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Disclaimers: Xena: Princesa Guerrera, Gabrielle y todos sus personajes son absoluta propiedad de copyright de MCA/Universal y Renaissance Pictures. No se pretende infringir los derechos de autor en está historia; esta historia no puede ser vendida o usada en beneficio de ningún tipo, pues hay derechos de autor propios. Copias de esta historia pueden realizarse para uso privado, y deben incluir todos los disclaimers y copyright.

Advertencia de violencia: Un solo golpe (y bien dado para mi gusto)

Advertencia de amor: Esta historia describe un amor entre dos mujeres adultas. Si eres menor de 18 años, esta clase de historias es ilegal en el estado o país en que vives, o por alguna razón no te gustan estas historias, por favor, por favor ve a buscar otra cosa que hacer con tu vida.

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EL MOMENTO JUSTO DE DECIR TE AMO

Autora: FF Morgan

Capitulo Uno

- Ahora se porque siempre me han obsesionado los ojos azules - pensaba la bardo mientras observaba a la princesa guerrera recostada en el pasto de cara al sol, con una leve sonrisa instalada en su perfecto rostro endurecido por las batallas, pero ahora sereno frente al apacible lago - ¿Cómo puede ser tan hermosa? - sacudió su cabeza haciendo un mohín con la cara, intentando apartar estos sentimientos que afloraban cada vez mas seguido en su alma. Acababan de dejar atrás a Ares instalado en la granja, le había gustado estar allí con su princesa, había experimentado como seria tener un hogar con ella, compartir una casa, una vida, no como lo hacían ahora, sino juntas en todos los sentidos. Suspiro profundamente, esto hizo que la guerrera abriera los ojos y volteara mirarla
-¿qué sucede... Gabrielle? - La bardo se estremeció, cada vez que Xena pronunciaba su nombre, ella sentía una corriente eléctrica en todo su cuerpo, lo decía de un modo que a ella le parecía muy seductor, casi en un susurro, arrastrando las sílabas y con esa mirada profunda que la hacía sentir completamente desnuda ante ella -... ¡Hola... Gabrielle! - la voz interrumpió sus pensamientos, una sonrisa nerviosa asomó en su boca, movió su cabeza intentando buscar una respuesta pronta sin ser descubierta
- Pensaba..., en como sería vivir juntas en una casa ... - Upss, se le había escapado y ya nada podía hacer al respecto, su cara reflejaba preocupación por lo que pudiese pensar la morena mujer
- ¿Estás recordando los días en la granja con Ares? - pregunto la guerrera
- Aja ...
- Fueron buenos, ... ¿verdad? - dijo Xena emocionada
- Sipp, fueron buenos - el silencio reinó por un momento
- Gabrielle ...
- Dime
- ¿En qué están de acuerdo Ares y tú?
- ¿Qué ...? - La pregunta hizo que diera un respingo - ¿A .... que te refieres ... ?
- Ares té dijo "¿Hay algo en lo que estemos de acuerdo tú y yo?", No sé que le respondiste, y él dijo "¿Algo más?" - Los colores subieron de golpe al rostro de la bardo, trago saliva con dificultad, no sabía que responder
- Piensa, piensa rápido Gabrielle - se decía angustiada, miró a la guerrera con una cara de desconcierto total, nada venia a su mente, comenzó a desesperarse. De pronto todos los músculos de la guerrera se tensaron, se puso en alerta, hizo un gesto a Gabrielle para que guardara silencio, se levanto de un salto perdiéndose entre los matorrales que se encontraban tras ellas, la bardo respiro aliviada, no sabia que, pero algo la había sacado del aprieto en el que ella sola se había metido - ¿No puedes callarte verdad? - Mascullo para sí - esta boca tuya siempre metiéndote en problemas- la guerrera volvió a aparecer ya tranquila - ¿Quién era Xena?
- Una caravana que se dirigía a Sur, campesinos en su mayoría, buscando nuevos horizontes ... supongo - respondió apesadumbrada - ¿Las cosas se complican cada día mas no crees Gabrielle?
