Titulo Original: O Pôr-do-Sol no Egito


ATARDECER EN EGIPTO

Por Sarah Ishtar
Traducción Valky

CAPÍTULO 3

Algunas horas antes.

"Xena decidió quedarse en Egipto un día más. Tal vez para reflexionar..." pensó Gabrielle, que pasó todo el tiempo, desde la despedida de Octavio, en el gran salón del trono de Cleopatra. En la despedida intentó aproximarse a la guerrera, pero al ver su semblante serio, triste y confuso, desechó la charla que deberían tener y se dirigió al interior del palacio. Estaba insegura y dolida, necesitaba tiempo para pensar.

En este momento, estaba sentada en el suelo, con la espalda apoyada en una columna, del lado izquierdo y atrás del trono, encogida, con los brazos envolviendo las piernas y la barbilla apoyada en las rodillas. Lleva su ropa de guerrera. Al mismo tiempo en que contempla el atardecer, recuerda los momentos con Xena, cuando la conoció, todas las veces que le salvó la vida, todos los momentos duros que tuvieron que pasar, las aprobaciones y desaprobaciones, siempre lado a lado. "¿Entonces, por qué esto ahora? ¿Por qué esta inseguridad?" Gabrielle levanta la cabeza y la apoya en la columna, pensando: "¿Qué ha sido de ti? Te necesito"

La poetisa no consigue entender como Xena pudo dejar enredarse por Marco Antonio. No era sólo eso, con Ares también. En Amphipolis, a pesar de que Xena lo negó, la bardo tenía la certeza de haberla oído confesar que sintió algo por el Dios de la Guerra; sin embargo, debido a sus dudas, decidió no tocar de nuevo en ese tema. Pero ahora, en Egipto, Xena declaró abiertamente su "opinión" sobre el romano. Con esto, Gabrielle empezó a cuestionarse sobre su relación con Xena. El porqué sobre el gusto de la guerrera hacia estos hombres.

"¿Será que ella ya no me ama? ¿Será que ya no se siente atraída por mi?... No es eso. Ya pasamos por tantas cosas juntas. Yo sé que Xena me ama, pero... ¿Por qué desea a otros?" Indaga la bardo.

Gabrielle suspira, ya era casi de noche, ya no se ve el sol. Sin darse cuenta, entran algunos criados y empiezan a encender las antorchas. Uno de ellos nota su presencia, se dirige a ella y pregunta de forma humilde:

Criado: "¿Desea algo, señora? ¿Frutas, vino o cenar?"

Gabrielle que estaba sentada junto a la columna, sumergida en sus pensamientos, se sorprende ante la pregunta:

Gabrielle levantándose: "Ah... ¿Qué?... Disculpa, no he oído lo que me has dicho."

Criado: "¿Desea cenar?"

Gabrielle: "No, gracias. No tengo hambre"

Criado: "Si, señora. Si desea algo, tan solo llame. Con su permiso"

El criado se retira, Gabrielle lo acompaña con la mirada. En seguida, se sienta e un diván, que está en una esquina del salón. Al sentarse, coloca los codos sobre las rodillas y la parte frontal de la cabeza sobre las manos. Siente la nariz dolorida, Bruto acertó de lleno. Empieza a recordar como conoció a Xena. La fascinación que sintió hacia ella. Sin embargo, en los primeros años de convivencia con la guerrera, la poetisa era muy ingenua para entender sus sentimientos. Sólo comprendió y aceptó su amor, después de la muerte de la Princesa Guerrera en Cirra.

Gabrielle no sabía exactamente cuando o como su admiración se transformó en amor y deseo, porque fue un proceso lento y gradual. A través de la convivencia, la poetisa conoció las cualidades y defectos de Xena, admirándolos y aceptándolos. Aun así, sus primeros sentimientos, aquellos ligados a un nivel más sexual, Gabrielle los reprimió, ya que no comprendía como dos mujeres podían estar juntas.

"Pasé noches enteras admirando a Xena. Sus trazos... sus labios... sentía una enorme necesidad de tocar aquel cuerpo... solo que no sabía como... me cuestionaba si eso era cierto, ese sentimiento que se apoderó de mi... me preguntaba si Xena lo entendería... adoraba y adoro observar a mi amor... admirar las curvas de aquella guerrera... En el castillo de Sisyphus fue increíble sentir su calor, su olor, su protección..."

Cuando quedó medio drogada, al comer un trozo de pan de nueces en una caverna, al intentar ayudar a Anteus a no matar a su hijo Ícus, en nombre de Dios, Gabrielle acabó confesando que Xena era "preciosa", a pesar de ya haberlo dicho en otras ocasiones. Pero esta vez, Gabrielle no consiguió descifrar su enorme admiración. En estado sobrio, intentó engañarse, repitiéndose a si misma que estaba drogada, que la atracción sentida fue resultado del narcótico, pero fue imposible reprimirse por mucho tiempo.

Al ayudar a Salmoneus a luchar contra Talmadeus, Xena fue herida por un dardo envenenado. Obra de Callisto. La guerrera acabó entrando en un estado de letargo, para que su cuerpo pudiese resistir el veneno. Sin embargo, Gabrielle pensó que la princesa había muerto, desesperándose. Nunca antes sintió semejante tristeza.

