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UN FUTURO MUY PRESENTE

Veropa

G: Xena, detrás de ti. -gritó mientras golpeaba a un bandido que le atacaba con su espada, dejándole sin sentido.

Xena se giró y lanzó una patada a la cara del ladrón, terminando así con los diez hombres que les habían atacado en el camino.

X: ¿Estás bien? -acerándose a Gabrielle.

G: Si, ¿continuamos?, nos falta poco para llegar a Atenas. -sonriendo dulcemente.

X: Adelante, se nota que tienes prisa. -levantando la ceja y sonriéndole de medio lado.

G: Así es, tengo ganas de dormir en una cama cómoda, y comer comida de verdad, por no hablar del festival de bardos. -dando saltitos.

Cuando Xena iba a contestar una explosión y una luz cegadora las lanzó al suelo. Tardaron poco en ponerse de pie de nuevo, y cuando sus ojos pudieron ajustarse de nuevo a la luz se encontraron con algo que no esperaban.

Una chica, de poco más de veinte años, vestida con unos vaqueros anchos y una camiseta de los Chicago Bulls, se encontraba enfrente de ellas mirándoles entre divertida y asombrada.

V: Guau, bonitos disfraces, ¿Dónde es la fiesta? -sonriendo.

X: ¿Quién eres y que quieres? -con la espada en la mano.

V: Vale, relájate, ¿quieres? La pregunta es ¿Quién eres tú y que haces con mi novia? -dijo seria.

X y G: ¿Tu novia? -sorprendidas.

V: Si, ¿o es que te has olvidado de mi? -dirigiéndose a Gabrielle.

G: Perdona, pero no te había visto en mi vida. -negando con la cabeza.

V: Esto no me lo esperaba de ti, Esperanza, creí que eras diferente, pero veo que eres como todos. -enfadada.

X y G: ¿Esperanza? -sorprendidas y Xena le puso la espada en el cuello de nuevo.

X: ¿Quién eres y de que conoces a Esperanza? -sin apartar la espada del cuello.

V: Me llamo Vicky, y Esperanza es mi novia, bueno era. -mirando fijamente a Gabby.

G: Yo no soy Esperanza, soy Gabrielle, su madre. -seria, casi a punto de llorar.

V: No me hagas reír, conozco a tu madre, se llama Alti no me vas a engañar con esa tontería.

X: ¿Alti?, Gaby, esto cada vez se está poniendo más interesante, ¿no crees?

G: A mí no me gusta nada. -seria- Alti y Esperanza madre e hija, esto me preocupa.

De repente, aparece Afrodita y abraza a Vicky.

Af: Menos mal que he podido sacarte de allí. -para luego fijar su atención a sus amigas.- Hola chicas, ¿Qué tal?

G: Dita, ¿nos puedes explicar qué está pasando y quién es esta? -señalando a Vicky.

Af: Esta es Vicky, la reencarnación de Xena en el futuro, y el problema es que Alti y Esperanza han conseguido llegar hasta su tiempo, y están a punto de destruir el mundo, solo les falta acabar con el alma de la única persona que las puede detener, pero para eso primero tenían que conseguir su corazón, por eso Esperanza a conquistado a Vicky, pero por suerte, pude traerla al pasado, para que vosotras la protejáis. -casi sin respirar.- ¿contesta esto a tu pregunta?

V: Un momento, ya está bien de bromas, si esta no es Esperanza, ¿quién es? -apartándose de Dita.

Af: Ella es Gabrielle, la madre de Esperanza, la verdadera, Alti es una hechicera y Esperanza la hija de un demonio llamado Dahak, que pretende llenar el mundo de caos y destrucción, pero para eso te necesitan a ti, que eres la reencarnación de Xena, esta que ves aquí -señalando a Xena.

V: Como argumento para una peli está bien, pero no me creo ni una palabra.

X: Si, ¿Cómo quieres que esto sea una reencarnación mía? Es imposible. -sonriendo con superioridad.

Af: Lánzale el chakram a ver qué pasa.

Xena dudó unos instantes, pero finalmente se lo lanzó directo a la cara de Vicky, quien inconscientemente lo atrapó con la mano justo antes de que alcanzase su rostro.

V: ¿Cómo he hecho eso? -asombrada.

Af: ¿Os convence esto? -miró a sus amigas quien asintieron con la cabeza.- bien, Xena, tienes que entrenarla, porque ella, con vuestra ayuda debe acabar con Alti y Esperanza.

