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Los Mayas de Guatemala

Relatos Sagrados Mayas

  

EL TITULO DE TOTONICAPAN

PRIMERA PARTE

Este es el segundo capítulo del gran cuento, llamado Paraíso Terrenal la tierra de amarillez y verdor. Escuchen, ahora les voy a contar cómo era el Paraíso Terrenal. En el primer capítulo, les voy a decir solamente cómo se determinó el orden de los días en los que fueron hechas unas obras por Dios el gran Señor.

El primero de éstos es el domingo. En él, Dios el gran Señor creó una luz grande.

El lunes el segundo día, los nueve pisos del cielo recibieron la vida por Dios el Señor. Los nueve giran sobre la Tierra, y giraban todos los días; allá en el primer nivel se movían. Eternamente estaban asentadas sus casas y su pueblo todos los días.

En el tercer día creó todas las montañas y llanuras, los árboles y las piedras; todo empezó a existir el martes.

El miércoles, el cuarto día, la luz del sol y de las estrellas fue dada por Dios el Señor. Entre las grandes estrellas, el sol y la luna fueron señales del día y de la noche.

El jueves, el quinto día, fueron creados los peces en las aguas, junto con las aves. Fueron creados los peces pequeños y grandes.

El viernes, el sexto día, fueron creadas las serpientes pequeñas y grandes. Todos los animales de la Tierra fueron creados por Dios el gran Señor, así fueron creados el viernes.

Y así recibió vida toda la creación de Dios durante unos días. "Engendren, aumenten, y multiplíquense", dijo Dios el Señor a sus criaturas. Así fueron aconsejadas todas las criaturas por Ts’akol-Bitol. Ahora empezamos a contar el ordenamiento del Paraíso Terrenal. Entonces fue hecha la Tierra cuando se ordenó lo que llamamos Paraíso. "Así voy a empezar a ordenarlo".

Este cuarto capítulo relata lo concerniente a los nueve grupos, y los nueve niveles de ángeles. En verdad, fue buena y hermosa la formación, la creación de los ángeles por Dios el Señor. Ellos llegaron a constituir nueve divisiones, nueve grados; es decir, nueve niveles. En verdad, fue bueno y hermoso cómo fueron ordenados, y llegaron a ser varios niveles. En el principio, todos los primeros ángeles recibieron sus nombres. Entonces, fue nombrado cada uno de ellos en cada grado y división. También cada grupo de ángeles tenía su nombre.

Este es el nombre del primer nivel, del primer grado: Arcángeles. El segundo, el de los Principados; el tercero, el de las Potestades; el cuarto se llama el de las Virtudes; el quinto, el de las Dominaciones; el sexto, el de los Tronos; la séptima división, la de los Querubines; el octavo grado, el de los Serafines; la novena división, la de los Espíritus Angélicos. Estos son los nombres de cada grupo del pueblo. Ellos están sobre los varios niveles y divisiones donde se encuentran los nuevos tronos del gran Señor, Dios en el Cielo.

Estos son los nombres de cada uno de los ángeles. Sólo uno o dos de ellos eran superiores, San Miguel Arcángel, el más destacado, y San Gabriel, el otro. El tercero se llama San Rafael; el cuarto es San Uriel; (los demás son) Jeremíu, Ronumiel, Pamiel, Romiel, Samiel, Asael, Sejutiel, Jorchiel, y Escatiel. Y sólo sus nombres son conocidos. Esta es la composición de los ángeles que acabamos de nombrar. Ellos son amadores y adoradores de nuestro Dios.

Ahora vamos a decir los nombres de Adán y Eva. En el quinto capítulo están los nombres de Adán y Eva, el primer hombre y la primera mujer, nuestra madre y nuestro padre.

Esta es la concepción y la creación de la gente cuando fue hecha en el corazón de nuestro Dios, debido a que el cielo estaba vacío.

Fue vaciado por Lucifer cuando se engrandeció junto con sus compañeros pecadores. Y Dios el gran Señor dijo: "(La situación) no se compone, por tanto es necesario vaciar la casa del cielo. Yo haré sustitutos de los que moraban en la casa del cielo", dijo nuestro Dios.

Entonces la gente fue formada por nuestro Dios. Nuestro Dios usó tierra. De la tierra sacó la materia de la gente, es decir, su carne; y muy pronto fueron formados sus manos y pies. Fue terminada la creación de la boca, los ojos, las orejas y la nariz. Empezaron a existir su cuerpo y venas. Los dedos fueron añadidos a los pies y manos. Empezó a existir, a tener carne; empezó a existir la piel; empezaron a existir las uñas. Fue añadida su humanidad; ésta llegó a ser carne.

Cuatro elementos fueron mezclados para formar su carne: tierra, fuego, agua y aire. La tierra fue usada para su carne, el agua para su sustancia y también su sangre; y del fuego fueron sacados su calor y sudor. El aire fue usado para su respiración. Y así, de cuatro materiales fue formada la carne humana. Dios la hizo hermosa.

Y después él dio gracias a Ts’akol-Bitol: "Gracias a vosotros Madre, Padre, que me formasteis, que me creasteis", dijo a Dios.

A continuación fueron creados dos grandes zapotales. Nuestro Dios creó en medio del Paraíso Terrenal un zapotal, "el árbol de la vida". "Quien coma de su fruto vivirá para siempre", dijo nuestro Dios. Había otro zapotal llamado "el árbol de la sabiduría". Este fue llamado de este modo porque quien lo comiera señalaría lo bueno, conocería lo bueno y lo malo. Empezaron a existir estos dos zapotales.

