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Disclaimer: Estos personajes pertenecen al MSA/Universal Studios USA y no sé que más, no soy muy buena para las marcas. No pretendo cobrar un duro, ni robarle a nadie. :-))

Avisos: Pues es una historia corriente, narrada en un estilo corriente, sobre dos personas poco corrientes. Amor, por supuesto; violencia, no, sigo el camino de Eli (de vez en cuando). La historia podemos situarla después de Many Happy..., más o menos.

Correo: gioconda91@hotmail.com 


PREGUNTAS

Autora: Elora Danan Xenagab.


Xena y Gabrielle caminaban por medio de un bosque, el típico bosque, ya sabéis, grandes árboles, pájaros piando a todos lados, el sol brillando allá arriba, las copas de los arboles removiéndose, etc. Gabrielle refunfuñaba agarrada a las riendas de su caballo, mientras Xena estaba con la mente en blanco, mirando el camino.
- ¿Xena?.- Gabrielle rompió el incomodo silencio.
- Sip.- Respondió la guerrera, aun sin salir de su ensimismamiento.
- ¿Qué edad tienes exactamente?.- Preguntó Gabrielle en tono inocente. Xena se removió para mirarla con las cejas elevadas.
- ¿A qué viene esa pregunta?.- Se limitó a preguntarle a la bardo con curiosidad.
- Bueno, verás, es que, he estado pensando, se supone que cuando yo te conocí tenías 28 años, de los cuales, durante 8 años fuiste la malvada Xena.- Xena suspiró, sin saber a donde iban a llegar las lucubraciones de su joven compañera.- Luego te conocí, y estuvimos viajando juntas 5 años, antes de que nos pegásemos la mona en aquella cripta de hielo, en la que el boludo de Ares nos encerró. ¿Hasta aquí bien no?.- Preguntó la bardo, Xena solo asintió confusa y desesperada.- Luego estuvimos otros dos años viajando por Grecia, luego paso lo de las Valkirias y yo dormí la mona otra año más. Lo que curiosamente hace un total de 61 año, si no hago mal mis cuentas.- Xena asintió, todavía sin entender nada.
- ¿A dónde quieres llegar, Gaby?.- Preguntó Xena con cara larga.
- No, verás, estaba pensando, bueno, que de esos 61 años, 20 te los pasaste en Amphipolis, 25 durmiendo la mona, 1 año sin saber quien eras, lo que me deja con 15 años de acción, por así llamarlo. Pero si dejamos a un lado los 7 años que hemos viajado juntas... mmmm, nos quedan 8 años.- Xena frunció el ceño, no entendiendo por qué Gabrielle se detenía en su etapa como la Xena malvada.
- Gabrielle...- Dijo en tono de aviso. Gabrielle levantó la mano instándole a que callara un momento.
- Si durante esos 8 años, estuviste a punto de casarte con Petracles, te enamoraste de Marcus, te quedaste embarazada de Bóreas, tuviste un hijo, arrasaste Cirra y no sé cuantas aldeas más, conociste a Helena de Troya, conociste a no sé cuantos reyes y cuantos señores de la guerra, tuviste romance con Ares, conociste a Lao Ma, fuiste una valkiria, te cargaste a las amazonas del norte, conociste a Alti, viajaste por todo el mundo y encima fuiste la aliada de Cesar...- Gabrielle paró pensando en su pregunta... Mientras Xena la miraba curiosa.- ¿Cuándo coño conociste a Sapho?.- Terminó finalmente Gabrielle de forma desesperada. Xena la miró asombrada, su bardo no solía comportarse de esa manera.
- Pues...- Xena no supo que contestar, la verdad, tuvo un pequeño romance con Sapho cuando era aliada de Cesar (sí, bueno, todavía le quedó tiempo para tener un romancecillo más), ¿pero cómo le iba a contar eso a su bardo? ¿qué iba a pensar de ella?. Además, ¿por qué tanta curiosidad?. ¿Estaría su bardo celosa?. No, eso no era posible, seguramente solo pretendía saciar su curiosidad.- ...fuimos amigas cuando era la aliada de Cesar.- Terminó de decir indiferente, a la mirada estrechada de Gabrielle.
- Joder, ¿pero como coño pudiste hacer amigos? Si eras más mala que los piojos.- Preguntó Gabrielle igual de desesperada. Xena la miró con asombro.
- Gabrielle, no uses ese lenguaje.- Le increpó Xena.
- Sí, claro mamá. Que te zurzan.- Dijo Gabrielle malhumorada mientras arreaba a su caballo para cabalgar más deprisa que Xena.
- Pero... bueno... ¿qué mosca le ha picado a la niñata?.- Refunfuñó Xena por lo bajo, pero lo suficientemente alto como para que la bardo la oyese.
- ¡¡Te he oído!!.- Gritó Gabrielle, alejándose por el camino. Xena sonrió para sí.