V: ¿Qué? Se trata de una broma, ¿verdad? No voy a acabar con mi novia, lo de mi suegra me lo puedo pensar, porque es un poco rara, pero Esperanza es mi vida. -lanzando el chakram el cual rebotó en varias rocas y volvió a las manos de Xena.

Af: Vicky, no lo entiendes, Esperanza no es cómo crees, es la hija de un demonio, y quiere destruir el mundo, no es capaz de amar, y eso viniendo de la diosa del amor, es muy difícil de decir. ¿No crees? -señalándose.

V: ¡Y tú qué sabrás! Esperanza me ama, me lo ha demostrado, y si tú no me hubieras traído a este lugar, ya estaríamos casadas.

G: ¿Qué? ¿Te ibas a casar con Esperanza? -visiblemente afectada.

V: Si, y lo voy a hacer en cuanto sepa como volver a casa, seguro que está preocupada.

Af: Así que ese es su plan, quieren que se casen, y cuando le entregues el alma podrán llevar a cabo su venganza.

Antes de que ninguna pudiera decir nada, aparecieron de la nada Alti y Esperanza, quien sonrió irónicamente.

Al: Hola Xena, ¿Cómo estás?, Gabrielle, -hizo un gesto de disgusto.- Afrodita, ya veo que has descubierto nuestro plan.

V: No puede ser cierto, Esperanza dime que no es verdad, dime que no he sido un juego para ti. -entre lágrimas.

E: Como has podido creer que me podía enamorar de ti -despectivamente.- ¿tú te has visto?, eres repulsiva, simplemente ñoña, y en el fondo me alegró de que Afrodita nos haya fastidiado el plan, porque no soportaría ni un minuto más estando entre tus brazos, me das asco, y de todas formas, ya no me sirves de nada, llevaremos a cabo nuestra venganza, y hagáis lo que hagáis no podréis detenernos. -rió con ganas.- Vicky, tengo mis dudas de que seas la reencarnación de Xena, porque es imposible que Xena se haya vuelto tan sensible, definitivamente, tu y mi madre seréis buenas amigas, sois tal para cual.

Dicho eso desaparecieron dejando a una Vicky de rodillas, y llorando desconsoladamente, mientras Xena, Afrodita y Gabrielle la miraban.

V: ¿Por qué? ¿Por qué? -repetía una y otra vez.

Gabrielle, se acerca a Vicky y la rodea con sus brazos.

G: Tranquila.

V: ¡Déjame! -apartándose del abrazo y encarándose hacia ella.- ¡Te odio!, ¿Por qué me has hecho esto? yo te quiero. -empujando a Gaby, y sacando una fuerza que ni ella conocía, haciendo que cayera a varios metros.

Xena sacó su espada.

X: Se que estas pasándolo mal, pero como vuelvas a tocar a Gabby te mato. -apuntándola con la espada.

V: ¡Hazlo! -sorprendiendo a las tres mujeres que la miraban.- no me importa, ya no tengo nada, mátame, me haces un favor.

Xena guardó su espada y miró a Afrodita, quien no podía contener las lágrimas al ver a la chica en tal estado.

X: Dita, ¿Qué podemos hacer?

Af: Aun no estoy segura, lo primero es que entrenes a Vicky, vamos a necesitar toda la ayuda posible para arreglar esto, y si podemos contar con dos Xenas mejor, ¿no creéis? -dijo sonriendo.

V: ¡Basta!, me acabo de enterar de que mi novia y su supuesta madre son la hija de un demonio y una bruja, que quieren acabar con el mundo, y me decís no solo que tengo algo que ver con la chula de la espadita -señalando a Xena, quien la mira sorprendida- sino que me tiene que enseñar cómo luchar para cargarme a mi ex-novia y a su madre, perdón -mirando a Gabrielle- a la bruja esa. ¿He entendido bien?

Las tres asintieron con la cabeza sin dejar de mirar a la muchacha.

V: Pues ¿a qué esperas? -mirando a Xena.- dame una espada de esas y empecemos, que no tengo todo el día.

Xena miró a Gaby, después a Afrodita, se encogió de hombros y desenfundó su espada, dándosela a Vicky, quien la cogió con una mano y comenzó a hacerla girar como solo Xena era capaz.
Las tres amigas de nuevo se quedaron mirando sorprendidas.

V: ¿Qué? Vengo de un barrio chungo, ¿vale?, empecemos.

Se pasaron horas entrenando con la espada, a cada momento Vicky se volvía más experta, hasta el punto que se colocó a la par que Xena, a quien le costaba mantener el ritmo de la joven.