El cuarto capítulo trata sobre cómo Adán fue puesto en el Paraíso Terrenal por nuestro Dios. "Aquí harás tu hogar", dijo nuestro Dios. "Es decir, aquí radicarás", le dijo nuestro Dios. Y entonces fueron llevados delante de él (Adán) los animales pequeños y los grandes por nuestro Dios. "Nómbrales, ponle nombre a cada uno de ellos", le dijo Dios el gran Señor. Sólo Adán fue formado y creado por Dios, y tenía una gran felicidad, una gran paz. Dios le dio felicidad y paz; todos los deleites, dulzuras y fragancias del Paraíso Terrenal eran suyos. En él había dos pájaros, "palomas", que chupaban dulce. Eran sus consoladores.

Entonces Adán pensó y dijo a nuestro Dios: "Vos sois Dios, el gran Señor. Ojalá me diérais una compañera alegre, una compañera con quien hablar, una compañera con quien platicar. Yo soy formación y creación vuestra", dijo a nuestro Dios. Entonces Dios oyó que el corazón de Adán lloraba. (Por eso) fue dada su compañera. Adán fue adormecido por Dios el gran Señor, y dormía cuando él le sacó una costilla. Del lado izquierdo le fue quitado un hueso, una costilla. Y llegó a ser una mujer. Muy pronto quedó hecha por el gran Señor Dios. Inmediatamente le dio un espíritu. Ella ya estaba formada cuando despertó Adán, cuando él fue despertado por un ángel de Dios: "Adán, despierta, habla con tu esposa, tu amada, tu querida", le dijo el ángel de Dios a Adán. Entonces él dio gracias a Dios; "Gracias a Vos mi Ts’akol-Bitol, porque me dísteis una compañera", le dijo a Dios el gran Señor. E inmediatamente Adán habló con la mujer, Adán dijo a la mujer: "Tú eres mi hueso y mi carne. Has salido de mi carne", le dijo a la mujer. Entonces Dios el gran Señor los casó: "Mira a tu marido, mira a tu esposa. Estímense uno a otro, tengan misericordia uno de otro; ámense, engendren hijos", les dijo. Así Adán fue aconsejado junto con Eva. Por nuestro Dios, ella llegó a ser la esposa de Adán.

Entonces fueron aconsejados respecto al zapotal prohibido. "Les dejo mis prohibiciones, mis mandamientos. No coman el fruto del zapotal prohibido, el zapotal de la sabiduría, no vayan a morir por él. En cambio, si comen del zapotal de la vida, vivirán eternamente", les fue dicho a Adán y Eva por nuestro Dios. Después fueron engañados por el diablo engañador, ya que él estaba enojado porque la casa del cielo había sido dada y regalada a Adán y Eva. Entonces vino a tentar a Eva para que comiese del zapotal prohibido. El diablo se transformó en ángel con cola de serpiente.

"Eva, come el fruto del zapotal de la sabiduría", le dijo. "No quiero, porque nos quedó prohibido por Dios", -- respondió ella. "Que no se pruebe el fruto para que no sea burlado su enviado, y que no se termine eso". "Es así porque Dios lo ha escondido; él quiere que no se complete vuestra sabiduría. Comedlo", dijo (el diablo). Y así el zapotal prohibido fue comido por Eva. Este fue el origen del pecado y de la guerra por causa de ellos.

Entonces fueron echados del Paraíso Terrenal. Y llegaron aquí al mundo de dolor, de pena, de hambre y de sed; al lugar del llanto, al lugar del dolor de parto. Entonces pidieron hijos a Dios el gran Señor. Lloraban sus corazones, lloraban y oraban cuando pidieron sus hijos. "Dadnos hijas e hijos", le dijeron, "que sean muchachos y muchachas", dijeron a nuestro Dios. Entonces les fueron dados sus hijos. Dios oyó que lloraban sus corazones y que gemían sus entrañas.

En otro capítulo se mencionan tres nombres: Caín, Abel y Set; todavía no tenían hijos Adán (y Eva) cuando salieron del Paraíso Terrenal. Pero Dios les dio rápidamente, y nació Caín, y después Abel. Eran dos muchachos, hermanos menores. Nacieron los hijos de Adán. Y sus hijos inmediatamente pecaron.

El primero fue Caín, el primogénito, quien era muy pobre. Dios le dio riquezas a Abel, lo cual disgustó a Caín, y éste mató a su hermano menor secretamente. Abel fue muy querido por Dios, porque le ofreció lo mejor de sus cosechas. Pero Caín sólo ofrecía a Dios las mazorcas que habían quedado olvidadas.

Y Abel reclamó su sangre delante de Dios. Y así fue castigado el pecado de Caín. El no tuvo una buena muerte. Un cazador (que) estaba en las milpas le disparó con la honda. Entonces fue visto por el cazador Turnio, quien no veía bien, y cuando tiró creyó ver un venado. En esta forma Dios castigó el pecado (de Caín). El cazador no era culpable. Escuchen la historia del primer pecado que cometieron los hijos de Adán y Eva.

Estos fueron los hijos de Adán: Caín y Abel; y después éstos fueron los hijos de Caín y Abel: Noé y Matusalén. Estos, los de Noé: Sem, Cam y Jafet.

Y éste es otro capítulo del cuento que trata sobre cómo fue cambiada por Dios la lengua a los hijos de Noé. Se produjo el primer diluvio (delante de Noé). Noé ya había muerto cuando sus hijos proyectaron construir un gran edificio, un gran fuerte que llegara hasta el cielo. "Si se produce otra vez un diluvio, aquí estaremos a salvo", dijeron, cuando fueron corregidos por nuestro Dios. Entonces Dios los juzgó, y nuestro Dios les cambió la lengua. Su lengua se convirtió en trece lenguas. Y después ya no entendieron sus lenguas unos a otros. Y así ocurrió como fueron divididos por nuestro Dios.

Estos son los hijos de Sem, Cam y Jafet: Abrahán, Isaac, Esaú y Jacob. Y éstos son los hijos de Jacob: Rubén, Simón, Leví, Judá, Isacar, Zebulón, Samín, Dan, Gad, Betalén Aser y Joseph. Después nació Jacob, quien fue nieto de Adán, e hijo de Abrahán. Y Canaán es el nombre del cerro donde Jacob estuvo con sus hijos. Después llegaron aquí, y en aquel entonces llegaron allá en Egipto. Por cuatrocientos años estuvieron los nietos de Jacob allá.