"¡Qué dolor! ¡Qué angustia!... empecé a notar que mis sentimientos hacia Xena iban más allá de una simple amistad... ¿Por qué necesitamos pasar por tantas cosas dolorosas para comprender ciertos deseos?"

La bardo recuerda como era su vida antes de estar con la guerrera, la tranquilidad de Potedaia. ¿Cómo estaría su hermana Lila? ¿Su padre Erótubos y su madre Écuba? Les hechaba de menos. "Visitaré a mi familia cuando vuelva". Piensa. De repente, viene la imagen de Xena salvándola a ella y a las mujeres de su pueblo, de los hombres de Draco.

"Huí de casa en busca de excitación y aventura, pero en verdad, acabé encontrando a mi alma gemela y transformándome en una cosa nunca antes imaginada... una guerrera".

Tardó un poco en entender lo que sentía. Los celos hacía Marcus, Hércules y otros. Su matrimonio con Pérdicas, que en realidad era un intento de huir de sus verdaderos deseos. "¿Cómo pude engañar a mi corazón y huir de mis sentimientos?"

Cuando Xena murió, después de visitar las ruinas de Cirra, Gabrielle empezó a entender sus sentimientos. Su relación con Xena era algo muy fuerte. Al ser besada por la guerrera por primera vez, la poetisa sintió algo inexplicable, una excitación nunca antes sentida, incluso estando la guerrera en el cuerpo de Autólycus.

Gabrielle sonríe al recordar el primer beso con Xena, pero se cuestiona en voz baja: "Bueno, no fue precisamente el primer beso, ella esta en el cuerpo de Autólycus, pero fue la primera vez que Xena me demostró su amor, para mi siempre había sido tan solo mi amiga... y cada vez que un chico se acercaba a mi, Xena parecía una fiera, y cuando me casé parecía desconsolada... entonces... ¿Cuándo comenzó a amarme? La verdad, nunca había pensado en eso..." La bardo está furiosa consigo misma... "Pero ¿Por qué esto ahora? Xena ahora solo tiene ojos para morenos sin escrúpulos... de nada sirve pensar sobre el amor de esa guerrera..." Gabrielle se reprende y cambia de posición, hacia el lado izquierdo.

Pero de nada sirve toda esa censura, el corazón de Gabrielle no para de pensar en Xena. El siguiente recuerdo que invade la mente de la poetisa fue lo que ocurrió; lógicamente lo inevitable, después de que Xena hubiese probado todo su amor por la bardo.

"Xena decidió luchar contra la muerte, invadió el cuerpo de Autólycus, sólo para conseguir la ambrosía y volver a la vida para esta conmigo... fue muy romántico..." Piensa Gabrielle.

Lo inevitable fue su primera noche de amor con la guerrera.

Gabrielle recuerda cada detalle de aquella noche. Agitada, sin conseguir expulsar esos recuerdos, la poetisa se mueve de nuevo en el diván, en esta ocasión mirando al techo con un brazo bajo la cabeza, empiezan a surgir las imágenes en su mente.

Después de la despedida de Autólycus, cerca de la entrada de la caverna, junto al río, Gabrielle se aproximó a Xena que estaba sentada limpiando su espada. Gabby llamó por la princesa:

Gabrielle: "Xena."

No sabía como empezar la conversación, pero estaba dispuesta a hablar sobre el beso, la barda inicialmente empezó con el diálogo de una forma despreocupada.

Xena: ¿Qué?

Gabrielle notó que la guerrera continuó limpiando la espada, sin a penas mirar hacia ella. La poetisa sabía que cuando la guerrera evitaba mirarla a los ojos, era una forma de huir de un asunto o porque había cometido un error y no quería asumirlo o el asunto la incomodaba de algún modo.

"Tal vez Xena estaba avergonzada... nunca pensé en eso... ¡qué mona!" Piensa Gabrille, con una sonrisa en los labios. En seguida recuerda toda su conversación:

Gabrielle: "¿Me prometes que nunca más vas a morir?"

Xnea: "Lo prometo."

Gabrielle: "Sabes que durante algunos instantes supe lo que es ser como tu."

Xena: "¿y?"

Gabrielle: "Fue emocionante, acogedor, perfecto!!"

Xena: "Gabrielle; ¡fue una pelea!

Gabrielle: "¡Me sentí protegida! El mundo necesita personas como tu, ¿verdad?"

Xena: "Verdad."

Gabby recuerda, que después de esa conversación, colocó su cabeza en el hombro de Xena por unos instantes, pero como estaba muy ansiosa y dispuesta a hablar sobre sus sentimientos, quitó la cabeza de su hombro y se volteó hacia la guerrera, preparada para decir la primera palabra.

Debido al movimiento brusco de Gabrielle, Xena también se volteó hacia ella encontrándose con sus ojos. Gabrielle desistió en decir cualquier cosa al encontrarse con aquellos ojos azules, pasó a mirar los labios de la guerrera, objeto de su deseo desde hacía tiempo. Esta notó las intenciones de la bardo y empezó a aproximarse lentamente hacia si boca, pero en ese momento llegó Ephiny.

"Si no fuese por Ephiny, probablemente en aquel momento, Xena y yo nos besaríamos. Y... técnicamente, ese sería nuestro primer beso.." Analiza Gabrielle.

Rápidamente, Xena y Gabrielle se levantaron. Ephiny acabó disculpándose, sin saber como reaccionar.

Ephiny: "Disculpadme, yo... no quería interrumpir nada... yo... vuelvo en otro momento... y....

