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Xena Princesa Guerrera y todos sus personajes son de Renaissance Pictures y Studios Universal.
La Boda de Gabrielle es una historia propiedad mía. Si me quieres escribir por favor a: liebehell@yahoo.com


LA BODA DE GABRIELLE

CAPITULO I...¿me acaricias?

GABRIELLE

Me encontraba cansada, la batalla había sido dura pero al final la aldea fue salvada, la mejor parte fue el saber que esos campesinos estarán a salvo ahora, es una noche tan bella, aunque la luna no ha salido, un manto de estrellas cubren el cielo iluminando este lugar, aún así no me puedo concentrar, Xena esta frente a mi preparando el campamento y aunque intento comenzar a escribir su presencia me desconcentra, ¡rayos¡.

-Estás muy callada, ¿te ocurre algo Gabrielle?.

-Sólo estoy algo cansada, después del día que tuvimos no es para menos.

-Bueno, así son las batallas, ¿cómo va tu pergamino?.

-No muy bien, creo que continuaré mañana, además me duele mi pierna.

-Ah sí, déjame ayudarte.

Se acercó a mí y comenzó a revisarme, un escalofrió recorrió mi cuerpo y comencé a temblar, su cercanía me trastornaba.

-Es aquí, hey, Gabrielle, ¿es aquí donde te duele?.

-Ssssi, creo que me desgarré.

-Si no hubieras hecho esa patada no te habrías lastimado, ¿no te parece?.

Me lo dijo con una sonrisa divertida y me molesté con su ironía - apuesto a que tú no podrías hacerlo.

- Talvez no, me gusta poder caminar después de las batallas.

Sus manos se deslizaron hacia mi muslo, el suave contacto que experimentaba me producía sensaciones deliciosas, a pesar de sentirme algo inconforme por no poder tomarla y besarla, el tener que permanecer indiferente era un martirio terrible, entonces me apretó y no puede evitar gritar...

-Auchhh, ¡Xena , me dolió mucho¡.

-¡Lo siento¡, vamos no es para tanto, te masajearé y mañana estarás mejor, recuéstate- me lo dijo con una voz dulce y sensual clavando sus ojos en los míos. Me recosté sintiendo el calor de sus manos unos centímetros más abajo de mi ingle, un calor extraño salió de mi estomago e invadió todo mi cuerpo, mis poros se erizaron y mis sentidos estaban sumergidos en disfrutar ese momento.


XENA


Es tan difícil mantener el control, me encantaría poder masajearla ¡TODA!, la tentación de subir mis manos un poco más es irresistible, eres tan hermosa Gabrielle, podría hacer una tontería...

-Cccreo que ya está listo.

- Eh, amm, muchas gracias Xena, no sé que haría sin ti.

Entonces me abrazó, recargó su cabeza en mi pecho y con sus brazos me sujetó de la cintura, un fuego intenso me recorrió, su perfume era tan incitante y perturbador, contuve la respiración para no incomodarla, tratando de conservarla, maldición, ¡NECESITO UNA DUCHA FRÍA!.

-No hay por qué, ehh, regreso en un momento.

-¿Xena a dónde vas?.

-Al lago a... pescar.

-¿Ahora, pero si cenamos hace poco?.

-Sssí pero, tuve antojo de algo fresco, además te lo acabaste todo.

-Muy graciosa, ¿quieres que te acompañe?.

-¡NO!, es mejor que te quedes a descansar.

Sin decir más me dirigí al lago, me desnudé y me sumergí en sus aguas, ¡REALMENTE LO NECESITABA!, aproveché para nadar un rato y tratar de relajarme.

GABRIELLE


Qué extraño, ¿la habré incomodado?, es sólo que no pude resistirme, necesitaba sentirla, no puedo más, tengo que verla...
Refugiándome detrás de un árbol podía verla, tenía una vista privilegiada de mi Princesa, su piel mojada y su esbelto cuerpo en medio del agua, me encontraba hechizada, mis piernas temblaban como si fueran a quebrarse, me aferré al árbol sintiéndome frustrada de no poder ir a donde estaba, eres tan...