El campamento ya estaba levantado (bueno, no exactamente levantado, más bien tendido), las dos mujeres estaban sentadas junto al fuego. Gabrielle se entretenía escribiendo uno de sus pergaminos, mientras Xena olisqueaba el olor de la tinta.
- Xena... ¿qué estas haciendo con mi tinta?.- Preguntó Gabrielle aun enfadada con la guerrera.
- Solo lo olía, creo que lleva...- No pudo acabar.
- Bla, bla, bla. No te hagas la lista, ya sé demás lo que lleva.- Refunfuñó con disgusto la bardo.
- Bueno, bueno, vale... Como está el ambiente, parece que alguien no ha evacuado desde hace...- Gabrielle se volteó para mirarla con ojos asesinos.
- ¡¡Caleta!!.- Ordenó sulfurada a la guerrera, que rápidamente cerró la boca sorprendida. Consideró lo mucho que le gustaba Gaby cuando se enfadaba y pensó en cabrearla un poco más. Pasado un tiempo volvió a hablar.
- ¿Gabrielle?.- Llamó a la bardo en tono dulce.
- ¿Mmm?.- Contestó Gabrielle ausente, con la pluma apoyada en sus labios y gesto pensativo, mirando su pergamino.
- ¿Cuántos años tienes?.- Xena sonrió al darse cuenta de que ahora tenía la total atención de su bardo, que la miraba de mala forma.
- Xena...- Dijo en tono amenazador. Xena levantó el brazo para hacerla callar y luego siguió hablando.
- Quiero decir, yo te conocí cuando tenías 17 años, si tenemos en cuenta que viajaste conmigo 5 años, antes de que Ares el boludo nos encerrara en aquella cripta.- Gabrielle puso los ojos en blanco desesperándose.- ...luego viajamos otro dos años, para que luego te durmieras un año más, eso nos deja un total de...mmm 51 años, ¿me equivoco?.- Antes de que Gabrielle pudiese quejarse, Xena siguió hablando.- Se supone que 17 años te llevaste en tu aldea, luego 26 años durmiendo a piernas sueltas, y 7 viajando conmigo, lo cual nos deja un total de 0 años. Llegados a este punto... si dejamos a parte a Pérdicas.- La guerrera agachó por un instante los ojos al ver el dolor en los de Gabrielle.- Ejem, ¿desde cuando no...?.- Decidió dejar la pregunta en el aire cuando vio los ojos de Gabrielle agrandarse de forma desmesurada.
- ¡¡¡Xenaaaa!!!.- Xena empezó a reírse a carcajadas, pero Gabrielle se sintió tan dolida que decidió pagárselo caro.- No siempre has estado a mi lado durante estos 7 años.- Dijo con aire de autosuficiencia.- Xena paró de reír y miró a Gabrielle con curiosidad.- ¿Que te hace pensar que yo no...?.- Dejó la pregunta en el aire al ver la cara de pasmo de Xena.
- ¿De qué hablas?.- Preguntó Xena asustada, sin poder disimular los celos. Gabrielle sonrió, dándose cuenta de que había conseguido lo que se proponía.
- Digo que no sabes lo que he hecho en los momentos en los que no estabas presente.- Dijo guiñándole un ojo a la sorprendida guerrera.
- Ja, es un farol.- Dijo Xena recostándose en su manta. Gabrielle la miró enfada.
- Si no te lo crees pregúntale a...- Gabrielle se quedó muda.- ...a Virgil.- Dijo esto último casi susurrando. Xena elevó las cejas en señal de alarma.
- ¿Virgil?.- Preguntó la guerrera dolida. Gabrielle se tendió con suavidad en su manta.
- No fue bailar lo único que hicimos.- Dijo, al mismo tiempo que cerraba los ojos y se hacía la dormida. Xena la observó por un instante, el dolor traspasando el corazón. Eso significaba, aunque ya tenía dudas, que la bardo no la amaba, ni la amaría como ella lo hacía. Tuvo ganas de echar la cena cuando pensó en su bardo y Virgil haciendo el amor.