Xena intentó amenizar la situación en la cual se encontraban, no iba a esconder la verdad; su amor.

Xena dice tranquilamente: "Ephiny, todo va bien."

Ephiny un poco aliviada, pero aún así, totalmente avergonzada: " Vale... es que... vine decirle a la Reina que las amazonas la esperan para que regrese a la aldea."

Gabrielle: "Entonces... mejor irnos ahora... porque ya es de noche... es demasiado tarde... vamos..."

Xena continuó agarrándola por el brazo. De repente, la guerrera quedó frente a frente con su amada. Deslizó su mano por el brazo de Gabrielle hasta llegar a sus dedos, entrelazándolos. Xena la contempló por unos instantes, para decir con su sonrisa seductora: "¿Por donde íbamos?"

Gabrielle respondió con su sonrisa. Xena se aproximó a ella, mirándola fijamente a los ojos, esta sentía que el corazón se le iba a escapar. Sin cerrar los ojos, sus labios se tocaron, dulce y suavemente. Xena alejó su boca por un instante. Sus labios se tocaron nuevamente, pero esta vez, ambas cerraron los ojos. Xena jugueteó un poco con los labios de Gabrielle, chupándolos para después explorar mejor la lengua de la poetisa. El beso cada vez era más ardiente. Gabrielle colocó su mano en la cintura de Xena, aproximando sus cuerpos. Cuando se separaron, Xena continuó con los ojos cerrados por unos instantes, al abrirlos se encontró con la más dulce de las sonrisas en los labios de Gabrielle. Le faltaba el aire.

"Debió haber sufrido mucho... entonces porque tardó tanto tiempo en decirme que me quería... tal vez tenía miedo... de perderme... creyendo que yo no entendería sus sentimientos."

Durante todo el camino de vuelta a la aldea amazona, que no fue mucho tiempo, Gabrielle caminó al lado de la Princesa Guerrera agarrándola por la mano, sin decir ni una palabra. Intentaba imaginar que pasaría después, pero antes de nada, decidió hablar con Ephiny, sabía, muy por encima, que había algunos casos parecidos como el suyo, en la tribu amazona, que de cierto modo, era una costumbre que dos mujeres estuviesen juntas.

La guerrera decidió no romper el silencio durante el camino, ella hacía sus propias reflexiones. Como: ¿Sería adecuado continuar?... ¿Gabrielle realmente desea eso?... ¿Por qué me siento como una virgen?

Ephiny, un poco recelosa, esperaba por la Reina.

Gabrielle, al llegar, sintió alivio al encontrarse a su amiga esperándola. Puso una disculpa para hablar en primer lugar con Ephiny, antes de quedarse a solas con Xena.

Ephiny: "Discúlpeme Reina... necesitamos hablar sobre..."

Gabrielle ni tan siquiera le permitió acabar, interrumpiéndola: "Oye... Ephiny... mismamente necesitamos hablar" la poetisa se volteó hacia Xena diciendo: "¿Te importa?"

Xena había entendido y comprendido lo que la bardo quería hablar con Ephiny y respondió: "Yo voy a tomar un baño."

Gabrielle: "Eso... haz justamente eso..." Gabrielle sonrió y dijo en voz baja, solamente para Xena: "Gracias".

Xena correspondió a su sonrisa y bromeó con Ephiny: "Cuidado con lo que vais hablar..."

Ephiny no respondió, no había entendido lo que realmente Xena quería decir.

La guerrera se dirigió a la poetisa, acarició el rostro de su amada y habló bajito, de forma muy sensual: "Después del baño, nos vemos en la cabaña de la Reina. ¿Bien?

Ephiny escuchó toda la conversación, sin evitarlo, comprendiendo la "amenaza" de Xena.

"Por todos los dioses!! Que tímida era... no era para menos, nunca había imaginado que dos mujeres... un día podrían... llegar a... enamorarse, quedé muy avergonzada. La verdad... no sabía como hacerle ciertas preguntas a Ephiny... pobre... ella estaba igual que yo."

Después de que Xena fuese a darse un baño, Gabrielle agarró a Ephiny por el brazo y la llevó a la cabaña de la Reina. Ambas se sentaron en la cama. El cuarto estaba muy adornado con varias máscaras y objetos de lucha.

Gabrielle totalmente avergonzada y sin saber como preguntar: "Ephiny... no se como decirlo... sólo sé que hay amazonas que ya pasaron por esto... bueno... es lo que he oído. ¿Cómo... es..."

Ephiny decidió facilitarle las cosas a Gabrielle, ya que se mostraba un poco cobarde con el tema.

Ephiny: "Quieres saber como dos mujeres pueden estar juntas, ¿verdad?

Gabrielle ruborizándose: "Sí... más o menos eso..."

Ephiny: "Es muy común en la tribu ese tipo de cosas... pero... ¿no sería mejor que te lo explicase Xena?

Gabrielle: "Creo que ella también está un poco... ya sabes... avergonzada... sin saber que hacer."

Ephiny: "No me lo creo. Xena es más vieja, es guerrera. Apuesto que ella está nerviosa tan solo porque le gustas, no por el hecho de no saber que hacer."

Gabrielle: "Xena tiene ventaja, ambas cosas me ponen nerviosa."

Ephiny: "Mi consejo es que te relajes y te dejes llevar por Xena".

