Site hosted by Angelfire.com: Build your free website today!

DISCLAIMERS: Xena: Princesa Guerrera, Gabrielle, y otros personajes de "Xena" son absoluta propiedad de copyright de MCA/Universal y Renaissance Pictures. No se pretende infringir los derechos de autor en está historia; esta historia no puede ser vendida o usada en beneficio de ningún tipo, pues hay derechos de autor propios.

DISCLAIMER / ADVERTENCIA DE AMOR /SEXO: Esta historia es explicita en cuanto a la relación de amor y sexo entre dos personas adultas. Si eres menor de 18 años, por favor no la leas.

NOTA:
bueno, aki estoy después de pufff.......... muxiiiiiiisimo tiempo, y realmente siento haber tardado tanto tiempo en continuar esta historia, pero tuve una serie de problemas encadenados desde la ultima vez q escribi, y cuando por fin pude escribir lo q tenia pensado se me fastidió el ordenador y se borró todo.... y claro.... perdi la continuación, entonces me desanimé y no tenia ganas de continuar, pero gracias a una gran amiga...... he decidido seguir escribiendo, kiero darte muxas gracias Belén, eres la mejor, en serio, de no ser por ti nunca habría continuado, y kiero agradecertelo, GRACIAS, y gracias a todas las personas q han leido esta historia y mil perdones por haber tardado tanto, lo siento.

COMENTARIOS: elogios, comentarios, insultos, amenazas de muerte… todo a evelyn_chio@hotmail.com


EL LETARGO DE LA NOCHE

Por Evelyn Chio

Tercera Parte

Por qué había hecho aquello? Si se enteraban que le había dado a la portadora del chakram ESE colgante la matarían directamente, pero no tienen por qué enterarse..., no? Aquella mujer podría haber atacado a algún miembro del clan y robarle el colgante...
Resopló con fuerza, qué le estaba pasando? Aunque no quisiera reconocerlo le había entregado aquello para protegerla de los miembros del clan, sólo los apreciados del clan poseían un colgante igual, y eran pocos... no le harían daño si ella lo llevaba
Si era sólo por eso... por qué estaba vagando por la calles sin rumbo fijo? No podía sacársela de la cabeza, pero era una mortal, no debía enamorarse de ella, no están destinadas la una a la otra, no al menos Gabrielle a ella...
Esto se le estaba saliendo de las manos... no debió siquiera buscarla, y mucho menos hablar con ella, ya está bien! No podía seguir así!
Paró en seco, iba tan distraída que había pasado por alto la presencia de otro ser cercano a ella, se concentró levemente intentando escuchar el latido del corazón de quien fuese, al no percibir sonido alguno sonrió levemente

- Por qué me sigues? – una alta figura apareció entre las sombras de la noche
- Deberías estar más atenta Anek... llevo un buen rato siguiéndote y no te diste cuenta – Anek miró al vampiro que le hablaba arrogante mientras sostenía su mirada
- Qué te hace suponer que no me di cuenta? – el vampiro se acercó más a ella y sonrió irónico
- Te he dicho que eres muy bella? – acarició la mejilla de Anek mientras ella le miraba indiferente – tienes la belleza de tu madre...
- Qué es lo que quieres Joseph? No tengo tiempo para tus juegos
- Y tan arrogante como lo era ella... – Joseph sonrió un instante irónico y se separó de ella recuperando su gesto de frialdad – vine a decirte que ya no hace falta que mates a la portadora del chakram, su propia gente nos la ha entregado a cambio de “amistad”, je... ilusos – Anek le miraba atónita, Gabrielle estaba en poder de Joseph? Eso no era bueno... lo más seguro es que ya estuviese muerta, una oleada de rabia recorrió todo su cuerpo – esos estúpidos mortales creen que están en posición de hacer negocios con nosotros... je
- Cómo está Gab... la portadora del chakram? – Joseph la miró extrañado
- En nuestro poder, esa maldita posee la protección del chakram... – Anek pensó inmediatamente en el colgante y se alegró levemente de habérselo dado – hasta que no descubramos al verdadero dueño de ese colgante... y lo matemos... – Joseph guardó silencio un instante
- Tal vez nos pueda servir... – Anek miró mostrando toda la indiferencia posible a Joseph, este guardó silencio pensativo, realmente esa mortal podría serle de ayuda? Tal vez...
- Hmm... tal vez si la mantenemos... quien quiera que le haya dado el colgante debe quererla viva por alguna razón... no podemos matarla pero podemos dejarla morir... – una sonrisa malévola se dibujó en el rostro de Joseph, un escalofrío recorrió la espalda de Anek
- Vas a utilizarla como cebo? – Joseph asintió como para si mismo – deberás crees que funcionará?
- Por qué no debería? El colgante es un objeto muy valioso... deberías saberlo..., si el dueño no quiere que ella viva al menos querrá recuperar su colgante...
- Supongo que serás consciente de que puede ser cualquiera... – Joseph llevó una mano a su barbilla acariciando levemente la perilla que tenía, finalmente miró a Anek sonriendo irónico mientras Anek le miraba con una ceja elevada
- Bien... dado que no fuiste capaz de acabar con ella en su momento... veo justo que seas tú ahora la encargada de averiguar quién es el traidor