- Así es Xena, cada día es más difícil sobrevivir, lo que pasa es que cada vez hay mas personas
- Si ... - suspiro la morena mujer haciendo un gesto de añoranza - Cada día es más difícil encontrar lugares como este, donde podamos estar solas, ... tu y yo - Le sonrió dulcemente - tu sabes que ... me gusta la soledad y la gente me pone nerviosa - la bardo sonrió gustosa al escuchar a su guerrera
- Lo sé Xena, no es mucho el tiempo que soportas estar con gente, necesitas estos espacios para sentirte tu misma, relajarte y estar ... sola
- No sola - dijo Xena, apoyando la mano sobre el hombro de la rubia - ... no es lo mismo si tu no estás conmigo, ... creo que sin ti, estos sitios no me gustarían tanto - beso tiernamente la cabeza de la joven y caminó hacia Argo II, Gabrielle sintió que una ola de calor subía por su cuerpo, haciéndole estremecer hasta el último de sus músculos, se agitó visiblemente
- Que suerte que Xena está de espaldas a mí - penso - sino se hubiese dado cuenta lo que me hace sentir - la guerrera cepillaba a su caballo, la bardo la observaba mientras recordaba lo que Xena había dicho al dejar la granja "Fui feliz cuando niña porque me enamoré y conocí el amor, tuve suerte entonces y la tengo ahora" - Ahora estará enamorada? - Se pregunto - ¿Qué habrá querido decir con eso? - sin darse cuenta dijo esto último en voz alta
- ¿Qué habrá querido decir con que Gabrielle? - pregunto intrigada la guerrera, mirando fijamente a una nuevamente angustiada Gabrielle
- ¿De que? - Preguntó casi sin poder respirar - ¡Otra vez tu bocota !!! - penso
- Dijiste ¿Qué habrá querido decir con eso ... , a que te refieres, a quien te refieres ¿
- A ti... - corto bruscamente la bardo - Y ahí vas de nuevo, te he dicho que mantengas la boca cerrada - se reprocho nuevamente para sí
- ¿... A mí ...?, no entiendo - la morena se acercó a la pequeña rubia con mirada inquisitiva - ¿Qué habré querido decir yo con que ...? - Gabrielle bajo la mirada buscando algo en el suelo, Xena dibujo una sonrisa ladeando su boca hacia un costado
- Cuándo dijiste que fuiste feliz porque te enamoraste y conociste el amor y ... ahora también lo eres - titubeando - ... ¿Estás enamorada Xena?
- Sí
- ¿De quien - pregunto sobresaltada Gaby
- De ti - penso la guerrera sonriendo - De la vida ... - respondió tratando de controlar su impulso de besar a la despampanante belleza que tenía ante ella, la cara de Gabrielle mostró desconcierto y un dejo de desilusión, la guerrera se estremeció - ¿Acaso esperaba otra respuesta? - penso - No te ilusiones guerrera tonta - se reprocho - Gabrielle te ve como a una hermana mayor, te tiene mucho cariño, pero eres tú la que la ves con otros ojos, no ella, para ella eres su familia, no pienses mas en estas cosas, has sido feliz a su lado durante todo este tiempo, aun sin tenerla como ansias, así y todo te hace feliz sentirla cerca de ti, has podido vivir con eso y lo podrás seguir haciendo - Vamos a dormir Rubia -dijo levantándose
- Hey!!! - protestó la rubia - sabes que no me gusta que me digas así!!!
- ¡Lo sé! - respondió soltando una pequeña carcajada - Rubiaaaa! - repitió sensualmente, a tiempo que se agachaba rápido esquivando la sartén que la bardo había arrojado sobre su cabeza
- ¿Tienes algo contra las rubias guerrera? - Dijo la bardo mirándola con gesto desafiante y manos en jarra a la cintura
- En absoluto ... - rió - ... es más, ... - le guiño un ojo - Me gustan! - Gabrielle dejo caer las manos de golpe, atragantándose pregunto
- ¿T... Té ... gustan las rubias? - Xena trago saliva al darse cuenta que había ido demasiado lejos, intentando parecer seria resoplo
- ¡es una broma Gabrielle!, ¿acaso no entiendes una broma?
- ¡¡¡Claro, ... una broma!!! - mascullo la bardo molesta y nuevamente desilusionada, estirando las mantas al lado de la fogata de muy mal modo, se tiro sobre una de ellas con las manos bajo la cabeza, de cara al cielo, la guerrera la imito deprisa, permanecieron en silencio un largo rato, Xena miraba de reojo a su amada bardo que seguía con una mueca de molestia en su rostro
- Gabrielle ... - interrumpió el silencio
- ¿Hummm? - dijo Gaby casi en un susurro
- ¿Estás enojada?
- No
- ¿Segura?
- Si - nuevamente silencio
- ¿Por qué si estás enojada ...? - la bardo se sentó en el tapete de golpe, miro furiosa a Xena y grito
- ¡Te dije que no estoy enojada, ... duérmete quieres!!!? - volvió a la misma posición en que se encontraba antes, con un bufido, Xena hizo una mueca de Upss y se dispuso a dormir, cosa que consiguió casi de inmediato. La bardo no podía conciliar el sueño, se daba vueltas de un lado para otro, en una de las tantas vueltas quedo frente al rostro de la guerrera, tan cerca que podía oler su respiración tranquila, se acerco despacio, acarició suavemente la mejilla de la princesa dormida - ¡Eres tan Hermosa! - musito acercándose aún mas a ella, casi rozando los labios de la morena con los suyos, beso suavemente la comisura de la boca de la guerrera, su cuerpo tembló con ese contacto, su sangre hervía - ¡Oh Xena, porque tengo que desearte tanto.. que duele? - se lamento - ¿Por qué no puedes amarme como te amo yo? - se acurruco en los brazos de la fuerte mujer, que instintivamente la recibió aun dormida, abrazándola con fuerza, luego de un rato, ... el sueño la venció.