Entonces nació Moisés, entre los hebreos nació. Moisés estaba pastoreando ovejas cuando fue llamado por Dios el Señor, quien estaba en un arbusto que no se quemaba. Es decir, no se quemaban las hojas del arbusto donde estaba Dios el Señor. Entonces llamó a Moisés: "Moisés, Moisés, ven conmigo, ven a verme, ven a oír mis palabras", le dijo Dios el Señor. Entonces Moisés llegó donde estaba el arbusto, y vio que ardía con fuego. "Quítate y deja tus sandalias, y luego ven aquí conmigo", le dijo Dios a Moisés. Entonces le dijo a Moisés: "Anda a Egipto con el Faraón, anda a traer a mis amados, a mis queridos israelitas", le dijo a Moisés. Moisés contestó: "Yo no soy competente para hablar con el señor Faraón; yo no soy más que un amigo de la pobreza. Que vaya uno de los grandes profetas, Señor", le respondió Moisés al Señor Dios. "En verdad, irás. Di mis palabras al Faraón. No tengas miedo, estoy contigo", le dijo Dios el gran Señor a Moisés. Entonces Moisés fue donde el Faraón, acompañado por su hermano menor, Aarón. No tenía armas, llevaba sólo el bastón que usaba para pastorear ovejas.

Entonces Moisés se fue y llegó con Faraón y le dijo las palabras del Señor. Dijo Moisés: "Vos sois el rey Faraón. Yo soy compañero de los queridos, los amados de Dios, los israelitas. Así es el mandato (dado) por Dios", dijo Moisés a Faraón. Pero Faraón no obedeció las palabras de Moisés.

Entonces se produjeron siete grandes plagas; siete veces Dios mandó grandes plagas. Y fueron consideradas milagro por los egipcios y Faraón. Entonces el bastón de Aarón se convirtió en culebra, y en el segundo día el río se convirtió en sangre. En el tercer día fueron creados sapos, ranas y alacranes. Y la cuarta vez fueron creados mosquitos, tábanos, polillas y moscas, toda clase de insectos que pican. La quinta vez fue creada otra mosca. La sexta vez se produjeron un fuerte granizo y un rayo, el cual desató a una gran culebra que estaba atada a un árbol. Entonces Dios el gran Señor causó una gran oscuridad y murieron los primogénitos de los egipcios. Después fueron liberados los israelitas por Faraón: "Moisés y Aarón, idos antes de que muramos por vuestra causa", dijo Faraón.

Así vinieron los hijos de Israel, los del pueblo de Dios. Los hijos e hijas de Israel, los de Canaán, es decir nosotros los hebreos vinimos con grandes sufrimientos. Entonces fueron llevados por Moisés, y llegaron a la orilla del mar. Luego dijo Dios a Moisés: "Tira doce piedras (?) al mar, y recógelas". Entonces el mar fue secado por Dios el gran Señor. Doce caminos grandes había en el mar, y pasamos a este lado. Sólo faltaba un poco para completar nuestros cuatro grupos de gente, de nosotros las hijas y los hijos de los israelitas, de los cananeos, nosotros los hebreos. Así fue nuestra venida de la salida del sol.

Ahora voy a contar el paso hasta aquí a través de Paq’uim, Paq’uechelab; y después por Xelimcuts, Chimaracow, C’aylajá. Posteriormente, salieron y llegaron allá a un lugar que se llama Xim; y salieron de allí y llegaron a Panpitín. Allí se vengaron los hebreos y vencieron a los de Amalec. Después llegaron los hijos de Jacob en Chic’atés, y allí murió María, la hermana de santo Moisés. El ya estaba en Moab, cerca de Canaán, cuando pasaron el Jordán. Entonces Jericó fue conquistado. Y después Joseph se enseñoreó sobre ellos. Murió Josué en el río y la tierra de Canaán.

El nombre de Samuel fue el vigésimo gran nombre. El cuarto capítulo se refiere a la permanencia de Saúl en el señorío. El vigésimo sexto gran nombre es el del joven David. El nombre de Salomón, con muchos otros fue el vigésimo séptimo gran nombre. El vigésimo octavo gran nombre es el de los profetas y patriarcas: se llaman Elías, Eliseo, Daniel, Isaías y Jonás.

El décimo capítulo es el del retorno de los judíos a las montañas que se llaman Jerusalén, cuando vinieron de Babilonia y Asiria. El décimo primer capítulo narra lo sucedido cuando aún no llegaban las diez parcialidades (tribus) de Israel a sus montañas. Allá de sus montañas vinieron, y sus parcialidades vinieron a morar en Babilonia. Los hijos de Jacob pertenecían a un mismo linaje, a una sola parcialidad, y una sola colectividad de parcialidades. Ellos solos ocuparon Jerusalén.

Y las diez parcialidades se fueron de Asiria por orden de Salmanasar. No estaban allí, y de nuevo volvieron. Allí desapareció la historia de ellos; en ningún lugar se manifestaron allí; en verdad, eran muchos los que llegaron, y no todos volvieron. Adoraron a la madera y piedra, y así pecaron. En su maldad fueron desterrados por Dios el gran Señor.

Este es el nombre del cerro donde fueron ordenados, y donde pasaron:

Mará se llama el primer cerro cuando pasamos aquí desde el otro lado del mar; el segundo fue Xelimcuts; el tercero Sín, el cuarto Rabiq’uín; el quinto Xiney; el sexto Caxerot; el séptimo Chic’atés; el octavo Etón; el noveno Jor; el décimo Chiboch; el undécimo Chiabatín; el duodécimo Saret; el décimo tercero Arnón; el décimo cuarto Matán; el décimo quinto Xchamel; el décimo sexto Bemot; el décimo séptimo Chimoab.