Joseph sonrió triunfante como si aquello fuese una especie de castigo para Anek, pero en el interior de ella aquello no le suponía un castigo ni mucho menos, simuló una mirada de disconformidad y bajó la mirada de forma sumisa, este hecho fue el que levantó un atisbo de sospecha en Joseph que la miró pensativo mientras se alejaba por las calles.
Anek se dirigió hacia el refugio, una vez dentro el olor a sangre se filtró hasta su olfato llenándola plenamente, no solía oler tan intensamente aquel olor y era agradable sentirlo de vez en cuando, pero varías imágenes de lo que suponía oler la sangre tan intensamente le hicieron bajar por los largos escalones que se dirigían a una gran plaza subterránea llena de habitaciones y pasillos, era como estar en una ciudad... una ciudad sin cielo, iluminada por las tenues luces de los candelabros y acompañada por el suave olor de la muerte.
Dejándose guiar por su olfato llegó hasta la reja que daba paso a los calabozos del subterráneo, en la cámara justo al lado se encontraban varios vampiros trabajando afanosamente en extraer toda la sangre de varios cuerpos humanos y depositarla en botellas individuales, sin duda los hombres que se resistieron al ataque...; Anek meneó la cabeza levemente lamentándose cuando un leve olor característico llamó su atención desde el interior de los calabozos, sin dejar de mirar hacia el interior se dirigió a la entrada siendo detenida por el guardia

- Quién eres? – Anek no se molestó en mirarle mientras abría la puerta
- Me envía Joseph
- Oh, eres la encargada de vigilar a esa perra humana? - Anek le miró conteniendo la furia – tuve que enseñarle modales, jejeje – el vampiro rió orgulloso, Anek se acercó a él lentamente hasta quedar a escasos centímetros de su cara
- Esa “perra” humana tiene la protección del chakram maldito estúpido – él la miró entre extrañado y sorprendido por aquello, si era verdad se había metido en un buen lío
- Yo... no lo sabía yo... – Anek sonrió, el guardia la miró asustado retrocediendo
- Tarde – el vampiro intentó moverse, pero dos ojos fríos lo dejaron retenido en su sitio mientras sentía como una extraña fuerza impedía que el aire llegase a sus pulmones