Capitulo Dos

Llegaron al pueblo casi al caer la tarde, el lugar estaba de fiesta, había puestos de mercado por todas partes ofreciendo cosas inimaginables, sobre todo distintos tipos de comidas, la gente reía y bailaba
- Mira Xena - grito Gabrielle saltando de gusto - ¿Podemos ir a ver... sí? - miró a la guerrera con la cara de niña suplicante más hermosa que la ruda mujer hubiese visto jamas, Xena sintió que las piernas le temblaban, que se le doblarían en cualquier momento sino hacia algo pronto
- Ve tu Gabrielle... yo iré a buscar un sitio donde pasar la noche y acomodar a Argos II - sonrió - Te alcanzo luego
- ¿Lo prometes?
- Lo prometo - diciendo esto se alejo de la tentación lo más rápido que pudo, la bardo se perdió entre los puestos. Luego de haber dejado a su caballo y buscado alojamiento, Xena fue en busca de Gabrielle, la vio a lo lejos mirando unas telas de colores y regateando el precio con el vendedor, se apoyo en un poste con los brazos cruzados en el pecho, sonriente, admirando a la pequeña mujer que provocaba tantos sentimientos en ella, sensaciones que jamas creyó poder sentir, Gabrielle era capaz de sacar la ternura guardada en la guerrera, nunca había conocido a alguien con tan nobles sentimientos, tan desinteresada, tan preocupada por los demás y sobre todo por... ella... - Vamos guerrera olvídate de esos pensamientos - se dijo, Gabrielle se acercó saludándola con la mano - ¿Te diviertes Gabrielle? - preguntó con una gran sonrisa
- ¡Oh sí!, vamos Xena - la rubia tomó a la guerrera de la mano y la arrastró tras de sí, mostrándole todo y hablando sin parar - La gente esta feliz ¿ves? - dijo esto haciendo un giro completo sobre si misma con los brazos abiertos enseñándole todo a su guerrera- ¿No es hermoso...?
- ¡Si que lo es!... - dijo la guerrera, claro que ella no se refería a lo que Gaby le estaba mostrando, sino a la misma bardo que irradiaba felicidad - Nunca había visto nada tan bello! - Gabrielle la miro curiosa por un instante, luego siguió hablando
- Van a representar una obra, vamos a verla Xena - tiro del peto de la guerrera con ansias - acompáñame... sé que no te gustan mucho estas cosas, pero me encantaría que me acompañaras esta vez... por favor... ¿sí?... - mirada suplicante - Nada que hacer - penso Xena - Con esa mirada conseguirías que fuese contigo al mismísimo Tártaro sin pensarlo dos veces, ¿qué poder tienes sobre mi Gabrielle...? - ¿SIIII...? - fue interrumpida de sus pensamientos
- Esta bien Gabrielle, te acompañare
- Genial - gritó la rubia saltando de gusto y tomándose dulcemente del brazo firme de su guerrera mientras se acercaban al escenario. Buscaron unos asientos apartados del resto pero desde los cuales podían oír y ver perfectamente. La obra era una historia de amor una joven y un muchacho que se amaban en secreto, nunca tuvieron el valor suficiente para confesarse sus sentimientos el uno al otro, nunca fueron felices en sus vidas, cuando la muerte llamó a la puerta del joven, lloró con lágrimas de amargura, lamentándose por no haberle dicho nunca a la mujer de su vida que la amaba, pero era tarde y no había nada mas que hacer. Los aplausos no se hicieron esperar, Xena miró a Gabrielle enternecida, la bardo tenía las mejillas húmedas y los ojos rojos por las lágrimas, la trajo hacia ella y la abrazó con amor
- Es tan triste Xena, se amaban tanto... - sollozó - ...y no fueron capaces de... decírselo a tiempo... - otro sollozo
- Shiiii, Tranquila Gabrielle - acariciando su cabeza - es solo una obra de teatro - intentaba consolarla, aun cuando ella misma se había sentido identificada por la representación, no quería morirse sin decirle a su bardo que la amaba mas que a cualquier persona en el mundo, si Gabrielle no le correspondía... seguiría siendo su amiga, pero ella no iba a ser ese joven, por lo menos lo intentaría, debía decirle todo lo que tenía guardado en su corazón, la separó suavemente de ella, seco sus lagrimas con infinito amor, tomándola suavemente por la barbilla, levantó el rostro aun húmedo de la joven, sus miradas se encontraron, se perdió por un instante en esos lagos de color esmeralda mas brillantes que nunca - ¡Oh Dioses! - penso - tus ojos me hacen delirar, por una mirada como esa sería capaz de cualquier cosa que me pidieras - suspiro y balbuceando dijo - Gabrielle... ¿estas mejor? - la rubia asintió bajando la cabeza, Xena volvió a levantarle la cara obligándola a mirarla a los ojos - Gabrielle... yo... - las palabras se le atragantaban en la boca - ...necesito decirte algo...no estoy pidiendo nada, solo quiero que me escuches... desde que te conocí... desde la primera vez que irrumpiste en mi vida... mi alma se ilumino con tu presencia... antes de ti yo estaba... vacía - nuevamente la bardo lloraba - ...No... no llores Gabrielle - la rubia sonrió, la guerrera continuó hablando - ...necesito que sepas que eres lo mas importante en mi vida... que sin ti a mi lado... yo... no...