Llegó la noche y mientras la guerrera y su aprendiz se fueron al río a bañarse, Gabrielle preparó la cena y colocó los sacos de dormir, en este caso tres. Afrodita se despidió de su amiga no sin antes prometerle que en cuanto supiese algo se lo haría saber.

La guerrera entró en el campamento seguida de una alucinada joven.

V: Guau Xena, la verdad que para la edad que tienes estas muy buena.

Xena se limitó a levantar la ceja y a mirar a la joven de arriba a abajo.

Gabrielle soltó una pequeña risita, y ambas mujeres se giraron para ella.

V: Tú no te rías, que te recuerdo que he visto el cuerpo de tu hija desnudo, y si os parecéis, aunque sea poco, tú también estas muy bien. -levantando la ceja y ganándose una colleja de Xena.

X: Venga, déjate de halagos y vamos a cenar.

Cenaron en silencio, cada una absorta en sus pensamientos. Terminaron y cada una se fue a su manta a dormir.

Pasaron varias horas, y Gaby se despertó miro hacia el fuego y vio a Vicky mirando la llama distraída. Se acercó y se sentó a su lado.

G: ¿Estás bien? -colocándole su mano en el hombro.

V: Si, es solo que... me cuesta creer que todo ha sido una... trampa, no dejo de pensar es ella. Era tan dulce, y de repente, se convirtió en un ser cruel.

G: Se cómo te sientes, te recuerdo que es mi hija, y se todo el daño que es capaz de causar, siento que también te haya arrastrado a ti. -abrazándole.

Vicky se abrazó a ella, y pudo percibir el aroma de su piel, era tan parecido al de Esperanza, sabía que no era ella, pero no pudo evitar acercarse suavemente y besarla en los labios.

El beso duró apenas unos segundos, el tiempo que tardó Vicky en darse cuenta de lo que hacía, se apartó bruscamente de Gaby.

V: Yo... lo siento... yo no quería... es que... aun no me hago a la idea y tu... lo siento. -y se levantó alejándose hacia el río.

Gabrielle, se tocó los labios, aun sentía el hormigueo de los labios de Vicky, y se quedó ahí parada, entre sorprendida y asustada. Sorprendida porque el beso fue tan repentino que no le dio tiempo a actuar, y asustada porque en ningún momento sintió asco.

Sobra decir que ninguna de las dos pudo dormir en toda la noche.

*****

A la mañana siguiente, las tres en silencio levantaron el campamento y emprendieron la marcha hacia Atenas.

Xena montaba sobre Argo, mientras que Gaby y Vicky caminaban cada una a un lado del caballo.

X: Estáis muy calladas, ¿pasa algo? -levantando la ceja y mirando a su amiga.

G: No, claro que no, es solo... que no dejo de pensar en Esperanza y Alti. -disimulando lo que realmente le preocupaba.

X: Tranquila, Gaby, lo solucionaremos... ¿y tú? -mirando a Vicky.- ¿piensas en tu ex?

V: No, pienso en su madre... digo, en Alti, -para corregir su error de subconsciente.- ¿tú te has enfrentado ya a ella? ¿Es muy fuerte?

Gaby miró de reojo a Vicky, bastante nerviosa, y pudo ver a la joven que la miraba de reojo también, con un tono rojizo en su piel.

X: Asi es, -contestó sin enterarse de nada.- pero no te preocupes, ya la hemos vencido antes, a las dos, y las volveremos a vencer. ¿Verdad Gaby?

G: ¿Eh?, si, claro, no te preocupes.

V: ¿Xena?

X: ¿Si?

V: ¿Tengo que matar a Esperanza? -mirando a la guerrera fijamente.

X: No lo sé, pero creo que sí, es tu deber mantener el futuro a salvo.

V: ¿Crees que estoy preparada?

X: No lo sabremos hasta que llegue el momento, nunca se está preparada para matar.

No dijeron nada más, estaban llegando a un claro en el bosque, cuando una flecha salió de los árboles dirigiéndose hacia Gaby. Antes de que Xena pudiera hacer nada para detenerla, Vicky, se había lanzado hacia Gaby, recibiendo ella el impacto de la flecha en su hombro.

X: ¿Qué diablos? ¿Estáis bien?
G: Yo sí, pero Vicky esta herida. -acercándose a la joven quien mantenía un gesto de dolor en su cara.

V: Estoy bien, Xena, vino de ese lugar. -señalando con la mano hacia un claro, donde se veía una sombra huyendo.

