Site hosted by Angelfire.com: Build your free website today!
EL YANAPUMA
« June 2006 »
S M T W T F S
1 2 3
4 5 6 7 8 9 10
11 12 13 14 15 16 17
18 19 20 21 22 23 24
25 26 27 28 29 30
Entries by Topic
All topics  «
Blog Tools
Edit your Blog
Build a Blog
RSS Feed
View Profile
You are not logged in. Log in
Friday, 2 June 2006
LA HORA OSCURA DE ALONSO CUETO
Now Playing: Leyendo a tropezones una prosa accidentada
Comentarios criticos a la novela La hora azul, ganadora del premio Herralde 2005.

Escribe: Dante Castro Arrasco


Hace pocos dias, revisando la bandeja de correos recibidos, me encontre con un lio de escritores motivado por pasiones electorales. Me extra?o leer una carta de Alonso Cueto, a quien consideraba el contendor mas ponderado dentro de la polemica desatada en Madrid entre narradores hegemonicos y marginales. Esta carta manifiesta lo siguiente:

Estimado Victor Coral:
Mil gracias por defenderme y defender la validez de mi novela. Estas autorizado para hacerlo y para desenmascarar el transfondo politico de quienes la atacan. Ademas, denunciar a los filoterroristas inflitrados en la literatura peruana no es un acto de soploneria: es un imperativo moral. / Como dijo Vallejo, mi libro ha nacido en medio del mayor silencio... y debo agregar de la campa?a orquestada en los medios de prensa que fungen de criticos literarios... Sin embargo, ya sabemos lo que llego a ser "Trilce" y nadie recuerda a sus detractores. Mi novela sera un clasico cuando la izquierda comuhumalista este enterrada. / Tanto en el ataque que sufrimos el a?o pasado inferido por los narradores "andinos", como en estos articulos ofensivos contra mi libro se advierte connotacion politica. El Peru esta dividido entre democratas y comuhumalistas, y estos ultimos han infiltrado la literatura nacional y algunos medios de prensa. / En nombre de la literatura y de la democracia, gracias de nuevo... y en campa?a,
Alonso Cueto

Seguidamente escribi a sus destinatarios aclarando que no todos los hombres de izquierda estamos involucrados en candidaturas, tampoco todos somos humalistas, pero ademas se?alaba que la literatura no era objeto de infiltraciones ideologicas, puesto que no es un partido o un club. Es un arte que convoca a multitudes de ideologias y formas de pensar.

Primero me escribio Paolo de Lima, dando cuenta de un mensaje de Ivan Thays sobre comunicaciones fraudulentas, fingidas y suplantaciones. Luego me escribio Gustavo Faveron Patriau diciendome que circulaban emails apocrifos y que Cueto podia ser victima de alguno de estos tricocefalos de la subliteratura que pretenden exorcizar sus demonios de frustracion comprometiendo el nombre de verdaderos escritores.

Aun asi, me senti conmovido por aquello que dice: “Como dijo Vallejo, mi libro ha nacido en medio del mayor silencio... y debo agregar de la campa?a orquestada en los medios de prensa que fungen de criticos literarios”. Suena extra?o el nombre de Vallejo incluso en pluma del impostor. Quien pretendia suplantarlo o falsearlo debe reconocer que es un narrador hegemonico que no puede lamentarse de falta de publicidad. Tampoco de “campa?as orquestadas de prensa”, pues dispone de apoyo en el diario El Comercio, la revista Somos y el diario Peru 21: todos propiedad de la aristocratica familia Miro Quesada, que marcan la pauta en medios ajenos.

Pienso que la novela de Cueto merece ser criticada deponiendo las pasiones politicas del presente momento. No debe padecer del mayor silencio, como dice el suplantador parafraseando a Vallejo.



1.- Valoracion de la novela.

La hora azul, novela ganadora del premio Herralde 2005, es una obra literaria que se inscribe en la novisima linea de la narrativa de la post guerra en el Peru. Su autor, Alonso Cueto, ha confeccionado una estructuracion de la historia que mantiene en tension al lector durante la busqueda que emprende Adrian de Miriam, la amante del padre, un marino genocida y torturador en Huanta, Ayacucho. En este sentido, la atencion del lector no decae por causa de puntos flojos o cabos sueltos, sino que asciende vertiginosamente hasta el pinaculo del climax y concluye satisfactoriamente en un final clasico.

Cueto, en esta novela, comparte con el Mario Vargas Llosa de Conversacion en la Catedral, algunos elementos comunes, como la entrevista de un hijo con los subalternos del padre, quienes le revelaran, entre tragos, la cara oculta de quien era su progenitor. Pero, mientras Vargas Llosa en esa gran novela logro poner en evidencia el caracter de la dictadura militar de Odria y del proceso politico de entonces, Cueto solo se conforma con narrar la experiencia de Adrian involucrado en el caso personal de Miriam, usando como telon de fondo la post-guerra antisubversiva.