- ¡Hola chicas! ¿que hacen? - Interrumpió sonriente Virgil, si las miradas mataran, Xena habría destrozado al alegre joven que sonreía de pie ante ellas
- Hola Virgil - respondió Gabrielle no de muy buenas ganas, poniéndose de pie para abrazar al joven ¿Cómo has estado?
- Bien - dijo este respondiendo el abrazo y notando por primera vez la mirada asesina de la guerrera - Hola Xena - saludo con timidez
- Virgil... - dijo secamente la princesa levantándose furiosa - ¿qué tal? - una sonrisa forzada se dibujo en su cara mientras sus pensamientos decían - ¡Maldito seas Virgil, eres tan inoportuno como tu padre, maldición, llevo años tratando de hacer esto, cuando por fin me decido aparece este... estúpido y lo arruina todo, demonios, demonios - la ira la dominaba por completo, deseaba golpear al joven con todas sus fuerzas, Gabrielle noto el estado de alteración de su amiga, acariciando suavemente su brazo y con una amorosa sonrisa le dijo en un susurro
- ¿Estás bien...?- la guerrera la miró un instante al ver los ojos de su bardo, su mirada se pacifico, una leve sonrisa apareció en su rostro, se relajo con el contacto de la piel de su compañera, puso su mano sobre la de la joven acariciándola suavemente, Gabrielle se estremeció ante esta caricia, sintió que era diferente a otras que la guerrera le había regalado en el pasado, se sonrojo, Xena noto el cambio de su amiga, se sintió feliz, sus ojos brillaron con pasión, la bardo tuvo que apartar la mirada, turbada por esta oleada de sensaciones que emanaban del cuerpo de la morena mujer que tenia al frente, sentía vibrar el cuerpo de Xena a través de su mano, respiraba con dificultad intentando mantener la calma, pero su cuerpo no le respondía, su cuerpo pedía gritos acercarse mas al de la guerrera y sentirla cerca, un hilo de humedad bajó por su entre pierna, sonrió desesperada, estaba a punto de estallar de deseo, cerró los ojos y suspiró profundamente, quería besar a Xena, quería tocarla, se acercó un poco mas a la guerrera, cuando fue interrumpida nuevamente por Virgil
- Vamos a comer algo chicas... - los ojos de la bardo se nublaron de ira, miró al joven deseando destrozarlo lentamente, Xena noto la rabia de su bardo y sonrió sutilmente, había oído hablar el cuerpo de Gabrielle hacia unos segundos, no se lo había imaginado, había deseo en su mirada, deseo por ella... ¿o es que lo deseaba tanto que...?, no era así, su bardo quería matar a Virgil con la mirada - bueno - penso - ya habrá tiempo para averiguar si Gabrielle me ama tanto como yo a ella
- Vamos a comer - dijo sonriendo feliz, tenía una pequeña esperanza en su corazón, caminaron los tres hacia la posada tomados de la mano, mientras el joven no paraba de hablar

Capitulo tres

La taberna estaba atestada de gente, todos hablaban sin parar, voces y risas se mezclaban al unísono, los tres amigos se encontraban en una mesa situada en un rincón, comían y reían de buena gana, el mal humor de las mujeres se había disipado dando paso a sus acostumbrados semblantes, recordaban viejas historias mientras bebían
- Hey rubia... cuidado con la bebida - rió Xena
- Xena... estoy bien - dijo Gaby con dificultad - ...casi ni he... tomado - abrió y cerró los ojos varias veces - ¿O no Virgil...? - miro al joven que se encontraba en el mismo estado que la rubia, este soltó una carcajada que se escucho en toda la taberna, la guerrera rió también bebiendo un sorbo de su cerveza, le gustaba ver a su Gabrielle feliz, aunque fuese con unas copas de más. De pronto la posada enmudeció, todos los ojos se dirigieron a la puerta de entrada, allí, parada en la puerta, se encontraba la mujer mas increíblemente hermosa y misteriosa que jamas habían visto, se oyó un murmullo de asombro general
- ¡Es hermosa!