Ahora (relataremos) la permanencia y el traslado de ellos (los israelitas) por Dios el gran Señor, y la conquista de los cananeos, los hebreos y los israelitas. Tenían tres nombres: israelitas, cananeos y hebreos se les llamaban a nuestros abuelos y padres. Ahora contaremos nuestro principio, nuestra permanencia y nuestra venida aquí desde donde sale el sol. "Escuchadme, y os lo aclararé. Os voy a contar vuestra historia". En guerras se perdieron nuestros abuelos y padres, los nietos e hijos de Adán y Eva, Noé, Abrahán, Isaac y Jacob, porque olvidaron a su Dios. Por eso fueron aborrecidos por Dios el gran Señor.

Y fue en el Paraíso Terrenal donde fuimos formados y creados por Dios el gran Señor. No estimaron su nombre debido a sus pecados. Y lo llamaron Sewán Tulán y Sineyetón, dice la historia. Y éste es Wukub Pec, Wukub Siwán que verdaderamente fue en la cueva, en la barranca donde durmieron en el oriente. Moraban allí antes de venir. Tal vez, entonces, se perdieron en Asiria por causa de Salmanasar.

Este es otro capítulo que voy a relatar, el de la composición del señorío, es decir, el principio de la historia, el cuento del cerro amarillo, del cerro verde del territorio en Pasewán Patulán, y la escritura llamada "de la cueva, de la barranca de Tulán".

Entonces cayeron en la mentira, y llamaron "un joven" al sol, y a la luna, "una doncella". Junajpú llamaron al sol, Xbalanquej a la luna. Usic’ Q’uik’ab les dijeron a las estrellas.

Nosotros somos descendientes de los israelitas, de San Moisés. De las parcialidades de los israelitas salieron nuestros abuelos y padres. Vinieron de donde sale el sol, allá en Babilonia (donde) celebraron rituales con el señor Nacxit; (tal fue) el origen de nuestro linaje.

Entonces, la gente mágica proyectó su venida. Su mirada llegaba lejos, al cielo y a la tierra; no había nada que se igualara con lo que ellos vieron bajo el cielo. (Eran) los grandes, los sabios, los jefes de todas las parcialidades de Tecpán. Así fue su venida del otro lado del mar, de Tulán, de Sewán.

Ahora (daremos) los nombres de la primera gente, los primeros q’uichés; eran cuatro personas: el primer señor es Balam Q’uitsé, nuestro abuelo y padre de los Cawekib; el segundo señor fue Balam Ak’ab, el abuelo y padre de los Nijayib; el tercer señor fue Majucotaj, el abuelo y padre de los Ajaw Q’uichés; el cuarto señor fue Iquí Balam. Eran los primeros q’uichés.

Cakapalumá fue el nombre de la esposa de Balam Q’uitsé, el primer señor; Sunijá el nombre de la esposa de Balam Ak’ab, el segundo señor; la esposa de Majucotaj, el tercer señor, fue Cakixajá. Iquí Balam era un joven cuando vino de donde sale el sol.

Este es el segundo grupo quiché, se llama Tamub. Los primeros señores (tamubes) son C’opichoch, C’ochojlán, Majq’uinaló, C’ok’anawil. Eran sólo cuatro personas, el verdadero origen de los señores tamubes, de los Cakoj y Ek’omak’. Ellos eran testigos mutuos de este libro. Ellos vinieron a morar aquí del otro lado del lago, del otro lado del mar, de donde sale el sol en Tulán y Sewán.

El tercer (grupo) quiché fue el de los Ilocab. Sólo constaba de cuatro personas, los primeros señores llamados Chiyatoj, Chiyats’iquín, Yolchitum, Yolchiramak’, Ch’ipel Canmuk’el. Estos fueron los abuelos y padres de los señores K’alé, Sic’a y Juanijá de los Ilocab.

Estas parcialidades de los q’uichés tenían una sola lengua y unidad. Son descendientes de los israelitas, de nosotros la gente q’uiché que vinimos de Babilonia donde sale el sol.

En esta forma vinieron de donde sale el sol, y cuando fueron traídos, sus jefes eran Balam Q’uitsé, Balam Ak’ab, Majucotaj e Iquí Balam. Vinieron cuando el señor Nacxit les dio el Pisom C’ac’al.

Cuando vinieron aquí estaban desnudos, estaban descubiertos, sólo tenían sus taparrabos y armaduras de malla. Cuando llegaron a la orilla del mar, Balam Q’uitsé tomó su bastón y golpeó el mar. Inmediatamente el mar se secó, y se convirtió en arena lisa. Así, los tres grupos de los primeros q’uichés, junto con los trece grupos de parcialidades de Tecpán que seguían tras ellos, pasaron hacia acá. No más pasaron el mar cuando éste se cerró. En verdad, dijeron que fue un acto de amor hecho por Dios hacia ellos, porque rezaron a un solo dios, a Ts’akol-Bitol, en medio del cielo y la tierra. Porque ciertamente eran verdaderos descendientes de Abrahán y Jacob.

Entonces pasaron hacia acá desde el otro lado del mar. Trajeron raíces de árboles y de bejucos; no tenían comida ni bebida. Sólo olían las cabezas de sus bastones, y en esa forma consolaban sus corazones cuando vinieron.

Llegaron aquí a la orilla de un lago pequeño, en Nimsoy, Carchaj. Allí construyeron edificios. Había en este lugar pájaros rojos y azules, patos negros, papagayos amarillos y verdes, plumas amarillas, pájaros amarillos. Pero no se hallaron en este lugar y lo dejaron abandonado.

Después trajeron las raíces de árboles y bejucos y llegaron a Chixpach. Dejaron una seña en Jaayín Abaj.

Entonces vinieron de allá, y llegaron a la cima de un gran cerro llamado Chiq’uiché, donde tardaron (por algún tiempo).