Se levantó rauda y se marchó andando por entre las sombras del bosque, ante la mirada conmocionada de Gabrielle. ¿Tanto le molestaba a Xena que ella pudiese haberse acostado con Virgil?. Cerró los ojos haciéndose miles de preguntas e ilusiones acerca de los sentimientos de Xena hacia ella. Pronto Morfeo se la llevó a sus dulces brazos. Xena se alejó un poco del campamento. Necesitaba soledad para estar a solas con sus propios pensamientos. ¿Gabrielle y Virgil?, quien lo iba a decir, el Joxercillo y la Gaby ¿juntos?. Ni si quiera Joxer lo creería. Pero bueno, tenía cierto razonamiento, ambos eran de carácter noble y apacible, ambos eran bardos, ambos caían bien a todo el mundo, excepto a los caníbales claro, ambos hablaban más de la cuenta... Muchas similitudes para ignorarlas. Pero, otra pregunta le asaltó, ¿si su bardo estaba enamorada de Virgil, por qué no se había quedado con él? ¿qué la retenía a permanecer a su lado? ¿la pena, la culpa quizás?. Xena, dolida, tomó una decisión. Solo quería lo mejor para su pequeña bardo, que mirándolo de otro modo, ya no era tan pequeña.
En estas estabamos cuando el hijo de Afrodita, el pequeño Blis se escapó del Olimpo haciendo de las suyas de nuevo. Era ya de día, y aprovechando que su madre Afrodita se había marchado a hacer no sé que cosas, Blis cogió su aljaba y voló a la tierra. Era más mayor desde la última vez que había descendido a la tierra, pero ahora veía cierta diversión en hacer que unos se enamoraran de otros.
Xena y Gabrielle estaban cerca de un pueblo. Desde la noche anterior no había cruzado ninguna palabra, salvo "buenos días". Xena se levantó de forma hosca y recogió las cosas en el más absoluto silencio. Gabrielle la miró extrañada, ¿estaría enfadada por lo de Virgil?.
- Mira Xena, un pueblo, podemos parar, parece que hay celebraciones.- Xena volvió los ojos en blanco, sabiendo de la afición de Gabrielle a las fiestas.
- No veo por qué no.- Respondió al fin la guerrera, sin dejar de lado el tono malhumorado.
- ¿Te ocurre algo Xena?.- Gabrielle le preguntó de forma inocente.
- No.- El silencio se extendió unos segundos antes de que Xena explotase.- Si, de hecho, sí ocurre algo.- Gabrielle la miró sorprendida.
- ¿Estás enfadada?.- Gabrielle sabía cuál era la respuesta.
- Es obvio, me has mentido.- Argumentó Xena para justificar su enfado.
- De eso nada.- Xena hizo un gesto de disgusto con los labios.
- ¿Entonces por qué no me dijiste nada sobre lo tuyo con Virgil?.- Preguntó ofuscada Xena
- ¿No me lo preguntaste?.- Dijo en tono de rendición Gabrielle.
- ¿Cómo iba a saberlo?.- Por momentos, la discusión iba subiendo de tono, y desde el cielo, Blis se distraía con la curiosa discusión de aquellas mujeres, que le resultaban tan conocidas.
- Debiste suponerlo. Además ¿me enfadé yo por tu relación con Marco Antonio?.- Argumentó en su defensa Gabrielle. Xena paró en seco su caballo sin dejar de mirar a la bardo. Ella tenía razón, pero cuan tonta, lo de Marco Antonio fue una medida desesperada ante la indiferencia de la bardo, quería llamar su atención, ponerla celosa, para que ella diera el primer paso.
- Está bien, lo siento...- Dijo entredientes la guerrera.- No tenía que haberme molestado por ello, al fin y al cabo es tu vida y tienes derecho a hacer lo que te plazca.
- Exacto.- Respondió Gabrielle contenta.- Disculpas aceptadas Xenica. Además, no entiendo por qué te molesta tanto que Virgil y yo...
- Shhhhhhh.- Xena mandó callar a Gabrielle.- Desde hacía un rato notaba la presencia de alguien, un dios y ahora estaba segura de que andaba cerca y no le daba buena espina.
"Esas dos ya están enamoradas", se dijo Blis, "¿qué puedo hacer para divertirme un rato?" Pensó en una Gabrielle enamorada de sí misma, pero no le convenció la idea, no fuera a ser que ocurriera una desgracia parecida a la de Narciso. Decidió esperar a que las caminantes llegaran al pueblo. Quizás con más gente pululando por los alrededores se le ocurriría algo mejor.
- ¿Qué ocurre?.- Preguntó Gabrielle.
- Nada, solo que... es igual.- Xena arreó su caballo y este comenzó a trotar hasta el pueblo.
- Ehhh, espera.- Gabrielle la siguió rumiante y feliz porque Xena aceptara acercarse al pueblo.

Continuará....


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