X: Esperad aquí, Gaby, cuida de ella. -saliendo corriendo y dejándolas solas.

G: No te muevas, te tengo que sacar la flecha, y curarte la herida. -acercándose a Vicky, para ver la profundidad de la herida.

Vicky no aguantó más el dolor, y se desmayó.

*****

Cuando despertó, estaba metida en una manta, junto con Gaby quien dormía abrazada a ella. Pudo apreciar su rostro angelical. Era un poco más mayor que Esperanza, pero era igualmente bella. Estuvo a punto de besarla de nuevo, pero en ese preciso momento, Gaby abrió los ojos.

G: ¿Cómo te encuentras?

V: Bien, supongo. -roja por la situación.- ¿Por qué estamos las dos juntas en una manta y... -levantó la manta y la bajó enseguida aumentando el color rojo de su cara.- desnudas?

G: Bueno. -sonrojada también.- es que la flecha estaba envenenada, y te desmayaste, te aumentó la fiebre y comenzaste a tiritar, y no encontré otra forma de ayudarte a bajar la fiebre y a mantener el calor corporal.

V: ¿Y Xena? -bastante asustada por lo que pudiera pensar la guerrera, o mejor dicho, hacer.

G: Se fue a seguir a quien nos atacó. No regresará hasta mañana.

V: Es decir, que estamos completamente solas, y desnudas, en una manta... ¿me equivoco? -relajándose al saber que no peligraba su vida de momento.

G: Bueno... eh, teóricamente sí, pero...

Antes de que pudiera decir nada más, Vicky le robó un beso.

V: Ya sé que no eres Esperanza, pero es que me siento tan vacía, Gaby, te necesito, solo una vez, no te pediré nada más, necesito sentir tu calor.

Gaby, dudó, no sabía lo que le estaba pidiendo en realidad, pero de cierta manera, sabía que dentro de esta muchacha se encontraba el alma de Xena, el amor de su vida, y a quien jamás tendría. Así que se acercó lentamente a Vicky, y le dio un suave beso en los labios.

Vicky solo se abrazó a Gaby, y así se quedo, acariciando la piel de su espalda desnuda. Entonces Gaby lo vio claro, y se sintió fatal.

G: -Para sí misma- Dioses, yo creía... creía que quería sexo, pero solo quería cariño... te he juzgado mal Vicky, y no voy a volver a cometer ese error. -se abrazó más fuerte a Vicky, quien lloraba en silencio.

Ambas se durmieron en brazos de la otra.

*****

X: ¿Se puede saber que está pasando aquí? -gritó visiblemente enfadada, despertando a ambas mujeres.

G: Buenos días a ti también. -estirándose sin acordarse de que estaba completamente desnuda.

V: Gaby, nena, me encanta que muestres tus atributos, pero creo que no es el momento. -riendo al ver como la rubia se cubría deprisa con la manta.

X: ¿Y bien? -cada vez más alterada.

V: Tranqui, jefa, que no es lo que te imaginas, tuve fiebre por culpa de la flecha, que estaba envenenada. -aun riendo.

G: Si, y empezó a tiritar de frio, y no se me ocurrió otra cosa que acostarme con ella para darle calor corporal. -roja y vistiéndose dentro de la manta.

V: ¿Qué creías que pasaba? -en tono de burla, levantándose de la manta y dejando ver su desnudez a ambas mujeres.

Las dos miraron directamente hacia las partes más íntimas de la muchacha. Y Xena no pudo evitar preguntar.

X: ¿Por qué tu... eso -señalando al pubis- esta así?

V: ¿El qué? -mirando hacia abajo.- ah, se llama depilación, es muy cómodo a la hora de... bueno, ya sabéis, además te permite hacerte dibujitos como este, ¿a que es mono? -riendo.

G: ¿Y duele? -mirando atentamente el osito que estaba formado con el poco bello que le habían dejado en sus zonas íntimas.

V: Horrores, pero para presumir hay que sufrir. -acercándose a su ropa y comenzando a vestirse con dificultad debido a la herida de su hombro.

De repente apareció Afrodita, quien miró lascivamente a Vicky, que estaba a medio vestir.

G: Dita, ¿hay noticias? -saliendo de la manta totalmente vestida.

Af: Eh, si, por cierto Vicky... me encanta tu osito. -sonriendo.

V: Gracias. -sonriéndole y guiñándole un ojo.

X y G: ¡¡Dita!!