Lentamente y sin dejar de mirar el fuego interno de aquellos ojos fue perdiendo la conciencia
Anek miró el cuerpo inerte en el suelo pensativa, por qué había hecho aquello? Antes no lo habría hecho..., meneó la cabeza despejando aquellos extraños pensamientos de su mente, pareciera como si hubiese disfrutado viéndole sufrir...
Comprobó que aun seguía con vida, aunque inconsciente, avisó a dos guardias del exterior y se internó en los calabozos.
Al ir descendiendo por los niveles de aquella cárcel los humanos que había en aquel lugar la miraban asustados, algunos le rogaban clemencia, otros la miraban como esperando la muerte que los liberaría de las torturas de aquel lugar, intentó no mirar alrededor mientras seguía avanzando. Al llegar al último nivel encontró una única celda, en la cual una pequeña figura tirada en el suelo se acurrucaba sobre si misma, Anek se acercó lentamente como temerosa.
El aroma característico de Gabrielle rodeaba el lugar mezclado con el aroma de sangre seca, al llegar a la altura de Gabrielle, Anek la observó con cuidado buscando posibles heridas, encontró un rastro de sangre cerca de donde se situaba su cabeza y sus piernas, lenta y suavemente rozó el frío hombro de ésta esperando alguna respuesta.
Gabrielle tembló ante el contacto, como esperando alguna clase de agresión por la presencia que estaba junto a ella, finalmente Anek la cogió de los hombros y la giró para poder verla de frente, cuando sus miradas se cruzaron Anek se sintió repentinamente débil.
Gabrielle la miró asustada, intentó alejarse pero un fuerte dolor en su cabeza le hizo tropezar, Anek la observó atentamente, tenía un corte en la frente, seguramente ese golpe le habría dejado inconsciente, además tenía varios cortes que parecían hechos con algún tipo de cuchilla en sus piernas, y por lo que su rasgada ropa podía mostrarle tenía numerosos moratones por todo el cuerpo... ese maldito estúpido...

- Qué... qué quieres de mi? – Anek se sorprendió por el débil susurro que salió de la boca de Gabrielle, dejó de estudiarla a fondo y la miró a los ojos encontrando una desconfianza que le resultaba dolorosa, intentó suavizar la rabia que sentía al verla en aquel estado a la hora de responder
- Sólo... vine a ver cómo estabas – idiota, repentinamente se sentía la mujer más idiota del mundo, Gabrielle la miró fijamente un instante
- No muy bien cómo verás, tú amigo se divirtió conmigo – Anek negó con la cabeza intentando acariciar la herida que tenía Gabrielle en la frente, ésta movió la cabeza rechazando el contacto, Anek suspiró
- Ya le hice pagar por lo que hizo... me aseguraré que nadie te vuelva a tocar

Gabrielle resopló con fuerza meneando la cabeza, el rostro amable de Anek cambió repentinamente por uno extrañado, miró alrededor como buscando algo, Gabrielle la observó en silencio

- Qué va a pasar conmigo? – Anek pareció sorprendida de nuevo al escuchar su voz, la miró sin dejar de mirar de reojo algo desconfiaba alrededor
- Te prometo que nada malo te pasará – volvió a centrar su vista en aquellos ojos verdes que la miraban cansada – sólo procura no quitar ese colgante de tu cuello mientras estés aquí – Gabrielle la miró extrañada, cuando iba a preguntar un sueva dedo en sus labios la calló

Anek volvió a mirar alrededor poniéndose de pie esta vez, sentía una presencia, una presencia fuerte... realmente fuerte... pero no sabría exactamente qué..., tal vez un espectro?

- Qué es lo que ocurre? – el tono de Gabrielle había bajado hasta ser un leve susurro apenas audible
- No... no lo se con seguridad... – sintió como el poder la envolvía rápidamente produciendo un agudo dolor en su cabeza

Llevó sus manos a su cabeza en un gesto de dolor, Gabrielle se levantó rápidamente del suelo sujetando a una tambaleante Anek

- Qué te ocurre??? – Anek intentó controlar aquel dolor en su cabeza, pero era casi insoportable, se dejó sujetar por los brazos de Gabrielle mientras miles de confusas imágenes pasaban por su cabeza como flashes de luz

Anek gimió de dolor un instante cuando el dolor en su interior cesó repentinamente, dejándola en un estado de desconcierto, miró a Gabrielle que la miraba preocupada.