Posteriormente, dejaron el cerro Chiq’uiché, y llegaron a la cima del cerro llamado Jak’awits Ch’ipak’, donde todos se establecieron. También allí permanecieron los sacrificadores, Balam Q’uitsé, Balam Ak’ab, Majucotaj e Iquí Balam. Se acompañaban unos a otros, junto con los de Tamub e Ilocab, con las trece parcialidades de Tecpán.

SEGUNDA PARTE

Escuchad cómo fueron puestas en orden (las cosas). Voy a relatar con cariño acerca de su existencia. Yo, Diego Reynoso, el Popol Winak, el hijo de 1 Noj, voy a escribirlo. Ahora empezaremos a relatar (nuestra historia) otra vez.

Esto es cómo se fueron por segunda vez las tres gentes transformadoras a donde sale el sol. Se llaman C’ocaib, C’ok’awib, C’oacul y Acutak’, los que se fueron a donde sale el sol delante del señor Nacxit. Se fueron a recibir el señorío: el trono del león y del jaguar, la flauta, el tambor; los señoríos de los señores Ajpop, Ajpop C’amjá, K’alel y Atsij Winak.

Se fueron los Nim Ch’ocoj Cawek. Llegaron a ser los que se sentaban en las bancas. Nunca los designaron (como) grandes ayunadores o atormentadores, y no tenían señorío.

Se fueron a traer el mandato para el señor Balam Q’uitsé y llegaron delante del señor Nacxit. Suplicaron el mandato del señor Nacxit y juntaron (los símbolos) del señorío dados por el señor Nacxit.

Entonces volvieron por acá C’ocaib y C’ok’awib con los Nim Ch’ocoj Cawek. Así cumplieron el mandato. "Se completó lo que hicimos: vinieron el señorío y la señal", dijeron. Cumplieron con su mandato.

Nunca designaron con piquetes (a estos) grandes principales de Ajts’isomchá, Ajcuc’umam, C’aam, los que hicieron ayunos y tormentos por nueve meses, por trece meses; eran los tormentos del señorío.

Entonces juntaron para Balam C’onaché el palio de plumas de quetzal, el palio verde, el trono de león, el trono de jaguar, la flauta, el tambor, las piedras negras y amarillas, la cabeza y las patas de venado, los huesos de falange de águila y jaguar, el caracol, la red de tabaco, las plumas de garza, la cola de buitre, el brazalete, las trenzas, la piedra de hongo, (todas) las señales del señorío fueron juntadas y traídas por los (que se fueron) de donde sale el sol. "Que sean elegidos nuestros señores, como una señal", les fue dicho a los mensajeros.

El señor Ajpop tiene cuatro palios sobre su trono, plumas verdes, una flauta y un tambor. Ajpop C’amjá tiene tres palios sobre él. El Nimá Rajpop Achij, dos palios, y el Ch’utí Rajpop Achij, sólo uno.

(Los otros oficiales) tomaron (estas señales) en Paxicajá, pero no tienen flauta o tambor porque sólo son hijos de los que después llegaron a ser los señores del señorío. Entonces llegó aquí el señorío eterno, el que vino de donde sale el sol.

Llegaron las bancas del K’alel, la del Atsij Winak, la del Nim Ch’ocoj, la del K’alel C’amjá, la banca del Nimá C’amjá.

Había cuatro Atojil, tres Ch’ocoj, tres Utsampop, tres Yocaljá y muchos Popcamjá detrás del señor q’uiché.

Entonces llegaron las bancas de Atsij Winak, la del señor Lolmet, la del señor Nim Ch’ocoj, la del señor Jak’awits, y la del Ajaw Q’uiché. Había sólo tres grandes Ch’ocoj, los creadores de la banca. Recibieron su autoridad en compañía de los señores Upop y Uc’amjá. En el lugar donde sale el sol les dieron estos nombres del señorío quiché, los Pop q’uiché C’amjá q’uiché.

Entonces se consolaron grandemente Balam Q’uitse, Balam Ak’ab, Majucotaj e Iquí Balam, porque sus hijos mejoraron el señorío en el cerro de Jak’awits Ch’ipak’.

Ahora, escuchad (lo que os voy a decir) acerca de los sufrimientos que pasaron nuestros abuelos y padres debido a sus ayunos y tormentos. Balam Q’uitsé y nuestros abuelos, nosotros los Cawek, se hallaban sobre el cerro Jak’awits.

Balam Q’uitsé, Balam Ak’ab y Majucotaj comenzaron a engendrar hijos, pero Iquí Balam murió cuando era joven. Estos son los hijos de Balam Q’uitsé: los primeros hijos fueron C’oc’ojá, junto con C’oraxonamak’. C’oc’ojá y C’oraxonamak’ engendraron hijos, engendraron a los Ts’iquín. Los Ts’iquín engendraron hijos de la cuarta generación, llamados Ajcán.

De la quinta generación eran C’ocaib y C’ok’awib, engendrados por los Ajcán. C’ocaib engendró cinco hijos: Quejnay, C’oyoi, Xmaiquej, Chocoy y Lak’amal. C’ok’awib engendró a C’onaché, el hijo ilegítimo; Tsipitawar fue el nombre de su mujer.

Los hijos de la sexta generación se fueron a traer el señorío de donde sale el sol.

Estos consejos fueron dados a Balam Q’uitsé y Balam Ak’ab por Tojil, Awilix y jak’awits: "Señores, sólo falta un poco para que amanezca. Prepárense para sacarnos de aquí. Por misericordia póngannos dentro de un bosque escondido y allí nos hablarán. Porque viene una gran luz, junto con el sol, la luna y las estrellas. Así nos harán visibles", dijo Tojil a Balam Q’uitsé, Balam Ak’ab, Majucotaj e Iquí Balam.

