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CENTRO DE FORMACIÓN EN  

TECNICAS DE EVALUACIÓN PSICOLÓGICA

SENTIMIENTO DE CULPABILIDAD es un término utilizado en psicoanálisis con una acepción muy amplia, y cuya traducción al alemán es Schuldgefühl. Al Francés: sentiment de culpabilité. Al Ingles: Sense of guilt, guilt feeling. Al Italiano: Senso di colpa. Y también al español como "sentimiento de culpa".

 

Puede designar un estado afectivo consecutivo a un acto que el sujeto considera reprensible, pudiendo ser la razón que para ello se Invoca más o menos adecuada (remordimientos del criminal o autorreproches de apariencia absurda), o también un sentimiento difuso de indignidad personal sin relación con un acto Preciso del que el sujeto pudiera acusarse.

 

Por lo demás, el sentimiento de culpabilidad se postula en psicoanálisis como sistema de motivaciones inconscientes que explican comportamientos de fracaso, conductas delictivas, sufrimientos que se Inflige el sujeto, etc.

 

En este último sentido, la palabra sentimiento sólo puede utilizarse con reservas, ya que el sujeto puede no sentirse culpable a nivel de la experiencia consciente.

 

El sentimiento de culpabilidad fue encontrado al principio, sobre todo, en la neurosis obsesiva, en forma de autorreproches, de ideas obsesivas contra las que el sujeto lucha porque le parecen reprensibles, y Por último en forma de vergüenza provocada por las mismas medidas de protección.

 

Ya a este nivel se puede observar que el sentimiento de culpabilidad es, en parte, inconsciente, en la medida en que la naturaleza real de los deseos que intervienen (especialmente agresivos) es ignorada por el sujeto.

 

El estudio psicoanalítico de la melancolía debía conducir a una teoría más elaborada del sentimiento de culpabilidad. Ya es sabido que esta afección se caracteriza especialmente por autoacusaciones, autodesprecio y tendencia al autocastigo, que puede conducir al suicidio. Freud muestra que existe aquí una verdadera escisión del yo entre acusador (Superyo) y acusado, escisión que es el resultado, por un proceso de interiorización, de una relación ínter subjetiva: "[ ... ] los autorreproches son reproches contra un objeto de amor, que se invierten desde éste hacia el propio yo [...] las quejas [del melancólico] son quejas dirigidas contra".

 

Este descubrimiento de la noción de Superyo* había de conducir a Freud a atribuir al sentimiento de culpabilidad un papel más general en el conflicto defensivo. Ya en Duelo y melancolía (Trauer und Melancholie, 1917), reconoce que "[...] la instancia crítica que aquí se ha separado del yo por escisión podría demostrar su autonomía también en otras circunstancias [...]"; el capítulo V de El yo y el ello (Das Ich und das Es, 1923), dedicado a las «relaciones de dependencia del yo», distingue las diversas modalidades del sentimiento de culpabilidad desde su forma normal hasta sus expresiones en el conjunto de las estructuras psicopatológicas.

 

En efecto, la diferenciación del Superyo, como instancia crítica y punitiva, con respecto al yo, introduce la culpabilidad como relación intersistémica dentro del aparato psíquico: "El sentimiento de culpabilidad es la percepción que, en el yo, corresponde a esta crítica [del Superyo ]".

 

Desde este punto de vista, la expresión de "sentimiento de culpabilidad inconsciente" adquiere un sentido más radical que cuando designaba un sentimiento inconscientemente motivado: ahora es la relación entre el superyó y el yo la que puede ser inconsciente y traducirse por efectos subjetivos en los cuales, en el caso límite, puede faltar toda culpabilidad sentida. Así, en algunos delincuentes, "[...] puede mostrarse que existe un poderoso sentimiento de culpabilidad, ya antes del delito, y que, por consiguiente, no es la consecuencia de éste, sino el motivo, como si el sujeto experimentara un alivio al poder atribuir este sentimiento inconsciente de culpabilidad a algo real y actual" .

 

No escapó a Freud la paradoja que representa el hablar de sentimiento de culpabilidad inconsciente. En este sentido, admitió que podía parecer más adecuado el término de "necesidad de castigo". Pero se observará que este último término, tomado en su sentido más radical, designa una fuerza que tiende a la aniquilación del sujeto, y puede no ser reductible a una tensión intersistémica, mientras que el sentimiento de culpabilidad, sea consciente o inconsciente, se reduce siempre a una misma relación tópica: la del yo con el Superyo, la cual a su vez es un residuo del complejo de Edipo: "Podemos adelantar la hipótesis de que gran parte del sentimiento de culpabilidad debe ser normalmente inconsciente, porque la aparición de la conciencia moral se halla íntimamente ligada al complejo de Edipo, que forma parte del inconsciente".

