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FIEBRE

        Cuando un niño manifiesta signos de malestar, la primera medida que se debe tomar es comprobar la temperatura. Solamente el termómetro es exacto: intentar saber si el niño tiene fiebre poniéndole la mano en la frente es un gesto que presta a valuaciones equivocadas. La temperatura del niño que tiene fiebre se ha de medir (salvo diversa indicación del médico) tres veces al día; por la mañana, a mediados de la tarde y a entrada de la noche. Y cada vez se señala la cifra sobre una hoja de papel que debe ser presentada al doctor. En el niño el sitio mas adecuado de colocar el termómetro es la ingle.

        Cada niño reacciona de modo particular a las causas que suelen elevar su temperatura corpórea: la fiebre de un niño puede subir fácilmente a una temperatura de 39 grados; otro, en cambio, aún teniendo la misma enfermedad, supera poco los 38 grados. También el tiempo de reacción es febril es variable; para una misma enfermedad existe el niño que tiene la fiebre alta pero de poca duración; y el niño que persiste con una fiebre débil durante varios días.

        La fiebre aunque alta, suele se bien soportada por el niño. Aún así, es necesario evitar la ropa y la mantas pesadas, no solo para disminuir su incomodidad, sino para impedir también que sude inútilmente. Si la fiebre es muy alta (mas de los 39 grados) y el niño esta agitado, en espera del médico se le puede poner en la frente un pañuelo mojado con agua fría o una bolsa de hielo. Esta o aquel son útiles en caso de que la fiebre haga delirar al niño; además debe tenerse de que no haga movimientos bruscos, de no responder a sus preguntas ni a sus observaciones incoherentes, y de tratar de calmarlo y de alejar de el a todas las personas no necesarias a su asistencia.

        Habitualmente las madres se preocupan mucho si sus niños tienen fiebre alta. Pero, sobre todo en la edad infantil, la alteración de la fiebre no es síntoma de enfermedad grave. Mas bien a menudo la fiebre alta es de poca duración, y poco después la temperatura vuelve a la normalidad, mientras que la fiebre baja puede durar varios días y puede ser el síntoma de una enfermedad seria. Debe pues vigilarse con atención las "fiebrecillas" de los niños y tomar cautelosamente nota, para que le medico este bien informado.

        ¿A qué temperatura empieza la fiebre? en los primeros diez días de vida, la temperatura del niño presenta varias oscilaciones (entre los 36 y 37'9 grados) después tiende ha establecerse con oscilaciones mínimas alrededor de los 37 grados durante el día, si la lactancia es artifial. Sucesivamente estas oscilaciones se hacen mas extensas, por lo que los 37'5 grados esta considerado como el limite entre la normalidad y la fiebre.

        Debe considerarse, que el niño puede presentar elevaciones de temperatura en breve duración(algunas veces hasta los 39 grados) a causa de la vestimenta demasiado pesada en verano, si se trata de un lactante, o como consecuencia de fatiga o de un trajín.


 

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