Entonces Balam Q’uitsé obedeció, y Tojil fue llevado dentro de un gran bosque. Desde entonces el bosque se llamó Patojil y había allí por doquier águilas, jaguares, culebras cascabeles y cantiles. Y se encontraba allí el ídolo de Balam Q’uitsé.

El ídolo de Balam Ak’ab fue llevado a Pawilix, al bosque escondido.

El ídolo de Majucotaj se quedó allí mismo sobre el cerro de Jak’awits, y estaba allí cuando amaneció. En esta forma se alegraron cuando esperaban la aurora sobre el cerro jak’awits. Siempre hacían gestos hacia la faz del sol cuando esperaban la aurora.

Cuando amaneció, primero salió la gran estrella que guía el camino del sol. Después salió el sol, amaneció. Entonces cantaron los pájaros; el primero fue el ajpop Queletsú. Allí vieron el sol y la luz sobre el cerro de Jak’awits. Después alabaron, dieron gracias y cantaron.

Más tarde, desataron los copales que habían traído amarrados desde donde sale el sol, junto con las redes de tabaco. Dieron gracias y abrieron los copales y éstos servían para dar gracias.

El Casiwastán era el copal de Balam Q’uitsé, Mistanpom era el de Balam Ak’ab y C’abawilpom, el de Majucotaj.

Al quemar (sus copales, dijeron): "Dos veces gracias, tres veces gracias, a ti Ts’akol, a ti Bitol, tú el Centro del Cielo y de la Tierra, tú los Cuatro lados, las Cuatro esquinas. Gracias por la aurora que acabamos de ver, por el esclarecimiento, el sol y la estrella. Gracias a ti, nuestra Montaña de Tulán Siwán, montaña muy amarilla y verde". Así dijeron cuando quemaron sus copales.

El humo de sus copales subió al cielo. Inmediatamente se enderezó y se fue hacia donde sale el sol; era una señal que llegó hasta las montañas (de Tulán). Y llegaron sus súplicas delante del señor Nacxit. Así dijeron: "Ojalá que hubiéramos estado junto con ustedes cuando vimos el sol y la luz, con ustedes, nuestros hermanos mayores y menores de Tecpán, ustedes, que se quedaron en nuestras montañas, en nuestras llanuras". Así eran las súplicas de nuestros abuelos y padres cuando vieron la aurora, y dieron gracias. Estaba claro cuando se asolearon sobre los árboles y cerros. Este fue el principio del sufrimiento de nuestros abuelos y padres.

Después de la aurora aconsejaron a sus hijos: "Hijos nuestros que ya se han completado y multiplicado, reciban este Pisom C’ac’al. Guárdenlo por el momento en una forma ordenada. Todavía no hemos encontrado nuestras montañas donde surgirán el poder y la gloria.

Allí se abrirá esta señal del señorío que vino de donde sale el sol. Sigan engendrando hijos que lograrán poder y gloria, los Ajpop, Ajpop C’amjá, K’alel y Atsij Winak. Así tiene que suceder porque vamos a morir, a desaparecer, a irnos, a volver (a nuestro hogar). Los dejamos en paz, ya no hay guerra por parte de las parcialidades de guerreros. No estén tristes, cuiden a sus madres", así les dijeron.

No estaban enfermos cuando dieron estos consejos, sino que se hallaban bien al entrar la noche. Pero cuando amaneció ya no estaban; de repente desaparecieron.

Que no se aflija quien escuche estas palabras. De verdad, Balam Q’uitsé, Balam Ak’ab, Majucotaj e Iquí Balam dieron nombres a sus hijos durante la aurora. Eran muchos los nietos e hijos de los Cawek, los Nijayib, y los Ajaw Q’uiché.

Llamaron al cerro de Cawek, Sakiribal Tojil; al de Nijayib, Sakiribal Awilix; y al de Ajaw Q’uiché, Sakiribal Jak’awits. El (cerro) de los Tamub, de los Cakoj y Ek’omak" era Sakiribal Amak’ Tam; y el de los Ilocab de Sic’aab y Juanijá era Sakiribal Ajuq’uín.

Estaban unidos en Patojil los Cawek con los Nijayib; en verdad, tenían un lado para Cawek, y el otro para Nijayib. Estaban unidos y juntos cuando hicieron sus edificios, cuando amaneció por primera vez. Entonces fue abandonado el primer pueblo de Jak’awits, junto con Patojil.

El segundo pueblo a donde llegaron fue Sibakija, y estuvieron mucho tiempo allí. Cargaban el Pisom C’ac’al, la señal del señorío que vino de donde sale el sol.

No tenían ni comida ni bebida cuando llegaron a Chiwaij, el tercer pueblo. Hicieron un gran rancho allá, y escarbaron los árboles y las piedras, debido al hambre y a la sed (que pasaron) allí.

El cuarto pueblo fue Pacayá Xejoyán. Allí construyeron edificios, y estuvieron por mucho tiempo.

El quinto fue (en blanco).

El sexto pueblo fue Barabic Chún, lugar donde se derrumbó la arena. Estuvieron allí por mucho tiempo.

El séptimo pueblo fue Panbilil Pants’ocán, y estuvieron allí por muchos años. Comieron las larvas de los abejorros y avispas, y palos cocidos. Sembraron milpas allí.

El octavo pueblo fue Ticaj Ch’alib; y construyeron edificios en ese lugar. Tenían con ellos la señal del señorío que vino de donde sale el sol. (En este pueblo) hicieron ayunos y se atormentaron.

El noveno pueblo fue Tibatsí Rajawiché; levantaron sus edificios allí. Hubo un viento que dispersó las tapaderas de las ollas de jocotes (por cuya razón) exclamaron, "Laé, Laé".

El décimo pueblo fue Jobalam K’anulew, que es el nombre del cerro por donde pasaron. Sólo se detuvieron allí.

El undécimo pueblo fue Chiwán Chik’uk’. Muchos fueron los nombres de los cerros donde estuvieron. Sólo se detuvieron allí.