- ¡Es bellísima!
- ¡Es una diosa! - hablaban por doquier, la joven mujer, consiente del impacto que provocaba, sonrió de un modo sensual, sus grandes ojos café claros, se entornaron susurrantes, una sonrisa seductora se instalo en su cara, humedeció sus labios con la punta de la lengua, gesto que arranco un suspiro general, incluso la guerrera no pudo resistirse
- ¡Guau! - murmuro sin poder quitarle la vista de encima, sintió la mirada de Gabrielle como un cuchillo atravesándola - ...Upss - dijo sintiéndose sorprendida por su joven amiga, la bardo burlona le susurro al oído
- Cierra la boca... ¿o vas a seguir babeándote por ella?
- ¿Yo? - preguntó haciéndose la indiferente y recobrando la compostura - ¿Babeando...?, ¿Estás loca Gabrielle?... ni siquiera me fije en ella... - intento disimular
- ¡Claro! - dijo la rubia furiosa - ¡Y yo soy Afrodita!!!
- No - susurro la guerrera al oído de su bardo - Tu eres más hermosa que cualquier diosa...
- ¿Y por eso te babeas por ella? - pregunto mirándola a los ojos con rabia
- ¿...Celosa mi bardo...? - pregunto Xena mordiéndose el labio inferior de su boca con gesto sensual, Gabrielle sintió que una ola de calor le golpeaba el cuerpo e inundaba todos sus sentidos
- ¿Celosa yo...? - se obligo a responder - ¿Por qué debería tener celos... tú eres mi amiga Xena... - buscaba fuerzas para no llorar - ...con quien te acuestes no es mi problema - dijo intentando parecer serena e indiferente, los ojos de la guerrera ensombrecieron, un velo de tristeza los empaño, la actuación de Gabrielle fue tan buena, que Xena creyó que a la bardo no le importaba en verdad con quien tuviese una aventura, volvió el rostro hacia otro lado desilusionada, a punto de soltar las lágrimas - No debes llorar Xena - se repetía - Tu tienes la culpa por imaginarte cosas que no son, creer que Gabrielle te ama... eres una estúpida - de pronto se dio cuenta que la misteriosa mujer no dejaba de mirarla de pies a cabeza - Bueno... una noche de sexo quizá me calme un poco los nervios y me quite esta angustia que siento - penso sonriéndole sensualmente a la extraña diosa, la mujer interpretó la sonrisa como una invitación y se acerco lentamente a la mesa de la guerrera, se detuvo a escasos centímetros de la morena que continuaba sonriendo, Gaby entre tanto era presa del pánico y la angustia - ¡Estúpida! - se repetía una y otra vez - ¡estúpida, la empujaste directamente a sus brazos, estúpida... piensa, piensa rápido en algo... - la mujer se inclino hacia Xena tomándola suavemente de la barbilla y depositando en sus labios un delicado beso, Gabrielle quedo tan atónita que no pudo pronunciar ni una sola palabra, la extraña asió a Xena hacia ella obligándola a levantarse, la abrazo por la cintura sonriendo
- ¡Eres hermosa guerrera - murmuro - ¿Quieres bailar? - Xena asintió con la cabeza - posadero - ordeno - pon música suave, quiero bailar con la dama - la música comenzó a sonar y la pareja a moverse sensualmente con su ritmo. Todas las miradas estaban sobre las dos mujeres, el baile se hacía cada vez más sensual, acariciaban sus cuerpos una a la otra, con movimientos suaves, Xena se notaba excitada, la bardo miraba con la boca abierta el espectáculo, Virgil estaba dormido a su lado, las lágrimas escaparon sin mas de sus ojos, no podía detenerlas, no quería llorar, ella misma había provocado a Xena para que sucediera esto, pero no lo soportaba, una cosa era saber que la guerrera tenía sus aventuras por ahí, otra muy distinta era verla con otra mujer
- Xena, vamos a dormir... - interrumpió la sensual danza tomando a la guerrera de un brazo
- ¡Ahora no Gabrielle! - dijo Xena apartándola suavemente - ve tu, yo... - sonrió maliciosamente a la extraña - ...no tengo una pizca de sueño
- ¿Quién es la niña guerrera? - pregunto la extraña
- ¡No soy una niña! - gimió Gabrielle furiosa - ¡Soy una mujer!