-¿Dónde está?, ¡se me perdió de vista!- regresé al campamento de inmediato, aún estaba nerviosa y me sentía algo avergonzada por lo que había hecho, pero no arrepentida, debía darme prisa, no podía arriesgarme a que me viera, ¿qué iba a decirle?, "Oh sí, fui a verte porque te amo y me fascinas, el verte desnud..."

-¿Con quién hablas?, ¿o acaso ya tienes un amigo imaginario?.

-Xena,ccoon nadie...-me sonrojé al instante-pensaba en una historia, pero creo que lo hacia en voz alta.

Se encontraba empapada, las gotas de agua cubrían su cuerpo perdiéndose en sus formas, se notaba que acababa de regresar al campamento, miró el lugar de donde venía y me vio extrañada.

-¿Dónde estabas?, creí que te sentías adolorida.

-Tuve algo que hacer y no pude esperar-pareció conforme con la respuesta y se sentó junto al fuego, comenzó a secarse.

-¿Y tus pescados?, mi hambrienta guerrera.

-Se me quitó el antojo al llegar al lago.

-¿En serio?, talvez no pudiste pescar nada, ¿has perdido tu toque?-la miré divertida y se enfadó un poco.

-¿Eso crees eh?, apuesto que podría ganarte en lo que fuera.

-Bien, pero si pierdes aceptarás las consecuencias.

-¿Y qué me vas a hacer pequeña Bardo?- lo dijo en un tono seductor y casi me desmayo de la emoción.

-Serás mi esclava por un día- la sorprendí porque me miró extrañada, había algo diferente en su mirada-

-De acuerdo, pero si yo gano serás mi...esclava.

-¡Perfecto!- la sola idea de que Xena me obedeciera me volvía loca y el obedecerla también.

- ¿Y en qué vamos a competir?.

-Un concurso de poesía.

-¿¿Qué??, ¡no puedes hacer eso, ES TRAMPA!, ¡yo no sé nada de poemas!, ¿por qué no una pequeña batalla?.

- No, no, no, dijiste que cualquier cosa, así que si no quieres competir, yo he ganado- me levanté y comencé a bailar alrededor de la fogata- gané, gané, gané.

Entonces, antes que pudiera reaccionar Xena me sujetó por la cintura y me tiró al piso, caí de espaldas y se sentó en mi estómago sujetando mis manos con las suyas , ¡POR LOS DIOSES!, mi corazón estaba en mi garganta y temblaba ¡toda!, estaba paralizada por completo, me perdí en sus ojos azules anhelando que ese momento fuera eterno.

XENA


Me acerqué a ella y le susurré al oído- ¿aún crees que he perdido mis habilidades?, en lugar de poemas, deberíamos luchar- me encontraba absuelta en la deliciosa sensación que me envolvía, tenerla frente a mí, tan cerca, me pierdo en sus ojos, sus labios, su cuello, su cuerpo, de pronto reaccioné sobre lo que estaba haciendo y la dejé libre, me levanté y la sentí algo enfadada- ¿te molesté con mi broma?-.


GABRIELLE


"Molestarme, oh Princesa, quisiera haber podido retenerte"- n-no, es solo que me tomaste ventaja, ¡tramposa!.

-Como tú con el "concurso de poemas", estoy cansada, lo discutiremos mañana, buenas noches.

-Buenas noches Xena- se acostó y a los veinte minutos ya estaba profundamente dormida, a unos centímetros de mí, es tan tentadora la idea de estar contigo, besarte, acariciarte, pero sólo son sueños, aquí junto a ti percibiendo el perfume de tu cuerpo y ardiendo en el deseo de amarte.


XENA


El sol comienza a salir, desperté sobresaltada, había tenido un sueño muy extraño y confuso, lo que más recuerdo es a Gabrielle a mi lado, riendo, jugábamos en medio de un claro y de pronto la vi alejándose de mí, trataba de detenerla pero parecía no escucharme, después desapareció, me levanté agitada y afligida y al encontrarla dormida a mi lado sentí un gran alivio, pero ese sentimiento aún me perturba.

-Xena, ¿estás bien?.