Af: Perdón, veréis, me he podido enterar que Esperanza y Alti tienen su guarida en unas cuevas que están situadas a las afueras de Tesalia, son de difícil acceso para los mortales, y yo no puedo interferir, ya lo sabéis. -con cara de perrito abandonado.- Pero sí que puedo hacer algo con esa herida. -acercándose a Vicky y curándola.

V: Gracias de nuevo. -sonriendo a la diosa.

Af: Siempre es un placer.

X: Tendremos que hacerlo solas. -mirando a su amiga- es hora de ponerse en marcha.

Af: Xena, ¿has entrenado a Vicky?

X: Si, aunque no todo lo que me gustaría, lo iremos haciendo de camino, es la única forma.

V: Se me ha ocurrido una cosa, ¿Cuántos días tardaríamos en llegar a las cuevas esas? -mirando a Xena.

X: Si nos damos prisa, cinco días. ¿Por? -enarcando su ceja.

V: Veréis, Dita no puede interferir, pero si puede hacer una pequeña trampa. -obsevando a las tres mujeres que las miraban dudosas.- Por lo que he podido leer, el tiempo en el Olimpo pasa más despacio, ¿me equivoco? -mirando a Afrodita.

Af: Es cierto, un mes en el Olimpo equivale a tres días en la tierra, ¿Por qué?

X: Ya sé por dónde vas, realmente eres mi reencarnación, de eso no hay duda. -sonriendo a la más joven.- Dita, tu nos puedes llevar al Olimpo, y podríamos aprovechar un mes ahí arriba para preparar a Vicky para la lucha, y después tu...

Af: Yo podría dejaros cerca de las cuevas, sin que eso fuese ayudaros realmente, porque solo os habría bajado del Olimpo en un lugar cualquiera.

Las tres mujeres miraron a Afrodita sorprendidas.

Af: ¿Qué? No por ser rubia soy tonta, solo me lo hago. -sonriéndoles y guiñando un ojo.

Las cuatro rieron, y prepararon las cosas para pasar un mes en el Olimpo.

*****

Llegaron a lo que sería su hogar por un mes, y Afrodita les llevo a sus habitaciones. Dejaron las cosas y se prepararon para comer algo y entrenar. Durante la comida surgió un tema interesante.

Af: A parte de entrenar, podéis aprovechar el tiempo como queráis. -mirando a Vicky, quien miraba a Gaby.

X: ¿Y qué sugieres? -preguntó levantando la ceja.

Af: Solo decídmelo, y tendréis a los hombres o mujeres más hermosos que jamás hayáis visto. -con una sonrisa lasciva.

V: Imposible. -poniendo en voz alta la voz de sus pensamientos.- quiero decir, que no podemos tener a quien deseamos en nuestro lecho, ¿o sí? -mirando disimuladamente a Gaby, quien se sonrojó por el comentario.

Af: De hecho si, solo dime a quien deseas y la tendrás en tu lecho. -sonriendo a su joven amiga.

X: Seguro que le haces un conjuro de amor para que acabe ahí, ¿no es cierto? -mirando a la diosa.

Af: Si bueno, ¿de que otra forma podría? -riendo.

V: Entonces no me interesa. -seria.- yo quiero que esa mujer venga a mi de forma voluntaria, y no por un hechizo.

Af: -Suspirando- Amiga mía, el amor es un hechizo en sí, que más da como se produzca.

V: A mi me importa, no quiero tener a alguien en mi cama que no lo desee, quiero que vengas, venga, -corrigió el lapsus que se produjo porque estaba mirando a Gaby.- porque me ama y me desea de la misma forma que yo a ella. -Se levantó de su silla y se marchó dejando a las tres mujeres atónitas.

G: Voy a ver como esta. -levantándose y siguiendo los pasos de la muchacha más joven.

La encontró sentada en el borde de una fuente, donde la estatua era un hombre desnudo y el agua salía de su pene como si orinara.

G: ¿Estas bien? -acercándose y mirando a la joven.

V: Si, es solo, que no puedo dejar de pensar en Esperanza, de cómo me ha tratado, me ha engañado, humillado, utilizado, pero algo en mi interior no me deja odiarla, quizás sea porque es parte de ti, y tú... ¡Dioses, esto es tan complicado! Esperanza tenía razón.

G: ¿En qué?

V: En que me llevaría muy bien contigo porque tú eres lo que yo buscaba en ella.

G: ¿A qué te refieres?