- Gabrielle... - susurro la guerrera - ve a dormir, yo te alcanzo mas tarde- y continuo bailando, Gabrielle volvió a la mesa
- Esta... excitada - penso desesperada, las lágrimas no cesaban de rodar por sus mejillas, hundió la cabeza entre sus manos y comenzó a sollozar - tengo que salir de aquí - se repetía - no puedo seguir viendo a la mujer que amo en brazos de otra, no lo soporto mas - se levanto tambaleante por el dolor en su alma, miró a su guerrera que continuaba bailando sin prestarle atención, sintió que los años le pesaban de golpe, el corazón se le llenó de todo el dolor posible que podía sentir una persona y eso que su corazón era muy grande, sonrió con infinita tristeza mirando a su gran amor, escribió una nota en un pergamino
"Xena:
Ya no puedo seguir a tu lado, por favor no me busques, sé feliz, mereces serlo, cuídate mucho
Te amo
Gabrielle"
Tomo su morral, dio una última mirada al lugar y camino hacia la puerta de salida dejando todo atrás, su razón de vivir, su vida entera...

Capitulo cuatro


- ¡Adiós Xena! - susurro entre sollozos - adiós mi amor... - cerró los ojos y camino con paso firme, de pronto una mano tomo la suya con suavidad, levanto los ojos nublados por el llanto y vio a la misteriosa mujer frente a ella sonriéndole dulcemente, deseaba sentir rabia contra ella, pero no podía, su mirada era tierna, amable, casi se le hacía conocida
- ¿Te vas Gabrielle? - preguntó casi en un susurro
- ¿Recuerdas mi nombre? - dijo sorprendida
- Sé muchas cosas de ti, pequeña bardo de Potadia, tantas que te sorprenderías... - diciendo esto arrastró suavemente a la joven hacia el lugar donde danzaba sola la guerrera en un estado de éxtasis total, situó a la rubia frente a la princesa, tomo la mano de Xena y la junto con la de Gabrielle, Xena abrió los ojos como despertando de un ensueño y encontró a la mujer de su vida llorando en sus brazos, la angustia en su voz era evidente
- ¿Qué pasa Gabrielle?... ¿por qué estás llorando? - la abrazó con fuerza, acarició su cabello con ternura, beso su cabeza con devoción, no sabía que sucedía, no tenía conciencia de los últimos minutos, solo recordaba a la extraña mujer acercándose a ella y ahora estaba con Gabrielle aquí llorando en sus brazos - Tranquila... tranquila... lo que sea lo resolveremos juntas - la música comenzó a sonar nuevamente, era una melodía dulce que se colaba por los oídos hasta llegar al alma, comenzaron a balancearse despacio, el cuerpo de Gabrielle se pegó instintivamente al de la guerrera, esta suspiró extasiada, sus cuerpos encajaban a la perfección, era como si estuviesen hechos el uno para el otro, si existía la perfección, era justamente esa, sentir el cuerpo de su bardo cerca del suyo, se dejó llevar por el movimiento, no quería pensar, no quería racionalizar, solo deseaba sentir a su amada así de cerca, se pego mas a ella, sus pechos se juntaron rozándose, un suspiro escapo de la boca de la bardo
- ¡Ohoooo, cielos...- gimió Gabrielle, sintiendo arder hasta la última célula de su cuerpo
- ¡Ohoooo... Gabrielle... - gimió Xena - ...Gabrielle... - sus miradas se cruzaron, ardían de deseo, seguían moviéndose al compás de la música, rozando sus cuerpos, sin quitarse la vista de encima, hipnotizadas la una con la otra, nada mas existía en esos momentos, solo ellas unidas en ese abrazo mágico, solo ellas diciéndose con la mirada cuanto se amaban, era una escena maravillosa a la vista de cualquiera, de pronto Virgil se levanta acercándose a las dos mujeres
- ¿Qué hacen...? - preguntó desconcertado por la escena ante sus ojos
- ¡NO, OTRA VEZ NO! - dijeron tres voces a la vez, la pareja se volvió a ver a la extraña mujer que había tomado su forma original
- ¡Afrodita! - dijeron a coro, la diosa alzo los hombros con una mueca risueña
- ¡Hola chicas..! - saludo amorosa, abrazando a las muchachas, que la miraban asombradas
- ¡Todo este tiempo fuiste tu! - casi Grito Gabrielle molesta - ... me hiciste creer... hiciste que yo creyera... ¿por qué?,... ¿No somos amigas acaso...?
- ¡Claro que lo somos Gabrielle - dijo alegre, guiñándole un ojo a la rubia y llevándola hacia un costado - por eso trate de ayudarte
- ¿...Ayudarme...? ¿Haciéndome creer que Xena... y tu...?
