RECORDANDO
Xena se acercó a su oído.
Xena: dime, ¿Qué eres de Tiara?.- susurrándole en un tono seductor.
Gabrielle: se lo dije, no la conozco.
Xena pasó el dorso de la mano por su mejilla, y volvió a susurrarle al oído.
Xena: ¿eres su amante?
Gabrielle: no, no lo soy.- contestó sobresaltada.
Xena notó que Gabrielle se ponía cada vez más tensa, por lo que se acercó aún más
rozando sus labios, fue entonces que notó que su presa se paralizaba; Xena dejó de
rozar sus labios para abrirlos lentamente y besarlos.
Cuando Gabrielle reaccionó fue demasiado tarde. Estaba debajo de ella.
Gabrielle tenía que hacer algo para despegarse de ella, trató de retroceder, pero Xena
la cogió de las manos, puso su rodilla entre sus piernas, abriéndose camino entre ellas.
Gabrielle sabía que no tenía escapatoria, estaba cediendo, sus brazos ya no tenían
fuerza para luchar, o tal vez no querían hacerlo. Fue entonces cuando Xena volvió a
acercarse a su oído
Xena: ¿por qué buscabas a la Destructora de Naciones?
Gabrielle: ella, se llevó a mi hermana
Xena dejó de respirar por una milésima de segundo y se apartó, se paró y dándole la
espalda de dirigió hacia la pared.
Gabrielle: -siguió hablando- encontré mi casa destruída, mi hermana ya no estaba,
fue entonces cuando los de la aldea vecina me lo dijeron, la Destructora de Naciones se
la había llevado para venderla, fui tras su rastro y solo encontré su cuerpo sin vida en
las afueras de la aldea.
Xena: y quisiste vengar su muerte.
Gabrielle: si, pero cuando logré acercarme, me golpearon y desperté en la celda.
Xena, retrocedió mentalmente en el tiempo mientras la esclava, le narraba lo que a su
familia le había acontecido; recordó aquella aldea en la que uno de sus guardias fue
ejecutado por matar a los prisioneros sin su autorización.
Gabrielle terminó de narrar su historia y cuando volvió hacia la emperatriz esta se
había quedado hipnotizada en sus recuerdos.
Gabrielle: ¿emperatriz?
Xena volteó bruscamente al retornar a la realidad, y se acercó a la prisionera
quitándose la capa que la cubría.
Xena: duerme un poco, te mandaré comida.- dicho esto le puso su capa sobre los
hombros, retirándose de la celda.
Solo se escuchó un susurro.
Gabrielle: gracias... -mientras ella se entregaba a Morfeo.
TRAMPAS
Fuera del castillo solo la luna iluminaba el rostro de la guerrera, tratando de olvidar
su pasado, y recuperar su presente.
Uno de los guardias se aproximó ofreciéndole un sobre.
Xena no volteó.
Xena: que pasa ya regresó Keros.
Trevor: no su majestad, pero mandó un mensaje.- fue entonces cuando la
emperatriz giró hacia el guardia.
Trevor: su majestad...- se arrodilló extendiéndole el sobre.
Xena: que esperas. ¡¡Léemelo!!
Trevor: está pidiendo refuerzos majestad, dice que esta cerca del campamento de
Tiara, pero necesita mas guardias para atacar.
Xena: la guardia imperial, claro. Puedes retirarte.
El guardia se retiró dejando a la emperatriz planeando su respuesta.
Xena: ¿con que quieres jugar en los dos bandos?, esta bien, jugaremos.- la media
sonrisa de la emperatriz avecinaba un ataque, y eso sería lo que haría.
Xena se retiró a su alcoba, mientras tanto Gabrielle seguía en un profundo sueño.
Continuará...