena y Gabrielle estaban ya en la tienda, ninguna podía dormir por los nervios de no saber que pasaría al amanecer.

"¿Estas preocupada por mañana?"

"Sí, en parte" no sabía como continuar. "Gabrielle, mañana…"

"No, Xena, ni hablar. No pienso quedarme aquí, mientras ustedes se van y se enfrentas a, esas cosas y me dejas aquí desesperada sin saber…"

"Gabrielle," le interrumpió Xena, "no podría soportar que te sucediera algo."

"Tampoco yo, Xena. Y no saber qué te puede ocurrir, me destroza. Cada vez que me dejas atrás para protegerme, me dejas mortalmente preocupada hasta tu regreso.”

“Yo, lo siento, pero entiende que yo estaría más segura al saberte aquí y no allá corriendo peligro, si solo...” No pudo terminar al sentir los dedos de Gabrielle que cubrían sus labios.

“Xena, iré contigo y con Mara, pelearé con ustedes hasta el final. Recuerdas cuando te prometí que nunca te dejaría?... Bueno este es el mejor momento para probarte mi lealtad una vez más” y con esto abrazó a Xena, y se dispusieron a dormir un poco más tranquilas.

Después de preparar a los hombres para atacar, fueron en búsqueda del campamento enemigo, y después de ver bien la situación, terreno y hombres, dio la señal.

Los “granjeros” salieron de sus escondites a atacar, mientras que Xena, Gabrielle y Mara se fueron a golpes en busca de Zenon.

En una de esas una de las bestias embistió Gabrielle, luego la agarró y la lanzó contra unos árboles que estaban a unos metros.

“Gabrielle!!!” Gritó Xena, quitando a una de las bestias que tenía enfrente para poder ir a buscarla.

Mara iba con ella pero, cuando fue a hacerlo vio la tienda de Zenon. Miro a Gabrielle que se encontraba bien, mientras que Xena ayudaba a levantarla, y al ver que estaba bien, entró en la tienda.

Aquel lugar era oscuro y frío, Mara miraba a su alrededor cuidando que no hubiera ninguna bestia. Se percató de algunos extraños objetos colgados en las paredes, calaveras, y velas que medio alumbraban la tienda. Le entró un ligero escalofrío al ver un esqueleto al lado de lo que parecía un trono.

Pero no había más, le pareció un poco extraño aquella situación y recordó las palabras de Gabrielle. “Por nada del mundo te separes de nosotras”. Los gritos de las bestias sacaron de sus pensamientos a la joven y al ver que no había más salió en busca de Xena y Gabrielle.

Estaba ya en la entrada de la tienda y vio a las 2 mujeres correr hasta ella.

“Oigan!, aquí no hay...” No terminó de decir cuando había recibido un fuerte impacto por la espalda.

“Nooo!!!, Mara!!!” Gritó Gabrielle apartando a las bestias de su camino.

Mara calló a suelo sobre sus rodillas con una flecha que atravesaba su abdomen, mientras miraba la herida. Gabrielle llegó a ella y la tomó en sus brazos.

“Gabrielle... Gabrielle...” Llamaba Mara con la poca de vida que le quedaba.

“Shhhh!, no hables..., no hables..., vamos, levántate, te llevaré al campamento.” Le dijo a Mara tratando inútilmente de levantarla.

“Por favor... Prométeme algo...” Dijo respirando con dificultad.

“Escúchame!, tu no vas a morir, no así... Vamos levántate... Xena!!!” Llamó Gabrielle, pero Xena tenía sus propios problemas, a unos 5 guerreros rodeándola.

“Tú no eres quien... Para decidir eso..., por favor escúchame...” Le dijo a Gabrielle que lloraba.

“Prométeme que... Que te cuidaras” dijo mientras se sacaba una sortija de plata “Prométeme que... Continuaras con mi venganza y... Y que cuidaras esto...” Colocándole la sortija “Como tu propia vida...”

“No!, tu harás tu venganza, porque tu no morirás aquí!” Le grito a Mara.

“Promételo...” Le dijo mirándola.

Gabrielle asintió, mientras lagrimas caían por sus mejillas. Y al decir esto Mara le sonrió y secó con sus manos una las lagrimas del rostro del bardo.

“Siempre estaré contigo” y dicho estas palabras le sonrió por última vez, cerro sus ojos mientras sus manos caían de la cara de Gabrielle.

“No, no, no, vamos Mara despierta” alzó la mirada en busca de Xena, pero lo que vio la dejo totalmente petrificada.

Zenon estaba del otro lado con el arco aún en manos y sonriendo.