- Qué te pasó? – la respiración de Anek era acelerada, un torrente de imágenes y sentimientos la inundó en tan poco tiempo que todo su mundo se había tambaleado, miró de nuevo en la profundidad de aquellos ojos verdes sorprendiéndose por lo que pudo ver en su interior
- Tengo... que... – se levantó algo tambaleante rechazando la ayuda de una confusa Gabrielle, cuando estaba apunto de salir por la puerta se volvió para mirarla de nuevo – pase lo que pase... no te quites el colgante

Gabrielle guardó silencio un instante sin comprender muy bien, finalmente tragó saliva y asintió viendo como Anek se alejaba
Qué es lo que había pasado allí? Bueno estaba claro lo que había pasado antes de llegar Anek, lo recordaba con claridad; al llegar a la casa de Vhalo y descubrirle atado en el suelo junto con varios más del grupo, se abalanzaron sobre ella sin piedad alguna, durante los primeros compases de la lucha Gabrielle mantuvo a raya como pudo a 6 hombres a la vez, y aunque poco a poco iba perdiendo fuerza no fue eso el detonante de su derrota...
Cuando estaba apunto de asestar un golpe a uno de aquellos hombres sintió como si la hubiesen golpeado en el pecho, en un acto reflejo llevó sus manos a la zona dolorida quedando casi sin respiración por el impacto, miró alrededor desesperadamente buscando la causa del golpe pero no encontró nada, volvió a sentir otro impacto, esta vez en el estómago haciendo que su vista se nublase. Los sais resbalaron de sus manos mientras ella se torcía gimiendo por el dolor, en ese momento un hombre le dio una patada en las piernas cayendo de bruces al suelo, varios hombres más comenzaron a golpearle sin piedad, las sensaciones se enturbiaban en esos momentos... ya no distinguía donde estaba con claridad cuando escuchó una fuerte voz, al instante todos los golpes cesaron...
Cuando volvió a despertar se encontraba en este lugar, estaba dolorida, desorientada y sola, pasado un rato un hombre se acercó, cuando intentó entablar conversación con él este la atacó golpeándola sin previo aviso en la cabeza. Tras la breve desorientación del golpe se encontró tumbada boca arriba con aquel hombre forcejeando con sus piernas, estaba claro su propósito..., tras un nuevo forcejeo el hombre gritó al recibir un mordisco en el brazo por parte de Gabrielle, mostró sus afilados colmillos paralizando momentáneamente a Gabrielle y la golpeó con rabia en la cabeza.
La vista volvió a nublársele y se arrastró como pudo hacia una esquina de aquella habitación, el vampiro la miró encolerizado mientras se sujetaba el brazo

- Ahora tendré que desinfectar la herida – la miró con rabia fijamente – perra humana...

El vampiro se alejó del lugar dejando a una asustada Gabrielle abrazándose así misma en la esquina de la habitación, enterró su cabeza entre las piernas y se tumbó de lado.

Gabrielle se sentó lentamente en la misma esquina donde se había abrazado así misma... por qué estaba pasando todo aquello? Debía salir de allí pero no sabía cómo.... aquellos vampiros tenían mucha fuerza... demasiada para ella sola..., si Xena estuviese aquí...
Miró al suelo tristemente, es que no era capaz de no meterse en problemas un solo día sin ella cuidándola? Sonrió tristemente, aunque no sirviese su presencia para cuidarla... le daría igual... la necesitaba tanto...
Una solitaria lágrima bajó por su mejilla, la limpió enfada consigo misma, buen momento para llorar, muy buen momento, si señor...

