Ahora, que estoy haciendo unas correcciones de una historia que hice para la clase de español, comencé a recordar cómo cuando era más chica, mi mamá me decía que tenía talento para escribir. Que escribía muy bien. Ahora que lo pienso, era normal que una mamá te dijera eso, es tu madre, siempre dirá lo mejor de ti, pero por otra parte, está un lado de mí que no quiere creer esto. Toda mi vida he creído en mi talento especial, y siendo sincera, me sentía superior ante otros, leyendo sus historias y pensando Ha, por supuesto, yo soy mejor. Lo sé, soy una engreída. Pero he sido así toda mi vida, casi en todo. Si me voy al infierno, lo haré por gula, pereza y por engreída. Ahora, me topo con una persona tan inteligente, tan sabia, tan talentosa, que es inevitable sentirte inferior ante ella (en ocasiones). Leí una historia de ella; comencé sólo por curiosidad, y terminé por gusto. Es muy buena para escribir. Yo podría decir más que excelente. Me atrevería a compararla con escritores de libros famosos. Su estilo metafórico te hace apasionarte con la historia, pero a veces llega a confundirte. Cuando la maestra de español seleccionó a algunos del salón por medio de redacciones que habíamos elaborado, obviamente eligió a ésta chica de la que hablé, a mí y varios más. El punto es que yo elegí un tema para mi historia: la esquizofrenia (para los que no sepan qué es, se trata de una enfermedad que afecta el cerebro, se deja de producir un líquido del mismo, haciendo que la persona que lo padece pierda el sentido de la realidad, teniendo alucinaciones auditivas, visuales, muchos miedos...) hice mi historia en muy poco tiempo, y considero que está bien. No perfecta, pero bien, para darme cuenta, que ésta muchacha (la que escribe muy bien) ¡hizo una historia con el mismo tema que yo! No era igual, nada parecida, pero de todos modos... Tenía miedo de leer la de ella, porque sabía que iba a ser muy buena, mejor redactada y abordada que la mía. Ya sabía, pero no pude contenerme de leerla. Me gustó. Leo mi historia, y me justifico: No soy J.K Rowling, está bien para tu edad... pero es frustrante, deprimente. Sentir que eras buena en algo, y como siempre, como todo en la vida, encontrar alguien mejor que tú. Siento envidia, impotencia. (Sí, agreguen a mi lista de viaje al infierno el pecado de la envidia... si es que se considera pecado). ¿Cómo puedo mejorar? ¿Cómo puedo no ser buena, sino, excelente? Es mi estilo de escribir, pero, cualquiera de mis historias son como las que otro ser común y corriente pudiera escribir. Me siento opacada. Inferior. Eso es lo que puedo dar, eso es lo que puedo hacer. Me quedo pequeña, muy diminuta, ante cualquier buena historia. Sería buena idea comenzar a leer otros libros, aparte de HP, aunque no lo sé. Creo que ahorita no tengo tiempo. Mientras tanto, no tengo muchas esperanzas con mi historia basura, ni siquiera digna de un premio de consolación.
Me retiro. Mañana es día de escuela y tengo cosas que hacer. Faltan dos minutos para la 1 am, ya es tres de mayo. Ciao.