- ¡Así es querida mía!, la verdad es que ya me harte de verte sufriendo por tu guerrera - le susurro al oído - y ese molesto jovencito que no hace mas que interrumpir una y otra vez - dijo con un mohín de desagrado en la cara - cada vez que parecía que se confesarían el amor que sienten la una por la otra...
- ¿Xena me ama...? - pregunto la muchacha sorprendida, Afrodita la miró enfadada, golpeó la cabeza de la bardo con sus nudillos reiteradas veces
- ¡Recuerda que yo soy la rubia tonta Gabrielle, no tu!, ¿es que no te has dado cuenta como te mira?, te devora con la mirada niña, ¿acaso no la sentiste mientras bailaban?
- Bueno... sentí... ¡Demonios, Dita no me confundas mas... yo estaba un poco... excitada... y pude haber confundido las cosas... quizá solo desee que Xena... bueno... tu sabes ¿no?
- ¡Me rindo! - grito la diosa revolviéndose el cabello desesperada
- ¿Qué sucede aquí? - pregunto la guerrera que había quedado al margen de la conversación, molesta por no entender nada de lo que pasaba y por haber sido arrancada de los brazos de su amada nuevamente antes de poder decir lo que sentía por ella
- ¡Me rindo! - repitió la diosa - ¡Ustedes ni siquiera con mi ayuda harán lo que deben hacer! - diciendo esto desapareció en una luz rosada y brillante - Xena miró interrogante a Gabrielle, la bardo se encogió de hombros haciendo una mueca de ¿quién sabe que sucede, lo que es yo no entiendo nada?
- Creo que lo mejor es que nos vayamos a dormir - dijo Gabrielle - ha sido un día demasiado extraño... ¿no creen? - Virgil se acerco abrazando a la bardo
- Si, creo que tienes razón Gabrielle, es hora de irnos a dormir - esto colmo la paciencia de la princesa guerrera que ya había soportado demasiado tiempo al joven, que ahora miraba con ojos de amor a la bardo sonriéndole de manera provocativa y descarada a causa del alcohol, retiró con furia el brazo de Virgil de los hombros de su bardo y le propino un feroz golpe en la cara dejándolo inconsciente de inmediato
- Xena... - protesto Gabrielle, deteniendo el próximo golpe que se preparaba a dar la furiosa guerrera - Lo dejaste sin sentido... no necesitas volver a golpearlo,,, por favor... tranquilízate - la morena resoplo furiosa - deberíamos levantarlo y llevarlo a la cama...
- ¡No! - dijo Xena firmemente - Lo dejaremos allí mismo - Gabrielle intentó protestar - ¡No te atrevas a hablar! - amenazó mirándola seria, tomo la mano de la joven y la arrastró tras de sí - ¡Tu y yo iremos a dormir ahora mismo! - subió corriendo las escaleras con una bardo desconcertada detrás de ella
- Xena... - intentó hablar la rubia
- ¡No digas una palabra! - dijo empujándola dentro del cuarto y cerrando la puerta tras de sí, miro a Gabrielle a los ojos
- Xena... ¿Qué té pasa? - pregunto asustada por la actitud brusca de la guerrera
- ¿No sabes que me pasa...? - pregunto la princesa dulcificando la mirada mientras se acercaba despacio a una nerviosa bardo que sonreía inquieta - ¿No te imaginas que me pasa... Gabrielle? - dijo el nombre de la bardo casi en un susurro, los ojos de la guerrera estaban llenos de deseo contenido, mordía su labio inferior y respiraba con dificultad mientras se acercaba a la mujer que la volvía loca haciéndole perder el control, ya no soportaba un minuto mas, miró hacia la puerta para asegurarse que estaba bien cerrada y que esta vez nadie las interrumpiría, tomo a Gabrielle por los hombros, acariciándolos suavemente, la joven sintió que se derretía con el contacto de su guerrera - quizá Dita tenia razón - penso - Quizá... - miro los ojos de la morena - eso que veo allí... es, solo puede ser... amor - sonrió dulcemente - dime que me amas - penso mientras suspiraba como si se le fuera la vida en eso
- ¡Escúchame Gabrielle, tienes que oírme, he intentado decirte esto mas de una vez... Gabrielle yo... yo... ¡Te amo...!