 

 

Bibliografía consultada : Diccionario de Psicoanálisis de Jean Laplanche y Jean-Bertrand Pontalis

 

CONEPTO 2:

 

EL PSICOANALISIS Y EL SENTIMIENTO DE CULPA (1958)

 

Se abordan aquí tres problemas:

 

1) La capacidad para sentir culpa, dada por sentada.- Esto tiene que ver con el sentimiento de culpa en personas que han desarrollado y establecido capacidad para experimentarlo, lo cual fue especialmente estudiado por Freud como hemos visto.

 

Para Freud la culpa reside en una intención inconciente, no en un acto real cometido, y puede entenderse como una angustia provocada por el conflicto de ambivalencia amor-odio (amar y odiar al padre produce culpa), e implica poder tolerar esta ambivalencia.

La culpa surge así del choque del amor y el odio, que es inevitable si el amor incluye el elemento instintivo propio de él. Este prototipo es real en la edad del deambulador. La culpa es bastante ilógica: se puede sentir culpa por hechos casuales que nada tienen que ver con uno.

En la idea de superyó puede verse que el origen de la culpa está en la realidad interna, o sea, que reside en la intención, no en la acción. El sentimiento de culpa, aún cuando es inconciente o irracional, implica un cierto grado de desarrollo emocional, de salud del yo y de esperanza.

 

La psicopatología del sentimiento de culpa aparece cuando la culpa es agobiante y los hace fracasar en lo que emprenden, e implica un Superyo severo. Esto se ve en la melancolía y en la neurosis obsesiva. En la neurosis obsesiva el sujeto trata siempre, sin éxito, de recomponer algo, por ejemplo anulando una idea con otra, con el fin de ocultarse a sí mismo que el odio es más poderoso que el amor. En la melancolía la culpa se expresa como autorreproche, se hace cargo de todos los males, pero al hacerlo evita tomar contacto con su propia destructividad personal (temor a que el odio sea mayor que el amor).

 

En suma, el sentimiento de culpa es una forma especial de angustia asociada con la ambivalencia (amor y odio coexistentes). Pero la ambivalencia y la tolerancia a ella implican en el individuo un grado considerables de crecimiento y salud.

 

2) La culpa en su punto de origen en el desarrollo emocional e individual.- Según Klein, el punto de origen de la capacidad para sentir culpa está en la posición depresiva, y tiene que ver con la relación dual hijo-madre, donde las ideas destructivas acompañan el impulso de amor hacia ella. El niño busca irrumpir salvajemente en el interior de la madre para sacar todo lo bueno, sin preocuparse por sus ideas destructivas. La culpa nace de considerar a la madre como objeto total que se ama y odia al mismo tiempo (ambivalencia), e implica una preocupación por el otro que reemplaza a la indiferencia, y una piedad que sustituye la crueldad. Adquiere la capacidad de reparar (el daño hecho a la madre) y restituir, y sentir que el bien queda protegido del mal. Esto ocurre a los seis meses.

Freud hablaba en términos de buena o mala salud, pero el punto de vista kleiniano introduce la idea de valor del individuo.

 

3) El sentimiento de culpa notable por su ausencia.- Ciertas personas no sienten culpa, remordimiento ni preocupación por el otro. Desde el psicoanálisis, esto se explica por la falta de un escenario emocional y físico para desarrollar la capacidad de sentir culpa.

Al principio, el yo no es lo suficientemente fuerte como para aceptar la responsabilidad por los impulsos del ello. Conforme se desarrolla el yo, puede hacerlo. Si no hay un desarrollo satisfactorio, no se desarrolla la capacidad para preocuparse por el otro ni la culpa.

Los artistas no desarrollan el sentimiento de culpa pero pueden socializarse gracias a su excepcional talento.

 

Pérdida y recuperación del sentimiento de culpa.- Estos efectos se producen por la variabilidad de la confiabilidad del ambiente. Freud decía que el delincuente sentía culpa, y luego cometía un delito porque estaba prohibido, y así aliviaba su culpa pues por lo menos ésta quedaba ligada a algo.

La clínica nos habla de dos tipos de conducta antisocial: la picardía de los niños, donde vemos un intento inconciente de dar sentido a un sentimiento de culpa. Aquí, lo reprimido no es tanto la culpa como la fantasía que la explica.

El otro tipo es más raro y más grave, como por ejemplo cuando se cometen crímenes horrendos. El criminal se esfuerza mucho por sentir culpa, pero sin éxito, y por eso para ayudarlo a sentir culpa debemos darle un ambiente infantil. Es difícil la curación, por lo que debe ponerse el énfasis en la prevención, dando al niño pequeño un ambiente facilitador para que pueda desarrollar un sano sentimiento de culpa.

 

 

 

Email: marcela@satlink.com