Gabrielle dejo el cuerpo de Mara en el suelo con delicadeza y sacando sus sais se dirigió a Zenon de una manera que nunca se le había visto. Mataba a cualquiera que se le atravesase fuera necesario o no, sus ojos mostraban ira, en sus manos había sangre, pero nada de esto le importó. Llegó a su destino y se encontró cara a cara con la muerte.

“Oh!, mate a tu amiguita?. Ay! no sabes cuanto lo siento” dijo Zenon a Gabrielle con sarcasmo que temblaba de rabia “Pero sabes que?... Te haré un favor... Te mandare al mismo Tártaro con ella!” Y al decir esto se lanzó contra Gabrielle.

Zenon golpeaba a Gabby con todo lo que tenía. El bardo estaba perdiendo la batalla pero por alguna razón no se rendía. La mirada de Gabrielle reflejaba tal odio, no como cuando murió Eli o cuando Callisto mató a Perdicas, no, era como si todo ese rencor y odio se hubiera sumado junto con la muerte de Mara.

Ella seguía de pie, sangrando en la cara, pero nunca rindiéndose. Lanzó uno de sus sais a la cara de Zenon, pero este (o esto..., como sea) la atrapo antes de quedar incrustada entre sus cejas.

“De verdad creíste que un bardo iba a detenerme... Ja, ja, ja... A mí, al gran Zenon...” Dijo golpeando a Gabrielle en la cara, luego en el estomago y por último uno en su barbilla dejándola casi inconsciente en el suelo. Había perdido sus sais, tras el golpe.

Xena estaba ocupada con cada bestia que se le atravesaba, intentaba llegar a ella, pero con toda esa cantidad de hombre de por medio no podía.

“Gabrielle!!!” Gritó al verla mientras caía, trató una vez más de hacerse paso sin tener éxito del todo.

Zenon se puso enfrente Gabrielle y empezó a reírse a carcajadas. Iba a abrir la boca para humillarla de nuevo pero ella dio una patada en “los miembros” de este, haciéndolo retorcer de dolor.

Gabrielle encontró las fuerzas para pararse, tomó la rama que estaba a un lado de ella, parecida a su báculo, y dio con el extremo de este un fuerte golpe a la cara de Zenon, de nuevo dio otro con el otro extremo, dejándolo de rodillas en el piso. Gabrielle maniobró el báculo tratando de propinar el ultimó golpe en la espalda de Zenon, pero de repente y de la nada salió lo que parecía la mitad del cuerpo de una de las bestias detrás de ella.

Ella no se dio cuenta de esto, sino hasta que la mitad de la bestia se arrastro hasta ella, agarró la pierna herida de Gabrielle y abrió nuevamente la herida.

Gabrielle gritó haciendo una mueca de dolor y vio que de su antigua herida brotaba una cantidad notable de sangre, como aquella vez. Cayó de rodillas, por el dolor insoportable y vio a la mitad de la bestia que yacía muerta.

Zenon se reincorporo. Gabrielle lo miró horrorizada, no era sangre lo que salía de las heridas del ser, era verde y viscosa. Zenon rió nuevamente al ver el cuerpo indefenso de Gabrielle y le dio una patada en la barbilla haciéndola caer de espalda contra el suelo.

“Salúdame a tu amiguita en Tártaro” dijo antes de que Gabrielle visualizara uno de sus sais a un lado de ella. Zenon sacó un cuchillo que tenía en su pierna y lo dirigió al pecho de ella, pero ella instintivamente tomó el sais que tenía a su lado y lo clavó directo en el corazón del ser.

Gabrielle sintió la sangre de este en sus manos y lo quitó de encima asqueada. Se levantó con ayuda del bastón y se dirigió a Zenon que aún seguía vivo, pero respirando con dificultad y sintiendo un gran, GRAN dolor, y con un hilo de voz dijo.

“Quién... Iba a... Creer... Yo... Derrotado por un... Por un bardo!”

“Yo” respondió Gabrielle clavándole el palo en la espalda de... (de lo que sea que fuera), terminándolo de matar.

Xena aún estaba en batalla, con una de sus manos en la espada y otra en el cuello de una de las bestias. Después de esto las bestias empezaron a gritar y retorcerse de dolor, transformándose en lo que habían sido antes. Xena soltó a lo que ahora tenía ahorcada, una mujer joven. Miro con horror a su alrededor. Luego su corazón dio un vuelco al ver a Gabrielle.

Gabrielle estaba desmayada en el suelo a unos metros de ella, se desangraba lentamente. Xena fue corriendo hasta ella y la tomó en brazos.

“Muy bien Gabrielle!, has ganado, lo hiciste tu sola, vamos por favor despierta” dijo mientras corrían lagrimas en su rostro.

“Hemos ganado” corrigió Gabrielle.

“Gabrie... Gabrielle!, estas bien?” Le dijo preocupada.