-Sí, un poco, yo, tuve un mal sueño- me levanté y me senté en una roca, ella me siguió, se sentó en mis piernas, con nuestros rostros encontrados, acarició mi mejilla, después me rodeó el cuello con sus brazos, al sentir su respiración cerca de mi oído tuve el impulso de girarme y besarla.

-Te ves pálida, estuviste llorando, ¿quieres hablar de eso?.

-Nnno- me sonrojé al instante- no quiero recordarlo -me entregué al momento y me aferré a su pecho, podía escuchar los latidos de su corazón- Gabrielle ¿qué te ocurre?, estás algo extraña.

-Por fin estoy haciendo lo que deseo, no puedo callar más, estoy cansada de fingir, Xena yo te...

Me perdí en sus hermosos ojos verdes y acercamos nuestros rostros, sentí mi corazón batirse en mi pecho.

-¡GABRIELLE!- gritó una voz conocida y ambas nos sobresaltamos, mi Bardo se levantó y yo la seguí.

-¿Laila?, pero ¿qué haces aquí?, ¿todo está bien?.

-Sí, es solo que ocurrió algo muy importante, debes venir conmigo de inmediato.

-¿Qué es?, ¿cómo nos encontraste?.

-Un Dios me trajo aquí, debes venir conmigo ahora, por favor no puedo decirte más.

-Bien, pero tardaremos varios días el llegar.

"No si yo puedo ayudarlas"

-¿Que es lo que quieres Ares? -le dije molesta y confusa.

-Hola Xena, a mí también me da gusto verte, tan altiva y hermosa como siempre, sólo trato de ser amable, entre más pronto lleguen mejor.

-¿Que interés tienes en esto?- dudé, pero Gabrielle estaba tan afligida que acepté y en unos instantes nos encontrábamos en Potadia, mi Bardo y Laila corrieron hacia la casa , fui tras ellas y al entrar vi una imagen que hizo que se me cayera el alma a los pies ,quede petrificada.

GABRIELLE


-¡PERDICAS!, ¿pero cómo?, tú estás... estabas... estabas muerto.

-Gabrielle, mi amor...

Me abrazó con gran fuerza, no pude corresponderle, estaba tan sorprendida.

-¿Cómo es posible?.

-Ares, no sé cómo, pero me trajo de regreso a la vida... de regreso a ti, como recompensa por lo que tú y Xena han hecho, ven, siéntate amor, comprendo tu sorpresa.

-Yo, no sé qué decir...- escuché la voz de mi guerrera.

-Será mejor que la dejes descansar, ha sido una gran impresión.

-Tienes razón, yo... tengo que arreglar algo pendiente, volveré pronto, Gabrielle, te amo.

Me dio un beso en la frente y se marchó, Xena que aún continuaba en la puerta se movió para dejarlo salir.

-Laila, será mejor que dejemos a solas a Gabrielle.

Laila salió de la casa y Xena la siguió.

-Xena, no te vay...- salió antes que pudiera decirle algo, a solas conmigo comprendí que no había confusión con respecto a mis sentimientos, sólo sorpresa, Perdicas había sido una ilusión, mi presente y mi futuro estaba con Xena, ella era mi vida, de pronto escuché una voz que detestaba.

-Me alegra que nos hayan dejado solos, Gabrielle ... debemos hablar.


XENA


No sabía qué hacer, me encontraba al borde del pánico, no quería acosarla, pero si la perdiera... ¡no!, debo controlarme y apoyarla, debo hacerlo.

CAPITULO II ...¿Nos casamos?

GABRIELLE

Me encontraba sentada al lado de Perdicas en el jardín, era tan extraño, hace unas horas estaba a punto de decirle a Xena que la amaba y ahora me encontraba aquí, atrapada e infeliz con una desesperación que me asfixiaba.

-Gab, ¿me decías?.

-¿Qué?, ah sí, disculpa, y fue así como Xena venció a Alti.

-Es asombroso, han tenido muchas aventuras, me siento tan feliz de poder estar vivo, contigo, Gabrielle, te amo, por ti he regresado, ¿existe la posibilidad de poder recuperar nuestro hogar?.

-"Ya tengo un hogar"- Perdicas, yo he cambiado mucho desde que me conociste.