El duodécimo pueblo fue Xech’ayab Ximbaxuc. Cargaban la señal del señorío que vino desde donde sale el sol. Tuvieron hambre y sed (en este pueblo).

El decimotercer pueblo donde llegaron fue Ts’utujá, y allí tomaron como esclavo al señor del lugar. Este fue encontrado en Payó y Pabak’oj donde cantaban las codornices. Y las oyeron Balam Ak’ab, Balam Q’uitsé, Majucotaj. Luego (Ts’utujá) entró en Cupaxuc, y fue capturado como esclavo. (Ts’utujá) habló: "No me pulvericen, señores, no me maten". Y le fue dicho: "¿Quién eres tú?" "Pues, soy Ts’utujá, así me llaman", dijo. "¿Acaso seré yo quien completará la parcialidad?" dijo. Entonces Balam Q’uitsé le dijo a Ts’utujá: "Es cierto lo que dices. Está bien, así será. Que seas tu quien empareje mi persona y mis palabras, así será. Tú serás el sustituto de Iquí Balam, así será".

De este modo fue encontrado el señor Ts’utujá de los Sakic. Llegó a ser el complemento de Majucotaj, y el sustituto de Iquí Balam quien murió joven. En esta forma se completaron los cuatro primeros (jefes) que vinieron de donde sale el sol, cuando fue nombrado el señor Chisakic q’uiché. Iquí Balam murió en Ts’utujá. Que nuestros hijos y nietos no pierdan esta memoria.

Fue allí donde invocaron una piedra, y adoraron la piedra preciosa, la segunda (piedra) que vino de donde sale el sol. Se completaron dos (piedras) preciosas en Ts’utujá. Estuvieron allí por mucho tiempo.

El decimocuarto pueblo fue C’utubé Chuc’abal. Levantaron sus casas, y allí se detuvieron otra vez por mucho tiempo. Tenían con ellos la señal del señorío que vino de donde sale el sol.

El decimoquinto pueblo fue Yamucutú Raxajmaj. Nuestros abuelos y padres comieron sólo retoños y larvas de abejorros y avispas.

El décimo sexto pueblo fue Chitsak’eb Chiyaquí, donde otra vez se tardaron. Hicieron otros edificios y murallas defensivas. Sufrieron grandes tormentos por siete días y sembraron maíz. Se consolaron allí porque los Cawek y Nijayib estaban unidos.

El decimoséptimo pueblo fue K’alemial Cucurabaj, donde tardaron otra vez. Ellos se amontonaron y sufrieron hambre y sed en el barranco y bosque.

El decimoctavo pueblo fue el cerro Paché Chik’ojom. Y allí estuvieron otra vez por mucho tiempo nuestros abuelos Balam Ak’ab, Balam Q’uitsé y Majucotaj, los sacrificadores.

El decimonoveno pueblo fue Chic’abawilanic. Allí adoraron a la piedra preciosa que vino de donde sale el sol. Moraron e hicieron edificios allí, los Cawek, Nijayib y Ajaw Q’uiché; estaban unidos allí. Balam Q’uitsé, Balam Ak’ab y Majucotaj fueron acompañados por Ts’utujá, el sustituto de Iquí Balam.

Allí empezaron a cazar venados para dar su sangre al ídolo de Tojil. Empezó también la adoración de ídolos en Chiq’uix y Chich’at. Estaban destazando un venado frente a la casa, cuando pasaron dos montañeses de las parcialidades. De repente dijeron: "¿Quién destaza? Sólo a nosotros nos toca esto. ¿Serán nuestros hermanos lo que ustedes están destazando?" dijeron los de las parcialidades.

Así, de nuevo empezó la guerra por causa de las parcialidades; se mostraron nuevamente. Provocaron una guerra allá en Jak’awits. Los C’alak’am y Tibilcat proyectaron una guerra.

Entonces llegó un sangrador que se había cubierto con piel y orejas desde el cuello hasta los pies. Era un espía enviado para matar a nuestros abuelos y padres. Pero lo descubrieron cuando se hallaban en Chiq’uix y Chich’at. Allí el señor Ts’utujá Sakic vio la guerra, pero no la había visto en Jak’awits. Fueron seguidos los mensajeros cuando partieron. "Está bien que nos muramos", dijeron nuestros abuelos y padres.

Entonces los hombres valientes fueron a ver a los guerreros cuyas casas estaban por donde quiera. Se vieron sobre el cerro que se llamaba Muk’basib, donde se produjeron mensajes con humo. Los hombres valientes estaban desnudos, sin ropa, ayunando y atormentándose. Entonces mostraron su poder mágico sobre el cerro de Muk’basib. Llamaron al aire, a la nube roja, al granizo de muerte, al rayo y a los días aciagos contra los guerreros de las parcialidades. No había ninguna guerra.

Por esto, los guerreros de C’alak’am y Tibilcat proyectaron la guerra. Así las parcialidades empezaron a ser guerreras.

Llegaron al vigésimo pueblo, al de Jumetajá, donde hicieron sus casas de la corteza de los árboles. Adoraron los ídolos con ofrendas de frutas, hongos y pajaritos. Grandes tormentos padecieron al estar amontonados y sufridos en los bosques. Tenían con ellos a Tojil, Awilix y Jak’awits, junto con el Pisom C’ac’al, la señal del señorío que vino de donde sale el sol.

El vigésimo primer pueblo fue C’ulbá Cawinal, donde construyeron sus edificios. Allí se juntaron con los Ak’aab. "Vosotros sois nuestro abuelo, nuestro padre, nuestro superior, nuestra cabeza", les dijeron los Ak’aab a nuestros abuelos y padres, Balam Q’uitsé, Balam Ak’ab, Majucotaj, junto con el señor Sakic Ts’utujá el sustituto de Iquí Balam. Ofrecieron humo e hicieron ofrendas delante del ídolo. Sólo las crías de culebras y pericos ofrecieron a sus ídolos, allí en C’ulbá Cawinal.