Gabrielle sin conformarse: "Ese consejo no me sirve de nada... necesito un patrón de como las cosas van a suceder."

Ephiny: "Este tipo de asuntos no se pueden resolver con palabras... tienes que vivirlo. ¿Entiendes?

Gabrielle: "¿Ya has pasado por esto?"

Ephiny: "Sí"

Gabrielle: "¿Y como fue?"

Ephiny: "Cariñoso, excitante, diferente..."

Gabrielle: "Por los dioses... me muero de nervios... ni en mi noche de bodas con Pérdicas estaba así..."

Ephiny la coge de la mano notando que la tiene fría y húmeda. Ratificando de nuevo su consejo: "No lo estés, déjate llevar por Xena, te enseñará como hacerlo."

Xena entró en la cabaña.

Ephiny se levantó y dijo: "Os dejaré solas. Mañana hablaremos sobre tu reinado Gabrielle.

Gabrielle: "Gracias Ephiny."

Ephiny a penas sonrió, se dirigió a la puerta, donde estaba Xena que tenía el pelo mojado. Sujetaba sus armas y su atuendo de guerrera, a penas vistiendo su ropa de cuero.

Antes de salir, Ephiny le dijo en voz baja a Xena.

Ephiny: "Sé dulce, está muy nerviosa."

Xena sonriendo le dijo en el mismo tono: "Entonces ya somos dos, me siento como una virgen."

Ephiny sonrió: "No te preocupes todo saldrá bien."

Xena: "Gracias."

Ephiny se retiró. Al salir de la cabaña, la amazona dio ordenes para que nadie molestase a la reina.

Después de la salida de Ephiny, Gabrielle preguntó a Xena.

Gabrielle curiosa: "¿Qué cuchicheabais?

Xena colocó sus cosas encima de una mesa y se dirigió a Gabrielle.

Xena sentándose en la cama: "Nada importante."

Gabrielle un poco celosa: "¡Cómo que nada importante! Prácticamente te lo susurró al oído."

Xena respondió juguetona, para quitarle importancia a la situación: " Vale... te lo digo si tu me dices de que estuvisteis hablando."

Gabrielle un poco incómoda: "¡No es justo!"

Xena: "¿Por qué no?"

Gabrielle suspiró, no sabía como iba a decir aquello que tanto tiempo la había afligido.

Gabrielle: "Tu sabes porqué... y sabes muy bien lo que hablamos."

Xena: "Quiero escucharlo de tu boca."

Gabrielle: "¡Tengo miedo!"

Xena la agarra de la mano y empieza a acariciársela y dice dulcemente: "No tengas miedo, no voy a hacerte daño."

Gabrielle bajó la cabeza y respondió: "No sé que hacer."

Con la otra mano, Xena le agarró suavemente la barbilla, levantando su cabeza, haciendo coincidir sus miradas.

Xena: "Bien... yo también voy a confesar algo... Estoy muy nerviosa. Hace mucho tiempo que no me sentía así... pero si tu no estás preparada... te entiendo."

Gabrielle admiró por unos instantes aquel ser que ante ella estaba. Las antorchas hacían que el cabello mojado de la guerrera reflejase las luces del ambiente. Sus ojos azules mostraban el profundo amor que sentía hacia la poetisa. A la bardo le faltaba el aire, su corazón se aceleró. Sus manos temblaban.

Gabrielle: "Yo... yo solo te quiero a ti... solo que no sé como... siento la necesidad de besarte... de acariciar tu cuerpo... solo que no lo entiendo..."

Xena comprensiva: "No entiendes como dos mujeres pueden llegar a amarse, ¿verdad?"

Gabrielle más calmada: "Sí. Es algo que puede conmigo... ¿Cómo fue?... ya sabes... tu primera vez..."

Xena: "Fue con una vieja amiga... ¿Sabes, Gabby?..." Xena sonrió. Colocó su mano en la cara de la bardo y preguntó: "¿Puedo pedirte algo?"

Gabrielle curiosa: "¿El qué?"

Xena aproximó su boca al oído de Gabrielle, susurrando provocativamente: "¡Confía en mi!"

Gabrielle volteó su rostro, quedando a pocos centímetros de los labios de Xena: "¡Siempre!"

Xena besó a Gabrielle. En un primer instante, fue apasionado y excitante, terminando de una forma más suave. La bardo, que estaba sentada al lado de la guerrera, se sentó en su regazo, envolviendo la cintura de la Princesa con sus piernas y el cuello con sus brazos.

Las manos expertas de la guerrera fueron quitando el collar de perlas que envolvían el cuello de la poetisa; ya que se encontraba con su ropa de reina de las amazonas. Xena siguió bajando por Gabrielle, la cual gemía a cada toque. Xena bajó la tira del top, besó el hombro de la bardo. Primero fue el derecho, después el izquierdo. Paró por un momento. Xena levantó la cabeza y se encontró con los ojos de Gabrielle, completamente presos de la lujuria. A la guerrera le faltó el aire. Sus dedos se deslizaban por la espalda de Gabrielle. Esta a su vez acariciaba los húmedos cabellos de la Princesa.

Gabrielle cogió la mano derecha de Xena y la colocó encima de su seno izquierdo. La guerrera notó el corazón acelerado de la poetisa. Esta a su vez dice: "Está latiendo por ti... Xena... te amo!!"