-Lo sé, me gustaba más tu cabello largo, pero aún así te vez hermosa.

-No me refiero a eso, yo- cubrió mi boca con su mano.

-Te amo, no he dejado de hacerlo, eres mi alma gemela, sé que has cambiado pero nos pertenecemos, te amo tanto y tú... ¿me amas?.

Bajé la vista.

-Quizás ha habido algún otro hombre, ha pasado tiempo, ¿es eso?.

-No, no ha habido otro hombre- "no necesitaba a nadie teniéndola a ella, Xena era mi corazón".

-Eso significa que aún me amas- sonrió- ¿quieres casarte conmigo, de nuevo?.

-¿Cómo decir que no?, estaba obligada a aceptar, la desesperación se apoderó de mí, ¡tenía que aceptar!, con voz fría lo acepté, el sonrió y me abrazó, mi corazón renegaba esa decisión, pero no podía hacer nada.

-Te haré muy feliz, recuperaremos el tiempo perdido -me besó.


XENA


-¡Gabrielle!- al verlos sentí una ira incontrolable, los celos me dominaron, quería destrozarlo, ¿cómo se había atrevido a tocar a mi poetiza?, bajé del caballo con la firme idea de aplastarle la cabeza pero a unos pasos de ellos, reflexione, no tenía derecho, traté de dominarme.

-Xena, creí que llegarías mas tarde.

-Estaba preocupada por ti- volteé a verlo- pero creo que fue no fue necesario- él la abrazaba y ella permanecía a su lado, ya no le hacía falta, me dije con recelo.

-Llegas en un excelente momento, Gabrielle y yo hemos decidido volver a casarnos, nuestro amor es verdadero y queremos estar juntos, voy a decirle a tu familia- se alejó a la casa.

-No pude reaccionar, mi ira se volvió un dolor inmenso, mi corazón explotó al escucharlo, pero aún me quedaba la leve esperanza de que no fuera cierto, ¡no podía ser cierto!, miré a Gabrielle, traté de modular mi voz para que no se quebrara por el llanto- ¿lo amas?.


GABRIELLE


Quería decirle que no, que la amaba a ella, que era mi vida, perderme en sus brazos sin importarme nada ni nadie, pero no podía hacerlo- Sí, aún lo amo- al decir eso mi alma se desintegró sumida en un dolor asfixiante, me sentía a punto de desfallecer.


XENA


¿Qué podía hacer?, sentí que mi alma me abandonaba, mis piernas temblaron al escucharla, logrando sostenerme de las pocas fuerzas que me quedaban, la vida perdió el sentido, estaba desesperada, quise arrodillarme ante ella y aferrarme a su cuerpo, rogándole que no lo hiciera, gritándole que la amaba, que no me abandonara, pero lo único que hice fue hablar ya casi sin aliento - Que seas muy feliz-


GABRIELLE


Su reacción me dolió más que nada, me acerqué a ella tratando de sostener mi farsa, no podía más, era demasiado el sacrificio, perderla, ¡no podía concebirlo!.


ARES


Mi plan está funcionando a la perfección, no puedo permitir que retroceda ahora.

-Hola chicas, me he enterado de la gran noticia, ¡Felicidades Gab, espero estar invitado, creo que la boda será en dos días, ¿cierto?.


XENA


Ese fue el escape que necesitaba, me volteé arrastrando lo que quedaba de mi alma, subí a mi caballo, alcancé a decirle- volveré para la boda- al darle la espalda comencé a llorar, me perdí en el bosque cabalgando a todo galope, anhelando poder olvidarla, lloré como jamás en mi vida, mi alma estaba desgarrada, ya sin fuerzas para vivir y sin razón para hacerlo, exploté por dentro una y mil veces, grité, tratando de expresar mi dolor, pero ni una eternidad bastaría para hacerlo, desesperada e impotente, comencé a golpear la tierra con mis puños, después golpe un árbol, deseaba destrozarme por estúpida, por haber callado, por amarla tanto, al fin y después de varias horas me quede tendida en la tierra, agotada, sólo deseaba no volver a despertar, o que fuera una pesadilla, quería morir, aunque al perderla ha había muerto.


