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Primer Pergamino que escribió Gabrielle sobre Xena.

Autora: Ñebuloza 1999

Este pergamino lo escribió Gabrielle el día en que conoció a Xena, es decir, en el capítulo titulado "Sins of the Past". Tiene contenido referente al subtexto.

Era un día tan aburrido como cualquiera de los miles que he vivido aquí en Potadia. Me dedicaba a las labores de la casa, ayudaba a mamá a preparar la comida, y con mi hermana recogíamos la cosecha de trigo. De vez en cuando iba a dar vueltas por los alrededores con Pérdicas, aunque lo hacía mas por compromiso que por que realmente quisiera estar con él. Lo que a mí realmente me apasiona es la literatura y leer obras escritas por los grandes pensadores como Sófocles o Edipo. A veces también escribo, pero lo que plasmo en mis pergaminos, a veces pienso que nadie lo entiende, solo yo.

De repente, en la villa, se empezaron a escuchar gritos y el galopar de los caballos, los hombres gritaban que se tuviera piedad y las mujeres lloraban. Eran más de una docena de hombres, quienes correteaban a todas las mujeres, todas cuantas veían, las perseguían, cuando las atrapaban las juntaban con las demás y se las llevaban. El esfuerzo que hacían los hombres por defender a las mujeres de la villa de ese ejército era en vano, por lo que decidí correr y esconderme. Cuando me disponía a hacerlo, vi como esos rufianes tomaban a mi hermana Lila y se la llevaban con ellos, entonces quise tratar de hablales, pero me atraparon a mí también. Traté de defenderme pero todo fue en vano, eran demasiados hombres como para poder enfrentarse a ellos.

Ante el pánico que rondaba a todas las mujeres, quise negociar con uno de ellos, le pedí que me llevaran con ellos pero que dejaran a las demás en paz. El hombre tan solo se sonrió y sacó su látigo para castigarme y para que le obedeciera. Cuando este hombre levantó su mano, dispuesto a pegarme.... fue cuando ella apareció... parecía como una ilusión... salida de la nada... vestía un traje blanco y unas botas.... realmente una mujer muy impactante! Sin temor alguno, desafió a los hombres que nos tenían presas, trató de razonar con ellos, pero ante su negativa, no dudó ni por un instante enfrentárseles ella sola. Jamás pensé que una mujer pudiera luchar de esa manera! A cada uno le daba su merecido, golpes, patadas, daba giros en el aire, de repente sacó su espada y era increíble la manera como la manejaba, uno a uno fue librándose de los guerreros hasta que no quedó ninguno. Yo no podía salir de mi asombro, pues jamás en mi vida había visto una mujer igual a ella.

En agradecimiento, la llevé a Potadia, para que tomara agua, se refrescara y descansara del fuerte combate que había sostenido con aquellos hombres, se sentó en una banca y yo me senté enfrente de ella para poderla observar mejor y detenidamente, lo primero que miré, fueron esos preciosos ojos azules profundos, después su delicada boca, que parecía delineada por el pincel de un artista, sus pechos eran redondos y perfectos y sus piernas eran las mas largas, fuertes y bellas que jamás había visto. Realmente era la última fantasía! No sé, había algo en esa mujer que me atrajo inmediatamente....

Mis padres entraron a donde estábamos, y le agradecieron por haber defendido a las mujeres de la villa, pero le rogaron que se fuera, por que ellos ya sabían quien era ella, la llamaron Xena la Princesa Guerrera, y también le dijeron que conocían su reputación, la clase de malvada que era y le rogaron marcharse. Semejante mujer tan hermosa... ¿Una malvada? Eso no podía ser cierto, no podía ser verdad, como podían confundir la cara de ángel de Xena con una malvada.... quería hablar más con ella, Pérdicas trató de evitar que lo hiciera, pero me libré de él, realmente mi deseo era el de estar el mayor tiempo posible con Xena. Al ver su manera de pelear y al verla a ella, se encendió un fuego en mí que había estado apagado por años, sentí como si de repente la tierra se hubiera sacudido. Para mí la llegada de Xena a la villa indudablemente fue una señal, una señal que me indicó claramente que yo era diferente a todas las personas de Poteidaia, una señal que me hizo saber que mi destino, era estar al lado de Xena. Le rogue que me llevara con ella, pero de manera tajante, Xena me dijo que no, por mas que le insistí, no aceptó.... entré en desespero al ver que no quería tenerme con ella y entonces decidí preguntarle que hacia donde se dirigía, me dijo que iba camino a una villa llamada Amphipolis en donde estaba su casa, cuando le pregunté que cual ruta tomaría, frunció una de sus cejas y me dijo que no intentara seguirla. Después se fue.

Yo no me podía quedar quieta, después de haber conocido a Xena y después de haber sentido ésta gran atracción hacia ella, así que esperé la noche y después de tratar de explicárselo a Lila, me fui de mi casa y de la villa, decidí abandonar la aburrida vida que tenía para ir detrás de una vida llena de aventuras fantásticas y por supuesto, quería ir detrás de Xena. Nada me iba a detener, encontraría a Xena así estuviera en el mismo Tártaro, en Illusia o en los Campos Eliseos. Haciendo uso de un poco de creatividad, llegué a Amphipolis justo a tiempo, el pueblo pretendía sacarla a golpes de ahí, por que pensaban que era la malvada guerrera de años atrás, pero afortunadamente logré convencerlos de que la dejaran en paz. Después vino aquella pelea con un guerrero llamado Draco. Debo admitirlo, no me canso de verla pelear, luce absolutamente fantástica cada vez que lo hace, entre mas se enoja, más hermosa se ve, su furia despierta en mi una intensa sensación que me excita y a la vez me asusta pero que me encanta.

Es extraño, desde que conocí a Xena, Pérdicas me parece un pobre idiota, siento que ahora no me inspira absolutamente nada, en cambio cada vez que pienso en Xena, me lleno de suspiros y siento un cosquilleo en el estómago, solo quiero estar con ella, mirando sus ojos azules... acariciando su pelo, rozando sus labios que despiertan una incontrolable pasión... por eso definitivamente fue que la seguí y la convencí de llevarme con ella, por que era una mujer sola, por que podía vivir muchas aventuras con ella, y por que definitivamente nadie me había gustado tanto nunca. Esa noche, en el campamento supe que a Xena no le era del todo indiferente, ya que me dio una bolsa de dormir y me dejó descansar al otro lado de la fogata.... al llegar la media noche, por mi cabeza pasaban demasiadas fantasías y pensamientos, quería deslizarme hasta donde estaba Xena, meterme con ella en la bolsa de dormir, acariciarla, rozar sus labios con los míos, quitarle el traje marrón.... besar sus suaves piernas... extasiarme con ella, pero no se como respondería Xena a esto. Tal vez podría lanzarme su aro metálico y dejarme muerta contra un árbol, o clavarme su espada en el pecho, o no se, tal vez podría dejar que las cosas sucedieran y responder a mis deseos.... esa noche no fui capaz de hacer nada, solo me limité a mirarla y a desnudarla con la mirada, y a pensar si algún día Xena llegaría a sentir toda esta pasión y todo este deseo que yo estoy sintiendo por ella...


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