- ¡Yo también te amo Xena! - dijo esta con cara de idiota enamorada
- ¡No Gabrielle! - gritó Xena
- ¿No te amo? - dijo confundida
- Si... - Dijo Xena malhumorada por no poder darse a entender
- Bueno Xena, decídete... ¿Te amo o no te amo? - puso cara de "No tiene sentido lo que dije", Xena la atrajo hacia su cuerpo, Gabrielle se abrazó a ella ansiosa de sentir su calor, la guerrera le acarició suavemente la espalda, trazando círculos con sus expertos dedos, haciendo que la joven diera un respingo por la excitación, la morena sonrió satisfecha, su amada reaccionaba a sus caricias tal y como ella deseaba que lo hiciera, froto su cuerpo contra el de la muchacha, esta emitió un suave gemido de placer
- ¡Ahaaaa! - su respiración se hizo más rápida y pesada, humedeció sus labios con la lengua y trago saliva con dificultad, era exquisito sentir esa sensación en todo el cuerpo, todos sus músculos estaban alertas, no quería perder nada de lo que pudiese darle su amada guerrera, hundió la cabeza entre los pechos de Xena respirando muy hondo, la guerrera tembló entera ante este acto inesperado - Hueles tan bien princesa... - musito la rubia frotando las mejillas en el pecho de la morena
- ¡Ohoooo, mi amor! - exclamo esta extasiada
- ¿Me llamaste mi amor? - pregunto la bardo excitada, moviendo provocativamente la lengua dentro de su propia boca, invitando a la guerrera a tomarla, Xena exhaló un suave quejido
- ¡Ahaa... aaa - busco desesperada la boca de su amada, quería saborear esa lengua que la provocaba, Gabrielle retrocedió un poco evitando el beso, dejando a la guerrera con la boca entreabierta y los ojos desbordantes de deseo
- Gabrielle... - imploró Xena
- ¿Soy tu amor...? - volvió a preguntar sonriendo provocativamente, mientras acercaba y alejaba su boca de la de su guerrera, sin permitir que esta la besara, Xena estaba enloqueciendo con eso, quería besarla, solo pensaba en besarla - ¿Soy tu amor... princesa guerrera?
- ¡Ohoooo cariño, dulzura, mi pequeña... claro que eres mi amor... eres mi vida - paso sus dedos por los labios de la bardo y luego por los suyos - eres la razón por la que sigo existiendo... acerco su boca a la de su amada, sus labios se encontraron suavemente , rozándose, tocándose, comenzaron a saborearse despacio, poco a poco la intensidad del beso fue creciendo, sus lenguas se saludaron ansiosas, entrelazándose, jugando la una con la otra, transformándose en una sola - eres lo mejor que le ha pasado a mi vida... - otro beso profundo - Nada... - mirándola maravillada - ni siquiera mis hijos me han hecho sentir tan feliz como tu, mi pequeña poetisa... --beso nuevamente - mi mujer... - Gabrielle se dejaba llevar por las emociones que desbordaban su cuerpo húmedo, nunca creyó que sería posible sentir algo como lo que sentía con Xena, sentir con todo su cuerpo, no había parte de su piel que no estuviese sensible por su amada, era suya en cuerpo y alma, siempre lo había sido, comprendió que jamas se había entregado a alguien, porque solo podía entregarse a esa mujer que era la mitad de su alma, su hogar, su árbol en el extenso bosque, solo ella podía poseer su pureza, porque esa virtud solo se entrega cuando encuentras a tu verdadero amor y ella la había encontrado, su fuerte y ruda guerrera, su dulce y tierna guerrera, solo ella podía amarla y acariciar su alma
- Xena... - susurro al oído de la morena que jadeaba de placer - ...hazme el amor... - la guerrera sonrió feliz - Aquí estoy para ti... tómame vida mía... hazme tuya para siempre... por favor... - suplico apretándose mas a ella
- Mi pequeño amor... no tienes que suplicar por algo que haré gustosa... por algo que he esperado tantos años... que he deseado tanto... que dolía, tantas veces quise tocarte mi amor, tantas veces tuve que... - la guerrera se turbo avergonzada al hablar - buscar calmar mis ansia por ti en otros brazos...
- ¿Y funcionaba...? - pregunto la rubia
- Solo por un instante... luego me sentía peor que antes, porque ninguna de ellas eras tu, mi pequeña, solo tu puedes calmar mi sed de amor, solo tu puedes apagar este volcán a punto de hacer erupción - otro beso , se puso atrás de Gabrielle abrazándola por la cintura, subiendo sus manos temblorosas hasta sus pechos, haciendo que la bardo gimiera tras cada paso que daban hacia la cama, una vez en ella sus ropas se esfumaron y e fundieron en un abrazo desesperado
- ¡Te amo Xena!
- ¡Te amo Gabrielle!
Los rayos del sol por la mañana descubrieron dos cuerpos desnudos y húmedos de amor, respirando acompasadamente, abrazados, como si fuesen uno solo, sus ojos cerrados, disfrutando de un sueño placentero, sintiendo la felicidad que disfrutarían al despertar a una nueva vida como compañeras y como ... Amantes.

¿FIN?


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