GABRIELLE


-Iba tras ella, corriendo, no me importaba nada, sólo quería alcanzarla y decirle la verdad.

-Si te vas él morirá.

Me detuve, la desesperación me devoraba en vida, no podía seguir, la pena era tan fuerte que me destrozaba el corazón.

-Es tu destino, acéptalo.

-Mi destino morirá sin Xena.

-¿Crees que ella te ama?, no te engañes, sólo te ama como amiga, haz tu vida con Perdicas y déjala libre de ti, para que encuentre su felicidad.

Desapareció, y yo me tiré al suelo, no podía soportar el peso del dolor y la impotencia, la había perdido. Anochecía cuando decidí regresar a casa, traté de guardar la compostura, sequé mis lágrimas y entre por la puerta trasera, me recosté en mi cama y mi corazón fue hacia mi guerrera, en esta noche tan triste, y pensar que ayer estaba a su lado, percibiendo, aún a distancia su calor, te amo Xena, perdóname, me sentía atravesada por miles de espadas que no salían de mí, haciéndome más daño a cada instante.


XENA


Me despertó el ruido de los pájaros, tirada en la tierra, no pude dormir, más bien parecía que había estado reviviendo mi pesadilla una y otra vez, traté de levantarme, pero un mareo muy fuerte me tiró de nuevo al suelo, al pensar en Gabrielle comencé a llorar de nuevo, ahora ya sin lágrimas, apoyándome en un árbol logré levantarme, mis manos se encontraban en muy mal estado, no me importó, caminaba perdida, sin control de mí misma, al llegar a un pequeño manantial comencé a lavarme, no podía hacer nada más, me sentía tan débil, asistir a la boda iba a ser un martirio horrible, pero tenía que hacerlo, por Gabrielle, era lo último que haría por ella.


CAPITULO III ... La Boda


El día de la boda había llegado, la casa de Gab era un caos completo, invitados y amigos de la familia ayudaban con los preparativos y Perdicas se paseaba de un lado a otro preguntando si el traje le quedaba bien.


GABRIELLE


"Oh Princesa, ¿dónde estás?, no puedo seguir así, te necesito tanto amor mío, ha sido un calvario estar sin ti, éste es el día más infeliz de mi vida, quisiera poder estar contigo, todo está listo" - comencé a llorar -

-Gabrielle, hermana, es hora de irnos.

Sequé mis lágrimas y salí de mi habitación - Estoy lista-

-Gab, quita esa cara ,cualquiera diría que es tu funeral y no tu boda.

La ironía de las palabras de mi hermana ahondaron las llagas en mi alma, no sabía lo acertada que estaba.

Cuando llegamos al pueblo, Perdicas ya estaba esperándome, quise posponerlo hasta que llegara Xena, pero era una tortura, al final y después de treinta minutos de espera, comenzamos.

"Queridos hermanos, estamos aquí para presenciar la unión de un amor puro y verdadero, Gabrielle y Perdicas quieren sellar su amor..."


XENA


Iba a todo galope - ¡maldición, no llegaré a tiempo!. Gabrielle, debes esperarme.

"Perdicas has preparado algo que quieres decirle a Gabrielle".

-Sí, Gabrielle, desde siempre te he amado y siempre lo haré, mi vida es tuya, juro que te haré muy feliz, eres el amor de mi vida, mi alma gemela.


XENA


-Ya casi llego, por favor que no sea tarde.


GABRIELLE


"Podré casarme contigo, pero jamás seré tuya".

"Gabrielle, ¿hay algo que quieras decirle a Perdicas?".

-No- me sujetaba fuertemente de las manos, como si temiera perderme.

"Entonces si nadie se opone a esta unión, los declaro...marido y muj..."

De pronto las puertas del templo se abrieron de golpe, el viento helado entró y una figura se dirigió por el pasillo hasta donde estábamos Perdicas y yo, Xena se acercó mirándome, me encontraba sumergida en el azul intenso de sus ojos, creí que venía por mí, a detener esta locura, estaba dispuesta a irme con ella, mi corazón volvió a latir al verla.

-Lamento la tardanza y la intromisión ...continúen.