Gabrielle se acercó a la guerrera para besarla. Su lengua invadió la boca de Xena. Todos los miedos e inseguridades que dominaban a Gabrielle fueron substituidos por un enorme deseo, De acariciar y ser acariciada, por la mujer amada.

Xena al mismo tiempo que la besaba, desabrochaba su top. Al terminar, retiró sus labios de la boca de Gabrielle, llevándolos a los pechos de la bardo. Gabrielle entró en éxtasis al sentir aquella lengua y aquellos labios. Sus pezones se endurecieron de placer.

Xena cuidadosamente se levantó. Gabrielle continuó en su regazo. La guerrera acostó a Gabrielle en la cama, sin dejar de mirarla a los ojos. Retiró las botas de la reina, muy lentamente. Al terminar deslizó sus manos por la parte lateral de las piernas de la poetisa, desde los pies hasta la parte baja de la espalda. Sin detenerse, quitó la falda a Gabrielle que en ningún momento, abandonó el azul de los ojos de Xena. Al terminar, la Princesa estaba de pie al lado de la cama, contempló aquella mujer que era su luz, completamente desnuda, dispuesta a entregarle su amor, su cuerpo y su alma.

Xena bajó la tira que sujetaba su ropa de cuero. Gabrielle levantó el tronco para poder visualizar mejor a su amada. Después la guerrera bajó la otra tira por su hombro. La ropa se deslizó suavemente por su cuerpo, cayendo al suelo. Desnuda, Xena se arrodilló. Atrajo a Gabrille, haciendo que se aproximase a la guerrera y se sentase en el borde de la cama. La cama no era muy alta. Así el rostro de Xena quedó al mismo nivel que el de Gabrielle. La guerrera agarró las manos de la poetisa y las besó.

Xena: "Por ti fui capaz de volver del Tártaro... lo que siento es más fuerte que la muerte... nada en este mundo, ni nadie, será capaz de cambiar lo que siento por ti... te amo y siempre te amaré... mi luz."

Gabrielle estaba emocionada. Algunas lágrimas caían por su rostro. Nunca había visto a Xena entregarse de ese modo.

Xena pasó sus dedos por la cara de Gabrielle, limpiando las lágrimas.

Xena: "Hey!!... No llores..."

Gabrielle agarró la mano de Xena y la besó: "No pasa nada... Es que fue tan bonito lo que me has dicho... que... me he emocionado... ¡Significó mucho para mi oír eso de tu boca!"

Xena: "Esperé por este momento demasiado tiempo... decir que te amo..." Xena besó levemente los labios de Gabrielle, continuó: "Besar tus labios..."

Gabrielle: "Yo también."

Xena besó a Gabrielle. Sin separar los labios la una de la otra, se acostaron en la cama. La guerrera comezó a besar el cuello de la poetisa, bajando despacio, hasta llegar a sus senos, parándose en saborearlos, mezclando leves mordiscos con pequeños besos. Gabrielle completamente excitada, gemía de intenso placer. De repente, Xena se detuvo, para empezar a besar la barriga de la bardo...

Criado: "Señora... señora..." Como no obtuvo respuesta de Gabrielle, el criado tocó en el hombro a la poetisa y la llamó más alto: "¡SEÑORA!"

Gabrielle se asustó, estaba totalmente sumergida en sus recuerdos.

Criado: "Discúlpeme, no quería asustarla, es que recibí órdenes de llamarla."

Gabrielle se sienta en el diván y dice: "No pasa nada ¿Quién me llama?"

Criado: "Shiana. Ella ordenó que la buscase para comunicarle que, los preparativos para su partida y la de su amiga, ya están listos."

Gabrielle: "¿Acaso sabes donde está mi amiga?"

Criado: "Xena está en sus aposentos, hablando con Shiana."

Gabrielle: "Es verdad. Gracias."

Criado: "Con su permiso."

La reina de las amazonas no entendía la atracción que Xena, últimamente, sentía hacia algunos hombres. Pero hay algo que tiene claro.

"Nada, ni nadie en este mundo será capaz de cambiar el Amor que Xena siente por mi... Ella es mi alma gemela... Estamos destinadas a estar juntas... Para siempre..."

Pensando en esto, Gabrielle se levanta, preparada para dejar el salón y decir a su amada lo que su corazón nunca ha dudado: Xena ama a Gabrielle, y la bardo ama a su guerrera. Nada ni nadie podrá cambiarlo.


CAPÍTULO 4

En la habitación.

Gabrielle con una voz triste: "¡Hola! ¿Interrumpo algo?" Fue lo único que la poetisa consiguió pronunciar, después de encontrarlas abrazadas.

Xena y Shiana se sorprenden ante la presencia de Gabriele, alejándose la una de la otra.

Gabrielle que ya había olvidado el motivo que la llevaba al aposento, da lugar a una escena de celos.

Gabrielle: "Si estoy, puedo volver en otro momento... Ah... mejor..." La poetisa encara a Xena: "No volver más..."

Xena siente como una puñalada en el pecho. Empieza a decir algo, pero Gabrielle no la deja terminar.

Xena: "Sé como te sientes... incluso yo quería entenderlo."

Gabrielle nerviosa: "¿Que querías entenderlo?... ¡yo sí que quería entenderlo!... primero fue Ares..."

Xena: "Ares..." La guerrera intenta justificarse, pero de nuevo es interrumpida por Gabrielle.