“Mara..., Mara sálvate... Yo estaré siempre contigo” dijo ella con la mirada perdida y dirigiendo una de sus manos ensangrentadas al rostro de Xena. Ella la miró mientras se mezclaban sus lagrimas con la sangre del bardo, y tomó su mano.

“No, tu no vas a morir así” la cargó pasando uno de sus brazos por debajo de las rodillas de Gabrielle y la otra por su espalda. La llevó de regreso al campamento, antes, deteniéndose para hacer el torniquete que Mara había aplicado, la cargo de nuevo, ahora la hemorragia se había detenido.

Después del camino, llegó a su destino con Gabrielle en brazos. Las mujeres salían de sus tiendas para ver si sus maridos habían vuelto con vida. Una de las mujeres ayudó a Xena con Gabrielle y la llevaron hasta su tienda.

Xena ya había cerrado las heridas de Gabrielle, pero esta no mejoraba, su cara tenia un color mortecino y sus pupilas muy dilatadas. Ella permaneció con el bardo todo el día.

“Gabrielle, sé que puedes vencer, lucha... Lucha contra lo que sea que no te permita despertar. Yo estaré aquí contigo, no te dejare ni un segundo. Sabes que no puedo y no quiero vivir sin ti.” Dicho esto apartó un mechón rebelde de la cara del bardo y dio un beso en la frente mientras resbalaban dos silenciosas lagrimas.

La mujer que había ayudado a Xena con Gabrielle la atendía muy bien, le dio medicinas caseras a Gabrielle y manto y comida a Xena, sin muchas esperanzas de que la joven resistiera una noche, pero fiel a su palabra de que haría todo lo que pudiera por ella.

Xena permaneció como dijo estaría. Fueron dos días los que estuvo con ella. Gabrielle había mejorado visiblemente, aún no despertaba pero el color había vuelto a sus mejillas, y las heridas cicatrizaban sin problema alguno.

La guerrera se vio obligada a comer algo, no había comido ni dormido durante esos dos días que fueron una eternidad para ella.

La mujer que las había atendido entró a la tienda con algo de frutas y bebidas en sus manos, estaba muy sorprendida por la manera que la joven había sobrevivido.

“Yo..., les he traído esto para usted y para la joven cuando despierte” dijo la mujer sin acercarse demasiado.

“Gracias” dijo Xena sonriéndole. La mujer notó el cansancio de la guerrera e sus ojos, parecía que no hubiera descansado en meses.

“Cómo se encuentra?” Preguntó Xena. La mujer se acercó a Gabrielle que seguía durmiendo, boca arriba y tocó su frente, luego dio una sonrisa a Xena.

“De verdad me sorprendí. Cómo es que una joven aguantara tanto?, pero ahora me doy cuenta, que teniendo todo este apoyo, y todo este amor.” Dijo ella.

“Pero aún así debes descansar, no se te ve muy bien”

“Si..., quizás tengas razón...”

“Ora..., hermana de Varha”

Ante estas palabras Xena quedo muda y sorprendida. La miró fijamente y le dijo.

“Ora..., es importante que sepas, tu hermano traicionó a toda esta gente, mató a los padres de Mara y si no fuera por él Mara aún siguiera con vida, lo siento pero no tuve...”

“No tienes que disculparte, me duele la perdida de mi hermano, pero el se lo buscaba” dijo ella bajando la mirada.

Las dos quedaron en silencio por un incomodo instante, hasta que Ora se levantó y dijo.

“Creo que te dejaré, necesitas descansar, si necesitas un baño allí atrás hay un pozo.” Le dijo sonriéndole y disponiéndose a irse.

“Ora” llamó Xena, la mujer volteó y la miró.

“Gracias” dijo. La mujer asintió, le volvió a sonreír y con esto se fue.

Xena se levantó de la cama y susurró al oído de Gabrielle.

“Fuerte mi bardo, se fuerte” y con esto fue a darse un baño.

Volvió unos minutos después, no quería dejar por nada del mundo a Gabrielle sola. Fue y se acostó a un lado de ella, tratando de dormir, se dio vuelta y pasó su brazo por la cintura del bardo y así se durmió a los minutos.

A la mañana siguiente Xena sintió unas manos suaves y cálidas que pasaban por su rostro. Pensó que se trataba de un sueño y siguió durmiendo, pero al rato sintió que unos dedos tocaban ligeramente sus labios.

“Gabri.. Gabrielle!!!” Dijo ella incorporándose, viéndola sentada a su lado.

“Gabrielle, como estas?..., Cómo te sientes?” Preguntó mientras la abrazaba y retiraba a tocar su frente para comprobar que no tuviera fiebre.

