Son lesiones sin heridas, provocadas por un golpe o por una
caída. En el lugar correspondiente a la parte dañada, la piel se enrojece y se
vuelve un poco oscura a causa de la equimosis (derrame interno de la sangre)
producida por la contusión. La parte contusa se lava cuidadosamente con agua
corriente, se enjuaga bien y se desinfecta con agua oxigenada. Para aliviar el
dolor y aliviar la hinchazón son muy útiles las compresas con agua fría. Los
chichones que el niño puede hacerse golpeándose o cayéndose, se atenúan con el
viejo remedio del almidón humedecido y aplicado en la parte magullada.