Gabrielle: "Por favor, déjame terminar... Quiero que seas sincera... Esto me lo llevo guardando demasiado tiempo."

Xena desiste en dar explicaciones, simplemente dice: "Está bien, termina."

Gabrielle: "En Amphipolis, sentiste algo por Ares... y no intentes negarlo... lo sé..."

A Xena le cuesta confesarlo, pero lo reconoce: "Sí... sentí algo... pero no significó nada..."

Xena está nerviosa, no consigue hacer entender a Gabrielle que no hubo nada entre ella y el romano.

Xena: "Por favor, Gabrielle, escúchame... me sentí atraída por Marco Antonio... apenas eso..."

Shiana defiende a Xena: "Estás siendo injusta..."

Gabrielle explota: "¡Injusta! ¡¡¡Cómo te sentirías si encontrases a la persona que amas en brazos de otros!!!"

Shiana irritada: ¡Feliz! Al menos Cleopatra estaría viva..." Shiana se detiene un instante, recuperando la tranquilidad y continúa.

Shiana: "Gabrielle... sé lo que estás pensando, y quiero decirte que Xena y yo somos sólo amigas. El motivo por el que Xena me estaba abrazando fue un gesto de agradecimiento..."

Gabrielle impaciente la interrumpe: "Agradecimiento ¿por qué?"

Xena interviene en la conversación, Gabrielle desvía su mirada hacia la guerrera, encontrándose con la mirada más dulce y verdadera que había visto.

Xena: "Por hacerme entender que te amo... y que siempre te amaré..."

Gabrielle queda atónita, no con lo que Xena le acaba de decir, pero sí por darse cuenta de que últimamente la bardo, era responsable de todo el sufrimiento, tanto del suyo como el de Xena, por culpa de sus inmensos celos.

Shiana se dirige a la entrada de los aposentos, donde Gabrielle se encuentra cabizbaja. Coloca su mano en el hombro de la bardo. Esta levanta su cabeza y se encuentra con una mirada amistosa.

Shiana: "Sé que estás insegura, buscando respuestas. Entonces no te dejes llevar por falsas suposiciones y escucha lo que Xena quiere decirte... será mejor que os deje a solas."

Antes de abandonar la habitación, Shiana dirige su mirada a Xena, como una forma de incentivo y se retira.

Gabrielle más tranquila: "¿Sabes?... estaba en el salón del trono de Celopatra y... vinieron a mi mente algunos recuerdos..." La poetisa pierde la voz, quería ir directa al asunto. Respira hondo, mira a Xena y dice de forma triste: "Mi vida últimamente gira entorno a la palbra POR QUÉ... y lo odio... pero ahora... me doy cuenta que la causa de este sufrimiento... fui yo... con esas escenas de celos... mis inseguridades..."

Xena se siente mal, quiere abrazar a Gabrielle, mostrarle que no hay motivos para tener inquietudes.

Gabrielle: "Yo sólo quería entender... tu gusto por eses hombres..."

Xena rápidamente se dirige a la bardo, se arrodilla ante ella colocando sus manos en las rodillas de la poetisa, haciendo una leve presión, abriendo sus piernas. Xena aproxima su tronco. Agarra el rostro de Gabrielle; no bruscamente, sino al contrario, de forma cariñosa, haciendo que sus miradas se encontrasen.

Xena dolida: "Por favor, escúchame... sentí atracción por Marco Antonio... pero no significó nada para mi... Te amo..."

Gabrielle se levanta y se dirige hacia la ventana.

Xena, aún de rodillas de espaldas a Gabrielle, dice: "No sé que hacer o que decir, para que me entiendas..."

Grabielle angustiada: "Lo sé..."

Xena se levanta, se dirige a Gabrielle y dice: "¿Te acuerdas cuando te dije que, nada ni nadie en este mundo será capaz de cambiar mi amor por ti?... Entiéndelo, por favor... Ares no es nada para mi, mucho menos Marco Antonio..." Xena acaricia el rostro de la bardo y continúa: "Tu lo eres todo... moriría por ti..."

Gabrielle se siente aliviada, porque sabe que lo que acaba de oír es verdadero, por eso, sonríe y dice: "Eso no me gustaría... dejar a una niña huérfana y a mi corazón desamparado."

Xena se alegra, porque ambas empiezan a entenderse.

Xena: "¿Me perdonas? Por hacerte daño... por hacerte sufrir."

Gabrielle: "Sólo si me prometes que vas a estar bien lejos de morenos sin escrúpulos..."

Xena: "Prometido."

Xena abraza a Gabrielle.

Gabrielle siente una enorme seguridad cuando está en los brazos de la Princesa Guerrera. Con eso, todas sus inseguridades, miedos y angustia se van, quedando a penas la certeza de que esa mujer la ama.

Aun con la bardo en sus brazos, Xena comenta: "Ya pasamos tantas cosas juntas, Gabrielle... recuerdo... en la aldea amazona... cuando cogiste mi mano y la colocaste sobre tu corazón... latía muy rápido..." Xena se aleja un poco de la poetisa para hacer lo mismo, coge la mano de Gabrielle y la coloca sobre su corazón, y continúa: "Late por ti... y solamente por ti... si ni siquiera la muerte nos ha podido separar... no será otra persona quien lo consiga."

Gabrielle sonriendo: "Yo estaba recordando exactamente eso... nuestra primera noche de amor..."