Llegaron al vigésimo segundo pueblo de Chiismachí, y aquí hicieron construcciones de cal (y canto).

En Chiismachí eran muchos los descendientes, los hijos y nietos del señor, los hermanos mayores y menores detrás del señor Balam Q’uitsé. Eran muchos también los vasallos de los Cawek. También, de Balam Ak’ab eran muchos los vasallos de los Nijayib, y de Majucotaj muchos los hijos de los Ajaw Q’uiché. Hasta aquí floreció un poco el señorío.

Después se hizo la selección para los cargos allí en Chiismachí. El primer cargo, el señorío Ajpop, fue tomado por el señor C’otujá, quien era el hijo de Balam Q’uikab.

También el Ajpop C’amjá Istayul, otro señor, fue hijo de C’onaché. Entró en el cargo de Ajpop C’amjá. Presentamos la descendencia de Cakimox Istayul.

Ahora se presentará delante de nosotros los Cawek el señorío en Q’uiché, Chiismachí, (es decir) los rangos del señorío de la gente del Ajpop Q’uikab, Ajpop C’amjá Istayul C’onaché, Nimá Rajop Achij, Ch’uti Rajop Achij. Otros señores de Cawek de la gente Q’uikab son los señores Utsampop, Lak’pop, Uchuch C’amjá y Nimá Lolmet.

Así se llaman los señores Popc’amjá, los creadores de las bancas. Así se llaman los progenitores de Ajpop, los creadores de las bancas de Cawek; los creadores de las bancas tras de los señores K’alel, los progenitores de los Nijayib. Los grandes Ch’ocoj fueron los progenitores de los Ajaw Q’uiché y sus representantes. Sólo había tres casas grandes.

Entonces entraron los señores Nijayib: el K’alel Nijayib, Atsij Winak, K’alel C’amjá, y los Nimá C’amjá, Uchuch C’amjá, Julajuj Tem, Ajawilix, Metsanic y Sak’latal.

Estos son los Ajaw Q’uichés, los señores Atsij Winak, Nim Ch’ocoj, Lolmet y Jak’awits.

Estos son los símbolos de autoridad que vinieron de donde sale el sol, del otro lado del lago, del otro lado del mar: la calabacilla, el vaso, las garras de águila y jaguar, la cabeza y las patas de venado, la flauta, el tambor, la gran chirimía, los huesos de falange de águila y jaguar, el caracol, la red de tabaco, la cola de venado, el brazalete, las plumas de garza, las trenzas, las piedras negras y amarillas.

Estas señales de señorío que vinieron de donde sale el sol (se usaban para) perforar y cortar los cuerpos de (los señores). Había nueve piedras de hongo para el Ajpop y Ajpop C’amjá, y cuatro, tres, dos y un palio con plumas de quetzal y plumas verdes, junto con las guirnaldas, los chalchigüites, la quijada colgada y el bulto de fuego para el temascal. Había trescientas sesenta flechas y quinientas cuarenta lanzas.

Cuando ejercían sus cargos los cuatro progenitores, los Iboy Ch’arab eran las representaciones de sus bastones.

Eso se hizo, entonces, en Chiismachí. Y cuando recibieron sus cargos, se crearon el poder pequeño y la gloria pequeña. Ello sucedió bajo las tres casas grandes. Se recibió la autoridad y también se la ensalzó. (Sin embargo, su señorío) era todavía pequeño aquí en Chiismachí, cuando fueron abiertas las señales del señorío que C’ocaib se fue a traer al estar allí en Jak’awits, el primer pueblo.

La primera guerra se hizo antiguamente en jak’awits, y no en Chiq’uix y Chich’at. Pero la segunda guerra fue hecha en Chiq’uix y Chich’at, en ese cerro donde surgió el poder mágico. La tercera (guerra) tuvo lugar en Chiismachí.

Aquí en Chiismachí dieron gracias así: "Tú, Cielo y Tierra, Tú, Ts’akol y Bitol, dénnos hijas e hijos, dénnos platos y vasos, Tú que eres el otro lado del lago, el otro lado del mar, Tú que eres el cielo, Tú que eres la salida del sol, Tu que eres la puesta del sol, dénnos nuestro día y nuestra luz, Tú que eres la gran estrella, Ek’ok’ij", dijeron.

Ofrecieron copal, pájaros y polluelos de gallinas de la tierra; además ofrecieron gente delante de Tojil, aquí en Chiismachí. Aquí también bailaron el Junajpú y Wukub Cakix.

Entonces comenzaron a llevar troncos con miel, y a embriagarse. Cargaron y regalaron a sus hijas unos a otros; eran las cargadoras de ellas y las portadoras de dulces, los que regalaron a los pobres solteros. Fueron a dejarlas en sus casas. Dijeron: "Acabamos de darles nuestro afecto y de mostrarles nuestra admiración". Llevaron una tinaja de atol, una jícara de guacamol, una vasija de alimentos, una pierna de puerco de monte, una jícara de tamalitos envueltos en hojas de K’anak’ y de Cub. Es lo que dieron como pago por sus hijas, allá en Chiismachí.

Las tres parcialidades en Q’uiché estaban unidas entre sí; los Tamub, Ilocab y Sakajib. Estaban unidas porque vinieron juntas de donde sale el sol, de Tulán Siwán.

Cuando esto se hizo en Chiismachí todavía no había copal o sangre, copal de niño, sangre de niño, hongos, ramas verdes, ni ofrendas quemadas. Tampoco había esclavos, ni la madre del pájaro Xcocakix, ni grandes ofrendas quemadas, ni el baile de Pok’ob Chanal.

Todavía (el señorío) estaba en su infancia. Las primeras personas fueron engañadas a adorar a la madera y las piedras en los troncos amarrados de madera. Cuando vinieron (a Chiismachí) pasaron por veintidós pueblos y montañas.

 

 

Anillo Chapin
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