V: En ella buscaba bondad, cariño, amor, dulzura, todo lo que he necesitado en mi vida, lo que me ha faltado siempre. Y ahora entiendo muchas cosas. -mirando a la rubia quien la miraba indicándole que continuara.- Mi alma es de una guerrera, quien durante su vida solo encontró la paz cuando te conoció a ti. -sonriendo a Gaby.- Yo he pasado por lo mismo de una forma más de mi época. Mis padres murieron cuando era una niña, y como no tenía familia me llevaron a un orfanato, donde tuve que luchar por sobrevivir, ya que la vida ahí era muy dura. Me pasaba el día en la calle, me uní a una banda, lo que sería aquí un ejército, y nos dedicábamos a pelearnos con otras bandas por dominar el territorio. Pero un día casi maté a uno de una paliza y eso me hizo pensar que no estaba haciendo las cosas bien. Asi que en cuanto cumplí la mayoría de edad me largué de aquel lugar, encontré un trabajo de camarera y pude alquilar un piso pequeño. Creía que las cosas empezaban a irme bien, pero no era así, siempre sentí ese vacío en mi interior, nunca nadie se había preocupado de mi, ni yo de nadie, hasta que apareció Esperanza.

Gaby miraba a la joven con lágrimas en los ojos.

V: Ella me dio lo que nunca tuve, o eso creía, me dio amor, cariño, comprensión, pero me equivoqué, ella solo me utilizaba, como todos los demás. Pero cuando te conocí, lo vi todo claro, es normal que siendo la reencarnación de Xena, necesitara conocerte para cambiar, te necesito para llenar de luz mi alma. Y se que no te soy indiferente, pero también se la razón.

Gaby la miraba extrañada por lo que decía.

V: Se que te amo, como no he podido amar nunca, ni siquiera a Esperanza, y antes he hablado con Afrodita porque necesitaba aclararme, y ella me ha dicho que al estar en esta época, y al ser la reencarnación de Xena, su alma se ha partido por dos y la compartimos, es decir, que siento lo mismo que Xena y ella lo mismo que yo, es por esa razón por la que te amo de esta forma. Porque mis sentimientos hacia ti se han unido a los que tenía ya Xena.

G: Espera un momento, que asimile... ¿me estás diciendo que Xena me ama? -dijo Gaby visiblemente alegre.

V: Así es, por esa razón hay que tener cuidado, porque yo amo a Esperanza, y si los sentimientos de Xena hacia ti se han mezclado con los míos.

G: Los tuyos se han mezclado con los de Xena. ¡Dioses! Eso quiere decir... ¡Que Xena ama a mi hija! -con cara de pocos amigos.

V: Así es, pero es posible que no se dé cuenta hasta que la tengamos delante. Es mejor que no le digamos nada hasta que llegue el momento. ¿Te parece bien?

G: Si, será lo mejor. -aun sorprendida por la revelación.

Las dos se miraron en silencio. Al poco tiempo se marcharon para comenzar con el entrenamiento.

*****

Había pasado un mes en el Olimpo, y la guerrera y su aprendiz habían entrenado mucho. La joven había desarrollado una habilidad increíble, y su cuerpo había adquirido una visible musculatura.

Decidieron terminar la sesión e irse a descansar. Pero Vicky se quedó rezagada, y cogió a Gaby del brazo.

V: Gaby, ¿puedo hablar contigo? -espero al asentimiento de la rubia.- Esta será la última noche que estemos aquí, mañana iremos en busca de Esperanza y Alti, deberías decirle a Xena lo que sientes, puede que mañana sea tarde. -dijo seria.

G: Pero, ¿y si no me ama? -mirando al suelo.

V: Te recuerdo que siento lo que ella siente, y te ama más que a su vida, así que no dudes más y díselo, por favor. -mirando directamente a Gaby.

G: Tienes razón, mañana puede ser muy tarde.

Dicho eso la bardo se alejó de su joven amiga y se fue directa a la habitación de la guerrera. Mientras que Vicky sonreía tristemente.

V: Es el momento... ¡Afrodita! -gritó, y al segundo apareció la diosa ante ella.

Af: Dime preciosa. ¿Necesitas algo?

V: Así es, necesito que me lleves a la guarida de Esperanza, ahora mismo.

Af: ¿Qué? pero si Xena me dijo que iríais mañana.

V: No has entendido, quiero que me lleves ahora mismo, a mi sola.

Af: ¿Te has vuelto loca?

V: No, se lo que hago, estoy preparada para luchar contra ellas, no tengo nada que perder, y Xena y Gaby si, por eso no quiero que luchen.

Af: ¿Y qué tienen que perder? -preguntó la diosa.