Anek llegó a la casa dentro de aquel subterráneo que le habían dado, era un espacio amplio de 3 habitaciones, un sala de estar, la alcoba, y una sala de relajación; entró sudorosa en la alcoba dejándose caer pesadamente en la amplia cama, qué fue aquello que sintió? Tan extraño... tan desconcertante... y cuando después de aquello miró el interior de los ojos de Gabrielle fue como si...
Respiró hondo intentando relajarse, cerró los ojos lentamente sin dejar de respirar hondo entrando en un leve estado de trance.
Imágenes, esta vez más clara y nítidas, desfilaron por su mente lentamente, en todas ellas aparecía Gabrielle, pero era como... como si todo aquello ya lo conociera de algún modo, en cada una de aquellas imágenes veía a una Gabrielle cada vez distinta, y cada más bella a sus ojos, sin entender por qué los sentimientos hacia ella repentinamente eran de pleno y absoluto amor, en un momento dado un reflejo de un azul como el cielo pasó por su mente y Anek abrió los ojos rápidamente como esperando encontrarse a alguien junto a ella, en aquella habitación.
Cuando pasó un instante de total silencio sintió una presencia extrañamente familiar a su alrededor... no estaba sola...

Joseph estaba sentado en una gran silla, con un alto y cómodo respaldo de cuero negro, jugaba distraído con su perilla mientras le daba vueltas al mismo asunto, una presencia en la habitación llamó su atención, un vampiro llegó donde se encontraba y se arrodilló

- Me llamabais mi señor? – Joseph le miró un instante en silencio y finalmente habló
- Estás enterado de lo que tiene la portadora del chakram en su poder? – el vampiro pareció dudar un instante, pero finalmente asintió – ese colgante... me impide acabar con esa maldita y así hacer desaparecer definitivamente el peligro que supone para todos nosotros...

El vampiro guardó respetuosamente silencio permitiéndole un momento de reflexión a su sire

- David..., quiero que la vigiles – el gesto de extrañeza no pasó desapercibido para Joseph
- Pero... yo creía que ese trabajo ya se lo habíais encomendado a Anek... mi señor...
- Lo se, y lo he hecho, pero no quiero que vigiles a la portadora... quiero que vigiles a Anek – hizo una pausa para que David comprendiese la situación – ese colgante no lo tienen todos los vampiros, lo sabes... sólo los miembros poderosos poseemos uno...
- Insinúa que Anek poseía uno? Ella ni siquiera forma parte de nuestro clan... sólo está aquí para protegerse de los hombres-lobos...
- Su madre formó parte de este clan... de hecho era una de las vampiros más poderosas que hubo en este lugar... justo antes de que conociera a ese dichoso hombre-lobo y se fugase... – Joseph apretó el puño con fuerza – tal vez Evelyn entregó su colgante a su hija para protegerla...
- Pero señor... aun siendo así... por qué querría Anek siendo vampiro proteger a una humana? Y mucho menos a la portadora... su misión, encomendada por vos mismo, era la de destruirla... no protegerla
- Si, y mira qué bien lo cumplió... – David se quedó pensativo asimilando todo aquello – en cualquier caso... algo me dice que no es del todo fiel a nosotros... y no podemos permitirnos eso..., quiero que la vigiles y me comuniques cualquier movimiento sospechoso por su parte, entendido?

David pareció dudar, conocía de muy poco a aquella extraña mujer llamada Anek, decían que era medio vampiro medio lobo, pero bajo todo aquello era una mujer, una mujer muy atractiva que no había pasado desapercibida ante los ojos de David, le resultaba incómodo todo aquello, los ojos de Joseph le miraron exasperado

- Entendido?? – su tono sonó amenazante, David se inclinó levemente
- Si, mi señor...
- Bien... ahora retírate...

Cuando David se retiraba entró otro vampiro

- Mi señor, aquel humano que capturó a la portadora desea veros

Joseph miró al vampiro que le había dado la noticia sonriendo malévolamente, se iba a divertir con todo aquello... vaya que si se iba a divertir...

- Haz que pase... – cuando el vampiro salió, Joseph se sentó erguido en la silla posando los brazos con tranquilidad en los laterales, con una sonrisa cínica en la boca vio como un dudoso pero a la vez decidido humano entraba en la gran sala – bienvenido... a mi humilde morada... – la sonrisa se amplió mientras una chispa de maldad salpicó sus oscuros ojos...

CONTINUARA...


Indice Fan Fiction

Página Principal