El mayor logro de Cueto –consciente o inconsciente- consiste en revelar las distancias sociales que separan a unos peruanos de otros. Conoce bien que diferencia a su clase con el universo de desposeidos y de manera confesional se vale de un narrador-personaje para emitir juicios acerca de ello. Las descripciones de la clase pudiente son sumamente reales y por ello abominables y nauseabundas incluso para el lector de estratos medios. Es lo que mejor conoce el autor, aquello de lo que puede dar un testimonio veraz. Pero no sucede asi cuando trata de dar cuenta del mundo del otro. Cueto no puede interpretar que se siente desde abajo y por este motivo, la novela no se separa en ningun momento de la estrecha vision del pituco Adrian.

2.- Critica de los aspectos negativos.

(2.1.) El lenguaje.

Alonso Cueto, a lo largo de su carrera literaria, no consigue librarse de las trabas y baches propios de un lenguaje de principiante. Leer muchas de sus paginas es igual que escuchar a un mal orador que constantemente repite los mismos bastoncillos que entrampan el discurso. La reiteracion de terminos como “habia” y “me” funcionan del mismo modo que los bastoncillos –remoras discursivas- de un orador deficiente. Esta debio ser la segunda labor del creador, atento a corregir la estructura de sus parrafos y a organizar una sinfonia de palabras, imprimiendole el ritmo y la cadencia que merece la accion narrada. Pierde mucho en intensidad esta novela cuyo tema tiene la suficiente tension narrativa para impresionar al lector. Cuando tropezamos once veces con la palabra “habia” en el mismo parrafo, seis veces en el siguiente, ocho en el subsiguiente, y asi sucesivamente, sabemos que no se trata de un problema de estilo o meramente de composicion sintactica, sino de una seria limitacion del autor.

(2.2.) Verosimilitud e inverosimilitud.

El joven Vargas Llosa indicaba que la novela se constituye en una “realidad ficcional” que sustituye a la “realidad real”, pero dejo dicho que incluso la ficcion mas radical tiene que ser verosimil. La verosimilitud es mas exigible cuando se escribe novelas historicas o determinadas por referentes que son de publico conocimiento. La novela de Cueto esta referida a un hecho historico que ha marcado a fuego la historia del Peru. Por lo tanto, no puede abusar de las licencias que le otorga la ficcionalizacion literaria.

Un oficial de la Marina de Guerra del Peru que termina sus ultimos dias en el Hospital Militar, es tan inverosimil como un franciscano agonizando en los claustros jesuitas. No se trata de una emergencia en escenario de guerra, sino de un hecho comun en Lima, en epocas de pacificacion y normalizacion de la vida institucional del pais. En la Lima de post guerra, no es creible que un paciente de esa institucion sea tratado en el Hospital Militar cuando le corresponde el Hospital Naval. Luego Cueto prosigue nombrando “soldados” a los infantes de marina y reiteradamente confunde como “oficiales” a los subalternos de tropa. (?Alguien imagina a oficiales recogiendo cadaveres?) Sus personajes reproducen los errores del autor en cuanto a confundir las instituciones armadas. Chacho, uno de los marinos subalternos, dice: “...desde que sali del ejercito...” (pag. 67)

Los casos mas pateticos de inverosimilitud son: el monto del chantaje a la madre del personaje principal y la fuga de Miriam del cuartel.

Cualquier lector habitual de paginas policiales, sabe que el monto de un simple chantaje con fotos –en el Peru y en Lima- no llegaria a mil dolares mensuales. En este caso habria que comparar la amenaza real que supone el delito con la posibilidad de dar por parte de la victima. Las consecuencias no justifican el pago, puesto que salvar la honorabilidad del padre, divorciado e invisible hace decadas, no es creible como asunto de primera necesidad de la familia. Igualmente habria que preguntarse: ?que presupuesto familiar lime?o soportaria un pago de mil dolares mensuales durante tres o cuatro a?os? Conociendo el estrato mas privilegiado de Lima y sus costumbres, cualquiera preferiria ir a la policia o recurrir a sicarios antes que pagar esa suma. Pienso que el autor se hubiera beneficiado en credibilidad bajando el monto del chantaje a niveles mas realistas. El narrador-personaje concluye pagando cinco mil dolares a cambio de los negativos. O sea que la cuenta total ascendio a 53,000 dolares, el precio de una casa departamento en zona residencial.