V: A ellas mismas, ahora por fin Gaby le va a confesar lo que siente a Xena, y las dos sabemos que pasará, ambas se aman, y ahora que van a estar juntas, no puedo permitir que mueran.

Af: Pero si vas tú sola, te mataran.

V: Yo no tengo nada por lo que vivir, la única persona que me dio un poco de felicidad, es a la que debo matar. Sé que a Gaby le va a afectar mucho la muerte de su hija, y no puedo permitir que Xena lo haga, porque puede ser una barrera en su amor. Afrodita, te suplico que me lleves allí y que no le digas nada a ellas. Para cuando despierten todo habrá acabado.

Af: Esta bien mi niña, y te prometo que no les diré nada hasta que despierten y te busquen.

Así lo hizo, la llevó a las cuevas, y la dejó en la una zona donde podía, a una hora de camino de la guarida. Pero sucedió algo con lo que no contaban ni Vicky ni Afrodita.

*****

Gaby llamó a la puerta de la habitación de Xena, esta le dio permiso para pasar.

X: ¿Qué ocurre? -mientras se colocaba el camisón de dormir.

G: ¿Puedo hablar contigo? -dejando ver su nerviosismo.

X: Si, claro, siéntate. -acercándose a su amiga y sentándola en la cama.

G: Xena, mañana lucharemos contra Alti y contra mi hi... Esperanza, es posible que no salgamos con vida de ahí, y bueno, yo quería decirte una cosa que llevo guardando desde hace mucho tiempo... verás, yo te..., -las palabras que quedaron ahí, no podía decirlo.

X: Si, Gaby, continua, tu ¿Qué? -dijo Xena que no podía esconder su nerviosismo.

G: Yo te... te... te amo. -mirando al suelo, sin valor de mirar a su compañera.

Xena alzó la cara de su amiga, y poco a poco hizo desaparecer la distancia entre ellas, uniendo sus labios a los de ella y acercando su cuerpo al de su amor. Cuando se separaron ambas tenían una sonrisa en los labios.

X: Gaby, he soñado tanto tiempo con oír esas palabras salir de tus labios, te amo, Gabrielle, te amo más de lo que nunca he podido amar a nadie, eres la luz que ilumina mi alma, y no puedo vivir sin ti.

Ambas se fundieron en un cálido beso, y comenzaron a desvestirse mutuamente, con el deseo latente en su piel. Se hicieron el amor con pasión y amor, dándose mutuamente el alma en cada beso. Una vez calmaron el deseo de sus cuerpos, se tumbaron abrazadas dispuestas a dormir, pero algo ocurrió.

X: Algo malo está pasando con Vicky. -dijo Xena poniéndose rígida.

G: ¿Qué quieres decir? -dijo Gaby mirando atentamente a su amada.

X: Vicky esta en problemas. Rápido vístete. -levantándose de la cama y comenzándose a vestir.

*****

Afrodita no paraba de dar vueltas a la fuente, hacia unas horas que había dejado a Vicky allí, sabía que ya estaría luchando con sus enemigas y no poderle ayudar estaba acabando con sus nervios.

Xena y Gaby llegan donde Afrodita.

X: ¿Dónde está Vicky? -mirando a todos lados.

Af: Me pidió que no os dijera nada hasta que despertarais, supongo que si no habéis dormido es lo mismo... Se ha ido a enfrentar a Esperanza y Alti ella sola.

G: ¿Qué? ¿Por qué la dejaste? La mataran.

Af: Eso mismo le dije yo, pero estaba muy decidida, y no pude hacer nada.

X: ¿Por qué lo ha hecho? -mirando seria a Afrodita.

Af: Porque dice que ahora que por fin estáis juntas no quería que os separara la muerte, dijo que no tenía nada que perder, y que quería que fueseis felices. -llorando.

X: No es momento de llorar, Afrodita, nos tienes que dejar dentro de la guarida, sino no llegaremos a tiempo. -mirando a Afrodita.

Af: No puedo interferir, ya lo sabéis. -llorando cada vez más.

G: Dita, trajiste a Vicky para que la protegiéramos y entrenáramos, y debemos protegerla y ayudarla. No interfieres si nos dejas en la guarida para proteger a Vicky. -mirando a su amiga.

Af: Tienes razón. -sonriendo.- Vamos.

*****

Las tres amigas aparecieron dentro de la guarida, justo para ver como Esperanza y Vicky se enfrentaban. El cuerpo sin vida de Alti estaba en el suelo, con una espada clavada en su corazón.