La decepción y la desesperación se apoderaron de mí, después de unos segundos, Perdicas y yo éramos esposos, la gente comenzó a felicitarnos y perdí de vista a mi guerrera.


XENA


Maldito afortunado, tuve el deseo de llevármela, sacarla de ahí, arrebatártela, pero si me amara no haría esto, este es el adiós, "Gabrielle, estabas tan hermosa con tu vestido de novia, parecías un ángel, jamás volveré a verte, pero tu recuerdo y mi dolor siempre estarán conmigo, por siempre te amaré", me alejé por la parte trasera de el templo, no quería escuchar a la gente felicitándolos, me sentía tan aturdida, cuando estaba a punto de subir a mi caballo escuché una voz que no deseaba volver a oir, era una tortura muy grande.

-Xena, ¿a dónde vas?.

-Debo abordar un barco, prometí volver a tu boda, ahora me iré - sonreí amargamente- maldiciendo al destino y a la vida, odiándola y amándola.

-¡NO PUEDES DEJARME!, TE NECESITO.

Sus palabras se clavaban en mí haciendo más profunda la ira y el dolor.

-Debo marcharme- contesté fríamente.

-¿A dónde irás? - su voz se escuchaba quebrada, estaba a punto de llorar-

-A China, por ahora. Le di la espalda y sentí su abrazo aferrándose a mí con tanta vehemencia, sentía su cabeza recargada en mi espalda, saqué fuerzas de mi dolor para no corresponderle, no tenía derecho a hacerme esto, ,jamás la sentí tan cruel, monté mi caballo.

-No volveré a verte ¿cierto?.

La miré, sus hermosos ojos verdes estaban cristalinos, cayó de rodillas al suelo y comenzó a llorar, el verla lastimó mi alma aún más, bajé del caballo y me arrodillé junto a ella, la abracé, maldiciéndome por haberlo hecho, por prolongar ese momento, se aferró a mí desesperada por mantenerme con ella, yo me encontraba en un abismo semejante, tratando de alcanzarla con todas mis fuerzas, con todo mi amor, pero aún así la sentía perdida, traté de levantarme, pero al sentir que se aferraba más a mí, mis fuerzas se perdieron, tomó mis manos para besarlas y quedó consternada al verlas en tan mal estado.

-¿Qué te pasó en tus manos?.

-Una batalla, no es nada- acaricié su rostro y la abracé por última vez, sentía la humedad de sus lágrimas en mi cuello, no quería llorar, no quería que me viera, no esta vez, me levanté arrancándome de sus brazos, ella permaneció arrodillada.

-Xena, no te vayas, yo, yo...te...te amo - su voz se ahogaba en el llanto.

-Yo también te amo, siempre serás mi mejor amiga, me sentí morir al decirlo, la amaba pero no de esa forma, pero ya no podía decírselo, era demasiado tarde.

-Hasta siempre mi pequeña Bardo, que seas muy feliz-

Me alejé a todo galope, aún sabiendo que mi alma y mi vida se quedaban con ella, nada me importaba, la agonía era demasiada y cada segundo aumentaba, tenía que alcanzar el barco, tenía que irme.

Casi llegaba al puerto cuando Ares apareció con una gran sonrisa en su rostro.

-Xena ahora que te has quedado sola, ¿aceptarás mi propuesta?.

-¿De que hablas?.

-Te amo Xena, sé mi reina y juntos dominaremos el mundo como quieras, podrías ayudar a más personas de esa forma.

-Olvídalo, te quiero lejos de mí, tú me la quitaste, si no hubiera sido por ti, aún estaría conmigo.

-Querida, no te engañes, si te hubiera amado no lo habría hecho, además eso tenía que pasar tarde o temprano, lo sabes, ¿ te quedaras aquí en la tierra torturándote con la idea de haberla perdido mientras ella se pierde en los brazos de Perdicas?, eso no es digno de ti, ven conmigo, yo te haré olvidar.

Sus palabras encendieron de nuevo la ira que sentía, mi despecho y mis celos hablaron por mí -Bien, ya nada importa- Ares tomó mi mano y nos desvanecimos.