Xena sonríe: "Ni luchando con gigantes estaba tan nerviosa como aquella noche..."

Gabrielle acaricia el rostro de Xena: "Si tu estabas nerviosa, imagínate yo... una inocente campesina..."

Xena sarcástica: "Inocente... no tanto..."

Gabrielle: "¿Perdón?"

Xena: "Para ser una persona que sólo había estado un noche con un hombre, aprendes rapidito... quitando que besabas demasiado bien para ser una persona... inocente...."

Gabrielle indignada: "¿Besaba?" La poetisa agarra a la Princesa y le da un ardiente beso.

Xena casi sin aire: "Ciertamente... que aun besas muy bien... y la inocencia... se ha perdido hace algún tiempo." Xena dice al oído de Gabrielle: "Aunque... me gustas más así.... sin ninguna inocencia ni pudor..."

Gabrielle agarra la mano de Xena y la lleva hasta la cama. Quería mostrarle a la guerrera que estaba realmente arrepentida por todas las escenas de celos. La bardo le de un leve empujón, apenas para desequilibrar a la guerrera, forzándola a caer, se pone encima de la Princesa y dice:

Gabrielle provocativa: "¿Te gusta más así?" La poetisa finge que va a besarla y deja que sus labios se toque levemente por un instante, después continúa: "¿Dominante?"

Xena: "Ohhhh sí... lo adoro."

Gabrielle dulcemente: "Quiero redimirme... por todo mi despecho... te amo... y todas mis inseguridades son fruto del enorme miedo que tengo a perderte..."

Una de las manos de Xena, que se encontraban envolviendo la cintura de la poetisa, se desliza hasta la cabeza de Gabrille, con el propósito de atraerla y besarla. Después de un beso lento y cariñoso, Xena dice:

Xena: "Nunca vas a perderme, ¿Sabes por qué?

Gabrielle: "No."

Xena juguetona, más bien de una forma sexy: "Porque te amo, mi bardo celosilla..."

Gabrielle sale de encima del cuerpo de Xena y se acuesta en la cama.

Gabrielle pensativa: "¿Siempre fui así?"

Xena se voltea, apoya el codo en la cama y la cabeza sobre su mano. Su otra mano acaricia los cabellos de Gabrielle.

Xena curiosa: "¿Cómo?"

Gabrielle: "¿Posesiva?"

Xena sigue juguetona: "Solo cuando me atraen ciertos individuos... porque yo también me muero de celos por ti."

Gabrielle: "Quitando que yo no me hago pasar por la Reina y me pongo a conquistar romanos..."

Xena: "Eso ha sido un golpe bajo... ya estás apelando..."

Gabrielle: "Disculpa."

Xena: "Mira... ¿Acaso tu no has encontrado en algún instante, a Marco Antonio atrayente? ¿O a cualquier otro hombre?

Gabrielle queda sin argumentos: "Está bien... lo confieso... sí... a algunos..."

Xena: "Incluso puedo adivinar por quien..."

Gabrielle: "Entonces doña sabelotodo, dígamelo usted."

Xena: "Aidan... ¿Te acuerdas de él?... y no vengas a decirme que el era un monstruo por absorber la bondad de las personas, porque tanta bondad te tocó fondo..."

Gabrielle: "¿Quién está apelando aquí? ¿Quieres jugar?... entonces vamos a jugar... ¿Te acuerdas de Ulysses?

Xena: "Ah... Gabrielle..."

Gabrielle: "¡Confiésalo Xena! Era tu tipo. Alto, moreno, guapo..."

Xena: "¿Te has fijado en que bonito es el atardecer aquí?

Gabrielle: "Es impresionante... El tiempo pasa y tu sigues siendo la misma... siempre cambiando de tema... no te olvides que tu has sido quien ha empezado."

Xena: "Está bien... no tengo elección... siempre tienes argumentos más fuertes... no hay competición posible contra ti."

Gabrielle: "Lo sé."

Xena: "¡Convencida!"

Gabrielle: "¿Me perdonas por toda aquella escena que le monté a Shiana?"

Xena: "Vamos a olvidarnos de eso... quedó en el pasado."

Gabrielle: "Mañana le pediré perdón... no ha sido justo... ella sufrió una gran pérdida... Cleopatra."

Xena: "No te preocupes, Shiana tiene un buen corazón..."

Gabrielle: "¿Tenemos que regresar ya mañana?"

Xena: "Echo de menos a Eve."

Gabrielle: "Yo también..." Gabrielle se gira, apoyando su codo en la cama y la cabeza encima de su mano, quedando frente a frente con Xena. Continúa hablando cariñosamente: "Sólo quería pasar un día más contigo... ahora que lo hemos solucionado... mirar el atardecer."

Xena se rinde ante semejante propuesta y bromea: "Creo que podré soportarte algún día más."

Gabrielle: "¿Sabes Xena? Te queda muy bien ese vestido egipcio."

Xena: "¿Tú crees?"

Gabrielle maliciosamente: "Pero estarías mejor sin él..."

Xena simplemente se levanta. Empieza a quitarse el vestido. Gabrielle se ríe. Al terminar la princesa dice: "¿Mejor así?"

Gabrielle llena de lujuria: "mmmmm.... Mucho mejor..."

Xena sonríe. La guerrera está aliviada. Consiguió hacer entender a Gabrielle que ella es toda su esencia, y lo que sintió por Marco Antonio fue meramente pasajero.

