SUEÑO PROFUNDO
La noche cayó, otra vez la oscuridad rodeaba a Gabrielle, pero esta vez era diferente,
esta vez sabía donde estaba, o al menos eso creía, estaba en una habitación alfombrada
llena de lujos, pero al fin y al cabo era una celda, las cadenas habían desaparecido
pero el miedo no.
Gabrielle comenzaba a sentir más y más esa oscuridad conforme pasaban las horas.
Gabrielle: esta oscureciendo más, hace frío,, brrr...
Gabrielle sentía como los vellos de la piel se erizaban al entrar en contacto con el
viento que se colaba por detrás de la puerta. Trató de abrigarse lo mas que pudo con las
manos, pero no lo suficiente, así que decidió refugiarse en la alfombra, y taparse con
los cojines que estaban sobre ella, hasta enterrarse con ellos, el frío comenzó a
desaparecer, y un profundo sueño se sumió en ella por completo.
Habían pasado 4 horas desde que se quedó dormida, momento en el cual la Emperatriz
decidió regresar a la habitación.
La emperatriz abrió la puerta de la celda y encendió una lámpara que estaba encima de
una mesa al lado de la entrada.
Xena no veía a nadie en la habitación, así que ese error visual se lo atribuyó a la poca
iluminación.
Xena: Gabrielle.- llamó a la prisionera, pero no hubo respuesta.
Xena: si no te encuentro, te juro que conocerás a la Destructora de Naciones que
tanto buscas.
Xena: Gabrielle.- gritó y nada, no hubo respuesta.
Xena: Terses.- llamó, haciendo que el jefe de guardia y el segundo en mando
después de Keros apareciera rápidamente frente a ella
Terses: a sus servicios emperatriz.- dijo haciendo una venia.
Xena: busca a Gabrielle, quiero su cabeza.
Terses: ¿Gabrielle?
Xena: la prisionera que estaba en la celda.- dijo casi gritando.
Terses: enseguida su majestad.
DESPERTANDO
Xena entró a la habitación y cerró la puerta, tirándola fuertemente, lo que hizo que
Gabrielle comenzara a salir de su profundo sueño.
Xena observó unos cojines en la alfombra colocados muy inusualmente, y más aún como
alguno de ellos subían y bajaban.
Xena salió inmediatamente de la habitación e hizo que llamaran a Terses nuevamente.
Terses: ¿me llamó majestad?
Xena: si, cancela la orden.
Un poco confuso el jefe de guardia asintió y se retiró.
Xena sacó la espada y muy suavemente retiró los cojines para descubrir a su prisionera
que aun seguía dormida.
La emperatriz se retiró y se dirigió hacia la mesa, en donde había un jarra de agua,
con la cual regresó hacia donde yacía dormida Gabrielle para verter el contenido sobre
ella.
Xena: veamos si todavía sigues con sueño después de esto.- dijo arqueando los
labios hasta formar una sonrisa con ellos.
Xena vació el agua sobre Gabrielle haciendo que se levantara sobresaltada, para
encontrar la espada de Xena sobre su cuello, lo que hizo que se parara rápidamente
retrocediendo a la vez para alejarse de la filosa espada de la guerrera, lo que no logró
exitosamente, ya que la emperatriz siguió avanzando manteniendo la espada en su lugar,
y aún más haciendo retroceder a su presa más y más hasta llevarla al borde de una mesa
que se atravesaba en su camino.
La respiración de Gabrielle se aceleraba más y más al verse acorralada, ella la tenía
en la mira, notaba como esos ojos azules se estrechaban más y más enfocando más
directamente hacia ella. La emperatriz la tenía donde quería y lo sabía.
Gabrielle fue cediendo ante la mirada gélida de la emperatriz, a la vez que la
emperatriz se incorporaba sobre ella sin quitarle la espada del cuello y logrando
colocarla de espaldas, boca arriba sobre la mesa.
Gabrielle sintiendo de cerca la respiración de la emperatriz, la escuchó susurrarle al
oído.
Xena: ¿sabes que casi pierdes la cabeza?
Gabrielle: quieres mi cabeza, ¿eso es?
Xena: la quería hace un momento.- dijo retrocediendo un poco.
Xena: ahora solo quiero una cosa de ti.- volvió a acercarse más dejando caer la
espada para poder apoyarse mejor sobre la mesa, su respiración volvió a acelerarse más.
Continuará...