GABRIELLE


Había perdido mi vida, me odié a mí misma, a Perdicas, a Ares, al verla partir perdí la fuerza, Perdicas se acercó a mí muy confundido, no comprendía lo que había pasado.

-Gabrielle, ¿estás bien amor?.

-Sí.

-¿Qué sucedió?, ¿por qué estás...?

-¡No quiero hablar de eso!, sólo quiero estar sola.

Me alejé de él, entré a la casa y los invitados me miraron confundidos y sorprendidos, mi vestido estaba revolcado, "la novia llorando y sucia", no daba muy buena impresión, subí al cuarto destinado para Perdicas y para mí y me encerré, ya todo había terminado, ya había cumplido.

Me recosté en la cama, la noche continuó entre risas y bromas, me sentía tan aturdida, sólo añoraba a mi Pincesa, después de algunas horas Perdicas entró en la habitación, un olor a vino inundó el cuarto, estaba bebido y lloraba.

-¿Qué es lo que te ocurre?, no sabes que hay invitados, tuve que excusarte por lo que pasó ahí abajo, sólo te encierras y no quieres hablarme, ¿no se supone que hoy es el día mas feliz de nuestra vida?.

La furia me invadió, quería gritarle la verdad, quitarle la venda de los ojos, no lo amaba, quizás nunca lo hice, mi verdadero amor es y siempre será Xena - No quiero hablar, sólo déjame-

-¿Es por ella verdad?, ¿ y qué si se fue?, ¡mejor!, así nos dejará vivir nuestra vida en paz. Sé que significa mucho para ti, pero lo que estás haciendo es demasiado, ¡es tu amiga y yo tu esposo!.

-¡No lo comprendes!, ¿qué estás tan ciego?, ¡vete!.

-¡No!, eres mi esposa y te comportarás como tal.

Se abalanzó sobre mí y me arrancó el vestido, su aliento nauseabundo tan cerca de mí, tratando de besarme, me miraba con recelo.

-¿Qué haces?, Perdicas ¡suéltame! - No hizo caso y lo golpié, no era muy dificil de controlar, tomé mi ropa y salí de la habitación sintiéndome asfixiada.

-¡Gabrielle, vuelve!.

Corrí lejos de la casa y una imagen se postró ante mí.

-¿Qué crees que haces?.

-¿Qué quieres ahora Ares?, ya obtuviste lo que querías, estamos casados, lo que haga en adelante es asunto mío.

-Tienes razón, sólo vine a despedirme, no volverás a verme, ahora que Xena aceptó ser mi esposa, me dedicaré sólo a ella.

Creí que enloquecería, lo odié más que nunca - No puede ser, ¡mientes!.

-No querida Gab, es la verdad, será una boda eterna, frente a los destinos, en tres días al atardecer, por supuesto, no estás invitada.

Quería matarlo, me abalancé sobre él, pero me esquivó con un golpe, caí al suelo -No puede hacerlo, no te ama- comencé a llorar ya perdida del todo.

-Después de deshacerse de ti se dio cuenta que siempre me amo, quiere rehacer su vida conmigo.

-No te basta con todo lo que has hecho, eres despreciable, ¡no la tendrás nunca!.

-Te equivocas, yo he ganado, que seas muy feliz.

-Maldito seas - fue lo único que salió de mi garganta, desapareció -esto aún no termina-


XENA


Desperté en un palacio, envuelta entre sábanas de seda, tenía un dolor de cabeza insoportable y al querer levantarme me di cuenta de mi desnudez, Ares entró en la habitación y me cubrí con una almohada.

-Hola amor mío, luces estupenda.

-¿Dónde está mi ropa?, no estoy para juegos, quiero marcharme.

La destruí, puedes ponerte algunos vestidos por el momento. Ah, casi lo olvido, traje esto para ti.

Sacó de su bolsa un pequeño recipiente que contenía un liquido rojo.

-¿Qué demonios es eso?.

-Un remedio para tu jaqueca, eso es todo.

Tomé el frasco y bebí el líquido que estaba adentro, todo se obscureció...


GABRIELLE


Aún no amanece, nada importa, he cumplido el trato, no te perderé...voy por ti Princesa.

CONTINUARA


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