E: Mi amor, me alegra volver a verte, estas preciosa, se nota que has aprovechado el tiempo, aunque no entiendo cómo has podido desarrollar tu cuerpo de esa forma en tan solo cinco días... a menos que... ya entiendo, ¿Es bonito el Olimpo? -sonriendo con malicia.

V: Esperanza, no estoy aquí para que te hagas la graciosa, voy a acabar contigo. -seria y sujetándose su brazo izquierdo el cual sangraba.

E: Veo que llevas muy mal nuestra ruptura, ¿a todas tus ex las tratas igual? -riendo.

G: ¡Vicky! -gritó haciendo que las dos se giraran hacia ella.

E: Vaya, vaya, pero si esta aquí mi mamá -con ironía.- ¿Cómo estás? ¿Ya te has tirado a Xena, o has preferido acostarte con mi ex? ¿A que tiene un osito precioso? -riendo fuertemente.

X: Esperanza, acabaré contigo. -desenvainando la espada.

V: ¡No!, Xena, debo hacerlo yo. -mirando seriamente a Esperanza.

E: Xena, siento haberte quitado el placer de matar a Alti, jajaja. -volviendo a reír.

X: ¿Cómo? -sin entender.

V: Cuando he llegado, me he enfrentado a Alti, ella es quien me ha herido, pero antes de poder acabar con ella, Esperanza le ha clavado la espada en el corazón.

E: Ya estaba cansada de esta loca, no la necesito para destruir al mundo, y empezaré por vosotras. -lanzándose hacia Vicky.

Vicky la esquivó como pudo, y le lanzó un fuerte golpe que desestabilizó a Esperanza y haciéndola caer. Esto fue aprovechado por Vicky, que colocó la espada en la garganta de Esperanza.

E: Vamos mi amor, piensa un poco, he sido la única que te ha dado amor, la que te ha comprendido cuando nadie lo hacía, ¿vas a matar a la única persona a la que has amado? -mirando seriamente a Vicky.

V: -Miró a Xena, después a Gaby, y finalmente a Esperanza.- Esperanza, yo te he amado, tanto que sentí que me arrancaban el corazón cuando me hiciste ver lo que realmente fui para ti, pero ahora todo es distinto, el vacío de mi alma, el que creí que tu llenaste, sigue ahí, y sé que será así hasta que encuentre a mi alma gemela, y siento decirte que no eres tu. -y clavó la espada en el cuello de Esperanza, haciendo que esta muriera en el acto.

Vicky soltó la espada, y cayó al suelo, desmayándose por la falta de sangre.

*****

Abrió los ojos, y pudo ver como una figura se formaba ante ella.

C: Buenos días, ¿Cómo te encuentras?

V: Bien, pero ¿Dónde están Xena y Gaby?

C: ¿Quiénes? Cuando te trajeron no venías con nadie.

V: ¿Dónde estoy? -intentándose incorporar.

C: Estas en el hospital, te caíste y te diste un fuerte golpe en la cabeza. Llevas tres días inconsciente.

Vicky miró atentamente a la muchacha que le hablaba, era rubia, con unos ojos verdes preciosos, había algo en ella que le resultaba familiar, pero no podía ser, no se parecía a Gaby... o si.

V: Perdona, ¿Cómo te llamas? -mirando fijamente a la rubia.

C: Claudia, ¿y tú?

V: Victoria, aunque mis amigos me llaman Vicky. -sonriendo a la muchacha.

C: Bien, entonces yo te llamaré Vicky... porque me gustaría ser tu amiga... si tú quieres.

V: No hay nada que me gustase más. -sonriéndole.

Ninguna lo sabía, pero estaban siendo observadas por tres mujeres desde el Olimpo.

G: ¿Creéis que hemos hecho bien? -apenada.

X: Es mejor que no recuerde nada, mi amor, no creo que se sintiera muy bien si supiera que mató a la mujer que amaba. -sonriendo y rodeando con sus fuertes brazos a su bardo.

Af: ¿Y qué me decís de haberla juntado con su alma gemela? ¡Un punto para Dita! -riendo.

G: ¿Estás diciendo que esa es mi reencarnación? -mirando atentamente a la muchacha.

X: Pues a mí me gusta más la original. -dijo Xena riendo.

Las tres rieron al ver a su joven amiga, quien no recordaría jamás haber salvado el mundo ni ayudado a que dos almas gemelas se unieran de nuevo.

Fin

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Y por supuesto gracias por leer lo que he escrito, solo con eso ya hacéis mucho.


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