“Xena, yo estoy bien, de verdad..., aunque no puedo decir lo mismo de ti” dijo ella con una sonrisa apagada, “Vamos, recuéstate, debes estar muy cansada, después hablamos” le dijo mientras la recostaba. Gabrielle estaba encima de la guerrera, la miró y acarició su rostro cerrando sus ojos con la yema de sus dedos. Xena estaba demasiado cansada y se durmió enseguida con la tranquilidad de saber que Gabrielle se sintiera mejor.

Pero esa no era la verdad, Gabrielle no se podía tragar toda aquella culpa que la invadía. El hecho de matar a Zenon no la saciaba, ella sabía que matar no era de ella y que no traería a Mara a la vida pero lo hizo por venganza. “Asuntos de venganza” pensó mientras caía de nuevo dormida.

En medio de la noche Xena despertó al notar el movimiento de la cama, y se aterrorizó al ver que Gabrielle intentaba ponerse de pie.

“Gabrielle pero..., que demonios haces???” Preguntó, parándose para ayudarla, pero ella rechazó su ayuda.

“No!, déjame!, no soy una inútil, puedo pararme..., yo..., sola...” dijo mientras trataba de apoyarse en un bastón, pero cayendo al intento.

Xena la agarró antes de que tocara el piso.

“Déjame!..., yo debí salvarla..., no vale la pena!..., déjame, Xena!” Dijo llorando y dando golpes en los hombros de ella.

“De que hablas!?, no podías hacer nada, ese era su destino, Gabrielle, no fue tu culpa!” le dijo tomándola de los brazos y mirando fijamente aquellos ojos verdes.

Ante estas palabras Gabrielle se tranquilizó y empezó a llorar en el hombro de la guerrera.

“Por qué?, Xena..., por qué?” Preguntó sin dejar de llorar.

Gabrielle se durmió en brazos de Xena, mientras que esta le costó un poco más verse en los brazos de Morfeo.

La mañana las sorprendió juntas, Xena todavía abrazaba a Gabrielle, recordó lo que había pasado la noche anterior y pensó. “Como fue que toda esa rabia te invadió, Gabrielle lo tuyo no es matar, no eres como yo, dejas inconscientes a tus oponentes, y sin embargo aquel día estabas dispuesta a matar fuera necesario o no. Cómo es que un alma tan pura como la tuya fue a parar aquí?.” “Dioses!, cómo fue que empezó todo esto?” Dijo en voz alta, despertando a Gabrielle, que se movía entre sus brazos.

“Xena, donde estamos?” Preguntó Gabrielle mientras se reincorporaba, “Qué fue lo que..., Ah!, si, ya lo recuerdo..., escucha Xena, yo... lo lamento, esa escenita de anoche no me quedo para nada...”

“Gabrielle, no importa..., lo único que debes tener claro es que en lo que sucedió, tú no tienes la culpa, de acuerdo?” Dijo Xena sonriéndole.

“De acuerdo” dijo el bardo sonriendo tristemente.

“Vamos, tenemos que darnos un baño, sobre todo tú, de verdad lo necesitas” dijo riéndose con ella. “Tenemos que llegar, a Amphipolis.” Dijo ella parándose.

“Amphipolis?”

“Si, haremos una visita a Eve, no la hemos visto desde hace meses.” Respondió ayudando a Gabrielle a ponerse de pie.

“Si..., tengo algunos pergaminos terminados para ella que se que le gustaran!” dijo ella sonriendo y señalando su bolsa.

Ya iban saliendo del pueblo, todos los del pueblo las despidieron. Ora había metido en el bolso de ellas algo de alimento y bebida y con esto sonrientes se adentraron en el bosque. Ya se habían alejado bastante del poblado, Gabrielle iba caminado al lado de Xena algo pensativa.

“Xena?, por qué siempre tiene que ser así?” Preguntó Gabrielle deteniéndose.

“De que hablas?”

“Me refiero a Solange, Hope, Eli, Joxer, Perdicas y ahora Mara. Es acaso un precio que tenemos que pagar por estar juntas?” Preguntó mientras bajaban algunas lagrimas por sus mejillas.

“No lo sé Gabrielle, no lo sé...” Respondió Xena dolida por el comentario del bardo.

“Pero sabes que es lo más curioso?..., que si es alguna clase de precio..., lo seguiré pagando, porque Xena, tú eres mi camino, tú eres mi destino” le dijo y dicho esto la abrazó, mientras que Xena seguía dolida por el comentario anterior, pero aliviada por el resto.

Fin...

Nota: este fue mi primer fanfic y de verdad me gustaría mucho, mucho que me mandaran sus comentarios diciéndome que si estuvo bien, horrible, buenísima o patética a la dirección que esta allá arriba. Otra cosa, disculpen si en la historia no había “material” que ustedes buscaban, yo solo paso el subtexto como lo pasan en la serie, muy confuso, aunque no para nuestros ojos...


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