Gabrielle recupera su sonrisa, feliz con la seguridad de que Xena estará siempre a su lado y que nada en este mundo será capaz de destruir este amor eterno... Eso si la bardo consigue controlar sus celos hacia el próximo moreno que se acerque a la Princesa Guerrera, pero eso será... en otro fan ficiton.

Fin

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AGRADECIMIENTOS

  1. Para Cris, por dejarme las cintas con los episodios de esta maravillosa serie, porque yo no tengo tele con cable, además de todo su apoyo incentivo.
  2. Para Caloura Ferdi, por confiar en mi al mandarme su texto para analizar, siendo este, la fuente inspiradora que dio lugar a este fan fiction.
  3. Sugerencia: Enviad e-mails a Ferdi, pidiendo que coloque el texto "Um lugar Especial" en internet, porque la historia es muy buena. Para quien no lo sepa, también es conocida como Gabbys -gabbys@terra.com.br- la webmaster de la web "Friends Forever".
  4. Para mi padre que compró el ordenador, aunque fuera para la empresa, pero como no tenía espacio en su escritorio, el ordenador se quedó en casa, y si eso no hubiese ocurrido, tal vez este texto no existiría.
  5. Para mi pervertido amigo Rodrigo, que siempre me hace reír con sus imitaciones, siendo el responsable de darme una idea genial, para escribir las partes más picantes de este fan fiction.
  6. Para Einstein (nombre del ordenador), incluso con un difícil comienzo entre nosotros, nos acabamos entendiendo... más o menos... estoy siendo amable, tuvimos una verdadera lucha a muerte; a pesar de estos altibajos, fue el único que estuvo a mi lado durante la elaboración de este texto, prestándose a todo.
  7. Ahora voy a hablar bajito. Puse a Einstein en agradecimientos porque es muy sensible, pudiendo sentirse herido si estuviese en mi lista de "Declaración de Muerte". Entonces sólo para que lo sepáis vosotros, él merecía estar allí también ¿verdad?
  8. Para mi hermano mayor, que a pesar de ser inoportuno y curioso, siempre queriendo saber lo que escribo, me ayudó cuando Einstein tenía sus problemas.
  9. Para Lucy Lawlees, por el apoyo incentivo. Perdóname por tratarte como una cría, fui yo la infantil.
    Sugerencia: Lucy es el nombre ficticio de una excelente bardo. Sus historias son muy buenas y están llenas de imaginación, si alguien saber más sobre sus textos, que escriba a lucylawless@users.dtlink.com.br
DECLARACIÓN DE MUERTE
  1. Para los canteros que trabajaron en mi casa; ya que, todas las veces que tenía un poco de tiempo para escribir - una cosa rara- ellos siempre buscaban algo para poder martillear.
  2. Para mi hermano mayor, por ser inoportuno y curioso.
  3. Para mi única hermana que adora hablar mal de Xena, pero todas las veces que estaba viendo la serie, siempre se sentaba a mi lado para hacerme mil preguntas.
  4. Para la gran mayoría de mis compañeros de clase, que siempre dicen: - ¿Ves Xena? ¡No me lo creo! ¡Una persona tan inteligente como tu ve esa porquería!- ¿Cómo pueden criticar algo que no conocen?... Pero lo entiendo, es de la naturaleza humana juzgar sin conocer, causando más trabajo pararse, analizar y cuestionar lo que realmente hay de bueno en las cosas o en las personas que nos rodean.
  5. Para mi amigo Rodrigo, que a pesar de hacerme reír con sus imitaciones, siempre llegaba en las horas más inconvenientes.
  6. Para mi ex-novio que odiaba la serie.
  7. Para San Pedro, porque mi región es una de las áreas que contiene mayor número de descargas eléctricas de Brasil, debido a esto, siempre que empezaba a llover, tenía que desconectar el ordenador rápidamente, muchas veces se me iba la inspiración al volver a empezar... Bueno creo que mejor será retirar lo que dije, sino San Pedro me echará de las puertas del cielo... y no sería nada bueno para mí... además ¿Quién sabe si yo iré allí?
  8. Para aquellos parientes, primos de décimo grado, que no ves hace años... ahora una pregunta... ¿Por qué siempre deciden visitarnos el día que en el que tienes una huelga y estás deseando descansar o, como en mi caso, escribir un fan fiction? Ah... por cierto, no avisan. Llegan de repente, gracias a esto todos los planes que tenía ese día se van al cuerno... y lo peor no es eso, es pasar una tarde oyendo sus interesantes conversaciones... si tuviese un arma, sinceramente, me suicidaría...
  9. Para Caloura Ferdi ¿Crías que ibas a huir de mi? Ahora que es universitaria, nunca tiene tiempo. Siendo necesario mandar 500 e-mails para obtener respuesta... Observación.... Estoy esperando por las respuestas a mis preguntas aún hoy... Creo que voy a enviarte 500 e-mails más...
  10. Para mi misma. ¿Quién soy yo para hacer una declaración de muerte?

SE ACABÓ. NO TIENES NADA MÁS QUE LEER, ¿BIEN? PUEDES DESCONECTAR EL ORDENADOR, O HACER ALGUNA COSA MAS ÚTIL, COMO MANDARME UN E-MAIL. ¿QUÉ CREES? ESTOY ESPERANDO TU RESPUESTA. ¿OK?


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