Caso de mayuscula inverosimilitud es la fuga de Miriam, disfrazada con el uniforme del marino Guayo, a quien antes el narrador ha sugerido como hombre de gran tama?o. Precisa que ella huye suplantando a Guayo porque tenia su misma estatura y peso. Pero Guayo despues de la guerra trabajo como policia, luego como guardaespaldas y el narrador dice que “al lado de Guayo, Chacho parecia un mu?equito” (p. 71). Y si a Chacho antes lo describio como “cuadrado, macizo, labios duros” (p.67), ya podemos imaginar a esa “rata grande” llamada Guayo. Si Miriam era una joven menuda y el infante de marina era de gran tama?o, ?como es posible que Cueto despues los haga coincidir en talla de ropa y aspecto fisico? Con respecto a la treta de escape, hubiera sido mas inteligente que el autor le ponga a Miriam el uniforme de cualquier marino menudo para burlar la vigilancia. No era necesario relacionarla con quien demostradamente no coincide en silueta con la profuga.

“La chica se puso el uniforme del Guayo con la boina” dice en la pag. 79 y nadie fuera del Peru, fuera de Ayacucho, fuera de Huanta, notara que alli hay un error mas: los marinos en Huanta no usaron boinas, sino gorras de tela mimetica, cuando no pasamonta?as que se recogian como gorros de lana negra. La boina es prenda de los comandos del Ejercito ...para desfiles.


(2.3.) Entre metaforas y disparates.


Las figuras retoricas deberian surgir en el discurso narrativo sin necesidad de usar forceps. De otro modo, cualquier acrobacia verbal puede derivar en un disparate injustificable. Y no son precisamente figuras literarias dislates tales como: “carros destartalados hirviendo de humo” (pag. 97), o “mi peinado corto de terno gris” (p.30). Peor si el autor, al describir la calle, confunde la via de asfalto con “una pista de cemento negro”. Si se mete en asuntos climatologicos, hace que una simple brisa tenga efectos de huracan o tornado: “Una brisa arrastraba los arboles” (p.137). Preguntemonos que efectos hacia la brisa sobre las casas. Peor le va forzando frases fallidas para hacerlas pasar como metaforas: “Una pareja de ancianos pastaba tranquilamente de una bolsa de nueces” (p. 104).

En problemas mecanicos, no le va mejor a Cueto: “maneje con el ruido del pie en el acelerador” (p.123). Hasta ahora yo me pregunto: ?que ruido produce el pie en el acelerador y como hago para manejar con el? Es como decir: “Habia un silencio turbio en el parabrisas, un foco de luz que se arrastraba sobre el vidrio” (p.115) cuando es evidente que lo que pueden apreciar nuestros sentidos en el parabrisas, son efectos primordialmente visuales y en segundo lugar, auditivos, si es que el limpiaparabrisas hiciera algun ruido sobre el parabrisas. Esto es tan obvio como diferenciar “un silencio turbio”, que ya es una figura literaria, de “un foco de luz” que no encaja con la anterior. Asimismo el autor demuestra que no domina el registro del habla coloquial lime?a, cuando en lugar de denominar “mecanica automotriz”, escribe “mecanica automotor”. Leamos el exabrupto completo: “Nos dijo que estudiaba mecanica automotor por las tardes” (p. 300).

Conclusiones.-

Reiteramos que haciendo a un lado las deficiencias se?aladas, el lector puede disfrutar del ascenso de la historia hasta el climax de la narracion, dentro de una sola tension que es producto legitimo de la organizacion de la novela. No se trata de una obra que anide en la tradicion narrativa de la violencia politica en el Peru, sino en la novisima corriente de la narrativa de post guerra. Ella esta conformada por autores que llegaron a destiempo a un tema que ya se venia narrando desde los primeros a?os 80’. Es una mirada retrospectiva que carece de epica y audacia para tocar con pulso firme los traumas que siguen lacerando la memoria de los peruanos marginales. Por eso ninguna novela actual de post guerra puede librarse de la mirada de corto alcance de sus propios personajes, de sus juicios subjetivos y del recuento de peripecias personales. Algo falta ademas de juicio historico del autor, y es el afan totalizador que le es inherente a la novela historica. El veterano Cueto, como el novisimo Santiago Rocangliolo, parece que no tienen la intencion de la novela total, sino de hacer simplemente novelas bien estructuradas que pueden satisfacer al publico extranjero, pero que dejan insatisfecho el apetito del lector nacional y una serie de cuestionamientos nuestros bajo el sombrero.
..................................................

Posted by ar2/dantecastro at 4:54 AM
Updated: Sunday, 18 June 2006 9:14 PM
Post Comment | Permalink | Share This Post

View Latest Entries